En
nosotras las mujeres un orgasmo es una sensación tanto mental como corporal de
un placer intenso que realmente es muy, pero muy difícil de definir con
objetividad. Es tanto el placer durante este delicioso proceso llamado orgasmo que
inclusive en algunos casos, durante el clímax se pierde el conocimiento por
segundos o hasta minutos, evento que se denomina petite mort (pequeña muerte) o
la mort douce (muerte dulce).
Es
gratuito. Para muchos se convierte en una potente droga, igual de necesaria que
el aire. Es ese incontrolable “momento” el que ha fundado y destruido matrimonios
y dinastías, inspirado a todas las artes y matado a millones por el sida. Es el
gran anhelo que levanta la industria de la moda, el porno y el sexo.
Pero
vamos a la fisiología: el cuerpo se contrae involuntariamente, los espasmos
duran pocos segundos, el gran flujo sanguíneo hace que los genitales aumenten
su volumen, el pulso se acelera, se abre la boca, los pies se tuercen, la
frente se llena de sudor, los orificios nasales se ensanchan... Lo que esta pasando
no es una pesadilla nocturna. Estas son algunas de las sensaciones que
envuelven al conocido y buscado orgasmo. En el clímax, los cuerpos de los
amantes se contraen cada 0.8 segundos. Una calidez inmensa comienza a envolver
la cintura y el pecho. ¡Ahhhh! Para los hombres es la mejor descarga del mundo.
Para las mujeres es un dique rompiéndose. Luego viene un sopor. El cansancio,
el reposo y el adormecimiento.
Para
mí un orgasmo es como el máximo momento que tengo, se liberan mis tensiones y
ansiedades. Va más allá de mi presencia física hasta otro nivel de conciencia,
y aún así la sensación parece totalmente física. ¡Que paradoja! Lo siento por
todas partes, por dentro y por fuera. Es un espectacular alivio acompañado con
el máximo placer que nunca haya sentido después de hacer cualquier otra cosa.
En
fin, doy gracias a la vida por tener tan exquisitos genitales que nos permiten
tener esa estimulación tan generosa y por lo cual varía la calidad sensorial. La
estimulación por separado de cada uno de nuestros genitales puede producir
orgasmos que son descritos de manera diferente, pero la estimulación de todos provoca
los llamados combinados. En los clímax más intensos, uno se va, literalmente, a
un trance y el cuerpo queda palpitando aún cuando el coito ya terminó. No
existe otra sensación como ésa. ¡Es fantástica!
Por
cierto me enteré hace poco que el 9 de agosto se celebra el "Día Internacional
del Orgasmo Femenino". El concejal brasileño, Arimateo Danta, del pueblo
de Espartina, fue quien inventó este especial día, para compensar ciertas
deudas sexuales que tenía con su pareja. Diversos países se han ido sumando a
esta iniciativa, hoy el día del orgasmo femenino se festeja en gran parte del
mundo. ¡Grandioso!
¡Bendito
orgasmo! No hay nada que se le parezca, por eso amor mío, adoro cada uno de los
que tú me provocas. Celebro tu imaginación con dos dedos, mojaditos en la embriaguez
de mis gemidos, coronándome el sexo y el hambre. En honor a la verdad hoy tengo
ganas de que me hagas el amor intensamente, a lo profundo, a lo sin límite y me
llenes de orgasmos hasta que no quede de mí más que la inconsciencia. Átame con
tus besos, encadéname con tus brazos y tómame desde atrás y contra la pared,
sobre la mesa, contra mí misma, que no tenga margen para girarme y devorarte el
corazón.
Te
quiero hoy entre risas de saciedad, te quiero más y encima, más y más fuerte,
te quiero en el galopar de mis caderas más allá de las estrellas, mucho más, y
en el desatino de los sentidos bajo la lengua, con el alma llena y desbordada,
y el sexo lleno y tú a merced de mi salvaje, de nuestro sin límite, del golpe
bestial de un orgasmo elevado al cielo...
El orgasmo en general es realmente algo especial y las mujeres tienen la virtud de poderlos tener múltiples. Los hombres que aman a su pareja disfrutan mucho viendo llegar al éxtasis a la mujer que tienen entre sus brazos.
ResponderEliminarEs cierto también que algunas mujeres fingen sus orgasmos para no dañar el ego de sus parejas masculinas, tienen miedo a expresar sus preferencias sexuales y dar a conocer a sus amantes aquello con lo que no disfrutan. Fingir, ocultar, engañar…, no es una buena estrategia sexual, genera mucha frustración e insatisfacción. La sexualidad no es un juego de adivinanzas, es comunicación y complicidad entre los amantes.
El orgasmo es algo maravilloso pero la mayoría de las mujeres cuando alcanzan una relación estable, su atracción sexual y sus ganas de mantener sexo con su hombre disminuyen significativamente.
ResponderEliminarEso depende del hombre gilipollas, las mujeres siempre queremos sexo. Pero si el hombre no es capaz de hacernos gozar, ¡joder!, entonces todo es una cagada y no vale la pena.
ResponderEliminarLo que pasa es que llegada la hora de la hora, en lo mas rico de todo, la mayoria de los hombres no hacen nada para hacernos llegar???? Q acaso no se sienten "mas hombres" cuando nos ayudan y los dos llegamos juntos???? Y cual deberia de ser nuestra posicion al respecto? quejarnos? enseñar? reclamar? y si ya lo intentamos todo y ellos simplemente no responden y nos ignoran...o "supuestamente tratan" pero simplemente no logran nada.....??????
ResponderEliminarUyuyui, esto esta bueno. Estela tienes toda la razón. Tere es muy feo que tu pareja no te haga llegar al orgasmo que es lo mejor de tener sexo, habla con el para que te entienda y dile que haga todo lo posible por ayudarte, que antes de penetrar explore tu cuerpo con sus manos o boca para que te puedas excitar lo suficiente y puedas lograr ese orgasmo que tanto deseas y mereces. Y si no te hace caso pues intentalo con otra pareja. No hay necesidad de fingirlos!!!!! hay que sentirlos ;)
ResponderEliminarBueno amigas, Estela y Lily, tienen razón, y tu Peter amigo piensas lo mismo que yo. En resumen el orgasmo es divino y para un hombre el hacer que su mujer tenga uno, dos, tres es la mayor satisfacción. Verlas ir al cielo es lo máximo.
ResponderEliminarTere te recomiendo que sigas el consejo de Lily.
Anónimo eso es falso al menos que el tipo sea un idiota, yo llevo más de tres años con mi mujer y las ganas nunca se nos acaban.
Tu Rosabel, genial como siempre amiga mía. Las palabras son de estallido y lascivia desatada. La lascivia mojada en café es de lo más nutritiva.
Me encantó lo que escribiste. Yo sueño con un orgasmo intenso, ahogándome. Sueño con sentir de nuevo el tibio líquido fertilizándome las zonas grises, sentirme ebria de placer, ebria de locura. La verdad es que no recuerdo la última vez en la que me ardieron las venas y el sexo, o quizá sí, quizá deba remontarme a la estela de aquel verano en el que perdí en el colchón mucho más que un mar de sudor. Se me escaparon la maldita fe y el descaro, se me escurrieron de la vida la imprudencia y la locura, el delirio y las ganas. ¿Qué fue de ellas, eh?, ¿qué fue de las putas ganas que me hacían arañar la tierra y su espalda?. Ahora sólo me quedan los retales de un tiempo ausente colocado a presión sobre un dedal de apatía.
ResponderEliminarNo sueñes con el, ve por el, recupera la fe, el descaro, la imprudencia y la locura y volveran a arderte las venas y el sexo, te lo aseguro amiga.
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