Estas líneas las escribí el sábado para ponerlas en esta página bien temprano el domingo, pero lamentablemente por problemas de salud no pude hacerlo, pero no quiero que se queden en una gaveta, por eso aunque un poco tarde he decidido compartirlas con ustedes.
Este domingo es el día de los padres, muchos de nosotros hemos escuchado innumerables veces eso de que “Padre es cualquiera madre hay una sola” aunque yo también lo he dicho y hasta comparto el criterio por muchos motivos que serían imposible e inadecuados por la fecha decir aquí en este momento, también sé que no es tan así. Hay hombres que no merecen ese calificativo ni por casualidad, pero hay otros que hay que dárselo con orgullo y con mayúsculas, porque son verdaderos PAPÁ. Son capaces de criar y amar a sus hijos junto a la madre, a la par de ella. Un buen padre aunque sea el hombre más pobre del mundo deja a sus hijos la herencia más rica cuando lo cría con amor y lo educa con sabiduría. En la infancia de toda persona es muy importante y necesario sentirse protegido por un padre.
Un buen padre es el que después de una dura jornada de trabajo, al llegar a casa abraza a sus hijos y se vuelve un niño jugando con ellos. El mejor legado de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada día. Debe ser el amigo, el confidente, no el tirano de sus hijos. Un buen padre es ante todo un hombre con corazón, que sabe señalar el horizonte con optimismo y confianza, no es la carne y la sangre sino el corazón lo que nos hace padres e hijos.
Ser papá es jugar en la vida el papel de rey, no de un reino; sino del amor, la comprensión y la razón. Un papá tiene mucho de mamá aunque tenga cuerpo de hombre. Si hay que cambiar pañales los cambia, cuando el hijo llora él es el refugio, cuando el hijo ríe él es la compañía. Sólo cuando meditamos lo que nos cuestan nuestros hijos, empezamos a darnos cuenta de la deuda que tenemos contraída con nuestros padres. Es hermoso que los padres lleguen a ser amigos de sus hijos, desvaneciéndoles todo temor pero inspirándoles un gran respeto. Un buen padre vale por cien maestros.
Mi papá cuando me equivoco me ayuda, cuando dudo me aconseja y siempre que lo necesito está a mi lado. El problema con la familia es que los hijos abandonan un día la infancia, pero los padres nunca dejan la paternidad. Un padre es una combinación extraña de razón y sentimiento. Es aquel que sabe orientar y exigir, pero al mismo tiempo sabe amar.
Cuando un hombre se da cuenta de que su padre tal vez tenía razón, normalmente tiene un hijo que cree que está equivocado. Los niños comienzan por amar a los padres, cuando crecen los juzgan y algunas veces perdonan sus errores. Un papá es una combinación extraña de razón y sentimientos, es el que sabe decir no cuando es lo justo y sabe decir sí cuando es lo conveniente. Trabaja duro para llevar adelante a su familia y anda en punta de pies en la noche tapando cuerpecitos con frío. Es el único de la casa que persigue un ratón hasta atraparlo, aunque por dentro tenga miedo. La paternidad marca el corazón de una persona desde que nace hasta la eternidad.
Papá quiero hoy decirte cuanto te quiero y cuanto significas para mí, eres una gran persona no en estatura, sino en el corazón. Como pasa el tiempo… Pienso uno a uno los momentos que hemos vivido juntos. Gracias por darme la vida, por ser mi ejemplo, mi impulso para llegar a ser quien soy. Eres para mi tan especial, tanto, que sabiendo que la familia no se escoge es la que te toca, si me hubieran dado la oportunidad de escoger te hubiera elegido a ti para que fueras mi Papá.
Hoy, quiero darte las gracias porque siempre estuviste al lado de mamá, amándola y respetándola, dándole su lugar y con esa actitud nos enseñaste a amar. Valoro mucho cada día y cada recuerdo… “Formar una familia” no es una frase que se refiere a la labor de la mujer solamente porque el hombre es indispensable en el hogar, es pieza fundamental y forma junto con ella, una unidad única, insustituible, juntos son la columna vertebral que sostiene a los miembros, para que la familia cumpla su misión. Esa es una labor muy difícil pero hermosa que has compartido con mamá. Nos enseñaste que es el lugar donde somos realmente aceptados, valorados y amados por ser quienes somos antes que por cualquier otra cosa.
Me he convertido en una persona de bien gracias a ti, y aunque no vemos el mundo de igual forma te comprendo y te agradezco lo que hiciste por mí y por mi hermano, por lo que haces cada día, porque gracias a tu educación, amor y dedicación soy quien soy y siento un agradecimiento y un amor infinito por ti.
Cuando pequeña te veía enorme (a pesar de que tu estatura no es alta) y creía que lo podías todo y crecí con la certeza de que siempre me protegerás ante cualquier peligro dando cada día tu mayor esfuerzo, cada día dando la vida por mí, mostrándome el camino a seguir. Vas por la vida sin dejarte vencer, sin dejarte arrastrar, me guiaste y lo sigues haciendo. En todo momento estás dispuesto a ayudar a los demás, comprometido con cada ser humano que te ha abierto su corazón.
Moralmente eres un hombre intachable, tienes principios sólidos y valores que te hacen ser quien eres; yo te veo incorruptible, incapaz de mentir, de lastimar, de traicionar… Si leyeras esto quizás derrames algunas lagrimitas discretamente… Tan bueno, tan grande, tan noble, así eres TÚ y mi amor por ti es, no sólo infinito, como escribí en párrafos anteriores, es eterno.
Has vivido al límite y jugado con fuego sin salir lastimado. Me has perdonado todo. Has sido paciente y tolerante. Eres mi héroe silencioso. El tiempo no se detiene papá. Hoy más que nunca entiendo cosas que hace 20 años no entendía. Gracias papá, por haber sembrado en mi las semillas que hoy me hacen sobrevivir.
Eres adicto a la puntualidad, a la música criolla, al chocolate, a probar los dulces que hago, a un traguito de ron antes de bañarte y a ver los noticieros diariamente. A pesar de ya no ser una niña no te cansas de cuidarme, siempre estás ahí para mí ya sea con un abrazo, un chiste, un “estás con mucha gripe, tómate un cocimiento y una pastilla”, un “No te olvides de tus llaves y no vengas muy tarde” o un “mira bien lo que haces, déjate de idioteces” (siempre muy necesario). Sabes… creo que tu vida hubiera sido aburridísima sin nosotros. Y la mía hubiera sido vacía sin tí.
Mi esposo es también un buen padre, ha luchado y lucha junto a mí a diario por el bienestar de nuestros hijos. Les da su amor, comprensión y apoyo.
Feliz día a todos los padres, a los buenos PADRES, como tú.
Ser padre es algo maravilloso, algo que yo siempre he soñado, pero la vida no me ha premiado con ello. Por un desengaño amoroso decidí no atarme a nadie más y eso me ha mantenido alejado de la paternidad porque he tenido especial cuidado en no dejar a ninguna de mis relaciones embarazada. Sin embargo, en la actualidad ya con mis 43 años, pienso que una de las mejores cosas que me podría pasar en la vida es tener un hijo, pero la mujer que amo con toda mi alma y que ahora no está conmigo, no está dispuesta a darmelo. Así es la vida y el destino de caprichosos, tener un hijo de ella para mí sería unir en un solo ser dos grandes amores, pero yo la entiendo, es tanto mi amor por ella que soy capaz de comprenderla. Yo no tengo la suerte que tu tienes de haber tenido un excelente padre. El mío es de los que no merecía el calificativo. Me uno a ti en la felicitación a los padres, a los buenos claro está.
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