Vivir en el infierno, mi propio infierno… muchos exclaman ante una situación difícil que la vida les pone “estoy viviendo un infierno”, a veces la situación no es tan mala y puede terminar con solo tomar una decisión, un nuevo camino por emprender…
Los infiernos como el mío, no dependen de una decisión, ni de escoger un nuevo camino… no… siempre me creí una persona fuerte (aunque algunos de los que me conocen bien dicen que lo que tengo es mucho coraje, pero que tengo un corazón blando), yo sí creía que era una persona fuerte, dura… porque la vida me ha puesto en algunas situaciones difíciles que he sabido enfrentar y he logrado sobreponerme.
Esta vez no puedo… esta vez me estoy consumiendo en mi propio dolor y es tan grande que apenas puedo hablar de ello (ni siquiera con la gente que quiero y que sé que me quieren), incluso en este instante las lágrimas caen sobre mi teclado y nublan mi vista… Mi madre se está consumiendo con una enfermedad que por más que lo intento y logro sobrellevar, cuando ella cae en unos momentos de crisis me desestabiliza de tal forma que no sé como seguir adelante… la demencia senil es terrible pero más terrible es la impotencia de no poder hacer nada y ver como el tiempo pasa y la situación empeora, como todo se me va de las manos sin poder controlarlo… aún me quedan fuerzas para contenerme ante ella cuando me dice cosas como que “su vida es un infierno”, “que lo que quiere es morirse, tirarse ante un carro para acabar con todo”, no me explico cómo logro tragarme mi dolor y contemplarla hasta calmarla y lograr que deje de llorar y esté más tranquila pero mientras intento tranquilizarla siento que el corazón se me hace pedazos… pero mi amor por ella que es tan infinito me permite mantenerme ecuánime, serena hasta lograr mi cometido…
Después… cuando estoy a solas en mi casa comienza mi infierno, mi dolor se desata y me siento sin fuerzas para seguir, apenas duermo (anoche dormí dos horas), también anoche bebí mucho y hoy continúo bebiendo… sé que todo empeorará… maldita sea no puedo ni escribir…
Ayer se quería morir y hoy comenzó a hablarme algo sin sentido, continuó con una vieja historia familiar muy conocida por mí (por las veces que ella misma la ha contado) solo que esta vez casi parecía un cuento de ciencia ficción… me pregunta por mis hijos y dice que hace muchos días no los ve y justamente ayer estuvieron con ella… mientras en mi garganta se iba formando un nudo, yo la observaba y veía esos lindos ojos azul-verdosos que siempre fueron tan expresivos como cada día parecen más vacíos… respiré profundo y me marché alegando que tenía que cocinar y se me hacia muy tarde ya.
Subí a mi casa y he llorado mucho (igual que ayer), mucho y sin consuelo, creo que ya nunca lo tendré… no tengo fuerzas para verla así, me derrumbo… escondo mi dolor y mi tormento ante mis hijos y mi papá (a el no puedo atormentarlo más). Me desespero y se me destroza el alma ante un futuro inmediato que no sé como afrontar… me voy hundiendo en el dolor y en la desesperación, no sé cuanto me dolerá el día que la pierda definitivamente (debe ser terrible) pero ver como la estoy perdiendo cada día un poquito más es enloquecedor y lacerante.
Esto no lo he hablado con nadie porque no puedo, me es difícil hasta escribirlo, mis manos, mis ojos y mi teclado están llenos de lágrimas… a veces intento olvidar este dolor aunque sea por unas horas y entonces busco un escape, lo mismo escucho música muy alta (eso me enajena), que salgo de casa (hacia cualquier lugar) y camino sin rumbo fijo, busco la compañía de alguien que me haga reír un poco (tengo una amiga que es especialista en eso), me siento a escribir, me refugio en el amor que es algo bendito y maravilloso, me siento a la orilla del mar… bebo con mucha frecuencia… y logro un poco de paz interior al menos por unas horas.
Me gusta complacerla, siempre lo he hecho, pero ahora lo triste es que a los veinte minutos ya no lo recuerda… La madre es la figura determinante en la existencia de una persona, y su pérdida representa uno de los momentos más definitorios en la vida de alguien. La mía ha sido una mujer extraordinaria, siempre trabajando y luchando por la vida, por sus ideas, por sus hijos… No soy capaz de imaginarme una vida donde ella no esté para compartir conmigo desde el estado del tiempo hasta el nacimiento de mis hijos; un mundo donde no esté para tomarme la mano cuando tenga el corazón roto o con quién reír hasta que me duela el estómago.
Hoy a pesar de haber un lindo sol, yo veo un día gris, de oscuros silencios, de almas que no encuentran consuelo. Tengo pensamientos que no ven el mañana, mejor dicho sí lo ven solo que es tan triste y desolador que vuelven al pasado, que buscan un porqué que no encuentro ya. Su vida se tiñe de un color triste, ha perdido el lustre que tenía…
Y yo estoy como un náufrago en mitad del mar, que flota y no se ahoga, dejándome mecer por las caprichosas olas… esperando un final que no quiero ver… Algunas noches, en compañía de la oscuridad y del silencio, me vence la tristeza y la desesperanza, derrotándome sin piedad, me hacen añicos por dentro, convirtiendo lo que deberían haber sido sonrisas en tristes lágrimas que nunca nadie verá.
A veces se inicia mi sueño con un llanto de impotencia y lamento, imposible de contener, como el río que se desborda, pero prefiero dejarlo fluir para que no se ahoguen el resto de mis sentimientos. Después el sueño me rescata y me lleva de paseo por bonitos paisajes, regalándome bellos momentos.
A veces me rompo en mil pedazos, derrumbándome irremediable e intento detener mis fragmentos antes de que lleguen al suelo, pero no lo consigo y veo como caen… cuando pasa la tormenta tranquila, sin prisa alguna recojo uno por uno mis pedazos y me recompongo con calma, uniendo con cuidado los trozos de mi yo roto, para aparentar que nada ha pasado.
Tengo que llenarme de valor para seguir, luchar por verla sonreír aunque a la media hora no se acuerde… ir callando mi sufrimiento, mi impotencia ante su decadencia con las horas de escape que busco. Alguien me dijo el otro día que yo era una contenta porque siempre tenía música puesta y casi siempre me estaba riendo. Qué poco sabe la gente de las interioridades, de las tempestades en los corazones ajenos…
En una serie de TV hace unos días una doctora decía “los recuerdos lo son todo, sin recuerdos, sin memoria no hay vida”. Yo pienso que es cierto y eso me atormenta más…
Esa mujer que noche a noche me arrulló en sus brazos, que siempre ha sido para mí la luz en la más negra noche, la paz que mis penas conoce, la más linda estrella del firmamento, que siempre ha sido de amor un eterno juramento… Ella es el beso que borra mi tristeza, mis miedos y calma mis temores. Esa mujer, mi querida madre… hay días en que no es capaz de recordar ni cómo nacieron sus hijos, ambos (mi hermano y yo) nacimos por cesárea y el otro día estaba haciendo el cuento de lo fácil que habían sido sus dos partos… ¿se imaginan cuando la escuché? Me quise morir (literalmente)…
Y si es cuando llora sin consuelo, ayer le dio un ataque de llanto porque estaba buscando algo que había perdido, y cuando me llamó me dijo que ya no sabía lo que estaba buscando y entonces lloraba más… Cada vez que ocurre algo así, siento que vuelvo a romperme en mil pedazos y se me caen las alas del corazón, me revuelvo en mi desesperación y trato de escapar…
La pérdida llegará tarde o temprano, eso lo sé bien, lo que no sé es cómo voy a poder seguir sosteniéndome con este dolor dentro, que me está matando… qué haré el día que me diga (no muy lejano) ¿quién tú eres? ¿dónde está mi hija? Todos los días me pregunto ¿tendré la fuerza suficiente para tenerme en pie cuando esos lindos ojos me miren y no me conozcan? Creo que no… me estoy perdiendo de a poquito junto con ella…
Ya no tengo palabras para explicar lo que siento, solo tengo dolor, un dolor punzante, profundo, sin consuelo… un dolor que se aplaca y se esconde, pero aunque no se ve, sigue ahí… todo el tiempo lacerando mi alma… En este infierno hoy no tengo palabras… sólo dolor…
Me duele mucho la cabeza, no sé si es la falta de sueño, el tormento, lo que he llorado o lo que he bebido, los dejo…
¡Joder amiga!, os he sentido muy mal, xD teneis que dejar salir todo ese dolor, no le hace bien ha nadie quedarse callado. Aquí estamos nosostros para apoyarte, como nos apoyais siempre con palabras de aliento y consejos.
ResponderEliminarLinda, no sabes como me ha dolido lo que leí, tu dolor me llegó al alma, me conmovió con la misma intensidad que me conmueven otros textos tuyos, pero esto de manera muy diferente, estas sufriendo mucho y no puedes callarte preciosa, déjalo salir, sólo así te lastimará menos, es muy duro lo que te está pasando y te entiendo. Estela tiene razón, en nosotros tendras apoyo, como tu te mereces. Cada vez que tengas una oportunidad tienes que tomarte un tiempito y salir de casa, eso te ayudará y habla con nosotros con tus amigos eso tambien te ayudará. Cuidate mucho, un beso y un abrazo con todo mi cariño.
ResponderEliminarEs muy duro lo q cuentas, yo pase por una situación ,muy difícil con mi madre también, pero tu eres una mujer fuerte con un gran corazñon, y con amigos, siempre te apoyaremos. No te preocupes ante estas situaciones tan duras todos perdemos la fortaleza y a la vez nos llenamos de ella. Un abrazo.
ResponderEliminarLlora, llorar es bueno y alivia, tu eres fuerte como dice Lili además tienes q soibreponerte, no te preocupes por dejes ver tu dolor, nosotros somos tusamigos. Yo creo q me sentiría igual o tal vez peor porq no soy como tu siempre te he dicho q no soy unapersona fuerte nio valiente. Cuidate amiga, un beso.
ResponderEliminarQué pasa nena, levanta ese ánimo que coraje te sobra. No sabes como me duele sentirte así, Yini tiene razón llorar alivia, hablar también pero como tu eres y no te gusta que la gente sepan en realidad lo que llevas dentro eso es más difícil, por eso llora y escribe, no para ti, para nosotros también que compartiremos y ayudaremos a mitigar ese dolor, en la medida de lo posible. Peter tiene razón, sal de casa cada vez que tengas alguna oportunidad aunque sea por un rato, eso te hará mucho bien para seguir adelante. Tu siempre estas para nosotros y nosotros siempre estaremos para ti, no lo dudes. Mi pensamiento y mi corazón están contigo. Cuídate, te quiero.
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