Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

lunes, 28 de febrero de 2011

SOY MADRE y ¡ADORO SERLO!



Ayer estaba en casa, reclinada en un sillón observando a mis hijos, a mis dos adorados hijos (ya son adolescentes), conversaban y se reían con malicia... yo desde lejos también sonreía porque me siento satisfecha de que se lleven tan bien y se quieran tanto (no todos los hermanos son así), ellos son amigos, confidentes, cómplices... Me parece mentira que el tiempo haya transcurrido tan rápido, hace mucho dejaron de ser “mis bebés”.
Cuando supe que estaba embarazada la primera vez, además de todas esas sensaciones, alegrías, emociones y no sé cuántas cosas más que se amontonaron en mi alma y mi corazón, sentí miedo, un miedo grande y me preguntaba sin cesar: ¿Podré hacerlo bien? Hoy cuando los miro y veo los adolescentes que son, los seres humanos que he sido capaz de formar, me respondo aquella pregunta: “Sí, creo que sí”.
Hoy sé que he realizado una buena labor como madre, aunque he tenido aciertos y desaciertos como le debe ocurrir a todas las mujeres, pero el resultado me dice que lo he hecho bien. No soy la mejor madre del mundo, ni quise serlo ni lo seré, pero creo que soy una buena madre aunque quizás no cubro todas sus expectativas aunque ellos dicen que sí.
Pienso que lo ideal sería que toda mujer que tiene hijos trate de ser MADRE, porque este concepto va más allá de estar dedicada ciento por ciento a las labores del hogar y a la crianza de los niños. Para mí, es la realización de una parte de mí ser, es la oportunidad de dar y recibir la expresión más pura del amor. Es entender a mis hijos solo con la mirada, porque ese vínculo es indisoluble y hasta con los ojos llegas a saber qué te está queriendo decir, es un sentimiento inconfundible, se conoce tanto a los hijos que se sabe por qué lloran y qué piensan; con solo verlos sonreír ya te sientes satisfecha.
Ser madre puede llegar a ser un dolor de cabeza, pero un dolor que vale la pena, cuando ves la recompensa. Lo sé por experiencia propia, porque vivo orgullosa de mis hijos y no me importa todo lo que he luchado para llegar hasta aquí, ni me importan los inconvenientes ni obstáculos que he tenido que pasar. Reconozco que ser madre no es nada fácil pero decididamente es maravilloso.
Es una sensación que no se puede describir y comienza en el mismo instante que sabes que hay una nueva vida creciendo en tu interior. Es tan hermoso que parece mágico. En un principio es darle vida a un pedacito de ti, que tiene que sentirse amado porque con tu apoyo y fuerza lo guiarás hasta que aprenda a volar por sí solo. Después es mucho más, porque ser madre es aprender a hacer todo con una sola mano, es quedarse con el pedacito más pequeño de cualquier cosa, es aprenderse de nuevo la regla de tres, volver a armar rompecabezas y aprender de memoria cada personaje de los cuentos infantiles. Es sentir que tocas el cielo con la increíble emoción (que no tengo palabras para describir) que sientes cuando los oyes decir "Mamá" por primera vez.
Cuando van creciendo, con ellos también crecen los problemas, preocupaciones y dificultades en la crianza y educación, pero siempre tienes que estar ahí, por difícil que parezca... cuando ya son adolescentes duermes con un solo ojo hasta escuchar que ya están de regreso en casa. Tus brazos siempre tienen que estar abiertos para fundirlos en un abrazo y ofrecerles seguridad y amor, tienes que saber comprenderlos con el corazón cuando están agobiados y lo que necesitan es una amiga, y con el dolor de tu alma debes endurecer hasta la mirada si sabes que necesitan un regaño... acogerlos en tu seno aunque se equivoquen, perdonarlos cuando te rechacen, celebrar con ellos sus logros, reconocer sus esfuerzos, y cuando están tristes sabes a ciencia cierta que tu no volverás a sonreír hasta que ellos no lo hagan primero. Tienes que ser siempre su amiga incondicional y su confidente, hacerles sentir que pueden confiar en ti con la misma fe ciega con que tú confías en ellos.
Por todo eso y por mucho más antes de traer un hijo al mundo hay que pensarlo bien, porque es cierto que es nuestro derecho por naturaleza, pero indudablemente es una gran responsabilidad, a la que sin duda le corresponde el mejor de los premios. Ser madre no es un juego. ES TODO UN RETO.
En conclusión es brindar lo mejor de uno para que nuestros hijos crezcan con una mentalidad pura, sana y se conviertan en buenos seres humanos. Es una labor larga, dura y minuciosa, pero cosa extraña, no cansa, aunque a veces estresa. Y ahora terminaré con una pregunta: ¿qué significa para ustedes ser MAMÁ?

Uno aprende

Este es un texto que una amiga me mandó y me gustó tanto y creo que dice tanta verdad que por eso lo comparto con ustedes.

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado de amistades falsas. Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irreepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosa o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante (...) Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo...

Autor desconocido

domingo, 27 de febrero de 2011

A solas con mis pensamientos

A veces solemos hacer un balance de lo acontecido en nuestras vidas... quizás depende de nuestro estado de ánimo, no sé, lo cierto es que en estos días he meditado sobre las cosas que me han tocado vivir... me han pasado cosas malas como a todo el mundo pero afortunadamente puedo decir que han sido gratamente compensadas en un número quizás mayor por acontecimientos buenos, que han permitido que me sobreponga a los momentos difíciles y me han hecho la vida más agradable, me han dado felicidad.
No me gusta hacer una recopilación de acontecimientos tristes y cargados de dolor, como hacen algunas personas cuando piensan en lo que han vivido. Eso es falsedad o “tragiquismo” (como decimos nosotros los cubanos), porque la vida está llena de sucesos buenos y malos, la balanza nunca se va de un solo lado, eso es mentira.
Verdaderamente, para estar en paz conmigo misma como realmente me gusta, debo decir (o escribir) con un cien por ciento de honestidad y con la mayor convicción del mundo, que no me arrepiento de nada de lo que he hecho, aunque en determinados momentos supe (uno a veces sabe) que habían cosas que no estaban bien, pero tercamente seguí adelante, y por ello, supongo, pagué con creces las facturas correspondientes. La vida es eso, aciertos y desaciertos, y cada uno con su cuota de recompensa, nos guste o no.
Cuando pasamos por situaciones difíciles debemos ser capaces de sobreponernos y mirar hacia delante. Aunque siempre creemos que lo que nos sucede a nosotros es lo más grande del mundo, en realidad no es así y para darnos cuenta hay que mirar a nuestro lado, entonces veremos que hay otros que pasan por cosas peores. He visto a personas queridas y muy cercanas a mi pasar momentos muy difíciles, la vida los ha sacudido duro, a veces pienso que casi sin piedad, sin embargo cuando pasa la tormenta los he visto respirar hondo, levantar la cabeza y seguir adelante... eso es vivir.
A lo largo de los años he recibido lecciones muy grandes, uno nunca termina de aprender. Yo tomé cada cosa como debía ser (al menos eso creo) es cierto que me hubiera gustado que algunas se hubieran dado de forma diferente, sin embargo pienso que es necesario aceptarlas tal como vienen porque creo que nada sucede por gusto, lo sé por experiencia propia. A veces de pronto y sin explicación (al menos aparente) se me ha cerrado un camino que yo creía destinado a mí y he tenido la sensación de quedar parada al borde de un abismo, sin saber qué hacer... pero como dice un viejo refrán popular "no hay mal que por bien no venga", también se ha abierto ante mi un nuevo camino, no solo inesperado sino mejor. Por eso pienso que las cosas no se pueden forzar a nuestra conveniencia, ni precipitarlas, cuando nos ocurre algo imprevisto es necesario detenerse a pensar en otras alternativas porque quizás en ellas esté justamente el camino que espera ser transitado por nosotros.
Es bueno estar convencidos que no siempre podemos tener todo lo que queremos, es una lástima pero es la realidad. Por eso debemos llorar las penas y decepciones, y reír las alegrías... sin reprimir nada de lo que llevamos dentro, todos tenemos el total y absoluto derecho de hacerlo. Incluso, en ocasiones, sentirnos tristes y deprimidos nos hará tomar conciencia de lo que nos está causando daño y aunque parezca imposible eso hará que en determinado momento seamos capaces de decir "hasta aquí" o "basta, no puedo seguir así"; y será en ese instante cuando estaremos listos para coger todo lo que nos lastima y lanzarlo a lo más recóndito del cajón de nuestras vivencias para dejarlo ahí hasta que carezca de importancia y no nos cause daño desempolvarlo.
También he aprendido otra lección muy importante y es que cuando una amiga se encuentra deprimida lo que menos debo hacer es repetir las detestables frases de "todo estará bien", "no te preocupes", "no te pongas así" o "ya pasará", porque cuando estamos tristes, abatidos o lastimados por alguien o algo y escuchas tales palabras (¡díganmelo a mí!) lo que dan ganas es de mandar al carajo a quien las dice, porque desde afuera las cosas son muy distintas y no siempre alcanzas a ver hasta donde han lastimado a quien las vive. Por eso como buena amiga, no debo decir palabras trilladas o tratar de ahondar en la herida, no, lo único válido en ese instante es que vaya derechito a comprar una buena bebida y emborracharme junto a ella, y dejarla hablar, llorar, reír, lo que le venga en gana para que pueda destilar su dolor o frustración... esa es la mejor muestra de afecto y amistad que le podré dar en ese momento y definitivamente eso es lo que haré cuando una amiga lo necesite (otra vez). Después, solo después de que el dolor y la pena mermen podré tratar de aconsejarla, entenderla o ayudarla a ver la situación desde otra óptica, para que encuentre el camino de regreso a su tranquilidad y quizás felicidad.
Siempre soy capaz de disfrutar el tiempo solo con el mero hecho de estar con aquellos que quiero y aprecio, y me disgusta sobremanera estar con personas que rechazo por su falsedad, interés y mentiras que siempre soy capaz de percibir e intuir por mucho que las escondan. Al mismo tiempo detesto cuando las personas, en concreto los amigos, cambian su conducta en función de quien esté presente, y hasta intentan volverse más "graciosos" y por tanto a veces estúpidos.
No me meto con nadie, ni en la vida de nadie, no soporto que me provoquen. Si me buscan... me encuentran y entonces todo acaba mal, porque sé que la violencia aunque sea de palabras no trae consigo vencedores ni vencidos, aunque muchos piensen lo contrario... esa aparente victoria solo genera dolor y resentimiento.
Me gusta escuchar lo que me dice mi corazón. Cuando estoy muy atormentada por algo reunirme con mi mejor amiga y charlar aunque solo sea un rato me relaja, pero si no está en ese momento prefiero encerrarme en mi soledad y escribir... porque cuando entre mi teclado y mi corazón se crea ese vínculo indisoluble que logra sacar mi rabia, mi rencor, mi dolor o aquello que me está lacerando el alma, me siento mejor, mucho mejor y termino recuperando mi paz interior. Claro, no solo escribo en esos instantes, también lo hago y lo necesito cuando estoy feliz, y en ese caso derrocho amor, cariño, amistad y otros muchos sentimientos positivos.
Si tuviera que nombrar todas las lecciones aprendidas a raíz de situaciones vividas creo que estas reflexiones pudieran resultar hasta aburridas. Pero lo cierto es que he reído, llorado, amado, odiado, disfrutado, detestado, maldecido, enamorado, en ocasiones he entregado mucho y recibido poco, me he quejado, gritado, he seducido y me he dejado seducir, coqueteado, complacido y me han complacido, conquistado, ganado, perdido, insultado, lastimado y me han lastimado, herido, he estado deprimida, he sido feliz, he sentido emociones fuertes, me he conmovido ante las cosas simples y tiernas de la vida... ciertamente creo que ha sido suficiente lo que he tenido, lo que he recibido y lo que he dado... aunque me queda mucho por vivir y sentir... y sobre todo por aprender.
Para finalizar solo una cosa más: es importante tener presente que en la vida todo lo malo pasa, cuando la tristeza nos embarga, cuando de un solo golpe nos arrancan, pisotean y destruyen nuestro corazón, recordemos que el tiempo siempre cura el dolor, en algunos casos demora más que en otros, pero pasa, en la vida todo pasa. Tratemos de ser felices, bebernos la vida y la felicidad, y no dejar que los golpes nos dañen el alma y nos maten las ganas de vivir. Por eso les digo, amigos míos, vivamos con intensidad, riamos, amemos... y por sobre todo no odiemos.
Aún tengo proyectos personales que espero cristalizar, algunas metas que alcanzar, mucho que amar, quiero que mi vida sea mejor y lucharé para que sea así.

viernes, 25 de febrero de 2011

De regreso



Hace muchos días que no escribo para ustedes, pero ya estoy de vuelta, no sé si me han extrañado pero yo he necesitado escribir, lo he necesitado mucho... No me importa mostrarme débil mientras escribo, casi siempre lo hago al ritmo de mi corazón, con palabras que reflejan una inmensidad, llenas de fascinación... palabras de amor que matan mi voluntad...
A veces camino sin rumbo, sintiendo la lluvia mojándome el alma... con recuerdos y vivencias volviendo a mi presente... dicen que recordar es volver a vivir, es cierto, y también te hace ver mejor el presente… Camino exhalando humo y tirando sonrisas al alba, me gusta caminar sola y siempre que puedo lo hago a la orilla del mar, trazando un diseño en el horizonte, en la silueta del sol... inmersa en mis pensamientos más profundos sobre la vida, la amistad, el amor.
Me gusta perderme en mis meditaciones para después caminar buscando el rastro que me lleva a mi amor, para acariciar el olor que destila su piel y escuchar la pureza de su voz...
Camino en busca de una melodía, disfrutando de un atardecer, de una sonrisa que me haga feliz, de una mano amiga, de un reloj que atrape los minutos y las horas en que he sido feliz, para que no puedan escapar y morir nunca.
A veces camino sola y sin rumbo, descalza y mojada, disfrutando de las olas golpeando mis pies, soñando con el porvenir, deseando, amando...

viernes, 4 de febrero de 2011

La amistad... algo demasiado importante



Un amigo es esa persona que te hace reír, que te hace creer y sentir que en el mundo hay realmente cosas buenas, que te convence de que hay una puerta lista para que tú la abras, que cuando estás triste levanta tu ánimo y hace que el mundo de repente parezca brillante y pleno, que te ayuda en los momentos difíciles y de gran confusión, y si pierdes el camino se ocupa de guiarte y alegrarte. Por eso la felicidad del amigo nos da alegría y sus penas se vuelven nuestras, porque hay un maravilloso lazo invisible que nos une. La soledad no existe para el que tiene un amigo.
Cuando tenemos un amigo verdadero no importa que no nos veamos, no nos hablemos, o nos separe una gran distancia... porque los verdaderos amigos los conservamos siempre en el corazón y en nuestra mente, la amistad sincera perdura a través del tiempo y la distancia. La amistad no se conquista ni se impone, se cultiva como las flores, se alimenta de pequeños detalles, ternura, respeto y lealtad. Se mantiene viva con el desinterés y el cariño aunque sea silencioso. No importa la distancia o la edad porque la amistad lo minimiza y borra todo. Basta saber que responderá a nuestro llamado cuando sea necesario, con un acto de afecto, comprensión y a veces hasta de sacrificio.
Yo venero la amistad sincera, a esas personas que nos acompañan y nos profesan ese cariño sin condiciones, que estimulan nuestros valores y alimentan nuestra fe. Nos transmiten paz, nos brindan a veces unos silencios que dicen mucho, con miradas que reprueban, consuelan o apoyan. No se callan y no consienten cuando el momento lo amerita, pero lo hacen con una pureza que nos conmueve. Se sienten felices cuando nos ven contentos y tristes cuando nos embarga la tristeza, ríen con nosotros cuando estamos alegres, nos reprenden cuando nos equivocamos y aunque usen palabras duras a través de ellas sentimos su cariño y protección, comparten nuestros secretos y los hacen suyos...
A esos amigos verdaderos tenemos que decirles que no duden en buscarnos cuando se encuentren perdidos porque ahí estaremos, que en nosotros siempre tendrán un puerto seguro a donde arribar, que nuestro corazón estará abierto a sus sueños, penas y sentimientos, que somos amigos hoy y siempre, que nos busquen y nos llamen sin dudar, sin reparos...
Los amigos son joyas raras, pueden hacerte enojar y sonreír, aprenden a escuchar, abren su corazón para nosotros. Incluso esos que conocemos día a día en la red y que comparten sus sueños y sus penas con nosotros a través de la pantalla, con mensajes que nos dan alegría y confianza, y a veces pidiendo un consejo. Sentimos su calidez, su cariño, su respeto y admiración aunque nunca nos hayamos encontrado, aunque quizás nunca lleguemos a vernos aprendemos mucho de ellos cada vez que los leemos y los encontramos ahí en nuestra pantalla tan lejos y a la vez tan cerca.
Quiero dedicar a mis amigos, tanto a los que tengo el privilegio de disfrutar de su compañía como a los de la red con quienes también comparto algunas horas en la "distancia", a todos quiero dedicarles estas palabras y darles las gracias por estar, de algunos nunca sabré ni su verdadero nombre, ni de dónde son pero sé que están ahí y eso es lo que importa, siempre serán mis amigos y confidentes. Por eso jamás me cansaré de darles las GRACIAS a todos por haber estado, por estar y por ser... Un abrazo desde lo más profundo de mi corazón para todos ustedes.

Amor...Pasión...

Es fácil sentir ese sentimiento en nuestro corazón cuando llega a nuestra vida la persona indicada. Sí, sentir esa chispa que se enciende muchas veces sin explicación en el primer encuentro, y saber mantenerla prendida (si nos interesa y vale la pena por supuesto) porque solo cuidando y protegiendo ese sentimiento tan sublime es que podemos mantenerlo vivo en nosotros y en ese otro ser que comienza a formar parte de nuestra existencia.
Este sentimiento es maravilloso, va creciendo día a día si somos capaces de alimentarlo para que no se lo lleve la rutina de la vida. Cuando amas a alguien hay algo especial en su mirada que se convierte en rayo de luz para ti, su voz y sus palabras son latidos para tu corazón, sus susurros son capaces de hacerte suspirar y su toque hacerte estremecer.
El amor no podemos verlo ni tocarlo, solo sentirlo… pero necesitamos alimentarlo con pequeños detalles como un beso que no se espera, una llamada sorpresa para transmitir cariño no para exigir nada, decir de pronto "te amo" o "te extrañé" al llegar a la casa, con una mirada silenciosa pero sensual que lo diga todo dándole rienda suelta a tu imaginación poniendo pasión en tus encuentros. Y es necesario darle espacio a la persona que amamos, no podemos ahogarlo exigiéndole todo su tiempo para nosotros o con celos enfermizos. Hay que aceptar sus defectos y sus virtudes. También hay que saber valorar los pequeños detalles que tiene con nosotros, y de igual forma serás correspondida.
Hay que dejar que brote ese mar de sentimiento que nos llena y dejarlo fluir hacia ese ser, sin inhibiciones, sin miedos... Inundarlo de alegría y amor (sin llegar a empalagarlo, claro), comprenderlo y apoyarlo... De esa manera haremos que nos extrañe, que canalice sus sentimientos y sienta que somos importantes en su vida. Eso no quiere decir que no le contemos nuestras preocupaciones y problemas, porque todos necesitamos apoyo y consejos en determinado momento, y quién mejor que esa persona que tanto amamos y que nos ama...
No dejes de transmitirle tu paz interior, tu amor, tu comprensión y verás que la relación es cada día mejor... Recuerda que amar es un arte y si somos felices en nuestro interior, seremos capaces de dar felicidad. Bueno... amar es un arte y también un "pecado" para los más hipócritas... porque no hay nada mejor en el amor que dejarse arrastrar alguna vez por la locura, sentir que el fuego de la pasión te quema, para mí, al igual que para la mayoría, es un dulce pecado...
Yo amo mucho a alguien y tiemblo al sentir sus labios en mi cuello, sus manos llenando cada parte de mi cuerpo, esa sensación de sus dedos a la que no puedo resistirme... sé que lo tiene todo calculado y lo dejo hacer, va recorriéndome toda, bebiéndose mis deseos y convirtiéndose en mi verdugo... sabe que me está matando pero no se detiene, sigue bebiéndose mi néctar... no puedo evitar (ni quiero) esta locura, esta desenfrenada sensación, mi cuerpo no me deja razonar, es tan grande este deseo que solo él puede saciar... somos dos cuerpos dementes en una pasión desencadenada, un mar rugiente, una tormenta huracanada que nos lleva a la cima... Aplaca nuestros temblores con besos ardientes... con esos labios que están hechos para el pecado... reímos como niños traviesos y nos abrazamos...
Son hermosos y sublimes esos momentos en que me hace suya, esos instantes de entrega total... y los llevaré en mi corazón, en mi mente hasta que muera y después... hasta mucho después y me seguiré sintiendo feliz por haber tenido el privilegio de conocer el amor con esa fuerza, por haberme sentido amada con tanta pasión... por haber sido una amante del pecado...
Él es la alegría que mi corazón necesita, es mi dicha y mi consuelo. ¿Por qué lo amo tanto? Porque hizo que la llama de la pasión se encendiera en mí, porque hace que mi cuerpo se estremezca al escuchar sus susurros apasionados y tiernos en mi oído, anhelo que sus manos me acaricien y me exploren. Necesito sentir sus labios húmedos en los míos y el calor de su cuerpo junto a mí. Me gusta sentirlo estremecer cuando hacemos el amor y sentir que sus brazos me envuelven como si nunca quisieran soltarme, como reafirmando que soy suya y él mío...
Eso es amor... pasión... benditos todos los que somos capaces de experimentarlo aunque sea solo una vez.

jueves, 3 de febrero de 2011

A PESAR DE LOS PESARES



¿Saben que a pesar de las adversidades de la vida, de nuestros fracasos, pecados, caídas... nosotros podemos construirnos un poco de felicidad y quizás hasta sentirnos en ese instante absolutamente felices? Es cierto, lo sé por experiencia. En muchas ocasiones a pesar de mis preocupaciones, de la cólera que me domine en determinado momento hasta el punto de estar ciega por la ira que sienta, muchas veces sin saber con exactitud siquiera hacia donde me dirijo… me he detenido de pronto a sentir la brisa en mi rostro, a escuchar el canto de los pájaros, a admirar el vuelo de las palomas, he quedado fascinada al sentir la risa estruendosa de un niño y en ese momento me he dado cuenta de lo hermoso que es vivir y a pesar de mis pesares, me he sentido feliz.
Si amigos, es cierto... a pesar de sentir a veces que mi energía se agota, de sentirme cansada con algunas de mis luchas, de sentir sangrar mis heridas, de muchas veces inventarme una sonrisa para esconder mi dolor… a pesar en ocasiones de tragarme mis verdades, de sentir que mis angustias me arañan el alma... si me quedo un instante extasiada disfrutando de la luz y el calor del sol, del bullicio a mi alrededor, de la alegría que emana de los niños, de respirar un poco de aire puro a la orilla del mar… me siento feliz nuevamente, feliz de estar viva.
A pesar de mis fantasmas internos y de mis eternos miedos me aferro a la esperanza por la vida porque la fe en el futuro da lugar a actitudes positivas y alegres. Me aferro al amor porque le da significado a la vida... a la familia y a los amigos porque son las personas más importantes que tenemos y nos hacen el mundo un lugar mejor, ellos son la vida misma que crece a nuestro alrededor para ayudarnos a seguir... y también me aferro a los sueños y trato de alcanzarlos de manera honrada porque no me gusta rendirme ante el engaño y las miserias humanas.
El día a día es un aprender constante y está demostrado que no podemos aferrarnos a conceptos equivocados o desactualizados, porque sino nos iremos quedando atrás tan solo con nuestra terquedad; el mundo y nuestro entorno cambian a cada paso, los conocimientos evolucionan y se actualizan constantemente. Somos seres humanos, susceptibles a errores pero somos mucho mejores personas cuando somos capaces de aceptarlos y aprender de ellos. Cuando somos capaces de levantarnos y seguir adelante sin duda mejoramos y crecemos como ser humano, porque indudablemente esa actitud mejora nuestra forma de ser, de actuar y de pensar.
Por eso… a pesar de la rutina que a veces nos envuelve, la apatía, las ilusiones que se quedan dormidas, las viejas heridas del pasado que en ocasiones sangran y nos entristecen, las traiciones de algunos amigos, la incomprensión de otras personas, del desamor, de las malditas miserias humanas que envuelven al mundo, que nos atrapan y nos entristecen, de las guerras que si no se detienen de una vez por todas van a destruir nuestro bello planeta azul y exterminar nuestra raza... a pesar de todo eso yo sigo apostando por la vida, por el amor, por la amistad, por los hombres capaces de construir un mundo mejor.
Y por eso sigo aferrándome a la fe porque es la fibra y la fortaleza del alma, a la confianza de que todo es posible. Me aferro a todo lo que soy y a lo que he aprendido, no menosprecio nunca lo que siento, ni a las personas, ni las cosas que a veces parecen insignificantes y no por ello dejan de ser importantes, escucho siempre a mi corazón que en muchas ocasiones me habla con más fuerza que la razón... recuerdo con cariño a los que me han ayudado a ser mejor como ser humano, me gusta apoyar a otras personas… Es primordial aprender a dar con verdadera generosidad, eso nos prepara espiritual y psicológicamente para afrontar y recibir todo lo que la vida nos puede brindar.
Miro a mi alrededor y me maravillo de la vida que me rodea, aunque sea tan solo unos minutos me detengo a mirar el verdor de los árboles, la belleza de un parque, la alegría de un niño, la bondad y el amor que muchas personas tienen para ofrecer, la mano amiga que siempre está extendida y entonces me siento absolutamente feliz, a pesar de mis pesares.
Hagan la prueba cuando se sientan tristes y atormentados, pongan su atención aunque sea por un breve instante en las cosas hermosas de la vida. Verán que se sienten mejor y con fuerzas para seguir adelante.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Este es mi primer blog



Desde hace algún tiempo tenía intenciones de crearlo, pero no me había decidido. Normalmente escribo muchas cosas y casi siempre las dejo solo para mí. Ahora he querido compartirlas.
Ahora escribo para ustedes, espero les guste.