Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

viernes, 26 de febrero de 2016

A mis seguidores

Siempre sentí pasión por la lectura y la escritura, tanta como por el mar. Era tanto así que durante años antes de salir de la casa revisaba mi bolso: monedero, llaves, un buen libro, todo ese sin fin de cosas que nosotras las mujeres llevamos en una cartera pero en la mía además no podía faltar un cuaderno y bolígrafo, ¡eso era indispensable! Porque cualquier momento es bueno para escribir un par de ideas, copiar alguna bonita frase que te motive… en fin, hoy en día ya no lo hago, ya no llevo un cuaderno en mi cartera, pero eso es algo que debo retomar, sí, claro que sí. La tecnología no puede privarme de ese placer de en cualquier lugar y momento plasmar en un papel lo que veo, escucho o siento.
Una vez quise escribir historias sobre personas simples, sencillas, que luchan por un mundo más justo y no salen en las noticias. Quería contar historias para escribir un libro. No sabía bien cómo hacerlo ni dónde, lo único que tenía claro es que quería escribir. Han pasado los años y aún no he podido contar esas historias, ni escribir un libro, pero si he escrito muchas cosas y sigo escribiendo. Aunque muchas veces lo hago para mí misma.
Cuando empezó a darme vueltas en la cabeza la idea de crear un blog, tuve mucha incertidumbre, realmente lo pensé mucho. Me decía: ¿quién va a querer leer lo que yo pienso sobre algo?, ¿a quién le interesa lo que me ocurre? ¿quién se va a interesar por mis sentimientos? ¿me visitarán si escribo de cosas cotidianas? Y sobre todo el tema más polémico conmigo misma era si serían capaz de seguir visitando el sitio si yo publicaba textos atrevidos, erotismo. En fin, era una indecisión constante y una lucha conmigo misma, pero mientras más lo pensaba más me apasionaba.
Al fin me decidí y escribí el primer post, y cuando presioné “Publicar” realmente me sentí emocionada y temerosa, pero ya estaba hecho y solo restaba esperar la respuesta de las personas, aunque sabía que no sería inmediata, que iba a requerir tiempo y mucho trabajo. Esto me dio nervios y emoción. Tenía miedo a las críticas, aunque afortunadamente no el suficiente para detenerme.
Y no me he detenido, he tenido tropiezos, contratiempos, pero sigo aquí. Escribo lo que vivo, no solamente lo que pienso y también cuento historias que conozco. Escribo para sacar del pecho la vida, para expresar lo que mi alma siente y es entonces que siento que mi alma vibra, por mis poros respiro felicidad cuando las letras trasmiten plenamente lo que se alberga dentro de mi. Mantener este sitio a veces se me hace difícil, pero no cejo en el esfuerzo porque me apasiona y es muy gratificante. Además es una especie de vía de escape necesaria en el día a día y me permite llegar al corazón de muchas personas, personas increíbles. Cuando comencé aquí de algún modo quería iluminar el camino de esa gente que no conocía pero sabía que estaban ahí.
Hay cosas en la vida que uno sabe con certeza, y yo sé que necesito escribir, necesito leer y estar junto al mar para ser yo misma y sentirme libre. La escritura me hace libre, escribir me hace volar con mi imaginación a lugares reales o imaginarios, a situaciones divertidas o duras… Las letras son mi escudo, mis flechas al aire y una que otra al corazón, necesito hacerlo porque es aliento de vida el escribir lo que pienso, lo que creo y recreo. Escribo lo que a gritos notan en mis silencios, porque quiero vivir y que vivan conmigo, que me lean, que me sueñen, que me suspiren... Quien busca la vida, quien quiere vivir se dedica a escribir.
Escribir y publicar no es lo mismo. Para mí escribir es una necesidad vital, absoluta. No puedo vivir sin escribir. No puedo vivir sin hacer lo que me apasiona. Pero muchas veces escribo y no lo publico por diferentes razones.
Hace algunos años, un día me encontraba leyendo una novela romántica erótica y una amiga me dijo “hay que tener mucha calle o imaginación para escribir eso, ¿te atreverías tú?”, sonreí y solo dije “No sé, tal vez”. Pero la sola idea me pareció un reto (no soporto los retos, me apasionan y la adrenalina me llega a niveles insospechados), desde ese entonces entre todas las cosas que escribo me gusta dejar un espacio para contar e imaginar historias atrevidas, románticas, eróticas, apasionadas que no dejan nada a la imaginación. Y me envuelvo en mis personajes, en sus vivencias, pasiones y frustraciones.
Cuando escribo mis manos se deslizan por el teclado y van plasmando los sentimientos que me nacen del corazón o pensamientos profundos que desnudan mi alma. En ocasiones mis manos se quedan quietas, suspendidas en el aire, dudando de cómo seguir, hasta que vuelven a deslizarse con lentitud pero con firmeza y continúan en su trayectoria depositando en la pantalla trocitos de sentimientos, modestas reflexiones, historias, bosquejos de sueños. Penas, alegrías, dolor, llanto, amores, añoranzas… las letras dicen todo lo que mi corazón siente, grita lo que mi boca calla, desnuda mi alma, da sentido a mi vivir, calma mis penas, me transporta a un mundo donde puedo ser yo, sin máscaras, sin atavíos, ¿que sería de mi si no pudiera escribir? vivo cuando escribo, soy yo cuando lo hago. En mis letras va el amor que llevo por dentro. Amor limpio, puro, dulce, tierno y eterno.
Mis queridos seguidores, hoy quiero darles las gracias desde el corazón a todos y cada uno de ustedes, sobre todo a quienes de un modo u otro me hacen saber que lo que escribo llega de algún modo, gusta, y que algunas veces esas vivencias o historias que plasmo, son compartidas, mucho más de lo que imagino cuando las escribo. Yo escribo para mí y para ustedes. Mis letras son vida porque seduzco sus ojos con letras de pasión y acaricio su piel con palabras de deseo. Hacemos el amor con palabras traviesas que tientan sus fantasías y mojan sus sentidos. Escribo en sus silencios, en sus sueños más profundos, en este manto de cielo azul que nos cubre y nos descubre, escribo para que esta vida sea menos lúgubre.
Gracias por estar siempre y vivir desde mis más locas emociones hasta las más dolorosas, esas que he dejado aquí con piel y todo, emociones en las que he compartido mis alegrías, mi risa y algarabía... así como mis tristezas, llanto, impotencia y frustraciones que vivo como mujer intensa que soy. Gracias a todos esos que llegaron después y a los que aún no han llegado pero que están en camino. Gracias a todos esos que me siguen en el anonimato, a todos los que me comentan aunque no me sigan y a los que me siguen sin comentarme.
Cada palabra es partícula de mí ser, un átomo de mí; escribir ya no es un gusto, es una necesidad. Escribo no solo para vivir sino para no morir. Mi propia sangre fluye en mis letras, respiro palabras y agito mis manos sobre el teclado en fulgurante victoria contra la incertidumbre. Escribo toda experiencia de vida, de sueños y de olvidos. Cuando me invaden las ganas de escribir me puedo quedar largas horas incluso sin comer o dormir, pero eso no me importa porque en esos momentos soy feliz. Estoy totalmente de acuerdo con alguien (desconozco su nombre) que dijo: “sigamos haciendo esto que sabemos hacer y que no sirve para nada, pero es tan útil; que no se come, pero llena; que no esta hecho con ninguna tela, pero cómo abriga!”
Que permanezcan aquí a pesar de mis ausencias hace que me sienta un poco en deuda con ustedes, por ello, a pesar de las dificultades que se me presentan y el poco tiempo que tengo disponible, seguiré aquí y les prometo hacer mi mayor esfuerzo para no alejarme mucho tiempo de ustedes mis queridos lectores, mis queridos amigos, virtuales pero amigos.
Sinceramente les digo que la única misión de mi humilde escritura es la de compartir. Una vez leí que escribir es crear, y leer lo escrito es como ser penetrado por esa energía creadora. Realmente parece una obscenidad, pero escribir y leer es como hacer el amor en otros planos sutiles. Cada vez que alguien escribe expulsa cierta energía que alguien recoge en alguna parte. Esto no es más que una forma de comunicarnos los unos con los otros e intermediar entre el mundo tangible y el intangible.
Este sitio es mi Hogar 3.0, y aquí seguiré reflexionando sobre la vida, mostrando quién soy y cómo soy, exponiendo lo que pienso, lo que siento, sin tapujos. Amigos, aquí seguiremos encontrándonos, éste es nuestro Universo 3.0.

Los quiero.