miércoles, 27 de junio de 2012

Necesito llorar


Otra noche sin dormir. Perdida, con miedos, insegura, con ganas hasta de morir... esta no soy yo. Yo creía ser una mujer vital, llena de fuerza, con ganas de vivir, de aprender, de soñar, de sentir, emocionarme. Una amiga me lo recordó hoy. Y a pesar de todo, el vacío, quedarme parada, bloqueada, con lágrimas en los ojos. “Tranquila”, me susurro yo misma tratando de calmarme y abrazar mi alma, trato de buscar el consuelo donde no existe, porque la tristeza se cuela por los poros y se asienta en el estómago, creando un nudo difícil de soltar.
Si alguien cercano está mal: el alma se te desgarra por dentro. Cuando la muerte acecha, no sabes si acercarte a pecho descubierto o esperarla en tu guarida, sientes el rumor de sus pasos y sabes que está cerca aunque no la veas, pero la sientes, sin embargo la incertidumbre y la espera es aún más cruel, sobre todo si no te busca a ti. A veces pienso que no hago suficiente, pero no puedo dar más de mí, porque cada paso se hace más duro y nada más se puede hacer, sólo esperar y confiar. 
Estoy henchida de lágrimas sin derramar, esperando que suceda algo que me saque de este ensimismamiento, de este tiempo que parece haberse parado... muchas miedos e inseguridades se agolpan en mi interior, vuelven los bloqueos, a veces las lágrimas, el desbarajuste emocional... el encierro en mi misma, la soledad... pero no importa tanto como este yo, lo importante que es no sufra.
El anochecer llega a mi y me colma de dolor hoy necesito llorar sin cesar. Así, metida en la cama, sin poder pensar bien, aparece esta sensación. Sucede que me parece que puedo rozar, tocar incluso, una vida que es diferente a esta, que se parece a una taza de té. Como si hubiera una parte de mí que vive sumergida en esa tibieza. Me parece que podría cerrar los ojos, respirar profundo e irme a vivir allí, media, dos horas, una tarde, un día en que despierto a la certeza de estar donde quiero.
A veces la confusión se apodera de una, las ideas se mezclan, los factores pesan lo mismo y sobreviene la inamovilidad, la absoluta incapacidad de tomar ninguna decisión, y así la oscuridad y la desesperanza. Una se mete en una cueva y no tiene la energía suficiente para salir. Lo cierto es que el mundo gira sin importar lo que uno haga al respecto, sin importar lo feliz o infeliz que uno sea, sin importar lo que uno crea. El sol sale o no sale, llueve o no llueve, y la cara que uno tiene, o lo que ocurrió en casa todo el fin de semana da lo mismo, el universo sigue su curso.
En el fondo de mi misma, sé que soy una persona válida y querida, sé que existe una persona dentro de mí, que ha existido siempre, alegre, creativa, espontánea, sensible (aunque lo oculto), cariñosa, colaboradora... pero ahora esa persona está oculta completamente, presa del miedo, del llanto y desbordada por emociones que no es capaz de controlar y por eso me siento impotente y no sé como salir de este estado. Me siento asfixiada por el entorno, por las sensaciones y emociones que me desbordan, que se enredan en mi cerebro y llenan mi boca de palabras negras y negativas, me siento otra mujer, quizás otra persona, hundida por la tristeza, por un mar de problemas sin solución... Vueltas y vueltas al cerebro, galopa mi corazón, acelerando el pulso y desbordando las lágrimas cristalinas por mis ojos hinchados y rojos... Las mariposas del estómago se han convertido en gusanos devorándome el cuerpo, atenazando mis músculos... No hay palabras, no hay consuelo... sólo silencio y oscuridad...
Descubrí que odio estar todo el maldito día en mi casa. La vida está en la calle, en la gente que camina y pasa al lado de una, o se sube al ómnibus, en las conversaciones ajenas. También está en las trivialidades de los amigos, las historias que cuentan de sus vidas, los chistes que hacen de la cotidianeidad. Incluso en esa gente apenas conocida que te habla de cualquier asunto que no tiene la menor importancia. Por último, en las parejas que se coquetean, en los amigos que se ríen a gritos o se cuentan secretos.
Quiero irme, desaparecer, no dar explicaciones, sólo busco un abrazo, una caricia que calme mi llanto, que me despierte de esta pesadilla... ¿esto significa huir? No lo sé... Quiero estar en un lugar tranquilo, un sitio donde me sienta acompañada y comprendida, me siento mal, extraña, negativa, creo que no soy yo misma la que actúa ni la que habla, incluso ni la que siente... Aquí estoy buscando una mentira que me haga sonreír, que se lleve el dolor... intento disfrazar las lágrimas que se me quedan dentro. Hay deseos que no tengo ni la más remota idea de cómo realizar y empiezo a pensar que no hay mucho que pueda hacer al respecto, que sería mejor ver ciertas cosas como una condición en vez de una variable.
Aceptar, asimilar, continuar... Seguir adelantando un pie para dar un paso y caminar hacia adelante, buscando el rumbo y eligiendo el camino, para surcar la vida como se surcan los mares, en la tormenta y en la calma... Buscando el espacio para encontrarme conmigo misma, el tiempo para descubrirme y recuperar la persona vital, alegre y soñadora que soy. Sembrando las semillas del futuro, cultivando el porvenir, los sueños y las ilusiones, manteniendo la mirada en el presente y a lo lejos para dar sentido al hoy...
¿Cuántas personas no han reprimido sus lágrimas cuando necesitaban llorar? ¿Cuántas de nosotras en algún momento nos dimos la vuelta, y dejamos a alguien atrás, para que no nos viera llorar? Pero a veces hace falta llorar, las lágrimas no solo sirven para lavar los ojos, lavan mucho más... El Obispo y filósofo San Agustín dijo: “Las lágrimas son la sangre del alma”. Llorar es la mejor válvula de escape para cualquier emoción, cuando lloramos nos desahogamos y sentimos tranquilidad.
A veces es difícil ver el arco iris, los pensamientos se aletargan en nuestro interior y la cabeza da vueltas preguntándose por qué la vida es tan complicada, pero las lágrimas que caen disuelven los oscuros pensamientos intentando conseguir encontrar un rayo de luz para seguir sonriendo.
Sé que necesito llorar; llorar mucho, intensamente, vívidamente... llorar de adentro. Hay tanto sentimiento acumulado, feliz, triste... y tan mío... y en ese llanto no parar hasta sacar afuera, toda la angustia buena y mala, que en el aire se diluya hasta liberarme. Tengo que dejar salir esas lágrimas que en el alma llevo oculta; que no saltan afuera ni se expanden en la pupila; las grandes, las infinitas, las mudas, las sombrías, las tercas, las traidoras, las dolientes lágrimas de dolor, lágrimas mías, que están clavadas en mí profundamente.
Ya no tengo mucho que decir, sólo que derramar, hay momentos que las lágrimas no que me caben dentro y se desbordan como ahora, los nervios a golpes contra mi estómago y mi alma, difícil de controlar y las lágrimas son ese muro de contención que se derrumba, como agua que calma, como paz tras la tormenta, no hay mucho que decir, sólo dejar que fluyan y no me creen un pozo hondo e insalvable dentro, para poder continuar viviendo, aprendiendo y disfrutando, continuar soñando, en esta vida que a veces parece nueva y otras la misma, pero vivir.
Trato de poner ilusión y ánimo en los regalos que me ofrece la vida, que me regalan las personas que me aman, que me rodean, que me descubren y no me conocen. Hay posibilidades de un futuro distinto, ni mejor ni peor, sólo distinto, y lo único que anhelo es tener la fuerza y el coraje de no seguir hundida en el fango y ser capaz de sostener el lazo que me sujeta y me devuelve a la vida.
Siempre he sido una persona muy equilibrada y ahora me siento nerviosa, todos mis músculos están en tensión, siento mil nudos recorriendo mi columna, desde las cervicales hasta las lumbares, mi estómago vuelve a dar vueltas, irritado, descontrolado y mis emociones se desbordan nuevamente, las lágrimas vuelven a buscar caminos de salida por mis ojos, para desahogar los bloqueos y terremotos interiores. Sí, estoy estresada, ahora mismo no me siento con la fuerza y capacidad para seguir.
Daría lo que fuera por un abrazo de verdad, de esos que llegan al alma y tocan el corazón... pero necesito distancia para asimilar la situación, para volver a encontrarme a mi misma y mi propio camino. A veces me bloqueo y no soy capaz de hablar ni de expresarme, y a veces sólo necesito esa mano que me sujeta, ese abrazo y ese cariño que me llega de personas que conozco hace tanto tiempo y que yo quiero mucho. Cuando una mano me sujeta, para salir del pozo oscuro, del miedo y la desolación, siento que puedo seguir.

10 comentarios:

  1. ¿No te acuerdas de esta frase que sale en "Donde el corazón te lleve"? Las lágrimas que no brotan se depositan sobre el corazón, con el tiempo lo cubren de costras y lo paralizan como la cal que se deposita y paraliza los engranajes de la lavadora. Así que amiga, deja que salgan, que fluyan, que no se queden dentro, que costras...las justas!!!!

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  2. Si, yo siempre he pensado, q si llevas un gran sentimiento dentro de ti, dejalo salir, no te quedes con nada dentro. Hasta a mi me dieron ganas de llorar por sentir en tus letras tanto dolor...

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  3. ¿Estás llorando? No… no digas nada… ¿sabes? Es bueno llorar. Llora cuando el dolor sea insoportable. Yo entiendo mucho de lágrimas… Lágrimas de desesperanza; de soledad; de frustración; de dolor… Si, conozco el sabor amargo de toda esa clase de lágrimas… Deja acercar mis labios a tus mejillas… deja que beba tus lágrimas y te llene de mi amor… ¡Shhhhh!… no digas nada… ven, acércate a mi, reposa tu cabeza en mi pecho… déjame acariciar tu cabello y podrás oir mi corazon como palpita por ti… respira hondo, cierra tus ojos y mantén la cabeza contra mi pecho, sin decir nada… solo envuélvete en el momento y siente mi amor… Siéntelo y bebe de él hasta saciarte… Bebe de mi amor, amor mío… y llena tu alma de dicha.

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  4. tienes razon cuando dices que en algun lugar del mundo hay alguien que comparte lo que tu sientes... no se exactamente por que, pero es cierto, me he pasado toda la noche leyendo tus post del blog y de verdad me has impresionado muchisimo, me gustaria tanto hablar contigo y conocerte mas, aunque despues de haberte leido y releido creo que te conozco mucho, es increíble la sensibilidad, pasión, clarividencia, amor y fuerza que tienen tus líneas, tus pensamientos.

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  5. Solo tengo que deciros que me gusta saber que hay gente sensible como yo, y eso demuestra que el mundo no es tan malo. Y amiga, llora si lo deseais, el llanto ayuda a desahogarnos, no hay cosa peor que llorar por dentro.

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  6. Cuando reprimimos las lágrimas, algo se amarga dentro nuestro irremediablemente. Verdad, no podemos llorar ante todos y mostrar abiertamente los sentimientos, así lo dice el mundo que nosotras no inventamos. Pero la rareza es que la lágrima no nos hace débiles, sino profundamente humanos, algo para enorgullecernos. A solas o en el hombro amigo, son necesarias. Un Abrazo y el mejor fin de semana posible Amiga!

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  7. Bueno nena, el fin de semana fue tranquilo y ameno espero mucha vibra positiva esta semana, si hay que llorar ya sabes... pero siempre para despues terminar riendonos como bobas y sabiendo que aunuqe la vida es dificil, vale la pena!!! un beso

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  8. estas necesitada de afecto y de poder ser alegre debes mostrar tus sentimientos a los que favorecen tu vida y te aceptan tal y como eres asi saldrás adelante y podras continuar con tu vida que te pertenece.,animo

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  9. Increible... asi me siento...parece que lo hubiera escrito yo misma...

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  10. http://lookingforaheero.blogspot.com.es/2016/04/si-soy-algo.html

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