Los
amigos, esas personas que conocemos de casualidad, sin saber que van a ser lo
más importante en nuestras vidas. La amistad es un don divino. Si, tener amigos
es una bendición. Bendita, porque está bendecida, y querida, porque se quieren,
se valoran y, sobre todo, se disfrutan. Los amigos son diamantes a los que debemos
cuidar siempre. Cuando el alma encuentra su par en la amistad, tendremos para
siempre, una especie de ángel protector que nos acompaña allí donde vayamos...
Un
amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas.
Es todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes. A veces lo
miras a los ojos. A veces sientes su presencia. Sin embargo, el amigo no es la
persona que ves. Es la persona que sientes. Sentirlos, saber que siempre están
ahí, es algo que no tiene precio.
Los
verdaderos amigos, son esos que no te abandonan cuando más los necesitas, que
siempre te brindan apoyo y comprensión, que entienden los motivos que hace que
les abras tu corazón herido, maltrecho, compungido por cualquier circunstancia,
que te conocen lo suficiente para saber la medida de tu pena, te quieren lo
suficiente para decirte ven a casa para que estés tranquila y descanses de
cuerpo y alma, te dan la mano, te escuchan, te hablan, te cuidan para que te
sientas querida, reconfortada, sin esas preocupaciones que hacen de tu cabeza
un barullo.
Las
amistades suelen comenzar de imprevisto, y muchas veces sin buscarlas. En el
camino de la vida vamos encontrándolas. Y todo comienza porque alguien
"nos cae bien". Convicciones, sentimientos, gustos, aficiones,
opiniones, ideas políticas, creencias, religión son algunas de las cosas en
común que pueden hacer que nos hagamos amigos de alguien. Sentirse a gusto con
una persona, conversar y compartir sentimientos, tener algo en común, es el
principio de eso que llamamos amistad. La amistad es fusión sin confusión. Es
amar a alguien que no necesitamos para nuestros fines personales.
Es
una relación que trasciende el tiempo, las etapas de la vida y las barreras que
ésta a veces nos pone. Es algo que debe venir del alma, ya que solo así podrás
aceptar una persona a tu lado, sin sentirte molesto por sus defectos, o alagado
por sus cualidades, ya que hay momentos en que la amistad significa sólo estar
ahí, al lado del amigo, aceptándolo tal y cual es, y sintiendo que esa persona
te respeta, tolera y aprecia, tal y cual tú eres. El escritor francés François
Rochefoucauld dijo: “Por raro que sea el verdadero amor, es menos raro que la
verdadera amistad”.
La
amistad viene entrelazada con la palabra familia y encierra un grupo de
emociones emanadas por la hermandad cuando es sincera. En este mundo tan
convulso debemos apreciar más que nunca las buenas amistades o la buena amistad
porque son pocas las sinceras. Muchos dicen (entre ellos yo) que los verdaderos
amigos los contamos con los dedos de una sola mano y hasta nos sobran dedos. La
amistad se manifiesta en la preocupación por el amigo, interesándose por su
bienestar, por sus problemas y logros. La amistad no es algo que se pueda
demostrar con palabras, sino con hechos, y con esos pequeños detalles que
muchas veces pasan desapercibidos.
Si
cuentas con una relación así no permitas que se debilite, al contrario hazla
más fuerte. No dejes de demostrarle afecto, cariño y hacerle saber que eres una
puerta abierta que no necesita tocar para entrar. Si tienes un amigo verdadero cuídalo,
porque esas amistades son como las plantas hay que regarla un poquito todos los
días, es un sentimiento que se cultiva a diario, para que sea duradero y sincero.
El
que busca a un amigo sin defectos se queda sin amigos. La vida, por circunstancias
complejas, por errores que cometemos nos separa en ocasiones de esos amigos… pero
cuando pasa algo a pesar de estar distanciados el cariño predomina y los
pequeños reproches del pasado dejan de tener importancia, y la madurez serena
es capaz de destacar otras cualidades y virtudes porque la verdadera amistad no
se hiela en invierno. Es tan valiosa que de vez en cuando es necesario olvidar
los sinsabores y desavenencias y estrechar las manos. La pena que se comparte
con el amigo es un descanso.
Un
amigo verdadero es un obsequio de esos que no caducan, ni se pierden solo por
un desacuerdo, que el paso de los años no rompe sino fortalece, donde no caben
celos ni envidias, sino que reina el sentimiento de cariño, donde una sonrisa y
una lagrima tienen la misma importancia y donde cada momento se almacena en un
álbum lleno de millones de situaciones que hacen a esa persona especial para
ti. Felicidades a todos aquellos que en su inventario personal cuentan con un
amigo, sin duda, son afortunados como yo.
La
amistad significa mucho en mi vida y no son sólo palabras, lo he confirmado una
vez más en los últimos días. Mi princesa está pasando por una difícil situación
que no voy a contar aquí pero sí les voy a decir que en medio de la preocupación
y el tormento que tengo en mi mente me siento… ni siquiera encuentro la palabra
exacta para describirles el sentimiento que me llena de admiración hacia
personas muy jóvenes y cercanas a mí, referente en la actitud que han asumido
apoyando a mi hija, y a mí desde luego, en esta situación.
Han
demostrado sin subterfugios de lo que son capaces de hacer los buenos amigos, no
importa la edad que tengan, ellos han demostrado que son la familia y apoyo de
mis hijos y míos. Acompañándonos en los momentos duros y los felices,
ayudándonos en el momento que más los necesitamos haciendo lo que sólo los
amigos saben hacer: mejorar el día sin parar. Somos parte uno de los otros, y
por encima de todo solo importa el ayudarnos mutuamente, amarnos de corazón y
tratarnos sanamente. Olvidar los sinsabores que a veces la vida da y encontrar
las soluciones por medio de la amistad y el cariño.
Una
vez más ratifico que la amistad es una puerta abierta, una mano extendida, una
sonrisa que alienta, una mirada que comprende, una palabra que anima, una
critica que mejora, es... un abrazo, un aplauso que estimula, un encuentro que
regocija, un favor sin recompensa, un dar sin exigir, un entregarse sin
calcular, un esperar sin cansancio.
Hermanita,
esa amistad verdadera es lo que nos une, a ti y a mí... y a nuestros hijos. Ya
ves, a veces nosotras nos preocupamos demasiado cuando se disgustan por algo y
creemos que se van a distanciar, bueno de hecho lo hacen, pero no en el corazón
porque se quieren de verdad. Y cuando ocurre algo como ahora dejan de lado todo
lo demás y van en ayuda del que lo necesita, con preocupación, cariño,
comprensión y un apoyo total. Nuestros “pequeños” se vuelven gigantes ante la
dificultad o dolor de quienes quieren, ¿verdad? No dejo de admirarlos y
quererlos mucho más.
Muchas
bendiciones para ti y los tuyos. Tú esencia se la has transmitido a ellos.
Eres, sencillamente, la mejor. Que Dios te bendiga siempre. Todos los días de
mi vida agradezco el día que te conocí, el día en que nuestros destinos se cruzaron,
ese día sin dudas fue una bendición para mí. Confía en mí porque yo lo he hecho
desde el primer momento que te conocí. Gracias por los bellos y amargos
momentos compartidos. Benditos sean nuestros hijos.
¿Sabes
por qué Dios te dejó despertar hoy? Porque personas como Tú son las que El
utiliza para hacer Felices a personas como yo. Por eso cuídate mucho, necesito
que hoy, mañana y el resto de mi vida tú y ellos sigan siendo parte de mi.
La bendición eres tú, por conservar a tus amigos, dedicarles tu tiempo, cuidarlos y saber cómo amarlos. No hay más secreto que tu entrega y dedicación. Estoy seguro que tu les das mucho de ti y recuerda que uno recibe lo que da, amiga mía. Y esos jovencitos, benditos sean por apoyar totalmente a su amiga, pero bueno no se puede esperar menos de hijos que tienen semejantes madres.
ResponderEliminarThomas Fuller dijo: “Es amigo mío aquel que me socorre, no el que me compadece”.
Sigue haciendo camino al andar, linda, pero siempre, bien acompañada de esos queridos amigos que tanto conoces y quieres y te quieren, y a los que les dedicas a través de tu blog, tan bello homenaje. Los protagonistas de tu artículo, estoy segura de que dirán orgullosísimos: ¡QUE GRAN SUERTE, TENER A ROSABEL COMO AMIGA! Como orgulloso me siento yo de que compartas un trocito de tu vida, con nosotros, tus desconocidos y a la vez conocidos amigos.
¡Cuánto apoyo se encuentra en un amigo! Quizás más que en la familia. Lindo homenaje a la amistad! los amigos son tesoros que hay que cuidar siempre... Me encanta la valoración y reflexión que haces de la amistad!
ResponderEliminarTu sabes que nuestra amistad es recíproca y para nuestro deleite nuestro hijos se aman, es cierto que ya van creciendo y formando su propio camino pero eso no significa que cuando necesiten apoyo de los demás están todos como los 4 mosqueteros.Te dije que somos una familia unida y siempre que nos mantengamos así todo será más fácil por muchos vericuetos que nos deponga la vida. Aleluya a los buenos amigos!!!!! Y no te preocupes que siempre nos tendrás a tu lado. Te queremos cabezona:-))
ResponderEliminarLa amistad en un sentimiento muy bonito, y tener amigos es un privilegio, pues todos tenemos amistades, pero la verdad es muy difícil encontrar a un verdadero amigo que nos apoye en todo momento.
ResponderEliminarNo puede ir muy lejos la amistad cuando ni unos ni otros están dispuestos a perdonarse mutuamente pequeños defectos. La amistad que puede concluir con facilidad es la que nunca fue verdadera.
la amistad es entrega,es solidaridad recíproca no hay más que decir es una bendición tener a un amigo o amiga que te acompañe en las buenas y en las malas que aún a la distancia te de la mano o te escuche y sienta la alegría o el dolor que estes pasando y solo Dios nos pone a alguien que nos brinde esa amistad.
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