Adoro la sonrisa en tu boca y los besos que nacen por mi, besos profundos, largos… de humedad compartida, ¡cuántas cosas encierran en su interior! Los secretos de tus besos me mantienen viva, los recuerdos afloran, las vivencias vuelven a mi mente constantemente. Tengo la dulzura de tus besos y el fuego de tus labios.
Tus besos me lo dicen todo: “eres mi verdad”, “mi vida”, “te amo”, “te extrañé”. Y yo respondo a ellos con toda el alma. Tus besos me provocan… ellos y tus caricias, son unidad de medida de lo inmedible de nuestros sentimientos. Me lames, me bebes, conquistas con tu lengua el cielo de mi boca, me muerdes, me besas, amordazas mis labios con los tuyos.
Tu boca, tus besos son como fruta en mi boca que la moja con su delicioso jugo y alimentan mi alma. No dudemos en besarnos cada instante, no perdamos ese momento mágico de conexión donde se trasportan nuestras mentes y nuestros cuerpos a destinos desconocidos. Siempre creamos con nuestros besos un mundo de fantasía, un momento agradable, de plena dulzura y eterno, todo deja de existir a nuestro alrededor.
Amor, tus besos tienen la magia de despertar mi cuerpo y mis sentidos. Mientras más dulces y húmedas son las caricias que tus labios con ternura o con pasión me entregan, más intensamente las deseo, más te sueño y más te necesito. Nunca se me quitan los deseos de besar tu linda boca, tus besos son dulces y apasionados, ardientes y acalorados, son de fuego… nunca olvidaré la primera vez que me quemaste con uno de esos besos.
Te voy a besar cuándo quiera y dónde quiera, nadie me puede ni imponer ni prohibir nada. Soy partidaria de las personas apasionadas, que aman con todas sus fuerzas, que son valientes y atrevidas, de los besos que se dan con el alma y de las palabras fuertes, directas y sinceras. El beso es un mudo lenguaje de la pasión... Me gusta el beso llamado "contra la pared" (como a la mayoría de las mujeres), largo, fuerte, intenso, que nubla los pensamientos y dobla las rodillas.
Todos tus besos son geniales y sin embargo no haces la estúpida pregunta: “¿te gustó?”, que tanto le gusta hacer a la mayoría de los hombres y nos molesta a las mujeres. Tu simplemente sabes que adoro tus besos y sigues besándome sin parar, sin darme oportunidad de respirar, opinar, protestar, exigir... me encanta. Me gusta que eres seguro, atrevido, fuerte, cariñoso, protector... y lo mejor de todo, que me amas. Tampoco nunca me hiciste la odiosa pregunta: "¿te puedo besar?", tu solo me diste un beso... dos... mil... y me sigues besando sin preguntar y sin parar.
Son deliciosos tus besos, siempre llevo su sensación en mis labios, en mi recuerdo y vuelvo a ellos cuando te echo de menos. Siempre me apetece volver a besarte, a acercarme despacio a tus labios, a unir nuestras bocas, a sentirnos a través de un beso. Y durante el beso acariciarte y tras el beso mirarte, y tras mirarte volver a besarte y así un beso tras otro, hasta que se nos agoten los labios.
Que no se alejen tus labios, no quiero echarlos de meno, me muero por besarlos. Que no cesen tus besos que le dan sentido a mis labios. Por robarte un beso soy capaz de darle la vuelta al mundo, por la sonrisa de tu boca acorto todas las distancias, por la mirada de tus lindos ojos no hay camino que no recorra por largo que sea, por las caricias de tus manos divinas uniré con mis pasos los polos de la tierra. Con tus besos me embriago en el dulce licor de tus ardientes y húmedos labios.
Por tus besos moriré en la penumbra del ocaso, por ellos cobro vigorosa vida que palpita, siente, se emociona, sangra, se entrega… ¡Ay, qué será de mí! Si tu boca sigue acercándose a la mía, tus labios silenciando mis susurros, tu beso capturando mi aliento... tu saliva fundiéndose con la mía, mientras el destino nos hace un guiño para permitirnos beber el uno del otro. ¡Cielos! ya podría morirme en paz y descender al mismo infierno si esa fuera mi suerte por la pecaminosa hazaña de morir en tus labios.
Sométeme si es preciso, encadéname las manos a tus manos, mis pies a tus tobillos, mi vientre a tu vientre, atrapa mi sexo con tus labios, rómpeme, vacíame, agótame, séllame los labios con el beso eternizado de tu boca apresando la mía, de tus ojos clavados en los míos, para siempre…
amiga, no hay nada como un buen beso, que estremescael alma y te tiemblen las rodillas.
ResponderEliminarllevo muchos días sin escribir pero no he dejado de leerte, todo me encanta y este está hermoso, y tus finales preciosa son estremecedores. cuidate mucho.
ResponderEliminarMe gustó mucho, está estremecedor como dice Peter, pienso como tu y se que los besos dicen muchas cosas. Me pasa como a ti, los besos de la mujer que amo son mágicos y me transportan al cielo, me tocan el alma, me provocan, me encienden después de besarnos con mucha pasión puedo morirme en paz como dices tú. Escribí esto para ella, que como sabes se ha vuelto a alejar de mi, su ausencia me tiene sin consuelo pero sigo esperando e intentando que vuelva.
ResponderEliminar"Tus besos son como un sol que llena de luz mi universo. Desde aquel primero, que sigue iluminando mi recuerdo, todos han sido siempre especiales, intensos... Echo de menos tus besos, te echo de menos a ti, echo de menos los momentos compartidos. Cierro los ojos y te veo, cierro los ojos y te beso, los dejo cerrados y te sueño. En ausencia de esos besos muero irremediablemente, desciendo a los abismos del Olimpo, donde espero paciente que tu boca con sus besos salde tus deudas con este corazón rebelde.
El primer beso se da con la mirada... no me olvidé ni de estas palabras ni de tus ojos besándome, pero mucho menos me he olvidado del calor de tu boca, que me enciende y me mata, atrevida y loca. Qué pobres son mis días sin tus besos, qué absurdas las horas, qué lejos queda la felicidad, qué ingratos los recuerdos que vienen a mi mente y me dejan lleno de ganas de ti. Qué pena de mí, sin tus besos".