viernes, 25 de enero de 2013

¿Llorar o reír?



Sería ideal que la vida fuese como un álbum de fotos porque en mi álbum podría elegir los mejores momentos y reír a carcajadas, hasta de mi misma. Y también podría arrancar todas esas fotografías donde lloré hasta agotarme y deshacerme así de todos mis malos momentos, quemarlos para olvidarlos. Pero eso sería demasiado fácil. Por eso he aprendido como andar por encima del sol sin quemarme los pies.
Pienso que mientras más amo, más elevo el impacto de mi actitud en la vida porque la actitud muchas veces es más importante que los hechos, que el dinero, que el pasado, que las circunstancias, que los fracasos o los éxitos; que lo que la otra gente piensa, dice o hace; es más importante que la habilidad física o capacidad mental. La actitud puede destruir una compañía, una asociación o un hogar...
No puedo cambiar el pasado, ni controlar el futuro, ni controlar cómo actuarán otras personas. Lo único que puedo hacer es controlar mi propia actitud. Estoy convencida de que la vida es un diez por ciento lo que sucede y un noventa por ciento cómo reacciono a ello.
Muchas son las veces en las que creemos que no podemos más, en las que sentimos que no queda nada por lo que seguir adelante, nos sentimos tan y tan pequeños frente a algunos problemas que sin pensarlo nos escondemos, huimos... Sin darnos cuenta nos convertimos en cobardes, en personas que antes eran fuertes pero que ahora se dejan vencer por lo más mínimo. ¿Sabes? Ante determinadas situaciones es mejor sufrir al principio, aunque te duela. Solamente así nos haremos más fuertes y comprenderemos que no todo tiene solución, pero hay que seguir adelante. Es de valientes sonreír cuando tu corazón quiere que llores. ¿Llorar…? No, eso es de tontos. Yo prefiero joder a los que me quieren ver triste y sonrío.
Una cosa puede llegar a ser perfecta hasta que algo o alguien lo estropea, o simplemente un contratiempo y después es muy difícil volver atrás, y mucho menos recuperar el tiempo perdido. En esos momentos sólo hay que recordar que la cosa más bonita que existe es una sonrisa y que con ella todo será mucho más llevadero. El amor, por ejemplo, puede llegar a ser perfecto, pero a veces una persona o un sentimiento puede eliminarlo por muy grande que sea. Cuando lo vives te das cuenta de que la vida es realmente como un sueño que por mucho que lo quieras controlar no puedes, algo siempre sale mal, lo mejor es no desesperarse y no rendirse.
Nada de lo que acontece es casualidad, todo tiene su causa. Cada amanecer trae su atardecer, cada sonrisa su lágrima y cada nacimiento su partida hacia el más allá. El sufrimiento pasa, pero lo sufrido es eterno. La enseñanza perdura, cuando más desnudo esté nuestro interior, mayor sabiduría podremos alcanzar. Lo real es que de nada sirve ganar el universo entero si no sabemos quienes somos.
Por eso a menudo me río de todo aquello que ayer me hizo daño, de lo tonta que fui en ocasiones, de todo el tiempo perdido, de todo lo que se me escapó de las manos, de lo que dejé por el camino por haberme equivocado. Sí, muchas veces me río por no llorar.
Hablando de reír… Todo el tiempo recuerdo su forma de reír, ¡Dios qué risa tiene! Es una carcajada limpia y fresca, totalmente natural. ¿Y su sonrisa? No miento cuando digo que tiene la sonrisa más preciosa del mundo, yo al menos no he visto nada parecido. Me hacía vibrar, sonreír… siempre deseé que nunca dejara de hacerlo. Es él, simplemente él.
Decididamente, amigos, es mejor reír que llorar, hasta en los momentos máas difíciles la risa nos ayuda a seguir.

3 comentarios:

  1. Es verdad que sería maravilloso que la vida fuera como un album de fotos, pero como mismo tu dices sería todso demasiado facil. No queda de otra que enfrentarse a las cosas y en lo posible, reir mucho porque es verdad que la risa nos ayuda a seguir batallando.

    ResponderEliminar
  2. Ay, linda tienes razón que fácil seria que la vida fuera como un álbum de fotos. Tienes razón en cuanto a la actitud que asumimos ante la vida eso es lo más importante y la risa nos ayuda a vivir y a sobreponernos de todo lo malo. Me encantó eso de “he aprendido como andar por encima del sol sin quemarme los pies” y “Yo prefiero joder a los que me quieren ver triste y sonrío”. Sigue siendo todo un placer leerte. Cuidate mucho.

    ResponderEliminar
  3. Coincido con Peter y por supuesto contigo. Es mejor reír que llorar sobre todo cuando es esa risa que sale del corazón, esas carcajadas que te llenan de felicidad.

    ResponderEliminar