A veces me cuesta trabajo entender la actitud de otras personas. Algunos se creen con el derecho de criticar y juzgar a los demás por su comportamiento en determinado momento o por algo que les gusta hacer. Gozan metiéndose en lo que no les importa, algunos critican por envidia, otros porque nos quieren y equivocan su derecho y sus límites. La gente que nos quiere no lo hace con mala intención pero dañan y lastiman, sobre todo si lo que dicen es incierto. Este tipo de injusticias me molesta mucho, pero sé que el tiempo es el mejor aliado para todo y termina demostrando la realidad, es decir los valores de la persona a la que critican y juzgan sin miramientos.
Las críticas indebidas no son motivo para dejar de vivir nuestra vida como queremos. Lo que importa es estar conforme consigo mismo y ser un buen ser humano. Por ejemplo, cuando yo me trazo una meta siempre doy lo máximo de mi para cumplirla porque no me gusta dejar las cosas a medias, pero también me gusta divertirme, salir de vacaciones, compartir con mis amigos, ir a la playa (si es de noche más), escuchar música, beber unas copas y pasarla bien. Soy una persona sencilla y humilde que le gusta reírse mucho. Veo la vida de un modo diferente y la vivo sanamente. Además seamos sinceros y dejémonos de hipocresía, generalmente todos cuando salimos de fiesta queremos divertirnos a lo grande, beber, bailar… cada quien se divierte como quiere, como le gusta, eso es problema muy particular de cada uno y siempre que se haga de manera responsable no hace daño a nadie. A los que nos gusta beber eso no nos hace ser alcohólicos.
Que nadie me malinterprete, esto es una reflexión más sin ánimo de promover la bebida. Todos sabemos que el alcohol en cantidades importantes, es peligroso, puede llegar a ser una enfermedad y una adicción. Pero me estoy refiriendo a otro nivel, una copa, dos, tres no emborrachan a nadie… bueno, hay personas y personas, yo conozco algunas que con media copa tienen más que suficiente. Con una copa hacen de todo, les cambia la cara, bajan la guardia y… con dos… mejor no lo cuento porque puedo sacar los colores a alguien…
Lo importante en esto es no pasarse, ni tomar el alcohol como una forma de diversión porque no lo es. Es preocupante por ejemplo que muchos jóvenes para hacerse o creerse más adultos se pasan horas con un vaso en la mano, bebiendo… y como ni siquiera saben hacerlo lo que trae como consecuencia es que en poco tiempo estén más que pasados.
Pero dejando esa arista y volviendo a los adultos que nos gusta beber (no emborracharnos, que quede claro). No es bueno estar a toda hora con un vaso en la mano; pero una noche, un sábado o un domingo con amigos, en una fiesta, es otra cosa. En ocasiones cuando estoy muy tensa o preocupada, cuando tengo muchos problemas me reúno con mi mejor amiga a conversar y a tomarme unos tragos o un par de cervezas, tampoco veo nada malo en eso siempre que sea con medida. En lo particular no bebo con desconocidos (¡ni una copa!). Creo que beber alcohol es parecido a una experiencia emocional y hasta espiritual, que a veces ayuda a abrir las ventanas del corazón y desnudar el alma, y eso no se hace con desconocidos y menos con personas que no te quieren bien. Con franqueza, hay muy poca gente con la que me siento a tomarme una cerveza o un trago. Yo soy así, ¿qué le vamos a hacer?
A mis amigos y a mí es el placer y no el vicio el que nos acompaña. Yo sé cuál es el trago que me sobra y hasta ahí llego (lo he hecho muchas veces). Los cándidos y los hipócritas empedernidos han magnificado las consecuencias de la bebida, la mayoría de las veces aunque no lo reconozcan en el fondo les gusta y también beben (algunos a escondidas) pero tienen la desfachatez de criticarlo en los demás.
Las familias van cambiando con el tiempo, es inevitable, los hijos crecen y se reproducen. La clásica trilogía familiar padre, madre e hijos se convierte en una amalgama, con los años los padres se convierten en abuelos y los nietos pasan a ser sus nuevos engreídos, las hermanas se convierten en esposas y madres, lo mismo pasa con los hermanos que se convierten en maridos y padres; las familias políticas irrumpen en nuestra vida y tenemos que convivir con ellos nos guste o no.
Y hasta aquí quería llegar, ¡a esa dichosa convivencia!, todos dentro de la familia (ya extendida por supuesto), van estableciendo su propia forma de vida y con el paso del tiempo se sienten con derecho a criticar y juzgar a quienes salgan de sus patrones, pero lo más triste es que en medio de esa amalgama familiar no todos son medidos con la misma vara. Lo sé porque lo he padecido en carne propia y lo he visto en muchas familias allegadas. Hace tres días lo volví a ver en otra a la que quiero mucho, los aprecio a todos, de manera diferente, pero en el fondo los quiero. Y dentro de esa familia a cuatro personas en especial, y a una de ellas por encima de las demás.
Mi amiga se desvive por todos, es la clásica persona amable, servicial (demasiado para mi gusto), cariñosa, comprensiva, desprendida, desinteresada, fiel… no es perfecta, nadie lo es, pero son muchas sus virtudes y eso opaca sus defectos. El día a que me refiero toda la familia paseaba y se divertía en grande, mientras ella y su marido trabajaron todo el santo día sin descanso para que al llegar la noche todos pudieran disfrutar de una fiesta familiar que estaba predicha de antemano y casi preparada, digo casi, porque como los demás se fueron a pasear todo el día lo que quedaba por hacer se lo dejaron a ellos.
El día para los dos transcurrió en plena y ardua labor en favor de los demás. Al llegar la noche estaban exhaustos pero felices de tener todo listo cuando el resto de la familia llegó de su paseo. Comenzó la fiesta, todos comían, bebían y se divertían de lo lindo (es muy fácil cuando todo te lo ponen en la mano ¿cierto?). Dos personas me hicieron comentarios indebidos (bueno, en realidad una solo indagó algo que le dijeron otros) sobre ella, que yo no admití y rebatí de inmediato, eso me molestó mucho porque el comentario era incierto, pero como fui tajante y sincera al decir la verdad y lo que pensaba de todos incluyendo algunos miembros de la familia me quedé tranquila, pero incómoda.
Ayer, estábamos ella y yo solas conversando, alejadas de todo y de todos, y en el giro de la conversación salió el tema y le dije lo que había ocurrido. Mientras yo hablaba ella solo me escuchaba y cuando la miré estaban corriendo las lágrimas por su rostro, intenté detenerme y me dijo muy seria que continuara y así lo hice pero cada palabra que yo repetía me dolía en lo más profundo del alma porque sentía su dolor. Ahora no sé si hice bien o no, o sí, hice bien porque siempre hemos sido leales e incondicionales una con la otra, pero mi lealtad a ella me llevó a ocasionarle un dolor que no se merece (como tampoco se merece el comentario que hicieron), el caso es que me sentí mal, con una mezcla de sentimientos encontrados sobre si debía de haber hablado o callado, ser leal o desleal.
Lo cierto es que me siento un poco culpable de sus lágrimas, su posterior malestar y disgusto. Pero más me indigna lo injustos que a veces son con ella, precisamente la familia a quienes ella se entrega por completo, por quienes lo da todo sin escatimar nada.
Por eso en este instante necesito quejarme del desprecio que algunos le hacen a la gente que le gusta beber. Y yo me pregunto: ¿Qué hay de malo si lo hacen de una manera responsable? Por ejemplo, mis amigos y yo no bebemos para acabar por el suelo, lo hacemos porque nos gusta y porque queremos, y por encima de todo con cautela. Nunca nadie me obligó a beber al igual que yo no obligo a nadie, mi familia lo acepta siempre que sea responsable y lo soy. Y lo mismo digo de mis amigas, que les gusta beber un trago de vez en cuando pero al igual que yo no dejamos de trabajar fuera de casa y en casa, estamos pendientes de la familia y de sus problemas (los cuales resolvemos nosotras) y mantenemos el equilibrio familiar en todo momento. Por eso me molestan los comentarios hirientes que tratan de desprestigiarnos y abochornarnos, esa gente que nos juzga por el mero echo de que nos gusta beber tiene que entender que eso no tiene nada que ver con nuestra personalidad. Eso no dice nada de una persona.
No entiendo el problema que algunos tienen con la bebida, me refiero a los que tratan de señalar como borrachos a los demás, porque una cosa es estar siempre bebiendo en grandes cantidades y otra muy distinta, quienes se toman un trago para relajarse, para compartir... para bajar el estrés. El alcohol en ocasiones puede ser un buen catalizador de angustias. Unos tragos no le hacen daño a nadie, muchas veces rompen el hielo, sirven para socializar. Fíjense si es así que hasta en la misa hay vino para compartir el momento sagrado, compartir con los amigos y beber un poco no tiene nada de malo (por supuesto no todos los días) siempre que se haga con responsabilidad y cordura, eso no significa ser un borrachín.... no, cada cosa en su lugar y en su momento.
No entiendo, ni entenderé por qué alguien se siente con derecho a juzgar a los demás simplemente porque considera arbitrariamente que algo está mal. Aunque algunos compartan nuestro mismo ADN si no comparten nuestra manera de ser, pensar y vivir, deberían tener límites antes de ultrajarnos por prejuicios y algo que quisiera llamar falta de tacto (por no decir falta de respeto). Nunca dejará de sorprenderme como personas “desconocidas” pueden llegar a darnos la mano y como otros más allegados nos hacen tanto daño, jamás dejará de golpearme la idea de que la gente que creo conocer es más de lo que yo puedo ver en ellos...
En ocasiones pienso que si le damos mucha importancia a los que se atreven a juzgarnos estamos aceptando que tienen todo el derecho sobre nosotros, pero ¡y una mierda!, me parece que por la "ya muy molesta" costumbre de pensar egoístamente la gente esta empezando a "querer cambiar el mundo a su manera". No me gustan los comentarios, intrigas y crucifixión de seres que sólo saben dar amor y mucho menos si son personas que quiero. En última instancia pienso que ¿juzgar? Sólo le corresponde a Dios.
Nos critican porque vivimos como queremos, algunos no comprenden que necesitamos nuestro espacio y que además de trabajar mucho, de vez en cuando merecemos un descanso, una alegría, una reunión de amigos, algo que alegre el cuerpo. En ocasiones hay familias que no lo entienden y eso provoca discusiones en las que uno mismo se enfrasca, quizás nos dejamos provocar porque a veces uno está más susceptible que otras, y vienen precisamente a hacer reclamos cuando estamos celebrando… esos momentos gratos de nuestra vida son los que a veces la familia no respeta y quieren limitar nuestros gustos.
Les diré de forma algo cínica, que a mí me divierte cuando escucho a gente que me rodea decir que debo cambiar esto o aquello en mi vida porque son cosas incorrectas, y no quiere decir que no acepto las críticas lo que pasa es que las acepto cuando son sobre cosas indebidas que realmente hago porque todos nos equivocamos, pero sinceramente me divierte cuando son cosas que critican solo porque a ellos no les gusta. Pienso que esas personas antes de hablar deben pensar que lo único que a ellos les importa es que soy un buen ser humano, buena trabajadora, madre, esposa, amiga, en fin lo que llaman una buena persona. A nadie le importa lo que hago y cómo lo hago, cómo vivo y quiero vivir, no tengo que seguir determinadas pautas de comportamiento para agradar a nadie.
Sólo hago lo que me place y me hace feliz, por eso cuando alguien me juzga (si es injustamente) casi siempre me sonrío y pienso ¿de verdad creen que me conocen? ¿Creen que alguna vez me han conocido? En realidad el conocerme o no al final dependerá de la inteligencia natural de cada cual. Pero lo que sí he decido son dos cosas: una es no justificar mi vida de modo alguno como si fuese una criminal que debe explicar su caso frente a un jurado, mi propio juez soy yo, y digamos que ya es bastante. Segundo, no pediré disculpas a nadie por ser como soy.
Por eso amiga mía, lame la herida y piensa que por sobre todo es la familia y son buenos, con resabios y algunos conceptos equivocados pero buenas personas y te quieren. Sigue con tu vida como hasta ahora porque la mejor prueba de que la has llevado bien, por el camino correcto, es la familia que has formado (tu marido y tus hijos), la crianza que has dado a tus hijos, el aprecio que te tienen todos aquellos que les tiendes a diario la mano sin pensar en beneficio propio, todos cuantos te conocen de verdad te quieren y te respetan, te valoran por la mujer que eres. Vive tu vida haciendo lo que te haga feliz, no pienses en esos que te critican cuando haces algo que ellos ven como "incorrecto". Recuerda que al único que se le rinde cuentas es a Dios, nadie más tiene la capacidad de juzgarte. De aconsejarte quizás, de juzgarte jamás.
Simplemente di como yo: “A mí me gusta tomarme unos tragos o unas cervezas bien fría, disfrutando de amenas conversaciones con mis amigos, entre música y risas… ¡¿Algún problema con eso?!”.
amiga tenéis razon, solo Dios nos puede juzgar y condenar, ¡joder¡ que tenemos derecho a hacerf con nuestta vida lo que nos place, mientras no dañemos a nadie y seamos buenas personas. yo también suelo bebeerme unas copitas con mis amigas y es de los mejores ratos que paso.
ResponderEliminarLa bebida en exceso es mala consejera, sus consecuencias pueden ser nefastas, pero tomar unos tragos con los amigos de vez en cuando no tiene nada de malo siempre que sea de manera responsable. Tu y tu amiga son mujeres es-peciales, encantadoras, trabajadoras, excelentes madres, se desviven por la familia, por eso creo que doblemente tienen derecho a esos raticos para descargar y divertirse, si a alguien no le parece bien es lamentable pero ustedes se lo merecen, en la vida tenemos que hacer las cosas que queremos y disfrutamos y no nos podemos guiar por la gente aunque esta sea la familia porque no hay peor leña que la del mismo palo, ¿no has oido decir eso? Y siempre van a encontrar mal lo que les parezca según su punto de vista. Diviertanse mis chicas que a estas alturas del partido tienen mas que ganado y merecido su terreno.
ResponderEliminarTienes toda la razon preciosa, cada cual debe hacer lo que le hace feliz, lo que le gusta y nadie absolutamente nadie tiene derecho a juzgar sus actos si no van en detrimento d alguien. tiernes razon que la gentequiere de manera egoista que los demas vivan como ellos quieren a su manera y eso es ilogico porque si no el mundo no seria mundo, todos somos diferentes y lo importante es no ir en contra de uno mismo ni de nuestros semejantes, hacer todo en bien del prójimo y mientras eso se cumpla y seamos buenos seres humanos nuestra manera de vivir y nuestros gustos no le importan a nadie. Cyuidate mucho.
ResponderEliminarGracias por apoyarme siempre, ya leí todas las cosas que no habia podido leer.
ResponderEliminarLa verdad es que SIEMPRE SIEMPRE pase lo que `pase valoraré tu sinceridad y te repito que no tienes mas por qué preocuparte , hiciste lo correcto y yo te lo agradezco, lo que pasa es que uno no es de hierro y hay cosas que joden mucho... pero como todos sabemos si hablaron de la virgen Maria de mi que importa al final todos no solo la familia tienen que contar conmigo, asi que PLP (tu sabes? :-)
un beso grande y otra vez gracias por estar en las malas a mi lado
No lo dudes amiga esta mujer dura e inflexible con mucha gente y a la vez toda amor y comprensión con otros, contigo es incondicional sin duda alguna, es increíble con que fuerza y rapidez sale en tu defensa hasta en la cosa más simple, y cuando se calla por determinadas circunstancias como la vez de las botellas (sabes de qué hablo) se pone... ni que decir. Por todo lo que conozco te aseguro que te es fiel hasta la médula, y eso es una suerte, porque déjame decirte que una mujer como ella cuando se entrega lo hace desde lo más profundo del corazón, tanto en el amor como en la amistad.
ResponderEliminarEn cuanto al otro tema ya conoces mi opinión y por lo visto otros amigos coinciden en lo mismo, por eso como escribió nuestra querida amiga "todos cuantos te conocen de verdad te quieren, te respetan y te valoran por la mujer que eres. Vive tu vida haciendo lo que te haga feliz" y de corazón amiga yo me sumo a sus palabras. Las quiero. Cuídate y cuídala mucho.