viernes, 20 de enero de 2012

Amo la vida

En este nuevo año no tengo ningún propósito especial, al menos por el momento. Ni siquiera el eterno dejar de fumar. Solamente seguir amando la vida, porque soy una amante empedernida de la vida “a mi manera”, adoro la libertad y todo lo que esto implica. Curiosa. ¡Enamorada siempre! Amo ser libre, adoro las cosas sencillas, los pequeños placeres, la buena mesa (aunque no soy comilona), gozar del amanecer, un paseo por la playa, una conversación estimulante… Y así quiero seguir, quisiera que los sinsabores de la vida no me hagan cambiar.

Aunque no todo es como yo quisiera, sigo creyendo firmemente en la vida y en el abrazo de la gente que me quiere. Oponerse y guerrear constantemente con la vida no es la mejor opción, eso ya lo tengo claro. Pero mi propia estupidez me lleva a hacerlo constantemente. Prefiero ser su aliada, si me deja. Y seguro que lo hace.

Y bueno, al final de eso se trata, de buscar un equilibrio para lograr vivir como se nos antoje. ¿Qué está bien o mal? En ocasiones no hay cómo saberlo de inmediato. A veces, esto de vivir se complica, sin embargo creo en mi vida y también creo en la que vivo junto a ti. En este ir y venir por el mundo el alma nos guía, aunque a veces es difícil entenderse con ella. Yo la tengo bien conectadita y a veces siento que me pierdo de tan fuertes que son las corrientes externas. Pero sigo creyendo en lo simple, en la pureza y la sensibilidad de nuestras vidas.

Amo la vida y ¡la disfruto! porque es el don más grande que nos fue dado, fue mi poseer primero y será el último que me será quitado. He conseguido infinitas experiencias donde el valor de la más leve sobrepasa al valor de todo el oro del mundo. Amo el sol de cada mañana, las noches frías, cada día que me llena de nuevas experiencias, y lo que más amo es el amor que en ella he encontrado, ese amor que me ayuda en cada tramo a seguir adelante.

Venero la vida que me aguarda en cada esquina y me acompaña, con olvidos y sin ellos, con amor, con dolor, con esperanzas y con todas las penas que se arrastran, ese amigo que me brinda todo sin pedir nada, amo el hoy que me devora a cada paso, el ayer que es el recuerdo y la nostalgia… Y el mañana, para que no me digan luego que no lo tuve porque no lo amaba.

En ocasiones es raro encontrarse cara a cara con el pasado, ¿no?, al menos así me sentí, rara, cuando una vieja amiga me contó los pormenores de su encuentro con algunos de nuestros amigos del pre-universitario. Más tarde estando en la casa busqué algunas fotos nuestras de esa época y al verlas me hicieron recordar viejos tiempos. Pero lo gracioso es que esos recuerdos no fueron precisamente al lado de ellos, jajajaja sino de mi vida en aquella época. Caí en cuenta que apenas advertimos como pasa el tiempo, todo pasa frente a nosotros y apenas nos damos cuenta porque vamos tan de prisa por la vida, con miles de ocupaciones, problemas, metas, angustias y cuando volteamos la cara ahí está el pasado mirando como seguimos corriendo y de pronto es como si fuera un amigo de toda la vida, sólo que cada vez es más extenso, lleno de recuerdos y claro también de olvidos porque olvidamos muchas cosas unas por el paso del tiempo y otras porque queremos olvidarlas.

¡Qué sería la vida sin recuerdos! Ellos lo mismo te arrancan sonrisas que lágrimas, y a veces hasta un color rojo en las mejillas por recordar lo que nos daba vergüenza... Voy a seguir recordando, alentando a mi mente a seguir aunque a veces me grite que mejor pare...

La vida sería tan sencilla y hermosa sin rencor, sin envidias, sin egoísmo, pero cada vez más me convenzo más de que eso sólo sería posible sin seres humanos, porque somos tan imperfectos que destruimos la armonía de la vida, somos egoístas y creemos que sabemos todo sin darnos cuenta que realmente ¡no sabemos nada! y pasamos por alto lo más importante, las cosas que hacen de éste mundo algo bueno y especial. Muchas veces queremos adornar y llenar los vacíos del alma con cosas materiales, no acabamos de darnos cuenta que lo elemental está dentro de nosotros mismos y que lo demás es secundario, pero… ¿qué difícil verdad?, la vida va demasiado rápido para alcanzar nuestro pensamiento, para detenernos a amarnos, a observarnos y a pensar.

He amado, llorado, perdonado y saboreado el dulce amargo paladar de las experiencias. No cambiaría nada de lo que soy ni a las personas que me rodean porque soy feliz.

Mi única meta en este año, por ahora, es seguir amando la vida y las cosas bellas que hay en ella, pero sobre todo amar, amar y amar.

3 comentarios:

  1. Me encanta tu manera de pensar pero entre tus planes que siga estan este sitio que nos da alegría y nos llena de vida.

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  2. es cierto no podemos esperar q quienes nos rodean cubran nuestras necesidades ni materiales ni afectivas en todo momento, porque necesitarian dejar de vivir su vida para vivir la nuestra. y coincido con Peter que entre tus metas siga estando este sitio que tanto nos gusta y tanto bien nos hace xD amiga.

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  3. Me gusta tu manera de vivir y ver la vida, me encanta que en tus planes este seguir siendo así pero sobre todo cuando dice que entre tus metas esta amar y amar y amar. El amor hace linda a las personas por eso tu eres un encanto. y coincido con ellos que entre tus metas siga seguir en este sitio que nos da vida.

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