viernes, 9 de marzo de 2012

Eres justo lo que siempre quise

Me gustas por tantas cosas, por tus ojos, por esa sonrisa que me hace reír pase lo que pase, por tus pequeñas manías que me desquician y a la vez me gustan tanto, por esos brazos que deseo me abracen a toda hora, por la seguridad que tienes y me transmites con sólo pensarte, por cómo caminas, por ser tan distinto de los demás, por ser siempre tú mismo, porque con su simple “Hola” haces que se me pongan los pelos de punta y los nervios me coman viva... son tantas las cosas que hacen que te quiera.
Siendo sincera, cuando te tengo delante me haces perder la cabeza y… hasta las bragas. Tienes muchas formas de llamarme y todas me encantan, aunque pase todo el día a tu lado me parece poco, me pierdo en tus ojos. No eres el hombre más lindo que conozco pero sí el que sabe todos mis puntos débiles, mis sitios favoritos, dónde morder o besar para ponerme a punto. Eres mi medicina y enfermedad a la vez. Cuando me besas consigues que no quiera parar, que me muera de ganas de TODO, de mojarme en ti…
Tú eres los viernes de mi semana, SI, esos días que espero con tantas ansias, así te espero yo. Quisiera quererte menos, aprender a vivir sin ti, como hacía antes de conocerte, incompleta pero tranquila, pero no así, con esta ansiedad de todos los días, pero miento, porque quererte ha sido lo más perfecto… nunca quise tener a alguien normal, ni pedí un prototipo, nunca quise un capricho. Siempre quise a alguien que me recordara tan solo de oler mi perfume, que para él fuera única, que cuando me acostara a dormir mi cama oliera a él… De siete días a la semana yo te quiero ocho.
Tú eres para mí como esas mañanas de sol en invierno, como esos soplos de viento fresco en verano, el placer de tocar el suelo con los pies descalzos o el lado más frío de la cama en verano, como un cigarro para un fumador, como ese último sorbo de bebida para un alcohólico… Eres todo lo bueno y todo lo malo, todo lo que me hace bien y a la vez mal, lo que quiero y no quiero, todo eso que me hace desvariar. Muchas veces te conviertes en algo más que todo eso, te conviertes en pura adicción. Algo más, algo fuerte, ajeno a los sentidos. Eres justo lo que siempre quise.
Pero todavía tienes que aprender a descifrar todo lo que te digo, si preguntas cómo estoy y te digo a secas “estoy bien”, créeme estaré mucho peor de lo que piensas sólo que no quiero reconocerlo, si estamos frente a frente y te digo “quiero estar sola hoy” es sola pero contigo agarrándome de la cintura, si digo “te odio” es un ” te quiero más de lo que piensas”, un “te echo de menos” es un “te necesito aquí y ahora” adornado, un “me sacas de quicio” seguido de una sonrisa es un “no cambies, te quiero así como eres”. Ahora terminemos ya con esto, “ven aquí y apaga la luz”.

3 comentarios:

  1. Es lindo que alguien te haga perder la cabeza así, creo que esa es la unica adiccion que merece la pena, y si ya aprendio a descifrar lo que dices con ese final basta porque yo lo twendria muy claro. cuidate linda.

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  2. Todas queremos un chico asi, malo cuando hace faltaaaaaaaaa

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  3. Ufffffff, como dice Peter. Me encantó, como todo lo escribes. Ademàs te entiendo muy bien porque ella tambièn es mi medicina y mi enfermedad, mi vicio, mi adicciòn... me vuelve loco en todos los sentidos y sin ella ya no puedo estar. Aquí te dejo algo que tengo escrito, se que a ti y a las chicas les gusta:
    "Me tienes, me pierdes, me agarras, me sueltas, me voy y me esperas, me buscas, me encuentras, te acercas, me alejo, te escucho, te cuento, te odio, te quiero, te aprecio, te dejas, me dejo, me muerdes, te muerdo, te huelo, te pido, te ofrezco, te abrazo, te reto, me besas, me ganas, lo acepto.
    Por pedir, pido veinticuatro horas a tú lado en las que nos de tiempo a todo menos a perder el tiempo, pido que me baste ese día para convencerte de querer estar conmigo por el resto de tus días, te pido una tarde lluviosa dentro de una casa sin gente, sobre un sofá sin cojines para que sólo puedas abrazarte a mi, en frente de mi película favorita… Bueno, sí quieres, en frente de tu película favorita… de todas maneras no terminaremos de verla, como casi siempre, pido entonces tus dedos acariciando mi brazo, y mis cosquillas jugando al escondite con ellos. Por pedir, pido dar un paseo al mismo paso, frenarnos en seco de repente, y mojarnos los labios sin que nos vea la gente".
    Cuidate mucho.

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