Hace unos días presencié una conversación en la cual terminé participando un rato, era sobre el tema de la edad, los años, la juventud, la vejez. Tremendo tema ¿cierto? Muy controvertido y con opiniones de todo tipo de acuerdo a la edad y mente de quienes la emitan.
Si son los jóvenes quienes opinan para ellos una persona que pasa de 30 años es un temba y una que pasa de 40 ya es un viejo. Si los que opinan pasan de los 40 pero son personas alegres y que aman la vida dicen que están en su mejor momento, pero si son personas amargadas y que se pasan la vida aquejándose de problemas de salud dicen que la vejez es fea.
En fin, amigos míos, el tema es peliagudo pero yo les puedo decir que no es tan así como lo pintan ni unos ni otros porque es un error contar la edad por la suma de los aniversarios de su nacimiento. Para que vean que estoy en lo cierto miren a su alrededor y verán personas envejecidas y desilusionadas con 20 años de edad y verán personas alegres, llenas de entusiasmo con 60 años. ¿Saben por qué? Es muy sencillo porque la edad de las personas es la de su espíritu, uno envejece realmente cuando cree que está envejeciendo.
Por ejemplo, envejecemos en el momento en que perdemos el interés por la vida, cuando dejamos de soñar, cuando no tenemos visión de futuro… mientras nos sentimos alegres, luchamos por nuestros sueños, somos amables, valerosos y fraternos, mientras confiamos en los otros, vivimos el presente, encaramos el futuro sin miedos ni angustias anticipadas nos mantenemos jóvenes de espíritu aunque nuestro cuerpo vaya envejeciendo.
El amor, la alegría, la bondad, la generosidad, la sabiduría, el poder mental, la felicidad, la lucidez, el ideal… son los valores más fuertes de la vida y por tanto mantienen a una persona vigorosa, sana, joven, productiva y estos bienes no son patrimonio exclusivo de una fase de nuestra existencia, se encuentran en todas las edades. Por eso creo que tenemos la edad de nuestros pensamientos porque de poco valen los ejercicios físicos y las dietas de belleza si mantenemos envejecida la mente, reprimida, llena de pensamientos negativos y pesimistas. El envejecimiento comienza por la mente, en ella fijamos nuestra edad y el subconsciente la va cumpliendo.
Conozco muchos que pasan de los 40 años, incluso de 50 o más, pero se sienten de 30 y es porque cultivan pensamientos positivos, viven llenos de alegría, amor, esperanza, sueños… disfrutan la vida sin pensar en los años que han cumplido y son felices, se sienten jóvenes no se reprimen porque la edad se cuenta por la mente y no por el calendario. Cuando se vive así nos sentimos jóvenes y sinceramente ¿quién no quiere serlo? Si mantenemos la mente y el espíritu joven, el milagro ocurrirá.
Hay un amigo mío que dice que en materia de edad nosotras las mujeres somos las mejores porque nos encanta permanecer en los 20 ó 30 años, aunque la suma matemática de la edad vaya mucho más allá. Y sí, claro que es cierto y lo logramos siempre que somos capaces de mantener el espíritu ligado a la edad que deseamos tener. Para parecer joven hay que sentirse joven y en eso realmente las mujeres somos campeonas (aunque no todas lamentablemente).
También dice que las mujeres maduras de este tiempo nacimos y vivimos nuestra juventud (tiempo que marca la vida de cada persona) en una época donde el romanticismo fue vívido y se cantó en verso y prosa, donde recibir una flor era algo sublime, un tiempo en que lo mejor de una fiesta era bailar lento y moverse al ritmo suave de baladas románticas, y precisamente porque conocimos y disfrutamos el verdadero noviazgo, el apretón de manos, el abrazo suave con respeto y amor, cuando mirarse a los ojos tenía otra connotación… es que tenemos el privilegio de ser las Mujeres que más sabemos enamorar y amar. Dice que las mujeres maduras de hoy, nunca fuimos mujeres para jugar. Y aunque la juventud pasó, dejó grabado en nosotras la forma más sublime y romántica de vivir, por eso hoy poseemos un equipaje de conocimiento, experiencias, madurez e inteligencia que hemos ido aumentando con el pasar de los años y que nos hace especiales en el modo de ver la vida y en la forma de entregarnos al amor.
Creo que es cierto, muchas de nosotras todavía encantamos con los versos, las rimas, la música y las palabras de amor porque a pesar de los cambios y los modernismos éstos no lograron reducirnos la gran capacidad de amar, sentir y expresar nuestros sentimientos reales y profundos. Lo más importante no es la edad denunciada en los detalles de nuestras fisonomías y sí los valores de nuestras personalidades, lo más importante es notar que nuestros corazones son jóvenes y están llenos de energía.
Las mujeres jóvenes de esta época cuando lleguen a nuestra edad actual, jamás serán como nosotras (en ningún sentido) porque para eso la juventud de hoy necesitaría conocer y disfrutar lo que es el verdadero romanticismo.
mi mujer tiene "juventud acumulada" como dice tu amiga, y capaz de percibir la magia de la vida, tiene sabiduría, un certero instinto para amar sin medida, tiene la inocencia de un niño, el ímpetu de un amanecer, vibra al hacer el amor, genera un resplandor que da confianza, es un enigma y siempre es una fiesta descifrarla, es un nido de emociones, esta vestida de misterio y el fuego de su interior solo lo conoces mirando su corazón, con ella el amor es mágico jamás encontré en una mujer más joven lo que he encontrado en ella por eso estoy de acuerdo en que el amor y la pasión no tienen edad y como Arjona bendigo a las señoras de las cuatro décadas a ess que no le quitan años a su vida sino que le ponen mucha vida a sus años.
ResponderEliminarcierto amiga, mi mamá tiene 48 años y parece de 25 por su forma de ser y actuar, la juventud se lleva en el corazón.
ResponderEliminarEs verdad que las maduras de hoy vivieron una época diferente y eso las hace especiales, porque tienen otro tipo de experiencias no llevaron la vida loca y sin límites que lleva la mayoría dela juventud actual, donde no se le da a las cosas el valor que tienen y mucho menos al amor, para ellos el romanticismo es algo arcaico. Joven es quien quiera ser, independientemente de cualquier problema de salud si la juventud se lleva en el alma la persona se siente joven y disfruta los momentos bellos de la vida y eso es lo que importa.
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