Hace unos días alguien
me preguntó ¿Qué sientes cuando escribes? por un momento pensé mi respuesta,
pero como por arte de magia comenzaron a salir de mi boca tantos adjetivos que
el interesado en saber me dijo: ¡Te entiendo, te entiendo! Por eso hoy decidí
escribir sobre esto (y no es la primera vez que lo hago), aunque yo casi no lo
llamaría escribir sino pegar sentimientos profundos en una hoja de papel, ya
sea virtual o real. Escribir para mí es expresar cosas que ni mil palabras dichas
por mi boca podrían hacerme sentir lo que siento cuando escribo.
Escribiendo a veces tengo
la sensación de estar en dos sitios al mismo tiempo… me gusta plasmar recuerdos
felices, romper con la realidad o en ocasiones contarla como es, dura y cruel. Desde
un principio (hace años) escribía para reflexionar conmigo misma, para
tranquilizar mi alma. Ahora lo sigo haciendo para eso y además para transmitir
lo que siento. La necesidad inexplicable de seguir escribiendo siempre surge de
mi interior y creo que esa necesidad siempre vivirá conmigo, por eso decidí
hacer el blog.
Cuando las palabras me
asaltan, no puedo dejar de escribir... dejo volar la imaginación o dejo que
afloren todos los sentimientos que llevo dentro, felices o de dolor (en el
segundo caso escribir me hace sentir mejor). Las ideas, las emociones, las pasiones,
las historias revolotean en mi pantalla, saltan de tecla en tecla entre mis manos.
Los textos a veces se escriben solos y otras tengo que empujarlos (no crean que
siempre es así de fácil), pero en cada palabra que pongo o quito... hay un
parto. Cuando me domina un sentimiento fuerte sé que ese es el momento preciso de
escribir y no me puedo controlar, dejo que se desboque, me viene a la cabeza
cada detalle de lo vivido o sentido, de la rabia, la impotencia o simplemente
las pasiones.
Cuando escribo mi
corazón desahoga sus penas y mi alma se convierte en un remanso de paz. El
tiempo se detiene a mi alrededor y solo importan las letras, sintiendo cada
palabra desde lo más profundo de mi corazón. Mi mundo interior florece y
germinan cada una de mis vivencias dibujando mi sentir al trazar mis
pensamientos, mientras voy matizando mis emociones mis propias letras me
reflejan... Dejo fluir mi energía... soy creadora, amante del amor y la libertad.
Alcanzo eternidad en ese instante.
Quisiera tener el don
de poder gritar siempre lo que llevo dentro, de comprender mejor tus
desequilibrios y los míos, de controlar mis impulsos para no descontrolar los
tuyos, de entenderme a mí antes de tratar de hacerlo contigo. Al escribir puedo
realizarlo todo, volar y soñar que retrocedo en el tiempo, olvidar las penas y
recordar las alegrías, pero sobre todo, puedo expresar en palabras mis
sentimientos.
Al ponerme a escribir
se apodera de mis dedos una emoción que me impulsa a seguir tecleando sin
parar. Poco a poco voy emprendiendo un rítmico tac tac que hacen las teclas al
ser presionadas en el teclado. Aparecen las letras que se van convirtiendo en
palabras, oraciones y párrafos para darle colorido a los textos más calientes,
tristes, absurdos y auténticos que he escrito. Las ideas van siendo escuchadas
por las personas que, sin más ni menos se dirigen al blog. Algunos por
coincidencias de la vida, otros porque ya son fieles lectores, quizás a veces
los decepciono y muchas otras son sorprendidos por una sonrisa y un escrito que
los llena de emoción o de amor.
Escribiendo tengo la
satisfacción de decir lo que en ocasiones no puedo, algunas veces por
desconfianza, por frialdad y casi siempre por no caer en la cursilería y lo
común, por ello cuando escribo abro mi alma para que encuentren y sientan entre
líneas, mi voz en silencio.
En esos momentos no me
importa lo que ocurre a mi alrededor, sólo importa lo que ocurre dentro de mí. Los
sentimientos y las ideas que están pasando por mi cabeza son los elementos
básicos que hacen de lo que escribo, algo auténtico. Después de terminar un
texto lo leo y a veces me gusta otras me parece malísimo, pero ni siquiera en
ese caso soy capaz de borrar todo lo que pasó por mi cabeza y dejé plasmado en
líneas, así haya sido por un solo instante… porque a través de mis letras trato
de transmitirles esa chispa que sincroniza mis ideas con mis dedos en un vaivén
de palabras y emociones que, sin saberlo, involucra a muchos de ustedes.
Muchas veces escribo al
amor porque nace de mi alma y dejo escapar de mí la frescura que inunda mis
abismos recreándolos sin perjuicios. Dibujo tu imagen en cada palabra, escribo
al amor que veo en tus ojos y que se refleja en mi ser renovando nuevamente mi
fe. Cuando te escribo yo no sé lo que pienso sólo sé que lo vivo.
Cuando escribo erotismo
descorro las cortinas que me separan de ti. Genero el choque frontal de mis
palabras y escribo la estética de lo obsceno derramando el delirio en el
espacio donde compartimos dimensiones. Mi cuerpo se vuelve metáfora de sí mismo
y la escritura lo envuelve en lazos de arte transparente (el juego de palabras
está servido), dejándote (y dejándolos) sediento de pasión. Entonces en el
siguiente texto transformo distraídamente el aire de mis palabras y escribo un post
de cualquier otro tema... pero el desafío no te vence porque sabes que volveré dándote
mi alma, entre besos y gemidos... y nuevamente explorarás las letras avivando
tus sentidos, convirtiendo mis palabras en sustancia y pretexto de tu hombría
exacerbada.
En todo este tiempo en
la mayoría de mis escritos he mostrado el lado más romántico y sensible de mi
personalidad, porque creo que es importante que conozcan un poco a quien
escribe y que sepan que no escribo por escribir, sino que detrás de cada texto
hay una persona llena de sentimientos que desea transmitirles lo que está
sintiendo en cada momento; que detrás de cada línea hay una persona que vive,
disfruta, goza, sufre o reflexiona; que unas veces está más vulnerable, otras
más alegre; que no es una máquina de teclear con frases escritas al azar o
demasiado estudiadas sino una persona de carne y hueso que siente en el corazón
cada palabra que escribe.
Sé que a veces soy
osada escribiendo y desde que descubrí este universo (el blog), me siento
acompañada y parte de un mundo que siempre he sentido que era mío. Cuando
escribo necesito música o silencio, pero con tranquilidad. No necesito estar en
un escritorio puedo estar en el sofá, en la mesa, en el piso, en un parque, en
la playa…, lo único que necesito es que a mi alrededor no haya alboroto o una
persona que me hable todo el tiempo. Escribir un post es como empezar un viaje,
emprender una ruta un tanto a ciegas porque no sé realmente hasta dónde voy a llegar,
ni quién va a acompañarme en ese mágico periplo, pero el hechizo del mundo del
blog envuelve las ilusiones y las hace próximas, cercanas, casi familiares… y
me siento reconfortada. Nunca sé quién va a leerlo, bueno a veces sí, pero la
verdad es que me gustaría que lo leyese todo el mundo (tal vez haya una pizca
de vanidad en este deseo), pero con esta soñolienta esperanza le doy a la tecla
de “publicar entrada”.
En ocasiones sé que me
delato cuando escribo porque me desnudo y combato ese pudor mal entendido de
mucha gente. Cuando escribo lo hago a rienda suelta y pierdo los estribos, amo,
voy de copas y estoy de fiesta. Y si me dejo arrastrar por el dolor o la pena
me desangro.
En ocasiones cuando
escribo poco me agarra el sentimiento de culpabilidad porque sé que algunos
vienen a este sitio a diario buscando algo nuevo, pero en esos casos siempre es
por razones fuertes. Mi vida está rebosante de acontecimientos que he de
digerir, porque vivir duele. Pienso que para escribir con un poco de coherencia
y calidad es necesario distanciarse, al menos un poco, del dolor. Aunque a
veces no puedo evitar escribir de él y lo lamento, no me gusta hacerlo pero es
una manera de dejarlo salir porque en ocasiones creo que quiere saciarse de mi
sangre hasta la muerte, y en esos momentos las palabras me saltan a los ojos y
me arañan o me clavan sus uñas oscuras como pozos. No hay cuchillo que cale más
hondo que la pena del que tiene en el pecho clavada la palabra y no puede librarse.
Nunca me pongo límites,
¡maldita sea! Escribir me hace de psicólogo y encima la locura determina la
calidad. Es simple: pongo las manos en el teclado, mis ideas reducen mi enfado y
me vuelvo impredecible cuando escribo... Creo que las palabras son una fuerza
poderosa que ejercen mucha influencia en las personas, y además de transmitir
lo que siento o pienso, deseo ir destapando la personalidad de quienes comentan
cada texto, conocer sus sentimientos y saber si se sienten a gusto leyéndolos.
Cuando alguien hace un
comentario exponiendo sus propios sentimientos repitiendo alguna frase que
escribo me sorprendo, porque me doy cuenta que aunque el texto lo escribí yo,
deja de ser mío en exclusiva cuando alguien lo lee, lo asimila y lo hace suyo.
Es cierto que sale de mí pero cuando crece en otra alma, en los sueños de otra
persona mi voz entonces es la voz de otros. Es emocionante descubrir esto. Les
confieso que sigo sintiendo el mismo nerviosismo, la misma gratitud y me sigo
conmoviendo de la respuesta de ustedes como el primer día, y eso creo que es
muy bueno. Muchas gracias por estar aquí.
Yo escribo un poquito, nunca textos tan lindos y sentidos como los tuyos. Pero si creo que hay algo de mágico -así lo siento yo- en el momento de clicar sobre el comando de Publicar entrada. Nuestra palabra de golpe entra en un misterioso proceso que nadie sabe dónde va a acabar. ¿Adónde va a llegar?¿A quién va a conmover, interesar, seducir, aburrir, hastiar?
ResponderEliminarTodos dejamos caer algo de magia sobre nuestros escritos, esperando inocentemente que gusten, es algo maravilloso,sólo puedo decir que gracias por escribir. Un besazo!
ResponderEliminarPerdón por un error se me fue el comentario que había escrito, aquí les va otra vez, gracias a los dos y disculpen.
ResponderEliminarClara y Alex los dos tienen razón y es por eso que cuando recibimos un comentario nos sentimos tremendamente complacidos porque es sencillamente magia lo que se produce en el momento de dejar volar nuestros escritos al limbo cibernético, y siempre existe la secreta esperanza de mover el ánimo del lector. A veces se consigue y otras no.
Sabes que me encanta lo que escribes, ya te lo he dicho. Las palabras escritas son trocitos de alma, deseos e inquietudes que esperan tener eco en otras almas, no necesariamente gemelas pero sí compañeras de viaje. Los que compartimos el amor por la palabra escrita, por el buen decir, disfrutamos tanto enviando como leyendo los mensajes ajenos. Hay una comunicación abierta, fluida y libre entre quienes dedicamos a esto un rato de nuestros días, y lo necesitamos. No creo que sea vanidad, es satisfacción por conseguir llegar a otros y hacerles partícipes de nuestras vivencias. Yo disfruto muchísimo leyendo y sobre todo cuando encuentro algo que expresa lo que yo siento, o algo que me conmueve por su belleza. El ser humano es esencialmente comunicativo. Te seguimos, linda.
ResponderEliminarCuando se desnuda el corazón y el alma para plasmar y trasmitir esas emociones o sentimientos que a muchos nos invaden e inspiran por completo, al leerlos nos llenan de felicidad y muchas veces nos hacen reflexionar. Un cálido abrazo amiga y que la inspiración siempre vibre en ti.
ResponderEliminarYo también escribo algunascosas, me invento sentimientos por situaciones que me cuentan... Que a un amigo lo deja la novia: escribo del desamor, que otro tiene una relacion a distancia: escribo sobre la soledad que se siente y el deseo de tocarse... Claro que encierro muchas veces sentimientos mios, a veces lo releo para ver si no es evidente lo que yo siento... Yo no escribo para que la gente me analice, lo hago porq es algo necesario en mi vida, si fuese buena escribiendo me lo tomaria de otra manera... Pues nada, sea como sea, sigue escribiendo así que me gusta mucho... (hasta en los que se te va la olla). Un beso
ResponderEliminarQuienes leemos un post, siempre pensamos en que alguien nos dedica un poquito de su tiempo y su corazón en exclusiva. Un abrazo, cuidate.
ResponderEliminarcon tus letras dulce y sensible nos acaricias y emocionas el corazón, muchos besitos de esta amiga admiradora que te desea con cariño feliz fin de semana.
ResponderEliminarYo estoy en la categoria de lectores fieles y nunca salgo decepcionado, me encanta tu blog!
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