Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

martes, 21 de octubre de 2014

Adicta a ti



Sí, tu tienes ese algo que me atrae y no se cómo definir. ¿Qué tienes que me vuelves loca? ¿Qué haces que me pierdo? Tus ojos que hablan, me llaman y atrapan. La cercanía de tus labios que imploran los míos. Tus brazos alrededor de mi cuerpo sin intención de soltarme.
Cuando nos encontramos tu solo sonríes, quien sabe cuantas cosas locas pasan por tu cabeza en ese instante. Digo locas porque por la mía pasan tantas cosas. Mi imaginación empieza a volar. Mi tensión sexual se eleva y ya empiezo a fantasearte. Y cuando nos acercamos mucho y puedo sentir el aroma de tu perfume, mmmm… Ese que me invade cada vez que te saludo y te abrazo. Ese que me acelera el corazón y la respiración. Ese que me provoca a recorrer cada centímetro de tu cuerpo.
Me provocas a pecar sobre tu piel, devorar tu cuerpo con caricias de mis labios, desprender mis ansias y enloquecer tu calma. Volvernos uno, unir nuestras almas como lava ardiente, candente por el calor que creamos cuando estamos juntos. Me gusta ir reviviendo los deseos de tenernos cuando la yema de mis dedos te recorren. No me canso de tenerte dentro de mí, toda la noche, en todas partes del cuarto y de la casa. Quiero siempre tu cuerpo en mis brazos y tu corazón en mi alma. Quiero estar bajo tu piel y quedarme ahí, como la tinta de mis palabras se impregna en un papel.
Me encanta cuando me arrinconas entre la pared y tu cuerpo, me dejas sin salida para que sienta el calor que llevas por dentro. Y empiezas a besarme con esos labios tentadores, dulces, suaves y muy tiernos, aunque también pueden llegar a ser posesivos con una gran pasión, y pronuncian palabras que activan mi mente y me vuelven loca. Y mirándome fijamente a los ojos, con una sonrisa pícara y lasciva me dices: “Me muero por sentir tus pechos con mis labios… por hacerte mía una vez más.
En esos momentos mi mirada me delata, mi rostro debe ser un poema. Tus manos empiezan a recorrerme, una mano acaricia mi cara sutilmente y la otra desabrocha mi blusa. Y nuestras bocas se unen en un juego incontrolable de jugosos besos, hasta que mis labios abandonan tu boca y empiezan a deslizarse desde tu cuello hacia abajo. Excitándome mucho más al sentir como cada vez respiras más profundo. Veo como muerdes tus labios y tus ojos entre abiertos, mirándome con tanto deseo certifican lo que tu boca acaba de decir hace unos instantes, las ganas que tienes de tenerme nuevamente.
Eres el hombre que me hace perder la noción del tiempo y el espacio, hasta cuando bailamos juntos que mi cuerpo se mueve al ritmo del tuyo al son de la música. Y ahora recuerdo esa frase que dice “El baile es la expresión vertical del deseo horizontal”. Como te conozco bien acabas de subir tus cejas al leer esto y ahora te estás riendo.
Pero todo es cierto. Me provoca tu cuerpo dispuesto para mí. Me pierdo en tu tacto, tu sabor y el lúcido sonido de la insensatez. Me enloquece provocarte y que te pierdas conmigo. Me pierde tu loca provocación. Me enloquece tu forma de mirar, tu forma de reír, la forma como me acaricias, la forma como me demuestras tu humilde y sincero amor.
Te encanta recorrer cada centímetro de mi cuerpo, acariciarme, llevarme al punto de que te pida a gritos que me hagas tuya. Tu boca me recorre empezando desde los labios y vas bajando suavemente, probando mi cuello, besando mis pechos, tu lengua baja hasta mi ombligo… hasta que finalmente se apodera de mi sexo. Cierro los ojos y me dejo llevar...
Sí, ya no hay remedio, soy adicta a ti… adicción a tus dedos, a que me toques, a tu voz, a perderme entre tus sábanas, a sumergirnos entre lo desconocido hasta ahogarnos con los suspiros, a beber de ti, al sabor de tus labios… a la oscuridad tan lúcida que me rodea. Adicta a lo que quiero ser, a quién fui ayer, a quien soy ahora, a odiar el reloj cuando pasan las horas porque vuelan cuando estas tumbado frente a mi… adicta a jugar con el destino, a mis momentos de soledad y a mis momentos de vivir.
Soy una tonta adicta a ser pesimista, a que nada me agrade, a mis sueños donde te tengo, a mis pesadillas cuando te pierdo... Adicta a esas ilusiones en aumento, a este querer, a tu complicidad, al gesto que acompaña tu sonrisa... simplemente tu y yo marcando el compás... Adicta... definitivamente lo estoy. Ahora pierdo hasta la mente, he perdido el control, me enganche incondicionalmente. Me he vuelto adicta y te necesito cada día. Surgió poco a poco, sin darme cuenta, día a día...

martes, 14 de octubre de 2014

Hay tanta gente falsa, que ni ellos mismos saben quienes son en realidad



"Si los que hablan mal de mí supieran exactamente lo que yo pienso de ellos, hablarían peor"
Sacha Guitry

Ahora son exactamente la una de la mañana y no puedo dormir. Necesito escribir esta entrada. Va dedicada a todas las personas falsas, hipócritas, envidiosas. Estoy harta de la gente falsa, de quienes se dedican a dejarte mal delante de otros. Estoy harta de la gente que te pone una cara por delante y después otra por detrás, estoy harta de que me sonrían y después cuando volteo la espalda me apuñalen.

Hay cosas que me sacan de quicio y que consiguen que me enfade realmente cosas que cada vez soporto menos... estoy cansada de la gente falsa, de que se le de tanta importancia a lo que en realidad no importa, de que la gente no se fije en lo que vale una persona, de que se valore el "glamour" y el dinero por encima de las virtudes, de saber que hay gente a mi alrededor que, aunque se crean superiores, no merecen la pena…

Hay un dicho muy popular que dice: “No soy monedita de oro para caerle bien a todos”. Lo cierto es que es inevitable encontrarse con personas a quienes les desagrades, sientan celos o quieran arruinar tu reputación. Pero todavía no conozco a nadie que celebre cuando la gente habla mal de su persona. ¿Qué podemos hacer para no molestarnos? No darle al asunto tanta importancia. Si lo que se dice de ti es verdad, por ejemplo si se trata de una falta, tienes que admitirla y, mejor aún, corregirla. Pero si no es verdad, ¿para qué preocuparte? A fin de cuentas, la gente que mejor te conoce no lo creerá.
Los seres humanos somos verdaderamente complejos. Tenemos la tendencia de medir a los demás de acuerdo a lo que vemos por fuera. Hacemos nuestro propio instrumento para medir a los demás, pero muy rara veces lo usamos para medir el tamaño de nuestra propia condición. Sin embargo, debemos recordar que el “metro” que usamos para medir a los demás servirá también para que nos midan a nosotros. Hasta en la Biblia el Señor nos recuerda que no debemos juzgar de acuerdo a las apariencias sino hacerlo con justo juicio.
Uno se topa en la vida con seres que lo único para lo que nacieron es para hablar mal de los demás. Siempre habrán seres que van a envidiarnos aunque no tengamos nada envidiable. Pero es así, lo triste es que pasarse el día hablando mal de alguien hace que al final esas personas sean las que terminen sintiéndose mal. Vivir enjuiciando a los demás habla de la mala vida sexual que tienen. Siempre he pensado que a mayor moralismo, menos orgasmos.
¡Es necesario que antes de juzgar a los demás, nos analicemos a nosotros mismos! ¿Por qué la gente tiene que ser tan falsa? No entiendo... No puedo responder esa pregunta, pero lo real es que el mundo esta lleno de gente falsa, gente que se fingen amigas y por detrás te ataca.
Yo conozco personas que pensé que eran buenas pero después descubrí que son unas FALSAS de mierda, a mi me duele que me usen (como creo le ocurre a todo el mundo), que feo que exista tanta gente así, que te causen tal decepción cuando las creías “amigas”. Está visto que hoy en día no se sabe en quien confiar. Y saben qué es lo peor, que esos hipócritas hablan mal de uno ¡sin motivo! Ese tipo de gente me da lastima. A mi me han fallado unas cuantas personas, algunas las he dado por amigas y lo que intentan a mis espaldas es joderme. Y luego tan frescas como una lechuga, cuando me ven, me saludan y hasta me halagan pareciendo que se interesan por mí.
Todos tenemos amigos y simpatizantes con los que estamos más o menos de acuerdo en la forma de ver la vida, en la forma de comportarse, con los que compartimos en mayor o menor grado una forma de pensar. Estas personas podrán criticarnos pero difícilmente hablarán mal de nosotros. Quienes hablan mal de mi son aquellos a quienes no les gusta como soy. Éstos me juzgan por lo que digo y por lo que hago, pero lamentablemente ninguno de nosotros es tan transparente como para que todo lo que pensamos sea percibido por los demás. Si teniendo una visión parcial de mi no les gusto, menos les gustaría si percibieran la totalidad de mis opiniones sobre ellos, por lo tanto estarían más en desacuerdo conmigo si las conocieran, ergo hablarían peor.
No olvidemos que quien juzga se pone en el lugar de Dios y haciendo esto se encamina a una derrota segura en la vida porque será correspondido con la misma moneda. Y vivirá en la confusión, cambiando “la paja” en el ojo del otro por la “viga” que le obstruye la vista. Juzgar a los demás nos lleva a la hipocresía. La persona que juzga se equivoca y se convierte en una persona derrotada. Y ¿cuál es la derrota? La de ser juzgado con la misma medida con la que él juzga.
Las personas juzgan por su iniquidad. Y el juzgar a otros a la final se convierte en un boomerang. Medidos por el tamaño de la lengua. La medida que usan para con los demás, Dios la usará de la misma manera para ellos. Si entendieran las implicaciones de estas palabras se abstendrían de usar de una forma desmedida la lengua para criticar a otros.
Sin dudas, no todo el que está a nuestro lado está con nosotros. Esa gente que tiene dos caras, que finge ser tu amigo o estar de tu lado, y luego hace o dice cosas que provocan que salgas afectado, expuesto o tratado mal como resultado de lo que insinúan, son personas desleales, inseguras e inestables. Muy a menudo son personas con recursos emocionales pobres, y que probablemente son individuos infelices. Esas personas son así con mucha gente y necesitan ser tratados de manera objetiva como gentes con las que tienes que tener cuidado.
Yo detesto hasta la coronilla a la gente con la que me porto bien y a la que ayudo sin pedir nada a cambio y por detrás me critican. Detrás del chisme y las habladurías casi siempre se esconde una mala intención, como cuando se cuenta una mentira para arruinar la reputación de alguien. Pero aunque no lleven esa mala intención, si provienen de un amigo o un conocido al que aprecias mucho, causan dolor.

La gente de dos cara son personas superficiales, de miradas falsas y sonrisas vanas. Siempre creyéndose importantes, especiales. Personas estúpidas, poco profundas, despreciables, falsas y nauseabundas. Todos tienen el poder de decepcionar. A mi en lo particular no me importa lo que piensen (aunque no dejo de reconocer que a veces me cargan), no me importa lo que de mi quieran esperar, no me importa cuantos me odien los que me aman siempre estarán.
En la vida siempre vas a encontrar gente que te rechace. Pensar que todos deberían aprobarte es sin duda un trastorno de personalidad. ¿Sabes cuándo reconocer a quién te teme o te envidia? Cuando no es capaz de hablar contigo de frente sino a tus espaldas.
Hay muchas razonas por las que la gente recurren a la hipocresía y entre las principales tenemos: incapacidad de hacer amistades cercanas, incapacidad de llegar donde quieren en la vida, envidia, estupidez… pero en resumen cualquiera que sea el motivo lo cierto es que esta gente no piensan en lo que hacen y el daño que causan.
Sin embargo me he dado cuenta que aunque quieras vengarte de ellos es mejor no darle importancia porque eso les jode mas. De todas maneras no entiendo porque tiene que haber tanta maldad, tanta manipulación... hay tantas amistades que no son lo que parecen. En este mundo hay gente que hace daño porque es así, porque les parece una buena forma de entretenerse. Me hierve la sangre al pensar en esas personas, por eso creo que mi política de no confiar en nadie sigue siendo válida, porque hasta de quien menos lo esperas recibes una traición. Todos conocemos gente de ese talante. Yo me vanaglorio de no ser esa clase de persona y no lo seré JAMÁS.
Pero sé que aún hay personas que SI merecen la pena, personas que les interesa que esté bien día a día, amigos que lo dan todo por verme sonreír y les doy las gracias por su apoyo, sus verdades de frente, las tardes de risas, los abrazos cuando estoy mal, por todo, pero sobretodo por no ser una de esas personas falsas, esas por las que a veces dan ganas de mandar todo a la mierda. ¡Pero no! Hay que reírse y vivir la vida al límite con esas personas que merecen la pena para nosotros.
Hoy tenía pensado dedicar unas letras al amor pero estoy tan dolida que no he podido remediar desahogarme aquí. Buenas noches a todos.