Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Una lágrima

Una lágrima es eso que humedece los ojos y que muchas veces nos empeñamos en ocultar. Es eso que nos tragamos tantas veces por soberbia, por orgullo, por demostrar fortaleza y queda atorada en la garganta, apretada en el corazón comprimiéndolo todo. Es tan profunda que no sabemos con certeza de dónde nace, ni si podrá morir alguna vez.

Si el dolor o la tristeza nos invaden las lágrimas brotan del alma, silenciosamente, se dan furtivamente… ruedan, en humedad, por la mejilla. Nos llegan desde el alma, simplemente son gotas del dolor que sentimos...

No soy una persona propensa al llanto, sin embargo últimamente he llorado mucho… he tenido y tengo deseos de llorar, sentir que una lagrima corre por mi mejilla para sentirme liberada de esta pena… quiero correr, desaparecer, tengo ganas de no estar, quiero volver a sentir que mi corazón y cada respiro diario tiene un objetivo… este intenso dolor borra todo lo bueno que me rodea, me atormenta tanto que mi felicidad se la lleva el viento, que la alegría se va junto con el humo de un cigarrillo, ya no sé qué hacer para mejorar mi estado porque cuando la gente que me rodea logra que me sienta mejor, todo vuelve a empezar… y no se donde ir...

Aunque en muchas culturas llorar se asocia con debilidad, las lágrimas hay que verterlas y nunca reprimirlas, según dicen los especialistas porque cuando las emociones se quedan dentro actúan como una olla Express y degeneran en enfermedades del cuerpo y del alma. A veces una lágrima cicatriza una herida, lava una pena y ablanda el corazón.

Una lágrima es un recuerdo, una angustia, una desesperación, una interrogante... a veces puede ser el comienzo del perdón, la primera luz de la rectificación, que hace estrechar una mano, también puede ser rebeldía o arrepentimiento. Odio. Amor, luz o sombra… puede ser el sueño desvanecido que rozó nuestros párpados o el amor perdido que aun está dulce, húmedo.

Una lágrima en ocasiones es la gota mágica que hace cambiar por dentro, cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lágrima ayuda. Cuando la derramamos en el corazón querido o en la intimidad de la amistad la lágrima une, estrecha, funde. Las lágrimas transforman, enseñan, disuelven los rencores, las espinas, las malas yerbas que van creciendo e impidiendo acercarse, abrazarse, comprenderse.

Quien no te conoce siempre ignora los motivos por lo que las derramas. Las lágrimas que se convierten en una válvula de escape y que consiguen disminuir los niveles de angustia actúan como un calmante natural, ya que tras el llanto alcanzamos un estado de cierta relajación. Así, al reducirse la intensidad de esas emociones somos capaces de enfrentarnos a ellas para solucionar, en la medida de lo posible, los problemas que provocaron la tristeza.

¿Son lágrimas de amor? muchas veces sí, pero también la expresión de una inmensa pena... Las lágrimas se dan sencillamente, cuando a llorar la vida nos condena... Debemos llorar cada vez que sintamos ganas de hacerlo porque es medicina para nuestro corazón, si tienes deseos de llorar... Llámame... No lo impediré, pero... Te prestaré mis lágrimas para llorar por ti o contigo. Te daré mi hombro para que llores en él, como hacen conmigo personas que me quieren, que me dan su espacio para que me refugie, sus brazos y su corazón para apoyarme y ayudarme a lidiar con tanta tristeza, para que no me hunda en ella, porque la vida tiene que seguir y yo en ella.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Tus besos


Adoro la sonrisa en tu boca y los besos que nacen por mi, besos profundos, largos… de humedad compartida, ¡cuántas cosas encierran en su interior! Los secretos de tus besos me mantienen viva, los recuerdos afloran, las vivencias vuelven a mi mente constantemente. Tengo la dulzura de tus besos y el fuego de tus labios.

Tus besos me lo dicen todo: “eres mi verdad”, “mi vida”, “te amo”, “te extrañé”. Y yo respondo a ellos con toda el alma. Tus besos me provocan… ellos y tus caricias, son unidad de medida de lo inmedible de nuestros sentimientos. Me lames, me bebes, conquistas con tu lengua el cielo de mi boca, me muerdes, me besas, amordazas mis labios con los tuyos.

Tu boca, tus besos son como fruta en mi boca que la moja con su delicioso jugo y alimentan mi alma. No dudemos en besarnos cada instante, no perdamos ese momento mágico de conexión donde se trasportan nuestras mentes y nuestros cuerpos a destinos desconocidos. Siempre creamos con nuestros besos un mundo de fantasía, un momento agradable, de plena dulzura y eterno, todo deja de existir a nuestro alrededor.

Amor, tus besos tienen la magia de despertar mi cuerpo y mis sentidos. Mientras más dulces y húmedas son las caricias que tus labios con ternura o con pasión me entregan, más intensamente las deseo, más te sueño y más te necesito. Nunca se me quitan los deseos de besar tu linda boca, tus besos son dulces y apasionados, ardientes y acalorados, son de fuego… nunca olvidaré la primera vez que me quemaste con uno de esos besos.

Te voy a besar cuándo quiera y dónde quiera, nadie me puede ni imponer ni prohibir nada. Soy partidaria de las personas apasionadas, que aman con todas sus fuerzas, que son valientes y atrevidas, de los besos que se dan con el alma y de las palabras fuertes, directas y sinceras. El beso es un mudo lenguaje de la pasión... Me gusta el beso llamado "contra la pared" (como a la mayoría de las mujeres), largo, fuerte, intenso, que nubla los pensamientos y dobla las rodillas.

Todos tus besos son geniales y sin embargo no haces la estúpida pregunta: “¿te gustó?”, que tanto le gusta hacer a la mayoría de los hombres y nos molesta a las mujeres. Tu simplemente sabes que adoro tus besos y sigues besándome sin parar, sin darme oportunidad de respirar, opinar, protestar, exigir... me encanta. Me gusta que eres seguro, atrevido, fuerte, cariñoso, protector... y lo mejor de todo, que me amas. Tampoco nunca me hiciste la odiosa pregunta: "¿te puedo besar?", tu solo me diste un beso... dos... mil... y me sigues besando sin preguntar y sin parar.

Son deliciosos tus besos, siempre llevo su sensación en mis labios, en mi recuerdo y vuelvo a ellos cuando te echo de menos. Siempre me apetece volver a besarte, a acercarme despacio a tus labios, a unir nuestras bocas, a sentirnos a través de un beso. Y durante el beso acariciarte y tras el beso mirarte, y tras mirarte volver a besarte y así un beso tras otro, hasta que se nos agoten los labios.

Que no se alejen tus labios, no quiero echarlos de meno, me muero por besarlos. Que no cesen tus besos que le dan sentido a mis labios. Por robarte un beso soy capaz de darle la vuelta al mundo, por la sonrisa de tu boca acorto todas las distancias, por la mirada de tus lindos ojos no hay camino que no recorra por largo que sea, por las caricias de tus manos divinas uniré con mis pasos los polos de la tierra. Con tus besos me embriago en el dulce licor de tus ardientes y húmedos labios.

Por tus besos moriré en la penumbra del ocaso, por ellos cobro vigorosa vida que palpita, siente, se emociona, sangra, se entrega… ¡Ay, qué será de mí! Si tu boca sigue acercándose a la mía, tus labios silenciando mis susurros, tu beso capturando mi aliento... tu saliva fundiéndose con la mía, mientras el destino nos hace un guiño para permitirnos beber el uno del otro. ¡Cielos! ya podría morirme en paz y descender al mismo infierno si esa fuera mi suerte por la pecaminosa hazaña de morir en tus labios.

Sométeme si es preciso, encadéname las manos a tus manos, mis pies a tus tobillos, mi vientre a tu vientre, atrapa mi sexo con tus labios, rómpeme, vacíame, agótame, séllame los labios con el beso eternizado de tu boca apresando la mía, de tus ojos clavados en los míos, para siempre…

jueves, 22 de diciembre de 2011

La vida y la felicidad

Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír. No te la pases agitando tus desgracias, pronosticando tragedias imaginarias, asustado por posibles males que a lo mejor no llegan nunca. Nacemos para luchar por la vida y la felicidad... casi para crearla, para hacerla a pesar de la tristeza, los desencantos, los errores, las malas jugadas y los irremediables imprevistos.

Necesitamos concentrarnos en amar, expulsar del corazón y de la mente cualquier pensamiento, sentimiento o emoción relativa al odio, como: resentimientos, rencores, deseos de venganza o desquite, repulsión o desprecio, porque todos ellos son el primer motivo de todos nuestros problemas, son la principal causa de errores y fracasos, son como un cáncer que nos corroe el alma. Si logramos crecer, superarnos, perdonar y amar veremos cómo nos florece y se nos enriquece la vida. La felicidad es una elección que podemos hacer en cualquier momento y lugar. Los pensamientos son los que nos hacen sentir felices o desgraciados, no las circunstancias.

La vida es una copa colmada de felicidad, lo que nunca se nos da llena sino de sorbito en sorbito, todos los días, para sobrevivir. No podemos buscar la felicidad en bienes y placeres solamente, si actuamos bien ella sola se nos va presentando. No podemos estar todo el tiempo añorando y extrañando lo que nos falta, lo que necesitamos es valorar lo que tenemos y enfrentar la vida con alegría y optimismo. Muchas veces a nuestro alrededor están todos los ingredientes para ser felices y sin embargo no lo somos porque no sabemos dar a la vida un máximo de calidad y rendimiento, y miramos al mundo como un esclavo, al camino empedrado como un imposible, a la mala suerte como una sombra que nos persigue, al ideal como algo inalcanzable.

La felicidad no está en los años, meses, semanas, ni siquiera en los días. Solo se encuentra en los momentos y la vida siempre tiene derecho a sorprendernos. ¿Saben cuál es la diferencia entre un sueño y una meta? Una meta es un sueño con fecha concreta para convertirse en realidad y un sueño es algo que está fuera de la realidad pero necesitamos soñar y tratar de que esos sueños se hagan realidad. Y si nos ponemos una meta difícil o creemos que tenemos un sueño imposible, entonces tenemos que pensar que el éxito es sólo la recompensa, pero lo que vale es el esfuerzo. Por eso como decía alguien "Apunta hacia la Luna, pues aunque te equivoques, llegarás a las estrellas".

El estadista y científico estadounidense, Benjamín Franklin, dijo: “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”.

Muy pocos de nosotros disfrutamos plenamente de algo. A muchas personas es muy pequeño el júbilo que les despierta la visión de una puesta de sol, o ver una persona atractiva, o a un pájaro en vuelo, o un árbol hermoso, o una bella danza. No disfrutan verdaderamente de nada. En muchas ocasiones miramos algo que nos entretiene o nos excita, y sentimos esa sensación que llamamos gozo. Pero el disfrute pleno de algo es mucho más profundo.

La esencia de la vida es ir hacia delante porque no se puede dar marcha atrás. La vida, en realidad, es una calle de sentido único donde estar preparado es importante, saber esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave. Nunca es tarde para vivir porque el tiempo es tan intemporal como nosotros, ni tarde para amar porque el corazón no tiene edad para sentir. Simplemente hagamos el camino dejando que la vida nos toque, que nos acaricie el viento, que la luna ilumine la silueta intemporal de nuestras vivencias… no miremos atrás porque eso hará que perdamos instantes que nos esperan siempre en la próxima esquina del camino.

No busquemos fórmulas sencillas ni baratas para encontrar la felicidad, solo tenemos que ir armonizando con todo, por ejemplo: tomar del panal un poquito de miel, del mar un poquito de sal, de la vida un toquecito de optimismo, de la imaginación algo de sueño y del dolor algo de raíz... y cuando seamos capaces de preocuparnos por la felicidad de los otros, entonces la nuestra llegará sola.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Tus ojos… tu mirada



¿Qué embrujo tienen tus ojos que desde que se posaron en los míos, eternamente mi mirada en ellos se pierde? El primer día que te vi, tu sonrisa y tu mirada me cautivaron, ese brillo cautivador en tu rostro nunca lo había percibido en nadie más, y que hasta la fecha sigue siendo en lo último que pienso al final del día y lo primero cuando despierto. Tus ojos no me mintieron, me miraste y pude comprendí lo que decía tu mirada, somos el uno para el otro… nunca podremos separarnos, porque tu alma ya habita dentro de mí, y mi corazón ya lo tienes tú.

Me gusta sumergirme en tu mirada, nadar por ella hasta llegarte al alma y quedarme allí dentro, aferrada a tus entrañas, como las garras de una fiera se aferran a la presa. Esa misma mirada que se ilumina cuando me ves, que se vuelve (si cabe) todavía más intensa, que me ensarta como si fuera una espada. Tu mirada es calor en mi piel, una caricia suave en mi rostro, es un tibio abrazo. Tu mirada, en silencio lo dice todo, dice qué deseas de mi, qué quieres de mi, dice que me deje llevar por este sentimiento, me habla de pasión… tu mirada me pertenece, es intima, me hace desearte, amarte.

La dulce mirada de tus ojos me alegra, me entusiasma, me ilumina... y junto a tu sonrisa franca me enternece, me enamora, me fascina. Cuando te tengo frente a mí, relajado, sonriente, te cubro de besos ardientes porque ni el sol del verano, ni las flores, ni la belleza del firmamento estrellado, me dan tanta alegría como tu mirada clara y tu sonrisa sincera. No quiero idealizarte pero sé que eres lo que busqué por mucho tiempo… Me gusta todo de ti, tu besar, tu andar, tu mirada, tus caricias… ¡Todo de ti! No sería posible sentir más de lo ya que por ti siento…

Tus ojos son encantadores… son como las últimas estrellas en todo el universo, y la luz que destella de ellos me seduce y me vuelve loca de amor por ti. Corazón mío, necesito para navegar en el inmenso mar de tu mirada, sentir como me acaricias con ella… adoro la ternura de tus ojos, cuando en ellos me miro. Adoro tu mirada sugerente…

Mi cuerpo se estremece al ver tu mirada, esos ojos que revelan secretos compartidos, murmullos, silencios… me derriten y rompe mis restricciones… Cuando el deseo entra en tu mirada, los ojos pierden su inocencia, el impulso se multiplica, se escuchan los latidos de tu corazón, la imaginación vuela... Una relación visual de lenguaje excitante… la libido de mirar con deseo, observar aunque no quieres ser observada, la sensualidad a flor de piel, el deseo creciente de tomar el mejor champagne de la copa más excitante.

Tu mirada es el comienzo y el final, caprichoso destino que con tus ojos me cruzó. ¿Porqué te miré?, ¿porqué me miraste?, desde ese momento te extiendes por mi mente sin que yo pueda hacer nada. Al mirarme me sentí atraída por tu fuerza, y lejos de huir me quedé. Bendita la hora en que me mire en tus ojos, y aunque creí hundirme en ti, en realidad emergí de mis propias cárceles a ese reino tan mágico y maravilloso, ese en el que puedo sentir y vivir tanto como quiera.

Imagino tus ojos descendiendo por estas líneas, sintiendo cada una de mis palabras, convirtiéndolas en sensaciones que recorren tu cuerpo y que se introducen en tu alma. Imagino cómo llegas al final, despacio, suave, intentando prolongarlas, disfrutando de sus últimos instantes.

Ciega me podría quedar si durante mucho tiempo mantuviera fija mi mirada en la tuya tan profunda y penetrante, como si tus ojos fueran dos estiletes que se clavaran en mis pupilas. Dame un beso ahora, deja de leer y bésame, abrázame fuerte, siénteme, mírame, convierte tus ojos en espadas y atraviésame hasta el alma, que sangraré sentimientos. Me encantan tus ojos llenos de deseo, de puro fuego… me fascino por esa mirada que me traspasa entera, justo por el centro, como la flecha del más certero arquero.

jueves, 15 de diciembre de 2011

El presente

En la vida tenemos muchas más posibilidades de las que imaginamos, día a día en nuestro camino se abren muchas más alternativas de las que pensamos. Para descubrir esas otras opciones necesitamos dejar fluir la creatividad, intentar cosas diferentes, nuevas y descubriremos que el horizonte es mucho más grande de lo que pensábamos.

Me maravilla la belleza del mundo, de las cosas que están ahí todo el tiempo, listas para tomarlas y disfrutarlas, me siento inundada por el placer y con una sensación de poder que es excitante en sí misma. Estoy y estaré donde quiero estar, donde esté bien, ahora tengo esa certeza. Se van diluyendo las inseguridades, la necesidad de demostrar algo, de presentar pruebas de quién soy. No necesito dar explicaciones, ni defenderme, ni apoderarme de nada ni de nadie, no siento envidia, ni celos, ni más impaciencia.

Trato de vivir el presente sin pensar en las heridas del pasado ni en las expectativas del futuro porque creo que la felicidad no es una meta, sino un trayecto. Por eso disfruto de cada momento como si en él, se combinara mi pasado, mi presente y mi futuro. Me conozco muy bien esa es mi ventaja con respecto a los demás, creo en mi y me valoro como persona eso me da excelentes resultados, créanme. El sueco Dag Hammarshold decía: "El camino más difícil es el camino al interior"…y, al menos una vez en la vida, debemos recorrerlo.

Decir que todo tiempo pasado fue mejor, es como aceptar que con el correr del tiempo perdemos nuestra capacidad de disfrutar de las cosas bellas y buenas del presente, especialmente el amor de y a nuestros semejantes, y eso es tan terrible como aceptar que estamos muriendo… lentamente. Es verdad que los días son diferentes unos de otros, pero eso es hasta deseable, sino la vida sería muy monótona y aburrida. Pero aferrarse a la nostalgia común en mucha gente, derivada de situaciones que ya nunca volverán, es sacrificar las cosas buenas de la vida diaria.

Te invito a estar en mi vida sin pretender que te quedes para siempre, acompáñame en mi viaje de sueños sin que te sientas obligado a seguir soñando conmigo, mira junto a mí el sol ocultándose en un atardecer aunque no sientas el mismo éxtasis que yo, te invito a permanecer a mi lado sin incitarte a que firmes un contrato de permanencia, simplemente compartir tu vida conmigo por el tiempo que dure, sin exigencias, explicaciones, expectativas, ni dependencia alguna. Sólo por el gusto inmenso de hacerlo así de a dos, sin contarle a nadie. En fin, así va la vida, no me puedo quejar.

Sin considerarme obsesiva, soy una fanática del presente, por el cual… doy gracias; lo vivo intensamente, lo siento en cada una de mis células y si de algo me sirve el tiempo pasado, es para fortalecerlo con los buenos recuerdos. Por eso… ¿Mi mejor tiempo? Este eterno presente, cuando aún puedo pronunciar esa maravillosa expresión que dice más que mil palabras: te amo.

domingo, 11 de diciembre de 2011

FELIZ CUMPLEAÑOS, MI PRINCESA



Hoy cumples 16 años, hijita de mi alma, muchas felicidades. Espero que pases un feliz día como te mereces, en este último año las cosas no han sido muy fáciles entre nosotras. Yo sé que estás en una edad muy difícil pero no olvides nunca todo lo que te dicho, los consejos que te doy no son para dirigir tu vida, ni para que la vivas como yo quiero, sino para guiar tus pasos y que sigas creciendo haciéndote una mujer de bien, con valores y autoestima suficientes para que puedas actuar de la mejor forma en cada situación que la vida te ponga, siendo justa y leal con todos pero en especial contigo misma.

A pesar de las diferencias que hemos tenido últimamente yo vivo orgullosa de ti, hijita, eso nunca lo dudes. Tienes un gran corazón y serás una gran mujer. No hagas mal uso de la libertad y la confianza que te doy, todavía tienes muchísimo que aprender en este andar por la vida. A veces crees que no te entiendo y que soy muy injusta contigo, pero te quiero lo suficiente para correr el riesgo de no agradarte siempre, aunque me duela pero al final es por tu bien y esa es mi satisfacción.


Feliz cumpleaños de nuevo, princesita, te deseo lo mejor del mundo y que seas muy feliz.



El texto que les pongo a continuación lo escribí hace un año cuando mi hija iba a cumplir 15 años, en ese momento este blog aún no existía, por eso hoy quiero compartirlo con ustedes.

QUERIDA HIJA

Ayer hice lo que me habías pedido porque comprendí que tenías razón, ya era tiempo de hacerlo. Saqué de tu cuarto y guardé lo que quedaba de tu niñez. Has ido creciendo y eres tan especial, tan independiente, tan tú, mi pequeña chiquita. Con tan solo un año ya tenías tu personalidad, ¿ese genio de quién lo habrás heredado?

Vas a cumplir 15 años y ahora quieres poner afiches y fotos de artistas en tu cuarto, para que parezca el de una jovencita. Por eso no me sorprendió que me pidieras sacar los juguetes. La única sorpresa es que sucedió tan rápido. Cuando me dijiste de pronto ¡Mamá, ya soy grande! Sentí un frío, un no se qué. Me pareció mentira ver frente a mí casi a una mujer. Y pensé: ¿cuándo fue la ultima ves que jugamos al escondite y te escuchaba gritar alegre y tan fresca como siempre: “aunque no estés lista allá voy”?

Ahora tampoco estoy lista, mi amor, pero en esta ocasión para que el tiempo haya transcurrido tan deprisa. Sin embargo, aquí te tengo en parte niña, en parte mujer, y como es lógico llena de contradicciones. Es muy probable que si algo me gusta, a ti te desagrade, cuando no te permito hacer algo me debes odiar. Pensarás que soy la mamá más torpe, mala e injusta, pero te quiero lo suficiente para correr el riesgo de no agradarte siempre.

Disfruté mucho tus años de niña y todos los años que han pasado desde que llegaste a mi vida, mi linda princesita. Me parece que fue ayer, cuando me tomabas la cara entre las manos porque creías que no te estaba atendiendo y me advertías. ¡Mami!, ¡Óyeme con los ojos! ¿Por qué el tiempo tuvo que transcurrir con tanta prisa? Te esperan muchos sueños por realizar, gente por conocer, camino por andar, ¡vida por vivir!

¡Cuantas cosas me has enseñado! siempre buscas el arco iris después de la lluvia. Gracias mi amor, por la felicidad y belleza que me has dado. Te pido perdón si no supe en algún momento de tu vida ser la madre que tú querías.

Todavía hay tantas cosas que debes aprender. Quisiera que tu andar fuese liviano, pero con paso firme. Quisiera ver en tu mundo un centenar de sueños, en los que al despertar de cada uno, llegues a la realización de tus anhelos. Aprende que las bondades de la vida, emanan de tu comportamiento. Nada vale más en este andar pasajero que el amor, satúrate de él en cada paso que camines, y tu espíritu será recompensado. No desdeñes nunca a nadie, aprende a escuchar y comprender a los demás, pero guarda en silencio el secreto de quien te lo otorga, y quédate para ti esa lección de vida.

No permitas que nada turbe tu camino, manéjate de forma transparente y clara, si por error caes en alguna falta, sé humilde, benevolente y justa contigo misma, para que puedas levantarte y elevar de nuevo el vuelo a tu destino. Aprende a dar sin mesura, pero no comprometas lo que no posees. Vive la libertad como un despliegue, de que eres capaz de alcanzar todo lo que te propongas, más no hagas mal uso de ella, porque podrías deslumbrarte con un mundo, que sea sórdido, vil y oscuro.

No olvides, que todo aquello que deseamos requiere paciencia, concentración y esfuerzo, para ello, no busques nunca el camino más fácil, sino el correcto. Enorgullécete de tus logros, más no permitas que la soberbia te haga olvidar que vale más una sonrisa. Piensa que mamá está y estará siempre contigo, que su misión más importante es ver florecida en ti, a una persona de bien. Has sido siempre un rayo de luz en mis días, un cascabelito que no se apaga. Tú y tu hermano, son la razón de mí existir.

Tus primeras palabras han quedado impresas en mi corazón con tinta indeleble. Espero que de tu boca siempre salgan como un manantial limpio y cristalino, para que puedas expresar lo que anhelas, lo que piensas, lo que sientes y que a través de ellas puedas también alcanzar tus sueños, darte el lugar que te corresponde como mujer, como profesional, pero que nunca sean fuente de rencor, injurias e irrespeto.

Hoy que cumples quince años no tengo palabras para agradecerte que seas como eres. Serás una gran persona, una gran mujer el día de mañana, porque en tu ser anida un alma grande y buena. Protégela siempre con todas tus fuerzas, hijita, porque es tu esencia, es tu mayor tesoro ya que el día que las personas se pierden a sí mismas, han perdido más que su identidad, la vida misma… pido con toda mi alma por tu felicidad completa, hoy y siempre mi princesa.

OJALA SIEMPRE VEAS LA VIDA, NO SOLO CON LOS OJOS, SINO TAMBIÉN CON EL CORAZÓN.

sábado, 10 de diciembre de 2011

TE AMO

Alguien me dijo una vez: “el día que un hombre te haga temblar sabrás lo que es el amor, porque amor no es aquello que queremos sentir, sino aquello que sentimos sin querer”. Me pareció ilógico y me dije ¿cómo voy a sentir amor por alguien si yo no quiero?, era muy joven y desde siempre me creí dueña absoluta de mi destino y por tanto de que mis sentimientos se moverían y surgirían según mi voluntad y no la de nadie más. ¡Ilusa, niña tonta! Los años y la vida me enseñaron que no es así, los sentimientos verdaderos (incluyendo el amor) son espontáneos, surgen sin que lo esperes, no se pueden planificar como una compra o un paseo. Simplemente cuando menos lo esperas, en el lugar y momento más inesperado ¡Puf! te golpean de pronto como una ola en medio del mar.

Hoy soy muy consciente de eso, porque sin buscarte llegaste de pronto a mi vida, cuando menos lo esperaba y todo en ti me cautiva, me llena, me agrada… como la luna que hace clara la oscuridad brindando un cielo espléndido a nuestras noches enamoradas. Te juro que si me pidieran cuantificar cuánto te amo no me bastarían los números, ni tampoco las palabras, son tantas las variables que engrandecen su valor, que no se miden ya con cifras sino con latidos del corazón, con suspiros lanzados al aire, imposibles de contar.

Muchas personas buscan con desespero el amor, y por eso se equivocan una y otra vez en esa búsqueda desenfrenada, porque no es uno quien elige el amor, es el amor el que nos elige a nosotros sin siquiera darnos cuenta. Lo estés buscando o no, cuando llega te estremece de pronto y sientes, hacia esa persona inesperada y muchas veces desconocida, algo inexplicable que te arrastra inexorablemente a ella, su mirada te perturba, su voz eriza tu piel, su contacto te estremece, tu corazón galopa al ritmo de potros salvajes… eso que llaman química que no tiene explicación, es una fuerza poderosa contra la que no se puede luchar, te domina en cuerpo y alma.

Tal es así que tú no puedes imaginar los pensamientos lujuriosos que me invaden, la falta de recato y pudor que se va apoderando de mi cuando me contemplas con tus ojos llenos de deseo, de pasión, haciéndome sentir la reina del mundo y de todo, la dueña del día y la noche, del mar y del sol. Tú me haces sentir que recibirte en mis brazos es un regalo que la vida te ha dado, de esos que ni se esperan ni se imaginan. El destino nos puso un día frente a frente, a mí me bastó sólo la transparente mirada de tus ojos, para darme cuenta que estábamos predestinados, para bien o para mal, y decidida acudí a tu dulce llamado, aprendiendo a conocer contigo la pasión que envenena, que nubla los sentidos y lo mismo te lanza al cielo que al infierno, pero no te importa.

El amor verdadero todo lo supera, rompe barreras, derrumba murallas, es como un roble que ni con un fuerte temblor desaparece, siempre tiene agallas para defender al ser que ama, no tiene edad, no hay distancia que lo haga malograr, siempre permanece como fiero león defendiendo lo que le pertenece. En el amor es el corazón y no la razón quien te da las respuestas que necesitas. Por ejemplo, cuando extrañas a una persona a todas horas y cuentas los minutos que te faltan para verla, si cada segundo está en tu pensamiento, si una mirada suya, una caricia, un abrazo, un beso… te hacen sentir mariposas en el estómago, si te late el corazón a mil por hora cuando la vez o estás cerca, si cada cosa que ves, escuchas o hueles, te la recuerda, si el tiempo a su lado pasa volando y siempre quieres más, volviéndote adicta a su contacto, no hay dudas de que estás perdidamente enamorada.

Muchas veces le pregunto a la noche y a la Luna que son testigos de amores nocturnos: ¿Qué hechizo tienen tus labios que me besan y no puedo separarme de ellos, labios turgentes y húmedos como pétalos al rocío que cuando me besan me impiden pensar en nada más? ¿Qué conjuro me hicieron tu voz y tus dulces palabras que de mis pensamientos no puedo quitarlas? ¿Que encantamiento me hicieron tus caricias que mi piel aunque esté húmeda arde entera, cuando con tus manos tiernas el amor inicias? ¿Qué magia tiene tu mirada que me perturba? ¿Qué embrujo tienen tus manos y tu cuerpo que si me tocan y te acercas no puedo alejarme de ti? ¿Que sortilegio de amor es el que me tiene cautiva si mi corazón que era fuerte no palpita si no tengo tus besos?... Les pregunto y quiero que me respondan solo por curiosidad, para que aclaren mis pensamientos… pero que no piensen ni por un segundo que les estoy pidiendo ayuda para que me quiten el encantamiento que feliz estoy disfrutando.

Soy feliz de amarte, no tengo dudas… Te amo de una manera inexplicable, de una forma inconfesable, de un modo contradictorio. Te amo con mis estados de ánimo que son muchos y cambian de humor continuamente, por lo que ya sabes: el tiempo, la vida, la muerte. Te amo con el mundo que no entiendo, con la gente que no comprende, con la ambivalencia de mi alma, con la incoherencia de mis actos, con la fatalidad del destino, con la conspiración del deseo, con la ambigüedad de los hechos. Aun si en algún momento te digo que no te amo, te amo. En el fondo llevo a cabo un plan para amarte… mejor.

Te amo sin reflexionar, inconscientemente, espontáneamente, involuntariamente, por instinto, por impulsos, irracionalmente en efectos, no tengo argumentos lógicos, ni siquiera improvisados para fundamentar este amor que siento por ti. Que surgió misteriosamente de la nada, que no ha resuelto mágicamente nada, y que milagrosamente, a poco con poco y con nada ha mejorado lo peor de ti y de mi. Te amo con un cuerpo que no piensa, con un corazón que no razona, con una cabeza que no coordina. Te amo incomprensiblemente, sin preguntarme por qué te amo, sin importarme por qué te amo, sin cuestionarme por qué te amo. Te amo sencillamente porque te amo. Y yo misma no sé explicar por qué te amo.

Me tienes entregada a tu boca que vuelve loca mi razón, a tu piel que envenena la mía de deseo, a tu sexo que me invita imponente a que lo saboree, a tu montura que me ata a tus caderas, a tu forma de poseerme y tenerme.... Entre mis piernas es dónde quiero que calmes tu hambre de sexo, donde busques apagar tu sed de placer, deja ahí tus ganas y tu intención arrancándome gemidos en busca de tu destino, saciando mis deseos de mil maneras, es ahí dónde quiero tenerte, entre mis piernas… dime, amor, ¿se te ocurre un lugar mejor?

jueves, 8 de diciembre de 2011

La música me reconforta

Me gusta tanto porque me hace sentir viva. Cuando en ocasiones escucho por primera vez una canción especialmente buena, una ola de emoción y de gozo me invade, descubro nuevas sensaciones y esbozo una sonrisa si el tema es alegre o me hace pensar si es triste o profundo. Pero aunque sea triste, su belleza me da ánimos y fuerzas cuando me identifico con ella.

Aunque parezca difícil de asimilar, hay personas en este mundo a las que no les gusta la música. ¡Y mira que hay variedad para elegir! Pero nada, lo que para tanta gente es un bien indispensable en la vida, para otros no significa nada en absoluto. Es cierto, hay gente a la cual la música ni le va ni le viene, y se extraña de ver a otros emocionados con una canción.

A mí la música me hace sentir libre, alegre, o simplemente me hace compañía. Y creo que esa es una de las claves, acompaña tu estado de ánimo, y a veces puede hasta cambiarlo, incluso hacerte ver las cosas diferentes. Escucho distintos tipos de música, lo que me importa es que sea lógica, bien pensada, es decir con melodía, y más aun, con armonía además de bien interpretada, claro. No me gusta la música o los géneros groseros.

La música me reconforta, pienso que constituye la más sensual de las artes, porque es el lenguaje de lo inconsciente y escapa al dominio de la razón. Obra sobre nuestras emociones, es encantadora porque derrama y disuelve en la magia de los sonidos las impresiones agradables y los sentimientos penosos. Es el instrumento de la liberación humana, de la liberación interior.

Es el lenguaje del cielo… me da vida, me hechiza. Hay cosas que simplemente no se pueden explicar con palabras y sólo es cuestión de sentir la música. A mí me inspira sentimientos intensos, cada nota, cada frase encierra un sin fin de cosas que lo mismo te empujan al llanto que a la risa, la melodía te remueve un no-se-qué en los sentimientos, en los recuerdos…

Donde quiera que esté, la música siempre me lleva más cerca de ti, entra en mi mente, se apodera de mi cuerpo, viaja por mis venas… y si es una de nuestras canciones (las que hemos bailado y las que no) cuando la melodía inunda mis sentidos me transporta a otros sitios, a otros momentos, pero siempre en tu compañía y cuando la canción se apodera completamente de mí sólo te siento a ti, tus brazos rodeando mi cintura, tu aliento en mi cuello, tu cuerpo pegado a mí y tus piernas entrelazadas con las mías guiándome en cada paso del baile e insinuándome el camino de todo lo demás mientras cantas en mi oído y me acaricias.

La música es una forma de escapar de la realidad, sentirse bien, feliz, tranquilo, sin cargas, al menos yo siento que la música me ayuda a evadir un poco los problemas en todos los aspectos de mi vida... me ayuda a liberarme del estrés. Es el perfecto estado donde puedo ser yo misma sin sentirme amenazada por las locuras de los demás. Es una pena que existan personas que no disfruten la música de esta manera.

Hay gente que escucha toneladas de música, que tiene cientos de discos, que conoce el tema perfecto para el momento perfecto. Yo soy una de esas personas que dice "me encanta esta canción", y cuando me preguntan de quién es, a veces no tengo idea. Escucho música de forma absolutamente ingenua, en ocasiones sin tener idea de dónde viene lo que estoy escuchando, cómo se formó el grupo, cuántos discos tienen, cuáles son sus raíces musicales. No saber nada de música no me invalida para escucharla.

Todos ustedes saben que adoro a Chayanne, su música realmente me hace sentir en el éxtasis, su ritmo me provoca, no hay canción suya que no disfrute. Pero también me gusta mucho Arjona, el grupo Camila, Wisin & Yandel, Aventura, RBD, Maná, Franco de Vita, Laura Paussini, Miriam Hernández, Pimpinela, Gilberto Santa Rosa, Marc Anthony (para mi es el mejor cantante de salsa sin demeritar a nadie), no podría seguir nombrando porque la lista se haría muy larga, como ven me gustan muchos tipos de música y las disfruto todas al máximo.

La música me hace sentir ¡tan bien! que escucho música en todo momento, si estoy triste, si estoy alegre y feliz, mientras limpio, lavo, cocino… hasta cuando escribo tengo música puesta. Otras veces me dedico a sentarme o recostarme sólo a escucharla, con todos mis sentidos puestos en ella para disfrutarla a plenitud. Quizás algún día tenga la suerte de que alguien me explique por qué la música tiene ese poder sobre mí, que me hace sentir tan "excesivamente" bien. ¿Qué magia opera en nosotros los humanos la melodía, el ritmo musical? Ojala alguien me explique por qué soy adicta a la música (y afortunadamente no soy la única), tanto que necesito escucharla a todas horas como si se tratara de una droga, la necesito tanto cuando las cosas van muy mal como cuando van muy bien. Algún día sabré cómo funcionamos en ese sentido, mientras tanto seguiré disfrutando de ella sin pensar en nada más.

Cada estilo genera en mi algo distinto, pero lo que todos tienen en común es que me hacen sentir LIBRE...

martes, 6 de diciembre de 2011

Tu risa me provoca



A veces una mirada y una sonrisa lo es todo, en ocasiones sólo eso importa, y no son por que sí, encierran mil motivos, mil deseos y mil ilusiones. A veces una mirada no es sólo una mirada sino que se convierte en un libro de poemas lleno de adjetivos, de verbos y de sensaciones. A veces una sonrisa no es sólo un gesto espontáneo, sino que se convierte en mil palabras sin voz que suenan infinitamente mejor que cualquier frase que se pueda decir.
Creo en el amor a primera vista, porque lo sentí, me enamoré de ti en el mismo instante en que te vi, al ver esa sonrisa tan definitiva y verme reflejada en tus lindos ojos que no salen de mi mente. Descubro el amor en tu sonrisa (de esas que hacen temblar el cuerpo) y pruebo la dulzura de tu alma. Cuando ríes todo se transforma, el mundo no es el mismo y hasta el aire que respiro no es igual, he aprendido a adivinarte por los matices de tu risa limpia, tierna, con la que me entregas tu vida entera.
Supiste trazar muy bien la ruta a mi alma con esa sonrisa maliciosa y pícara que me deja sin aliento, ni respiración. Cuando vienes hacia mí andando despacio, al faltar unos metros y hacerse nítidas nuestras miradas siempre sonríes, con esa deliciosa sonrisa tuya, y al juntarse nuestros cuerpos un abrazo, al separarse las cabezas una mirada y unas palabras, y al juntarse los labios, un beso.
Me encanta descubrir sitios contigo, llenarlos de nosotros, de momentos vividos, de confesiones, de emociones, de anécdotas, de risas. Echo de menos tomar cualquier cosa en cualquier sitio, el ver tu sonrisa cálida (que siempre me acompaña) y reírnos sin parar. Eres el hombre que con su risa y su mirada me abren las puertas del camino al placer. Eres capaz de hacerme perder la razón con tan solo insinuar esa sonrisa que ejerce sobre mí una influencia similar a la que tiene el Sol sobre los planetas que orbitan a su alrededor. Adoro cuando abrazados abandonamos el mundo, dejamos todo afuera y nos internamos en nuestro pequeño espacio, donde hay palabras, miradas, sentimientos, risas, sonrisas, donde a veces desaparece la lógica, donde hay besos, caricias, miradas, susurros, suspiros, deseos, pasión.
El cascabel de tu risa juguetea con las notas, se confunde con la brisa, se me queda grabado en el alma como esas dulces melodías que de solo recordarlas hacen gratos los días. Aunque lejanos estén tus labios, si cierro los ojos puedo ver esa sonrisa breve que se te dibuja de repente en unos cuantos trazos y que tanto me gusta. Imagino tu cara y en ella una sonrisa esbozada mientras tus ojos me miran intensos y profundos, como si miraras con el alma. Tu risa resuena aquí en mi mente, llena mis espacios, hace nada mis penas, me hace sentirte cerca tornando el gris del cielo en celeste.
En cada paso que doy mientras camino atraviesas de lado a lado mi pensamiento, apareciendo en forma de sonrisa, de beso, de abrazo. Que no se ausente mucho tiempo tu sonrisa dulce y pícara que me ilumina mientras tu mirada se me clava hasta el alma. Cierro mis ojos y te veo sonreír de esa forma que a veces no sé definir, que surge como a cámara lenta en delicado esbozo para luego estallar iluminando tu rostro… y mil momentos bombardean mi mente, momentos de cama, momentos de risas, momentos con cervezas de por medio, momentos de miradas, momentos contigo que se hacen eternos.
Nos entregamos sin mesura, con esa sonrisa perversa que doblega voluntades, que por inesperada sorprende y que por sorpresa derrota. Te pienso despacio, acariciando los detalles. La ausencia no apaga la sonrisa que se enciende en mis labios cuando atrapas mis pensamientos. Así de sencillo es dejarme llevar por el sentimiento, tanto como vivir en un humilde y diario "te quiero". Me fascinas tanto que con una simple sonrisa iluminas mil instantes y me duermo pensando vagamente en el mundo inquietante que se extiende detrás de ella. Eres capaz de secar hasta la última de mis lágrimas con tu sonrisa y a la vez capaz de provocarme el mayor de los llantos sólo con decirme que me amas en el momento que más lo necesito…
Están dentro de mí tus brasas, incandescentes aún, restos del incendio que siempre me arde cada vez que estamos juntos. Y brillan mis ojos cuando te miro por el fuego que llevo dentro que le da calidez a mi alma y convierte mi sangre en lava, madera seca que prende con la primera chispa, la de tu mirada, la de tu sonrisa. Es un fuego sereno que me consume por dentro, que no se apaga, pretendiendo ser eterno.
Necesito escribir un verso que cure mis heridas, que me hable de amor, que me hable de ti, tal vez una mirada furtiva de tus ojos acompañada de esa inocente sonrisa proveniente de tus labios, que rompen el silencio, que me llevan al delirio y comienzan el acelerado palpitar de mi corazón. Me gusta convertir tu cuerpo en un firmamento lleno de caricias y besos, hacer de tus abrazos mi refugio, de tus suspiros un poema, convertirme en placer junto a tu desnudez.
Cuando ríes se iluminan tus ojos y mi alma. Tu risa me hace libre, me pone alas y me quita soledades porque tu corazón relampaguea en tus labios dándome alegría, felicidad, seguridad... No me quites tu risa, tu caricia, tu respiración, no me quites lo que me da vida, que la única vía de salida está en tu puerta. Cuento con tu risa para alzarme y dependo de esa sonrisa dulce de tu boca para batallar contra este mundo absurdo que me acosa. Cuando sonríes me contagias esa malicia que hay en tu boca, ¡ay de mi! que cuando ríes de esa forma conviertes todo en una fiesta.
Voy tras el eco de tu risa, quiero con sus notas olvidar mi pena mientras el mar mece sus olas en las huellas de mi cansancio. Y cuando el sol pinte el ocaso en la playa, te juro que en ese mar buscaré tu risa para hallar algo de calma. Como dice Neruda: “Niégame el pan, el aire, la luz, la primavera, pero tu risa nunca por que me moriría”.

sábado, 3 de diciembre de 2011

¡Que viva Shangó!



Nuevamente son las dos de la madrugada, acabamos de llegar de casa de mi amiga Cary. Vamos a dormir todos de prisa porque mañana (perdón dentro de unas pocas horas) tenemos que levantarnos temprano para ir al Santuario Nacional de Santa Bárbara (Shangó), ubicado en Párraga. Un día como hoy todos sus hijos y devotos tienen su imagen engalanada para la festividad en su honor, que dura hasta las doce de la noche el día 4. Cuando salgamos del Santuario vendremos para la casa y esperaremos a que den las doce de la noche. Esperaremos el día cuatro como ella se merece. Hemos comprado flores, velas, manzanas, vino que no puede faltar, ron, mañana tendrá de todo. Este año esta festividad se hace más grande al igual que nuestro regocijo porque tenemos en estos días la peregrinación por nuestras calles de la patrona de Cuba, la Caridad del Cobre (Oshún).

Hoy comienza la fiesta a Santa Bárbara Bendita y al mismo tiempo el guemilere a Shangó, en las mentes de algunos participantes está impresa la imagen dulcificada de la santa católica, mientras que en las de otros aparece la excelsa y gallarda figura de Shangó portando la espada enhiesta.

En nuestro país Shangó representa a Santa Bárbara según nuestro sincretismo, aunque en realidad para el mundo Santa Bárbara es una santa de la iglesia católica y Shangó es un orisha africano. La presencia del culto lucumí en Palmira y el predominio de la Regla de Ocha fue un elemento de suma importancia para que se crearan las condiciones al culto de Shangó, que junto al de la Virgen de la Caridad del Cobre y la Virgen de Regla fueron las más extendidas en Cuba a finales del siglo XIX.

Quizás muchos de ustedes ni siquiera la conozcan, pero nosotros somos devotas de esa santa, a eso se debe las festividad. Es un día muy importante para todos sus hijos por eso no dejamos de celebrarlo, unas veces mejor y otras no tanto, depende de cómo se presenten las cosas y como ande nuestra economía, pero nunca pasa por alto.

Como dice un refrán popular “La tierra se pone ardiente bajo los pies de Shangó”.

Muchas veces a lo largo del año (pero sobre todo hoy) todos repetimos lo que dice la canción de nuestra querida Celina González: “Santa Bárbara bendita, para ti surque mi lira y con emoción se inspira ante tu imagen bonita. ¡Que viva Changó...! Con voluntad infinita la arranco del corazón la melodiosa expresión, pidiendo que desde el cielo nos envíes tu consuelo y tu santa bendición. ¡Que viva Changó...! Virgen venerada y pura, Santa Bárbara bendita nuestra oración favorita llevamos hasta tu altura”.

Amigos, para quienes la conocen y para quienes no, el grito de hoy es: ¡Que viva Shangó! Mientras esperamos o buscamos con devoción unos, con cariño otros, con respeto todos el paso de Cachita, de Oshún, de la Virgen de la Caridad del Cobre por nuestras calles, plazas… porque ellas son parte de nuestra identidad.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Reflexionando…

Cuando vivimos una desgracia, un accidente, un conflicto o un problema le damos diferentes nombres de acuerdo a las creencias o costumbres que tengamos, la religión lo llama: Castigo, la metafísica lo llama: Karma, el budismo lo llama: Prueba, y otros lo llaman: Mala suerte.

La religión dice que todo lo malo que nos sucede es por los pecados que hemos cometido en esta vida. La metafísica dice que los encuentros diarios del hombre y la mujer en las calles de la vida son en realidad el desenredo de los ciclos del Karma: de fuerzas positivas y negativas que han cerrado el círculo para el ajuste de cuentas o el efecto de la ley de la causalidad (causa-efecto). El budismo lo enfrenta como pruebas de las virtudes del hombre que permiten su evolución. Otros dicen que es mala suerte, que el destino es injusto o que la vida es dolor y sufrimiento.

Los maestros dicen que "El hombre cuando reconoce la oscuridad, es que se esfuerza en alcanzar la luz".

Quizás cada uno tenga razón desde su punto de vista, sin embargo no estoy de acuerdo en que cada vez que ocurre en nuestra vida una situación de desequilibrio sea porque tenemos que corregir un mal pasado que por error en su momento no supimos resolver. Las cosas malas ocurren por muchas causas y creo que independientemente del nombre que cada quien les de, lo importante en primer lugar es sobreponerse a ellas y después analizarlas con calma para buscar la enseñanza que nos dejó. Porque sólo cuando somos capaces de reconocer el mal es que podemos hacer el bien.