Pensar
en tus labios hace que acudan a mi mente muchos otros pensamientos, recuerdos,
pasiones, sabores, olores, momentos de amor... fueron tus labios lo primero que
se volvió una obsesión. Al besarte por primera vez, al unir mi boca con tus
labios ya no quise desprenderme jamás… a partir de ese instante no he dejado de
desear un momento a tu lado, una caricia de tus manos, un beso de tus labios…
de esos labios tentadores que me pierden en un beso y enloquecen el deseo, sin
horas, sin minutos…
Quiero
que apagues mi sed con tus labios que saben a miel, esos labios ardientes que
envuelven los míos hasta quedar sin aliento en la dulzura de tu calidez… Dulce
sensación la de esos labios temblorosos besando, acariciando a punto de
saborear la fruta prohibida. Arrolladora emoción de un beso derritiéndose en la
comisura de los labios anhelantes de ser bebidos, derretidos suavemente en el
paladar.
Te
veo venir, te acercas, me miras y el simple roce de tus labios hace que mi
cuerpo arda en deseo. Siento su caricia en mi piel, como se deslizan suavemente
sobre mi cuello, como presionan sobre mi piel haciéndome perder la razón. Son
tus labios los que provocan en mí un constante estado de excitación, los que me
arrastran al lado oscuro y con los que muero cuando los siento entre mis
piernas.
Embobada
en tus ojos me acerco a tus labios que me invitan a tocarlos, a probarlos, a
besarlos hasta que el mundo llegue a su fin, labios dulces y fuertes que
producen el beso, ese beso que lo puede todo, que me da paz y me tranquiliza,
que me devuelve la vida, que me hace volar… Tierna sensación que hace
desentumecer mis sentimientos para conquistar el aquí y ahora de ese beso que
sigue derritiéndose, lenta y sutilmente en esa boca.
Tus
labios… ¡Dios! ¿Cómo puedo tener la sensatez suficiente para olvidarme de
ellos? No puedo, es superior a mis fuerzas, me dejo llevar por las sensaciones
gozosas que desatan en mí. Mi vello se eriza con su paso, me anuncia su
llegada, me insta a que adivine su recorrido. Lo adivino, lo presiento y vuelvo
a morir de placer. Tú continúas, sin prisas, deseas ir palmo a palmo, te haces
amo y señor de mi piel que se rinde a esas caricias, al dulce cosquilleo que
siente en cada uno de tus acercamientos.
Mágica
sensación de dos corazones que se amaron antes de conocerse, que se unieron en
un incierto destino aún antes de tomar conciencia el uno del otro. Cuando depositas
esos besos en mis labios, quiero que los relojes paren todas sus horas, que se
detenga el sol y la luna, que la tierra deje de girar, pues es esa sensación
que me embriaga es la única que quiero sentir.
Es
inenarrable la sensación de sentirlos en mi sexo, no tengo adjetivos para
definirla, todos quedarían ridículos y absurdos, no expresarían con claridad la
explosión de sensaciones placenteras que siente mi cuerpo en ese momento. En
ese instante, tus labios al beber de mi sexo actúan como si de una onda
expansiva se tratara, toda la piel de mi cuerpo siente lo que mi sexo experimenta
en ese momento: abandono, deseo, rayo el éxtasis, siento el cielo a mi alcance,
el mundo desaparece, los problemas se esfuman. Sólo hay una realidad para mí,
tú sobre mí y el goce infinito que me proporcionan tus labios.
Dejas
tus labios de esbozo en los puntos cardinales de mi cuerpo y yo dejo los míos
en tu alma. Siempre iré por ti, sedienta de tus besos, envuelta en un incendio
de caricias para tu piel sedienta de locuras. Mis labios son tu fuente de amor,
suaves labios que anhelas tocar con los tuyos que son una irresistible fuente
de placer. Tus ojos, tus manos, tus labios y tus palabras, ellos en conjunto
fueron los que me atrajeron. ¿Cómo pensar que esto tendrá final? El amor entre
los dos es uno hasta la eternidad.
Adoro
rozar tus labios con los míos y saborearlos, saben a ti y a mí, a la mezcla de
los dos, a mi sexo, a mi lengua que los toca inquieta. Los muerdo, absorbo uno
de ellos con los míos, me gusta su grosor, son labios potentes, carnosos. Puedo
recrearme horas viéndolos, degustándolos, haciéndolos míos… Tu me quieres yo te
quiero, bajos instintos de dos que avivan la llama de nuestro amor.
Cuando
estamos juntos, los milímetros entre tus labios y mis labios se pierden por
momentos, acercándonos despacio respirando uno al otro, sin tocarnos, solo mirándonos,
atesorando un beso que no llega y el ansia es tan intensa que se siente el
fluir de la sangre en las venas… excitación creciente que antecede al momento
mágico en que tus labios y los míos se funden en un beso apasionadamente
envolvente y fúrico, capaz de enloquecer tus movimientos y mis manos que se
pierden en tu cuerpo
De
tanto pensar en tus labios los míos están secos, necesitan la humedad de los
tuyos, requieren de su contacto para estar más vivos. Cierro los ojos e intento
sentirlos sobre mi cuello, sobre mi piel, sobre mi sexo… No puedo seguir
escribiendo, me excito sin remedio al pensar que de nuevo volverán a posarse
sobre mí... No suspires, solo bésame... No sueñes, solo vive esta ilusión y disfruta
cada segundo de nuestro amor. Tus besos hacen presa fácil de mi estado, con ellos
la sangre vuela por mis venas, hierve de deseo y de entrega.
En
tu mirada encuentro el amor; en tus labios el más grande placer. Cuéntame
historias de amor y escribe la nuestra con tus labios.
Preciosooooooooooo!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarBrota jugo de tus labios con irremediable dulzura y mis dedos se adhieren como cáncer a tu piel. No merezco esta bendita perdición ni la agonía, pero estoy aquí, trazando mi paso en tus aromas. Aspiro tu veneno y me derrito en el sabor intenso de tus labios acariciando tu alma con el humo de mi amor, envolviendo tus piernas con la sabana de mi cuerpo y embriagando tus labios con los besos de mi pasión.
ResponderEliminarUnos labios tentadores pueden ser la perdición de cualquiera, me gustó mucho todo lo que dices, como siempre desbordas amor, pasión y nos llenas de ella. Espero que esos labios sigan su recorrido siempre en busca del mayor placer para ti y recuerda que el hombre que ve gozar a su mujer y la hace feliz también el es feliz, porque ese es su único objetivo.
ResponderEliminarAmiga, leer algo tan lindo le da otra tonalidad al día que comienza. Frank tiene razón, que esos labios que te tientan sigan siempre su recorrido en pos de tu placer y felicidad. Los amores así nunca tienen final, porque aunque la vida se encargue de separar a dos que se aman, si el amor ha sido verdadero y han vivido experiencias a plenitud, nada de eso quedará en el olvido aunque estén lejos. Esas son páginas que quedan guardadas y bien marcadas hasta el fin de nuestros días. Un beso linda, como siempre es todo un placer leerte.
ResponderEliminarComo siempre tienes mucha razón,bendito sea el recorrido de los labios adorados y bendita la pasión que despierta un gran amor.
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