lunes, 25 de junio de 2012

Podría escribir tantas razones…


Si te dijera que te amo mucho estaría mintiendo; si te dijera que te amo demasiado también estaría mintiendo, pero si te dijera que no es posible decir cuánto te amo estaría diciendo la verdad, porque diciendo si te quiero mucho o demasiado, me estaría poniendo un límite...
Nos conocimos casi por casualidad y aunque no entablamos conversación ese primer día, nos reconocimos en aquel tumulto de gente. Al siguiente día de vernos, ambos en nuestra inconsciencia, interpretamos nuestras señales y ya no pudimos separarnos... Luego supimos que podía ser peligroso, pero lo que sentíamos era muy fuerte, incontrolable, y sin poder remediarlo se desató y fue lindo...
No sé si te quiero tanto por esa sonrisa mañanera que hace que mi día cambie en un santiamén, por malo que haya sido su comienzo. Lo nuestro es raro, diferente. Me haces feliz, vivimos locuras, hacemos el amor apasionadamente y también lentamente, reímos hasta más no poder y eres capaz de llevarme al cielo con un beso. No tengo dudas de que el día en que te conocí recibí el mejor regalo de mi vida.
Contigo siempre aunque tu mirada me desnudara me sentía protegida. Llamaste mi atención y encendiste mi curiosidad, supiste anticiparte a mis movimientos y me dejaste descubrir tus estrategias. Me abriste la puerta de tu mundo y entré convencida pero con temores, no sabía por qué lo hacía, no sabía si estaba bien, pero lo que sentía... Fui subiendo escaloncitos hasta llegar a tu "hogar" y allí ambos aprendimos que el amor está lleno de globos, a no temer que en el amor la otra persona lo conozca todo de uno, incluso más que uno mismo. Nos despojamos de nuestras ropas y con ellas de nuestros miedos a amar sin medida...
Te amo por lo que eres, por lo que vales, porque le das razón a mi vida, porque alivias mis heridas, me haces sentir viva, sagaz, coexistente; aunque a veces me vuelvas loca, te adoro por lo que haces con este amor persistente, obstinado e insistente. Te quiero por todos y cada uno de los momentos en los que me apoyas incondicionalmente, aunque sea para hacer el tonto en media calle (sabes que a veces lo haces). Te quiero por regalarme cada sonrisa simple y perfecta, por esas miradas cómplices que hacen innecesario el uso de palabras.
Me encanta que me saludes cada tres minutos, que me digas cualquier cosa aunque no venga a cuento, que seas feliz, que cuando estás mal me digas lo que te pasa, que te desahogues conmigo, que confíes en mí. Me encantan nuestras conversaciones, largas, cortas, todas. Me encanta cuando dices que me echas de menos, que me necesitas, que me quieres, y lo mejor no es que me lo digas, me lo demuestras día a día. Adoro que me dejes sin aliento cuando te acercas y nos damos mil besos entre sonrisas. Me encanta que juntos no pensemos, que en nuestra historia no entra la razón, hacer lo primero que se nos ocurra y arrancarte una sonrisa cuando más lo necesitas.
Cada día me demuestras que siempre estás ahí, en las buenas y en las malas, me demuestras que aunque no te necesite estarás ahí. Me conoces como la palma de tu mano, sabes cuando te miento, cuando te digo la verdad, cuando estoy bien y cuando estoy mal, cuando necesito una de esas tonterías sin sentido. Te quiero por tenerte de lunes a domingo dulcemente mío, por dibujarme en la piel con tu boca y con tus dedos, por aceptarme tal y como soy, por conocer mis puntos cardinales, por cantar en la ducha conmigo (además de otras cosas), por no dejarme nunca sola, por escucharme y encima prestar atención a lo que digo. Te quiero porque puedes ser hielo y fuego cuando te lo propones y por aguantarme esas veces en las que no lo hago ni yo.
¿Sabes?, me gusta sentir que corres en la misma dirección y que el mundo se da la vuelta cuando estamos juntos. Contigo he hecho cosas que jamás me habría imaginado, he disfrutado de mi cuerpo y del tuyo. Me has enseñado a traspasar mis límites... Me gusta hasta tu silencio... Me encanta que me contagies sonrisas con sólo mirarte mientras nos acercamos más y más, repasar con mis labios cada una de tus venas, sin excepciones. Me fascina hundir mis manos en tu pelo y mordisquearte el labio entre palabras y silencios mientras inhalo tu aroma. ¿Sabes una cosa? Voy a pedirte como mi nueva medicina. Aunque, entre tú y yo, lo calificaría más bien como mi droga personal. Tú debes ser ilegal (y no es la primera vez que lo digo), pues los efectos que provocas en mí sobrepasan lo real. No sales de mi mente, eres mi vicio permanente.
Te quiero por tener esas luchas entre sábanas en las que solemos desempatar con besos, por abrazarme cuando más lo necesito, por las numerosas veces en las que me dices lo que necesito oír, porque eres el único que puede hacer que entre en razón, por ser transparente conmigo. Si tuviera que escribir todo lo que siento por ti, no bastarían unos párrafos, ni siquiera el best seller de una novela, porque para mí significas mucho. Podría escribir tantas razones, muchas más de las que ya he escrito, así que para que sea más sencillo, te quiero porque te quiero. Finalmente diré que te amo desde antes, te amo en el presente y te amaré por siempre, y lo haré eternamente sin que nadie pueda detenerme.
Mientras este amor dure yo prometo ser tu mitad, el ingrediente perfecto para tus desayunos, tu adicción y ser ese placer que te deje deseando más, además de cuidarte, amarte y levantarte cuando te sientas desfallecer. Prometo ser ese beso delicado, suave y apasionado, esa caricia que te provoque escalofríos, ser tu estado de felicidad, calmarte a besos cuando estés estresado o enojado. Prometo jugar, besar, bailar, comer, reír, conversar y hacer de todo contigo, ser la melodía de tus canciones y la inspiración de tus palabras, ser la causante de tu cansancio y la culpable de tus erecciones matutinas, ser tu sonrisa (esa que me parece estar viendo en este instante) y secar tus lágrimas. Prometo ser romántica, divertida, soñadora, tímida, juguetona, miedosa y sensual para ti, ser el desorden de tus pensamientos...

3 comentarios:

  1. Siempre existen muchas razones para querer a alguien.

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  2. Me encanta eso de "el ingrediente perfecto para tus desayunos, tu adicción y ser ese placer que te deje deseando más". Y cuando llegué al final a eso de "el desorden de tus pensamientos...", me desternillé de la risa, tienes cada cosa. Me encantó. Cuidate preciosa.

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  3. Es verdad que siempre tenemos muchas razones para querer a alguien y a veces no sabemos ni porque, simplemente es alguien que se te mete en la sangre, en las mismas entrañas, que por más que digas... hace poco escribí a mi eterno amor: "Ni contigo ni sin tí mis penas tienen remedio: contigo porque me matas, sin ti porque me muero". Y asi es sin mucha explicación, sin muchos por que, es así de simple y complejo a la vez. Creo que entiendes lo que quiero decir.

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