Un
beso por sí mismo combina tres sentidos: el gusto, el tacto y el olfato. Si
cada sentido, por separado, es capaz de producir una fuerte reacción emocional,
los tres juntos pueden transportarnos al séptimo cielo. A sí que si vas a robar,
que sea un beso. Un beso bien dado dice más que mil palabras.
Está
demostrado que las personas que reciben y dan a menudo besos apasionados tienen
menor probabilidad de sufrir depresión o trastornos del estado de ánimo en
general. Múltiples estudios han demostrado lo beneficioso que es besar. El arte
de besar es una terapia relajante y placentera, que puede provocar tanto
bienestar como un buen masaje. La besoterapia se considera una de las terapias
más fáciles y placenteras que nos ofrece la vida.
Mmmm…
pensándolo bien, creo que lo practicaré más a menudo. Puedo empezar contigo, ¿estás
de acuerdo?, te daré mil besos (donde tú quieras). Conservo en mi memoria y adoro
el día en que me enseñaste que un beso no era la unión de dos bocas, sino la
unión de dos almas y la eclosión de toda la magia del cosmos concentrada en los
labios.
Besarte
es como una aventura exótica que me transmite sensaciones inexplicables,
haciéndome adicta al sabor de tus labios. Las ganas con las que un beso de tu
boca es dado pueden explicar tantas preguntas sin respuestas. Pareciera que
mensajes subliminales son transmitidos en el momento que tu boca se acerca a la
mía.
Me
gusta besarte, me encantan tus besos, me encantas tú, y lo escribo y lo repito,
siempre con la misma esencia. Adoro ese beso que no muere aquí en mis labios,
el sonido de tu piel en la caricia y el gemido de tus besos en mi boca… Ahhh...
Tu respiración y la mía, una pose mágica que puede describir cualquier cosa
posible en este universo. Que sin rumbo o explicación alguna, continúa un
segmento sin sentido, en el que mis labios aclaman los tuyos.
Con
un beso podemos ser uno mismo. Me hechizan tus besos cada mañana, sentirme palpitar
en ellos, ser en todo y por todo complemento de ti. Bésame mucho, como tu sabes
hacerlo... quiero tus besos cayendo como la lluvia sobre mi cuerpo todos los
días del año.
Vuelven
a mi recuerdo tus besos, como los de ayer, como si besaras con el alma. Me
gusta recordar nuestros besos, y cómo empiezo besándote hasta volverte loco de
deseo y acabo siendo poseída por ti, consumiéndome en cada beso mientras
nuestros cuerpos unidos se mueven al compás del desenfreno, quemándonos en nuestro
propio fuego. He disfrutado cada uno de tus besos, como si fuera el último que
te diera o como si fuera el primero, y aún me quedan muchos por darte.
De
tanto hablar y recordar tus besos me muero de ganas de ellos en este instante. Aunque
no es algo nuevo, me apetecen en muchos momentos, son deliciosos, no me canso
de ellos y ahora los echo de menos. No podrán viajar en este momento mis besos
atravesando la distancia que nos separa, no podrán posarse en tus labios, ni
sobre tu piel, no los sentirás, no te llegarán. Quedarán latentes, se
desbordarán de mi boca cuando te tenga delante y no pueda resistir las ganas de
besarte.
Cuando
vuelvan otra vez tus labios a mis labios y nuestras bocas se llenen de besos…
cuando llegue ese momento nada más existirá, sólo los dos, reducido el universo
a dos personas que comparten un sublime instante. Volverán a tu boca mis
labios, se fundirán con los tuyos y surgirán esos besos de los que nos
acordamos constantemente y que echamos de menos. Labios que se unen, cuerpos
que se abrazan, corazones que laten, sexos que hierven...
Sumergida
en tu beso que es intenso y eterno, me haces suspirar a tu antojo y yo me
entrego sin reservas. Tus besos y tus labios son terciopelo que deslizas por mi
cuerpo, sin palabras en las mieles del deseo, esa caricia de tus labios me
llena toda, ese toque inigualable rejuvenece mi cuerpo. Suave seda es el toque
de tu lengua cuando recorre los rincones de mi esencia. Dulces besos que
apasionan, que me suben y me dejan ver el cielo… Tiernos besos entre caricias y
sábanas, seducción en cada poro percibido, besos y tacto que se acompañan en
armonía, mezclados con la dulce sinfonía de gemidos acoplados. Siempre me
sumerjo en tus besos apasionados cuando estoy entre tus brazos.
Cuando
me eches de menos cierra los ojos e imagina que estoy a tu lado, que te estoy
mirando, pídeme entonces un beso y sentirás mis labios, porque siempre me
apetece dártelo.
Recorrer cada palmo de su piel por tus caricias despertando la pasión con tus besos hasta alcanzar el cielo. Mmmmmm! Sin duda no se puede pedir más. Siempre es un placer perderme en la sensualidad de tus renglones. Cuidate, linda.
ResponderEliminarAy, amiga es verdad que no hay nada como esos besos que nos llevan mal cielo, que ahuyentan todo pensamiento, esos que nos paralizan por segundos y nos morimos por sentirlos.
ResponderEliminarSí son esos besos que llegan al alma con pasaporte al Universo, que ahuyentan cualquier viento adverso. Adonde voy, me sigue la locura porque por besos como esos perdí la cordura.
ResponderEliminarLo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de algunos besos es que crean adición. Esos dulces besos de miel y ensueño. Bésame y deja todo lo demás para luego.
ResponderEliminarNo por gusto dice la conocida canción "en un beso la vida", estoy de acuerdo contigo la besoterapia es formidable y si son esos beos resbaladizos mejor.
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