martes, 3 de abril de 2012

El fuego y el amor


Estoy cansada y sola en la oficina, con el tiempo encima, quiero terminar el trabajo que estoy haciendo y para completarlo necesito una información que no recuerdo en qué carpeta la guardé por ello activo el buscador en mi computadora. Mientras el ordenador se sumerge en la búsqueda, saco un cigarrillo y como no encuentro la fosforera, saco una cajita de fósforos que sólo Dios sabe desde cuando tengo en una gaveta del buró. Enciendo el cigarro y doy la primera bocanada. Me quedo observando la llama del fósforo hasta que soplo y la apago para no quemarme, pero me pongo a pensar en el fuego, algo tan poderoso y lo efímero que resulta en un cerillo.
Pensando en la llamita que se extingue con solo soplar y en un poderoso incendio, viene a mi mente la conversación de hace unos días con una joven amiga. Ella me contaba que llevaba un año con su pareja, que al inicio todo fue maravilloso, que se había entregado a el inmersa en un remolino de sensaciones desconocidas hasta ese momento para ella, que con él había conocido lo que era un orgasmo y se había maravillado con esa respuesta tan increíble de su cuerpo pero que le parecía que el orgasmo tenía un origen divino. Me decía que nunca creyó que alguien fuera capaz de producirle ese mar de sensaciones que la hicieran perder el control de su cuerpo y de su mente.
De pronto, un poco cabizbaja comenzó a decirme que algo había cambiado, seguía amándolo pero ya no se estremecía con su toque como en los primeros tiempos, que las caricias que le daba en la intimidad eran tiernas y amorosas pero ya no encendían su deseo. Y que ella quería volver a sentir todo ese mundo de emociones que con él descubrió, pero era inútil, no entendía lo que pasaba. Continuó diciendo que cuando terminan de hacer el amor él le da un tierno beso y se duerme, justo cuando su sexo inflamado comienza a despertar, que muchas veces producto de la naciente excitación termina tocándose y dándose placer, pero que después se apodera de ella la vergüenza y un sentimiento de culpa porque ese placer no se compara con el que sentía hace un año cuando se entregaba a él. Y terminaba diciéndome abochornada y confusa: “¿Qué voy hacer?, yo lo quiero, pero te juro que no hay nada más frustrante que sentirse avergonzada y medianamente satisfecha”.
Es increíble el poder de la mente, la simple llama de un fósforo me hizo pensar en el poder del fuego y a su vez, eso me recordó las confesiones de mi joven amiga y en ese momento recordando sus palabras, sentí pena y alegría. Pena por esa pareja llena de juventud, que en muy poco tiempo apagaron su relación como la llama de un fósforo y pena de que una joven y bonita mujer se sienta avergonzada por proporcionarse un poco del placer que no sabe darle el que duerme a su lado, en resumen pena por el triste final que esa unión tendrá.
Pero sentí alegría por nosotros que en una relación de mucho más tiempo hemos compartido tantas cosas... y aunque parezca increíble en nosotros la llama nunca se apagó por el contrario encendió una hoguera llena de amor, pasión, deseo, lujuria y también respeto, ternura y comprensión. ¿Y sabes por qué? No sólo nos cuidamos uno al otro, nos brindamos cariño y respeto, sino que hacemos que cada uno de nuestros encuentros sea diferente, encontramos nuevas formas de amarnos, hacemos realidad fantasías y juegos amorosos que nos hacen tocar las estrellas. No sé si somos muy creativos, pero lo que sí sé es que evitamos que la rutina se apodere de nosotros.
¡Diablos! Estos pensamientos me han traído a la memoria algunos de nuestros juegos eróticos, ¡vaya imaginación que tenemos! Tengo tu imagen tan vívida que los recuerdos me han dejado excitada, estoy mojada y deseosa de ti, creo que sería maravilloso que estuvieras aquí, en la oficina, en este mismo momento e hiciéramos el amor sobre mi buró… Sonrío y cuando me levanto a tomar un poco de agua porque tengo la garganta seca, suena el teléfono...
-¿Diga?
-Amorcito, estaba pensando en ti y no te imaginas cómo, nena...
-Yo también. Ojala estuvieras aquí, tengo tanta necesidad de ti...
-Mmmmm… por eso te amo, estás loca, hacerlo en la oficina...
-Me lees el pensamiento... como casi siempre…
-Es cierto y te sigo como mismo tú me sigues a mí… anda, mi amor, te veo en un rato donde siempre... No te imaginas lo que te espera...
-Yo también te amo, te necesito y te deseo.
-No demores, cariño…
Vuelvo a sonreír y cuelgo el teléfono. Regreso a la computadora y ya tengo en pantalla la información que estaba buscando, la guardo y me dispongo a salir deprisa. Vuelve a mi pensamiento esa pareja y me digo: “Los jóvenes de hoy tienen tanto que aprender... con una simple llamada ya estoy loca por llegar junto a él, y eso que no me dijo nada caliente pero con ese simple ‘No te imaginas lo que te espera’ mi mente echa a volar, estoy excitada y ansiosa”.
Si los jóvenes comprendieran el valor que tiene una simple llamada, una flor con una nota, algo escrito en un espejo, en fin… eso es lo que no sabe hacer la juventud, mantener viva la pasión, para que al paso de los años sigan disfrutando de la entrega y sintiendo el placer que proporciona hacer el amor que no es lo mismo que tener sexo.
Cuando se es capaz de mantener encendida la llama de la pasión cada entrega es como si fuera la primera vez, entonces no sólo se aman cada día más sino que nunca dejan de lado el placer de su pareja y esos orgasmos increíbles que a todos llenan de felicidad y plenitud. Hacer el amor es que el otro sea tu, y tu el otro, y ambos sean sabios, sepan de qué manera y con qué ímpetu se puede lograr la unidad perfecta.
Cuando los hombres empiezan a olvidarse de nuestro placer y a pensar sólo en el suyo, las cosas cogen por mal camino porque el conocido y buscado orgasmo para los hombres es la mejor descarga del mundo, para las mujeres es un dique rompiéndose, es un oasis en el desierto. Se dicen muchas cosas del orgasmo, pero no hay dudas que la petite mort (pequeña muerte) como la llaman los franceses nos da una vida sexual plena.

El orgasmo es una sensación increíble, yo siento que me transporta en unos segundos al espacio infinito, como si una galaxia entera fuera devorada por el hoyo negro de mi sexo inundándome de luz, estallando en mi interior, convulsionándome, haciéndome casi perder el sentido, para luego sumirme en una paz, en un sentimiento de tranquilidad, donde nada aqueja, no hay dolor ni sufrimiento, todo es calma... somnolencia. La calma que sigue al huracán. Es una paz celestial. Después de todo, mi pobre amiga tiene razón en una cosa, ¡el orgasmo tiene origen divino!

6 comentarios:

  1. es cieerto un orgasmo es alcanzar ñlas estrellas, lo lamantable es q no te lo sepan proporcionar, xq es verdaad q hay hombres q solo p iensan en ellos y otros en la cantidad sobre la calidad, es una pena como la de tu joven amiga q o lo deja o le pone los cuernos al marido.

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  2. me gusto y como tu siento pena de esa mujer, yo se lo que es eso porque a mio me paso una vez, pero lo mio fue peor porque con ese hombre yo sentia un mar de sensaciones pero NUNCA tuve un orgasmo el era de los amorosos con poco aguante.

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  3. Los jóvenes tienen mucho que aprender en cuanto las artes del amor, en primer lugar no importa la cantidad sino la calidad y mantener viva la pasion el deseo, ese fuego se logra mantener de muchas formas y con detalles simples como una llamada como en el texto. Además un hombre no puede dejar nunca de la mano el placer de la mujer que ama, eso es fatal, fijate que ni siquiera los amantes lo hacen, mucho menos cuando es tu pareja. Cuidate, linda.

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  4. ¡De puta madre! Teneis toda la razon el orgasmo es divino. Y esa chica ¡joder! Que no pierda mas su tiempo y lo mande a paseo, por bueno que sea el tio ya no vale la pena.

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  5. Es cierto que con muchas cosas se enciende la pasión en una mujer, solo hay que saber hacerlo y si esa mujer es fuego mucho mejor porque llega a tus brazos ya excitada, ansiosa y si encima de ello le dedicas una atención especial a su placer...
    No hay nada más hermoso a los ojos de un hombre que una mujer teniendo un verdadero orgasmo, y si eres tu quien le provocas esa sensación que ella misma describe como increíble, te sientes complacido al maximo. Yo me maravillo como después de toda esa pasión, ese fuego, queda vulnerable, somnolienta entre mis brazos, y si son varios o muy intenso... si creo que el orgasmo tiene un origen divino realmente.

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  6. Pobre chica esa, creo que debe quererse mas porque amar es lo mas maravilloso del mundo y sentir placer de verdad es una ambrosía.Mis condolencias para el chico porque cuando se tiene hambre hay comer:-))

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