Hoy
quiero hablar del amor, del amor que buscamos, del amor no correspondido, del
amor que vive en nosotros, del amor que seremos... Estar enamorados de esa
persona que cubre nuestras expectativas, que es especial porque en sus ojos notamos
un brillo un tanto sutil que solo nosotros podemos percibir. Sentir esa
sensación de mariposas en el estómago y ese vértigo solo al verle, y que el
corazón se nos quiere salir del pecho con el simple hecho de oler ese sublime
perfume que a el le va perfecto.
Es
una sensación inexplicable estar enamorado, todo a nuestro alrededor es
perfecto cuando el esta a nuestro lado hablándonos de todo y a la vez de nada;
el cielo, el mar, la luna no existen cuando miras sus ojos y descubres que no
necesitas mas que tenerlo a el para ser feliz. El amor casi nunca tiene
razones, o si las tiene, suelen ir a la rezaga del sentimiento como la cola de
un cometa. Primero, inexplicablemente, se nos descalabra el corazón y luego,
tozudamente, el cerebro intenta darle un orden lógico al exabrupto, sin mucho
éxito.
El
amor es un sentimiento inmenso que rompe con barreras y límites, invade
pensamientos y emociones, genera paz y tranquilidad en el alma, crea ilusiones
y sueños, es un suspiro profundo, es llorar de alegría y de tristeza, es valorar
al ser amado, es dejarlo libre cuando todo ha terminado, es compenetrar en un
todo, es luchar por la felicidad mutua, es un espacio de ensueño.
Tu
no eliges el amor, el te elige a ti y lo único que puedes hacer realmente es
aceptarlo cuando entra a tu vida, sentir como te llena hasta derramarse, y entonces
encontrar la manera de compartirlo. No puedes olvidar que el amor tiene su
propio tiempo, sus propias estaciones, y sus propias razones para ir y venir.
No se puede sobornar, coaccionar, motivar o insistir para que se quede. Sólo
puedes abrazarlo cuando llega y vivirlo. Pero cuando elige dejar tu corazón o
el corazón de aquel a quien amas, no hay nada que puedas hacer, y no hay nada
que debas hacer. El amor es y siempre será un misterio. Y aunque un día se
marche alégrate de que haya entrado a tu vida.
Es
excelso que el amor surja de ambos, pero es difícil cuando no hay esa identificación
mutua. Cuando uno ama y uno no pertenece al otro, y cuando te buscan y uno está
en su propio cobijo. Es existir en un ciclo de comprensión, espera y tiempo. Es
entender que en ese lapso son tú, él, el entorno, tus metas, sus quimeras, el
momento... Ni uno, ni el otro están errados. Ambos son únicos y especiales,
sólo es el instante de ese encuentro y el universo presente de cada uno.
¿Y
hacer el amor...? No es tener sexo, no. Hacer el amor… Mmmm… es como estar
naciendo. Es amanecer en todo el cuerpo, no tener pasado ni recuerdos, es ceñirse
a la piel que enguanta la carne estremecida, el grito, el mar bullente, las
rítmicas oleadas de la sangre, la torva oscuridad de los abismos, las barcas
sin amarra, la lava del volcán, el rosal florecido, la voz ronca que murmura palabras
sin sentido. Es hacer que el cielo baje y que el infierno suba y crezca, como
un bosque brotando lentamente en ese cielo.
Hacer
el amor es estrenar las ansias, es convertir caricias y los cinco sentidos en
algo nuevo, nunca antes usado. Es abrir a golpes de machete un camino en medio
de la selva enmarañada, acelerar la savia de las plantas y agigantarlas. Es
multiplicar por dos todo lo bello, lo mágico, lo bueno, lo creativo. Y dividir
por dos todo el dolor.
Es
tener la generosidad más exagerada y a la vez el egoísmo más atormentado. Es
que el otro sea tu, y tu el otro, y ambos sean sabios, sepan de qué manera y
con qué ímpetu se puede lograr la unidad perfecta. Cuáles son las palabras del
mantra secreto que les salvará la vida, que les disolverá la angustia y el
miedo. Es la sed del desierto interminable. Y es, de pronto, la jugosa fruta
que la abreva. Es ser cántaro y canto, playa quieta y tormenta, lámpara y relámpago.
Suavidad de satén, aspereza de tronco, huracán y silencio. Juego sereno,
caballo desbocado, vértigo. Escalar altas cúspides.
Descender
hasta el fondo del océano. Marearse entre nubes y medusas. Es explotar el otro
cuerpo viéndolo hermoso, aunque no sea hermoso, porque lo que lo vuelve hermoso
es lo que se siente, lo que hace vibrar, estremecerse, lo que te hace sentir,
lo que te brinda. Hacer el amor es vencer a la muerte, relegarla, perderle el
miedo y el respeto.
Es
saber que la puerta está abierta, pero nos quedamos. Y nos quedamos porque el
amor nos necesita y lo necesitamos, porque el encuentro de dos seres que se
aman es el verdadero milagro, el más difícil, el más importante.
Hacer
el amor es siempre un estreno, como enamorarse, y no subir, volar a las
estrellas, traerlas a nuestra geografía imperfecta para que produzcan el luminoso
incendio, el fuego purificador que transforma la carne en todo el cielo...
Cuando
alguien me dijo una vez “El día que un hombre te haga temblar sabrás lo que es
el amor” me sonreí y con cinismo las rechacé porque no creí que fuera de esa
manera. Y ahora esa frase viene a mi mente mientras mi cuerpo se sacude con
fuerza cuando estoy junto a él en esos momentos tan venerables donde siento
completamente desnuda mi alma. Siento que lo conozco mucho más que las horas
que pasamos juntos. Ese tiempo que muy bien podría haber sido días, meses,
décadas, un tiempo que se detuvo solo para los dos… qué se yo? Ahora sólo sé
que necesito de él. ¿Me arrepiento? Definitivamente no. Se apareció en mi vida
y lo disfrutaré al máximo. Lo acepto como es y nada más importa. Para mí
siempre será un hombre con ojos tiernos, manos suaves y que con un toque mágico
que tocó mi alma... y me hizo temblar.
“Te
amo” cinco letras que matizan al más oscuro corazón, suaviza la más dulce
melodía que el oído mas sordo quisiera escuchar, rompe las barreras de la distancia
el tiempo y la memoria. “Te amo” dos cortas palabras que alargan la ilusión, la
esperanza y la pasión, puente entre el odio y los recuerdos, pasillos a la
sublime eternidad. Te amo, hoy mi boca lo dice y lo siente por ti. Lo repito
mil veces y en cada una lleva marcado tu nombre, no me importa nada, la emoción
me gana.
El
amor existe y hay que vivirlo cuando llega a ti. No hay otra época, es HOY. Bendito
sea el amor.
Feliz
día de los enamorados para todos.
Desde muy temprano estaba esperando tus letras, preciosa, sabía que hoy no faltarían. El texto es lindo, como siempre buscas la manera exacta de describirlo y mira que es difícil encerrar en palabras tanto sentimiento. Sin amor la vida no tuviera sentido.
ResponderEliminarGracias por tan lindas palabras. Felicidades también a ti y a todos los amigos, que pasen un lindo día lleno de mucho amor.
ResponderEliminarSí, tienes razón bendito sea el amor con todos sus misterios. En el amor como dice Arjona "Uno mas uno es uno, si la suma somos tú y yo".
ResponderEliminar