viernes, 20 de julio de 2012

Tus manos traviesas...



Quiero noches alegres y mañanas traviesas… sí, tan traviesas como tus manos. Esas manos que me tocan, retozan inquietas y gozosas, que destilan ternura y fuego, que me elevan al cielo, que exploran mis puntos cardinales.
Con tus manos traviesas juegas con mi cuerpo y tus labios candentes recorren mi piel en llamas y cuando ya no puedo más me tomas, en el ritual del amor siempre me elevas a las alturas. Me besas, me acaricias, me vuelves loca de tanto hacerme sentir a la vez que me devoras hasta la saciedad.
Como no tocar el cielo en tus manos… como no perderme en tu mirada, en esa sonrisa pícara que me regalas cuando me pides que no me vaya, cuando entre besos y caricias me susurras que me quede contigo, que no deje nunca de ser tuya, que te regale mi piel… mis labios… mi alma…
Tu sonrisa seductora me acaricia el sentimiento, tus manos traviesas y profundas liberan el instinto, tus labios que besan mis palabras pueden detener el tiempo, tu lengua que se mueve en mi boca… ¡Dios estar entre tus brazos es todo un peligro! Una amenaza a mi cordura.
El roce de tus manos me quebranta, me transforma, hace que mi sangre se alborote y fluya por mi cuerpo como un gran torrente. Ese roce me hipnotiza, me hace sudar aún cuando hay frío, agita mi corazón… mi cuerpo suspira con el roce de tus manos, cada fibra se intoxica con tu amor, cada poro se despierta por el deseo que expele tu piel. Las noches han perdido el pudor y el día desaparece, sólo somos tú y yo o mejor dicho, nosotros. ¡Cuánto me ha costado cobijar esa palabra en mis labios!
Entramos en una habitación, observamos el mobiliario, las vistas desde la ventana... pero todo cambia en cuanto cruzamos las miradas, sabemos lo que queremos, lo que necesitamos y en un abrir y cerrar de ojos estamos contra la pared, besándonos ansiosos… tu lengua escapa recorriendo desde el extremo de la oreja hasta mi escote, provocándome un escalofrío que me recorre el cuerpo entero.
Mis manos bajo tu camiseta acarician, arañan tu pecho antes de arrancártela dejando tu torso desnudo, al igual que haces tú conmigo. Las manos comienzan a recorrer nuestros cuerpos. La ropa ha ido quedando desperdigada por el suelo. Tus manos, traviesas y juguetonas, deciden colarse bajo mis prendas menores, dando rienda suelta a una oleada de gemidos sin necesidad de ser controlados...
Acabamos cayendo sobre la cama, entre respiraciones entrecortadas… me colocó encima esta vez cogiéndote las manos y colocándotelas por encima de la cabeza para que no puedas hacer nada, solo disfrutar. Empiezo besándote el cuello, bajando por tu clavícula, bajando más y más abajo... Pasión y desenfreno, gemidos, placer...
Tus manos se escapan a explorar mis zonas mas íntimas, provocando pequeñas punzadas de gusto y placer en mi cuerpo… las pupilas dilatas, la respiración muy acelerada al mismo ritmo que nuestros corazones… no puedo más y te pido que entres en mi y llegamos a un clímax que nos deja exhaustos (solo por un rato) y quedamos uno en brazos del otro con esa soñolencia que atrapa después del éxtasis.
Me despierto juguetona y te tiro una pierna por encima, para que tu mismo compruebes... Tu mirada penetra en mi pasión, me eriza tu voz susurrándome palabras de placer entre música y texturas, te rozo la espalda con la levedad de una pluma y lo agradeces con un dulce beso, lento y profundo y las manos traviesas comenzaron su andar… volvimos a hacer el amor, sin pensar en nada, solo disfrutando, dejándonos llevar... fue un intenso día de sexo y de disfrute para ambos... También hicimos el amor en la cocina, en la ducha… El sexo es vida, y la vida es bella no hay duda alguna.
Soy oscuridad, impaciencia, una moneda más… soy la peor guerra de tu vida, la mejor historia para recordar; la herida que deja cicatrices que poco a poco te consumirán porque que no va a cerrar; soy distancia, eternidad, lejanía aún durmiendo en tu brazo derecho… soy y no soy a eso me he acostumbrado, soy pecado, soy pecadora cuando te pienso, soy necedad y necesidad, teoría, ciencia… soy tantas cosas que aún no has descubierto.
Nada se compara con estar junto a ti cada día…

4 comentarios:

  1. Tienes razón, amiga, las manos nos provocan sensaciones inolvidables y forman parte del caudal que nos mueve, un roce por mimnimo que sea de la persona que amamos sin duda nos transpoprta. Es increíble como las caricias pueden elevarnos tanto…

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  2. Nos vas a matar, deja que nuestro amigo Peter lea esto. A mi también me gustan las mañanas y las manos traviesas, me encanta leerte y me inspiras a escribir, claro nunca como tu, pero aquí te dejo otra cosa que escribí. Cuidate mucho.
    "He buscado mil razones para no amarte pero solo encuentro en el camino más motivos para entregarme a ti… para regalarte mi corazón y mi alma… son dulces tus caricias, tus besos y tus palabras… el deseo acaricia tu piel suave y lujuriosa, tu cuerpo es sendero y humedad. Me rindo en tus manos traviesas, me hundo en tu lascivia insolente, la noche se vuelve eterna entre tus piernas. El sudor es vestigio de la batalla, tu olor en cada poro, tu sabor que no se olvida. Mi felicidad eres TÚ… entonces… surge en mi una sola pregunta: ¿Por qué es tan difícil ser el único dueño de tu corazón… si mi amor no tiene limites contigo?"

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  3. Joder, este también esta buenisimo, me gusta mucho. Frank escribís muy lindo y no creo que solo sea nuestra amiga Rosabel quien te inspira a esas palabras tan sentidas sino ese amor del que habeis hablado siempre, esa mujer porquien perdes el juicio.

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  4. Es tanto lo que pueden llegar a transmitir unas manos, con solo un roce, una caricia.

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