martes, 13 de noviembre de 2012

Adoro a los hombres


Hoy salí de casa mal humorada porque no tengo ni una puñetera gota de café, por lo que no pude hacer esa colada del néctar negro de los dioses blancos que me hace persona en las mañanas cuando me delito con una humeante tasa del preciado líquido.
Desde muy temprano fui para la parada del ómnibus que me lleva al trabajo. La mañana estaba fría, y después de permanecer mucho rato allí empecé a incomodarme porque el ómnibus no pasaba, y esa demora significa que cuando pase no para. Los que han pasado por eso saben lo que se siente en ese instante en que la guagua pasa por delante de ti como si fueras invisible.
Bueno, como les iba diciendo, estaba cansada de esperar y tenía un poco de frío, todo eso hacía que el mal humor que me acompañaba cuando llegué a la dichosa parada se había acrecentado. Intentando distraer mi mente me puse a prestarle atención a la conversación de dos mujeres que estaban a mi lado en la misma espera, pero empleaban el tiempo en una amena charla, sobre hombres como es lógico, ese es el tema favorito de todas nosotras.
No voy a relatar la conversación, porque hay cosas que son imposibles de poner aquí, sólo les diré la frase de una de ellas que me causó primero risa, después reflexión y ahora da origen a este post. Ella dijo: “Son unos cabrones, pero yo adoro a los hombres”.
De inmediato pensé “Mmmm… Yo también”. Muchas mujeres se quejan de tener problemas con los hombres, yo tengo problemas SIN los hombres. Con mi mente ya en otra cosa que no era la falta de café, ni el maldito ómnibus que no pasaba, sonriendo encendí un cigarrillo y comencé a hacer un repaso en mis recuerdos. Siempre me ha gustado estar entre hombres, cuando estaba en la escuela, en mis años de estudiante, tenía amigas como es lógico y algunas muy buenas, pero tenía gran cantidad de amigos varones y me encantaba estudiar, pasear, hacer deportes con ellos. En el trabajo igualmente prefiero rodearme de hombres… entre ellos me siento cuidada, protegida, respetada, valorada…
Los hombres me encantan, adoro su modo de ser, su libertad, su desenfado, que estén pensando el 95 por ciento de su tiempo en sexo, su sarcasmo, su amistad, sus consejos, sus charlas, y claro su reconocimiento y su galantería. ¡Ah! y su amor ni hablar. Ellos son, sencillamente, entrañables seres imperfectos, y que ninguno se me ponga bravo por esto porque es un cumplido.
En realidad tengo pocas amigas, la amistad entre mujeres rara vez está exenta de hipocresías, de envidias y con los amigos hombres eso no ocurre. Hay mujeres extraordinarias y tengo la suerte de tener a algunas como amigas. Si volviera a nacer me encantaría hacerlo de nuevo como mujer, claro está, y no voy a explicar en este momento el por qué, sólo diré que amo y adoro ser mujer con esa mi feminidad perfecta y plena que es capaz de elevarme en mujer y hembra, me encanta ser mujer por muchas cosas y entre ellas porque puedo amar a los hombres.
Cuando digo que adoro a los hombres no estoy generalizando, incluso algunos los detesto, pero en abstracto, adoro al género masculino. Soy feminista, defiendo mi género y soy capaz de atacar a un hombre sin piedad cuando se lo merece, también los critico mucho, pero no soy su enemiga, no le hago una guerra al género.
Me encantan los hombres, me pierden. Puede que no sea muy prudente decirlo así, públicamente, porque ahora muchas mujeres creen que es necesario enfrentarlos todo el tiempo, casi hacerles la guerra. Yo, siendo completamente sincera, les digo que estoy muy orgullosa de ser mujer y feminista pero eso no es un inconveniente para adorarlos.
Ya más relajada con todo el análisis en el que me había enfrascado, ni me inmute cuando finalmente pasó el ómnibus y por supuesto no paró. Me acomodé, encendí otro cigarrillo y sonriendo me puse a pensar en las cosas que me seducen o me gustan en un hombre. Mentalmente fui haciendo una lista. En general me gustan los hombres seguros de sí mismos y fuertes de mente, que sepan tratar a las mujeres, que sean amables, caballerosos, que se hagan respetar, que no sean vulgares y que cuiden su imagen personal.
Desde un punto de vista más personal me gusta que apoye mis proyectos tanto como mis “locuras”, que le guste la música, que sepa divertirse y reírse con ganas, que sea romántico y que le guste preparar cosas románticas de vez en cuando para sorprenderme, que se tome tiempo para hacer el amor, que me haga sentir amada y protegida aunque yo me sepa cuidar sola (claro sin convertirse en mi carcelero, ni controlador), que sea trabajador pero que trabaje para vivir y no viva para trabajar, que le guste pasear y que me escuche.
Bueno y que adore a los hombres no quiere decir que esté ciega, en ese saco hay de todo como en botica, pero no nos engañemos, también hay mujeres que dejan mucho que decir en todos los sentidos. Soy quizás muy receptiva a lo masculino porque tengo un padre extraordinario, un hermano encantador, un marido de excepción, un hijo especial y amigos increíbles.
La comunicación con los hombres me resulta más sencilla porque lo que se dice es lo que se pronuncia y nada más que eso. Y muchas veces me resulta gracioso comprobar que el recorrido de sus conexiones cerebrales se aleja un tanto laberíntico del de nosotras. Tengo grandes amigos hombres heterosexuales, con los que nunca he ido más allá de una magnífica y agradable conversación. Digo esto para los que no creen en la amistad entre hombre y mujer sin mediar sexo, pero lo real es que esta clase de amistad existe.
Seguí con mis reflexiones y recordé que hay otras cosas que adoro de los hombres en esa amplia lista y que no cambiaría por nada. Por ejemplo, que a pesar de que jamás nos van a entender ellos siguen intentándolo, que saben de todo menos de temas del corazón, que nosotras siempre sabemos qué están pensando y cuando nos lo dicen es la confirmación de nuestra suposición, que les encanta explorar nuestro cuerpo y conquistarnos el alma, que una niñita de 12 años puede dejarlos sin argumentos y una de 25 (y de otras edades también) consigue domarlos con un dedo, que están dotados de hombros en los que podemos dormir sin tener que preguntar, que nunca mienten sobre su edad y que cuando les decimos “te quiero” siempre quieren saber cuánto.
Entre estas cosas y las que menté en párrafos anteriores tal vez parezcan muchas cosas pero no hay que exagerar ninguna de ellas, simplemente un poco de cada una, todo en su justa medida hace un equilibrio que convierte a un hombre en irresistible para mi. No hay un orden de prioridades. Todo importa.
Mis reflexiones terminaron porque finalmente, después de cuarenta minutos de espera, vino un ómnibus que recogió a todos los desahuciados que estábamos allí intentando llegar al trabajo o la escuela. Fue trabajoso subir porque éramos muchas personas ya desesperadas por la tardanza, pero subí ayudada y protegida por dos hombres justamente.
Muchas mujeres piensan que reivindicar nuestro papel en la sociedad es ser un poco “antihombre”, y no es así, por eso como dijo alguien “levanto una lanza a favor de ellos”. Aunque no dejo de reconocer que a veces nos exasperan porque como dice una gran amiga son mononeuronales. Pero yo los adoro.

10 comentarios:

  1. Yo, si volviera a nacer, también elegiría de nuevo ser mujer, sin duda. Hace un par de días iba a pagar una camiseta en una tienda de ropa y la dependienta me ofreció unos calcetines de hombre en oferta. Mi hombre tiene 2 años y no creo que tengas de su talla, le respondí con una sonrisa. Pues eso, que cómo voy a decir yo algo en contra de los hombres cuando uno tan pequeño es el Rey de mi casa. Es cierto que son diferentes a las chicas pero ahí está lo interesante. Imaginad qué aburrido sería que todos pensáramos y actuáramos igual!
    y yo no pienso que esté de moda ir de “antihombre”, creo que lo que lo está es negar las diferencias en pro de la famosa igualdad. Generalizando como tú, comparto que nosotras somos rebuscadamente más complejas, y la simpleza dde ellos es también para mi un piropo, pues creo que a mayor complejidad mayor dificultad para ser feliz.
    Muchas gracias por tus reflexiones en voz alta.

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  2. Como siempre, enhorabuena. Como hombre y amigo, he de decirte que esta lanza que nos lanzas (valga la redundancia) es más que bienvenida. Y no te falta razón en los comentarios críticos tanto para ellos como para ellas. No hay mujer que a veces no tenga una neura desconectada y sea difícil ese día contactar con ella, como tampoco hay hombre que no sea “un salido” y no sepa distinguir muchas veces un pecho de un apoyo moral.
    Es verdad que ustedes las mujeres a veces nos critican por gusto, porque no entienden algunas cosas que hacemos. Pero no importa yo también ADORO a las mujeres. No podría vivir sin ustedes.
    En cuanto a lo que dice tu amiga de que somos mononeuronales, no le doy la razón pero tampoco se la quito, lo cierto es que no tenemos la capacidad de ustedes para enfrentar la vida y resolver sus enredos.
    Un beso…y sigue así, linda. Me encanta como escribes.

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  3. Esas y muchas más razones existen para amarnos, porque somos capaces de mezclar lo bruto y fuerte, con lo dulce y tierno. Y como Peter yo también adoro a las mujeres, los hombres no seríamos nada sin ustedes y no me apena reconocerlo. Eso de que somos mononeuronales ya lo he escuchado de alguien que quiero mucho y aunque se lo he discutido, termino muchas veces dandole la razón porque cuando me lo ha dicho no se refiere a que nosotros seamos unos burros aunuqe hay muchos caminando por ahí, pero ella lo dice porque nosotros nopodemos hacer varias cosas al mismo tiempo y ahí le doy casi la razon. Un día me dejo en casa cuidando algo que estabamos cocinando para bajar a buscar un mandado, yo estaba engrasando y limpiando un ventilador. Para no hacerles larga la historia. Cuando regresó veinte minutos despues aproximadamente casi estaba quemado lo que estaba en la cocina, porque yo terminé mi labor con el dichoso ventilador y me puse a cortar un cristal que necesitaba olvidando por completo la comida. Se imaginan ¿verdad? lo que me cayo encima fue un 20 de mayo, por suerte dandole toda la razón y llenándola de mimos y amor la paz regresó de inmediato.

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  4. Opino exactamente como tú. Soy de las que creen en la amistad entre un hombre y una mujer, tengo muy buenos amigos a los que no cambiaría por ninguna fémina. Mi marido, es la parte sensata y equilibrada de mi vida, práctico, sincero y el mejor compañero de viaje en esta vida. Estoy orgullosa de ser como soy y de todos los hombres que tengo a mi lado. Siempre fuí la princesa de la casa y después pasé a ser Reina de mi propio hogar. Quizás por eso entienda mejor el”mecanismo” masculino. Adoro el género masculino y pienso que: Un amigo no es alquien a quien conoces por largo tiempo, sino es alguien que llega y se queda por siempre a tu lado.

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  5. Yo detesto a los hombres, los odio y no entiendo como diciendote feminista y orgullosa de ser mujer puedes decir que los adoras, al menos que tu seas una falsante.

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  6. Pues yo también estoy orgullosa de ser mujer y adoro los hombres aunque podamos tener diferencias, por eso no esoty de acuerdo con la persona que escribió antes que yo y no creo que ROSABEL sea ninguna FARSANTE sino que sencillamente en este blog, ella nos permite dar nuestra opinión sin criticar a nadie. Yo pienso que el hombre y la mujer es una unidad y lucha de contrarios pero la lucha no es contradictoria pues al final nosotras nos complemntamos con ellos y lo mismo pasa al revés y eso no tiene NADA que ver con la orientación sexual de cada quien, yo trabajo con 7 hombres maravillosos que son mis compañeros, amigos y personas a quienes quiero y estimo con todo el respeto del mundo. En este blog mis chicos preferidos sno Frank y Peter, porque son los de la familia del blog más habituales, adoro su caballerosida y ternura con que siempre escriben, sin groserias a alabando siempre a las mujeres de sus vidas, y oiganme nenes lo que pasa con los hombres como ustedes es que la neurona que tienen es multifacética jajajajajajaja,por eso son especiales y en verdad pienso que la vida no existiera sin la presencia de ambos sexos siendo muy importantes los dos por igual, como mismo sucede con todas las especies, por eso me apena que alguien por algún revés que haya tenido sensure a todos por igual.

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  7. Gracias Cary, por defendernos y tienes la razón somos complemento uno de otro, por eso dijeantes que yo no puedo vivir sin ustedes, como mismo dijo el amigo Frank y como piensan y sienten la mayoría delos hombres. En cuanto a ese anónimo debe ser la misma persona que ya una vez se extralimitó en un comentario pero que nuestra adorada anfitriona no permitió que lo vieramos porque lo quitó, al parecer este no lo ha visto.
    Anónimo eres lamentable porque por muy decepcionada que una persona este no puede ser feliz llena de odio, nosotros los hombres somos seres imperfectos como todos los humanos, pero también llenos de virtudes y por suerte la mayoría de las mujeres, aunuqe nos pelean y nos critican muchisimo en el decursar de la vida, lo reconocen y también dicen que no pueden vivir sin nosotros.
    Y en cuanto a Rosabel, no tengo el placer de conocerla en persona pero por lo que conozco de ella puedo decirte que es una mujer a todas, que destesta la hipocrecía y siempre aboga y defiende a las mujeres por encima de todo. En esta mujer que nos llena de alegría con sus letras no hay falsedad ni farsa alguna.

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  8. Si algun hombre te ha hecho sufrir lo lamento, pero como dice Cary eso no es para que nos juzgues a todos por igual. No obstante a mi tu frustración no me interesa, lo que si me interesa y me molesta es que tengas la osadía de venir a este sitio donde no eres bienvenido a juzgar a la mujer que nos permite llenarnos de amor y vida con sus letras, con sus sentimientos. Te digo como Peter esta mujer no tiene nada de falsa a veces peca por sincera, pero le sobra carácter y amor. Y aunque nos adora como dice es cierto que es defensora de su género y nosotros hemos sido testigo de ello en algunas ocasiones. Y también de su orgullo de ser mujer y madre, porque está escrito en este mismo sitio, donde hay mucho sentimiento reunido que un imbécil como tu no va a emborronar.
    Si tanto nos odias a noostros los hombres y necesitabas decirlo, pues adelante que nadie te iba a contradecir pero para ello no tienes que acusar a Rosabel de algo que no es.
    Peter amigo, tienes razón en algo, ella no ha visto el comentario, pero cuando lo haga prepárate para gozar una buena respuesta, porque que no estén de acuerdo con ella en algo es normal y no le disgusta pero que le digan farsante, eso creo que es un detonante amigo, porque esta mujer que adoramos como mismo derrocha amor, le sobran agallas y cinismo para derrochar veneno.
    Cary amiga, gracias por salir en defensa de nuestro género y en defensa de ella, creo que tu coincidiras conmigo en lo que le digo a Peter de la futura respuesta.
    Anónimo, ¡vete a la mierda!

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  9. ¡Joder! llevo varios días fuera de aqui y entro y me encuentro esto calientito. el post esta genial, tambien me encantan los hombres.
    anonimo sos un gilipollas, sufri mucho por un hombre que me partio el corazon y sin embargo tambienlos adoro, a ese hijo de puta ya ni siquiera lo odio porque ha pasado tanto tiempo que no merece ni eso. Con ese odio que llevais dentro solo sereis desdichado.

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  10. jajajaja q xcelente eso es cierto xq tambien hay hombres q nos quieren tanto q ni se dan cuenta a q hora los mangoneamos jajajaja. También agregaría: que adoptan el estilo de sus compañeras sin problema, porke se rinden a las maravillas de las cremas y splashs k tenemos en el baño, porke entienden nuestros días… todo el mes!, porke son unos reyes en la cocina, porke si algo nos pasa… no nos dejan solas y no bajan la guardia con nada!
    Anonimo debe ser una frustrada q lo q necesita justamente es un buen macho. No le hagas caso amiga, tu eres de las buenas.

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