viernes, 14 de diciembre de 2012

¿Existe la suerte o no?



Noche de insomnio, ya es viernes, son las cuatro de la madrugada aproximadamente. ¿Qué les puedo contar? Estoy de buen humor pero ando un poco estresada. No es nada que no se pueda resolver, son cosas del stress diario, esa rutina que a veces nos ahoga de vivir todos los días un déjà vu constante.
A veces recuerdo la época en que decía “cuando sea grande, yo quiero…”, indudablemente pensaba en el futuro. Lejos están esos días en que era una niña. Hace mucho rato soy adulta, con una familia creada, tomando decisiones que afectan mi vida laboral y sentimental, esta última es muy importante y es la responsable de que este de tan buen humor.
Hace un rato pensaba ¿Existe la suerte o no? Esto fue tema de conversación hace dos días con alguien. Es interesante este tema. Como todo en esta vida, cada quien tiene su punto de vista sobre diferentes aspectos, y cada quien tiene derecho a interpretarlo como mejor pueda o quiera. Creo que suerte es estar en el lugar y en el momento adecuado. Yo no creo que estemos predestinados a nada, porque eso quiere decir que por más esfuerzos que haga en la vida, los resultados irremediablemente ya estaban escritos por anterioridad. Prefiero pensar que todo cambia según las decisiones que tomemos.
Entonces, ¿por qué mala suerte? ¿Por qué buena suerte? Creo que todo depende del cristal con que se mire, lo que para uno puede ser mala suerte en un momento, para otro puede ser buena suerte o incluso para uno mismo en otro momento de la vida. Escribir sobre este tema podría llevar varias páginas que seguramente ustedes no leerían. Solamente puedo decir que yo creo que podemos forjarnos nuestro destino luchando por lo que queremos.
Seria fantástico que todo nos fuera bien así por que si ¿no? Que las cosas salieran al primer intento y sin esfuerzo. Pero la cuestión de cómo tener buena suerte es entender que no existe ni la buena ni la mala suerte. Ese concepto es en si mismo muy vago y relativo, cuando no directamente se refiere a otras cosas que no tienen ni remotamente que ver con el azar.
Vivimos en un mundo de causas y efectos y aunque no sepamos la razón las cosas fortuitas que nos dan placer o dolor tienen un porqué: nuestras acciones, pensamientos, los de los demás, etc. Muchas personas al saber le llaman suerte, pero la suerte es sólo una cara del azar. A los preparados no se les desea suerte: sólo éxitos; la suerte es para los indecisos: él éxito para los arriesgados.
Voy a tratar de explicarme. Dos personas en una misma situación pueden vivirla de diferente manera, siendo todo cuestión de actitud de cómo enfrentarla. Si lo enfrentas con una actitud negativa, todo parecerá oscuro, gris y sin futuro. Mientras que con una actitud positiva, incluso una mala situación vivida te sirve como una lección para no cometer los mismos errores, madurar en algún aspecto, conocer un poco más de esta difícil vida y seguir adelante, pensando que podemos hacer mejor las cosas.
Si las cosas no nos salen bien tenemos que aprender la experiencia y prevenir hasta cierto punto que vuelva a repetirse lo que no deseamos, pero si no hacemos caso de las lecciones que el universo nos presenta estaremos condenados a caer en los mismo errores una y otra vez. Por tanto es absurdo que alguien que se niega a aprender de la experiencia diga “Que mala suerte tengo” porque es una forma de trasladar su propia responsabilidad a un ente invisible y poderoso llamado “suerte”.
De niños creemos que todo es color de rosa, de adultos nos damos cuenta de que no es así, que la vida es dura, que las cosas no siempre salen como queremos aunque nos esforcemos mucho. Además existen otras muchas personas que igual intentan forjar su destino y muchas de ellas cruzan su camino con el nuestro, modificando los resultados.
Hay que ser optimistas. La vida nos presenta oportunidades a todos, pero no sirven de nada si te dejas vencer con facilidad ante las adversidades. El optimismo nos da fuerza, energía y resistencia para seguir adelante, nos da esperanzas y eso es lo que nos hace volver a intentarlo una y otra vez hasta lograr nuestras metas.
El azar es un suceso imprevisto que nos pasa, el secreto de la buena suerte es hacerlo jugar a nuestro favor. Por eso Pasteur decía que “el azar sólo favorece a las mentes preparadas”. Hacer de la casualidad un éxito implica saber responder ante lo nuevo que se presenta o poder mirar lo viejo con una mirada distinta. No hay suerte posible para el que no sabe bucear en el mundo interior para conocerse a sí mismo. Concentrarse en metas u observaciones equivocadas hace contraer una deuda con el “banco interno”, que es el que presta la energía. Si este compromiso no se cumple la deuda se paga con estrés y se llama mala suerte.
Por eso no creo que haya una persona con buena o mala suerte, no como una tendencia definitiva que te sigue de por vida, como si estuvieras marcado. Nadie es completamente feliz ni completamente desafortunado, de eso estoy segura. Por ejemplo a mi me han ocurrido muchas cosas por las que podría decir que tengo mala suerte, pero a su vez me han sucedido otras cosas buenas que compensan la balanza. Seguiré luchando por mi felicidad, pensando lo mejor posible mis decisiones y las consecuencias de estas, intentando hacer una balanza entre los sentimientos y la razón, aunque en ocasiones sea imposible.
En fin, para algunos la suerte es que le toque la lotería, es tener cosas de valor, es “darse una buena vida”, es que te elijan para algo importante... para mi la suerte es descubrir que no todo lo que me ocurre sea malo, que las cosas suceden por algún motivo evidente. También es darme cuenta de que existe algo que me inspira y con lo que me siento bien, feliz, algo que me hace ser yo misma y algo que me hace sentirlo todo sin nada a cambio. Es saber que existe alguien por quien me levanto de la cama cada maldita mañana por más que cueste… Alguien que me haga sentir que solo importo yo y nadie más aunque haya millones de personas alrededor. Para mi... la suerte es haberte conocido, que estés cerca, besarte, abrazarte, estar contigo y quererte…
Prométeme el Sol y Marte, tu calendario y tu agenda cien por ciento disponible todos los días del año. Llévame lejos cuando necesite huir de algo, tranquilízame cuando tenga miedo, no te olvides nunca de mi cumpleaños porque lo pagarás caro. Dime si voy fea o si estoy bonita, emborráchate conmigo cualquier día que te venga bien. Acompáñame en este camino y no me sueltes.

3 comentarios:

  1. Es verdad muchas veces dos personas con las mismas posibilidades y en la misma situación una sale adelante y la otra no. Entonces no se puede decir que uno triunfo porque tuvo suerte, sino porque supo actuar ante las circunstancias.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo, linda. El tener suerte o no depende mucho de nosotros mismos. Benavente dijo: “Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de tener talento”. Y es verdad.
    En cuanto al amor, tener un gran amor también es una suerte, pero hay que saber defenderlo para conservarlo. Hay personas que no lo tienen porque les pasa por el lado y ni siquiera se dan cuenta o en espera de algo “mejor” lo dejan marchar.
    Cuidate, preciosa, buen fin de semana.

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  3. Para mi la suerte es haberte encontrado.

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