miércoles, 17 de octubre de 2012

Conjugación al desafío



A veces voy uniendo todas las palabras que te escribo, poco a poco y con cuidado, otras veces descontroladamente, como se escapan de mis dedos. Pero es lo mismo, punto a punto y cometiendo algún error a causa de ese descontrol que me define en ocasiones.
Con ellas te protejo de la soledad que cala a veces hasta los huesos, y no quepo en mí de gozo cuando te imagino leyendo lo que te escribo y sonriendo, sabiendo que con ello consigo darte amor como cuando estamos cuerpo a cuerpo. Como cuando nuestras caricias actúan de caldera y parece que pudieran deshacer cualquier problema.
Cómo te echo de menos cuando te escribo, me ahogo en esta improvisación inspirada a causa de tu falta, y te pienso todo el tiempo. Estás tan presente cada segundo que no sé cómo no llego a tocarte en este delirio que se alimenta de sentirte. Dentro de esta cabeza nado en ese mar de miradas que son tus ojos, y casi me atrevo a jurar que te tengo delante cuando sueño contigo. Anhelo tu mano igual que el aire cuando huele a ti porque todo mi centro, mi núcleo, mi esencia, mi yo... todo es tuyo y también estas letras.
Siempre voy a amarte no porque esté en tu café de cada mañana, en el lugar que habitas, en el gesto… no porque dices que soy tu alegría, ni porque me tengas en tus cartas, tus libros, tus triunfos, tus razones fundamentales, tus pasos decisivos... ni porque me colmes los caprichos... simplemente siempre voy a amarte porque estoy en ti como una sombra, una necesidad, una palabra a tiempo, un dedo en el aire, una mano en el hombro, un poco de agua fresca, una canción, un sueño interminable, una manera de ir y regresar... tocándote adentro donde nadie nunca había llegado a tocar.
Soy adicta al riesgo, al cosquilleo de las mariposas, al fluir de la sangre por mis venas, al calor de tus besos, al fresco olor de tu aliento, a respirar... a estar al borde del precipicio y volver a respirar profundo, y me da igual la sensación de vértigo y la posterior caída, el impacto contra el suelo de bruces... el pánico a que desaparezca el batir de mis alas. No me juzgues, mis defensas caen ante esa mirada, mi fuerza de voluntad no existe cuando oigo brotar de tu garganta un te quiero, y me convence el sabor amargo del "lo siento, nunca debí hacerlo". No me juzgues, pues no aprenderé nunca a tener cuidado, a no tropezar, a ir despacito al caminar... yo necesito volar.
Este amor que es mi tormento, mi locura… recorre todo mi ser, me envuelve y me turba los sentidos con éxtasis y felicidad pura. Es un sueño del cual tú eres el dueño, un sueño de loco pero tiene lo que yo soñé y siempre imaginé. Este amor es mi alegría y me hace vivir en un mundo de fantasía. Es mi suerte por eso no quiero perderte porque este amor me ayuda a vivir y a no morir. Es mi fortaleza, mi refugio. Este amor y tú son perfectos para mí.
Pienso en ti día y noche, cuando juego o cuando camino... Tu mirada me cautiva, tus besos me atrapan, tu voz me domina, ocupas mis pensamientos. Cuando estamos separados… solo pienso en el momento que te vuelva a tener. Esta historia de amor es mucho más que eso, es nuestra historia de amor… No puedo escapar de ti porque no quiero, quiero estar atada a tu amor…
Este amor hermoso recorre mis venas y mi alma, cual tormento me estremece, es un vivo licor agridulce que me gusta, es mi atadura porque me encanta, me hechiza, me lo quedo para siempre. Está en todo mí ser, es complemento de mi pasión y mi hoguera… quisiera que fuera eterno, que fueran más largos los días para en profundo derroche de amor, pasión y locura fundirnos en la espesura con el vaivén de nuestros cuerpos. A tu lado lo malo se olvida por eso no me arrepiento de entregarme en cuerpo y alma.
Búscame siempre que necesites alguien con quien llorar en tus desvelos, en la multitud, en el silencio, en la lluvia o el invierno. Búscame siempre a mí, tu amiga, tu amante, tu confidente. Cuando sientas que la agonía de vivir este amor se hace agobiante, búscame, yo vendré sin preguntarte ni el cómo ni el por qué. Vendré para seguir diciéndonos “te quiero”, para seguir sintiendo el mismo escalofrío cuando la piel recibe esas caricias, y el estremecimiento del corazón, y la perdida de la razón con cada beso. Y beso a beso volvernos cada vez más locos tú y yo.

4 comentarios:

  1. Es verdad lo que escribes, una verdadera historia de amor es donde la pasión, la ternura y la necesidad del uno por el otro se convierte en el mejor refugio de los amantes y no hay nada que pueda evitar el deseo de estar unidos en todo momento.Bendita locura de amor.

    ResponderEliminar
  2. "El lado oscuro del corazón"...La peli argentina que teniendo 16 me impacto... Y que resume en una frase lo que he buscado en el amor.... “UNA MUJER QUE SEPA VOLAR...” Si no sabe volar... no hay nada que hacer... es lo esencial para mi... lo innegociable...

    ResponderEliminar
  3. Por fin, te hemos echado mucho de menos, linda. Quedo desolado todas las mañanas cuando entro aquí y noencuentro ni una letra tuya. además de que disfrute mucho el texto, estoy feliz de tenerte de vuelta.Nuestra amiga Cary tiene razón, bendita locura de amor. Cuidate amiga mía y en medio de tus problemas trata de no abandonarnos tantos días, espero todo mejore pornto. Cuidate mucho, un beso.

    ResponderEliminar
  4. Estuve unos días fuera de casa y pensé que tendría mucho que leer, pero ya veo que sigues complicada. Me encantó el texto tiene mucha ternura. Espero que todo se resuelva pronto y como dice Peter no nos abandones tantos días.

    ResponderEliminar