Dicen
que sonreír es contagioso, es verdad, se contagia como una gripe. Hoy en la
mañana alguien me sonrió y yo sin poder evitarlo también empecé a sonreír. Al
continuar caminando me percaté que otra persona que observaba mi sonrisa a su
vez sonrió, entonces me di cuenta que yo se la había pasado. Razoné sobre la primera
sonrisa, el bien que me había hecho y que yo con la mía provoqué la de otra
persona y me di cuenta que una simple sonrisa puede viajar alrededor del mundo.
Su magia es tan inmensa y maravillosa que nada ni nadie la puede destruir... Y
lo mejor es que todos podemos poseer y compartir esa linda magia...
La
sonrisa es la luz de nuestro rostro, la que nos abre muchas puertas, la que
genera aptitudes positivas y la que nos alisa el camino para llegar a los
demás. Incluso, la sonrisa puede mermar el efecto de algún error o equivocación
que tengamos. Existe un proverbio escocés que dice “La sonrisa cuesta menos que
la electricidad y da más luz”. Una sonrisa hace muchas dificultades más llevaderas
y la de los amigos vale más que cualquier dinero. Dura un instante pero a veces
perdura en la memoria toda la vida.
La
sonrisa es el ropaje más lindo del alma, el mejor antídoto contra las preocupaciones,
la canción de los Ángeles, la contraseña entre los amigos; una clara
manifestación de salud mental, emocional y espiritual; descanso para los fatigados,
calor para los tristes, luz para los decepcionados, es como el sol: ilumina,
calienta y se irradia.
Es
el idioma universal. Además inspira profundos sentimientos de amor, alegría y
felicidad. Cuesta poco y produce mucho. Una sonrisa en el rostro no significa
la ausencia de problemas, sino la habilidad de ser feliz por encima de ellos. Brinda
descanso al fatigado, entusiasmo al abatido, alegría al triste y es el mejor antídoto
natural que existe contra las dificultades. Pero es algo que no puede ser
comprado, mendigado, ni tampoco pedir como préstamo, porque es un don que no
tiene valor, sino hasta el momento en que se prodiga espontáneamente. La sonrisa
auténtica es ternura siempre. Es hija de la risa y nieta de la carcajada.
A
mí me gusta tu sonrisa, me encanta escuchar tu risa, son momentos dulces y
relajados donde rodeados de música damos rienda suelta a nuestro amor. En este mismo instante mientras estoy escribiendo sonrío, sin
más, te veo frente a mí, mis ojos recobran tu sonrisa y me siento cómplice de
los sentimientos que alumbras. Tu sonrisa para mí es el pasaporte al reino de
los Cielos. Desde que llegaste a mi vida te instalaste en mi corazón con la
sinceridad en tu mirada y la felicidad en tu sonrisa, esa sonrisa que es como
un rayo de luz que alegra mi existencia. Cuando te regalo la mía te veo
sonreír como un niño y me siento feliz.
En
este instante hay una sonrisa en mis labios por ti y para ti.
Y
ustedes, amigos míos, si sienten que les viene una sonrisa no la oculten, dejen
que los demás la vean y hagan que comience una epidemia rápidamente y contagie
al mundo con buena onda. Existen personas que sueñan con sus sonrisas, como lo
hago yo. Recuerden que cada vez que sonríen hacen feliz a alguien y son felices
ustedes... Jamás olviden sonreír, den a los demás el mejor de los regalos... tan
solo una simple y tierna sonrisa...
Tu sonrisa me guía en el mayor de mis laberintos.
ResponderEliminarEs verdad y si es la sonrisa de un hijo pequeño desestresa más que una hora de gimnasio.
ResponderEliminarclaro que una sonrisa puede dar la vuelta al mundo por lo contagiosa que es y hace muchisimo bien. Cuidate, siempre es un placer leerte.
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