Las
lágrimas me invaden, el corazón me explota, las palabras se acaban, la garganta
se cierra… lágrimas del alma emanan de mi ser, lágrimas de profunda pena. Hay
demasiados días sin sol por delante. Hoy tengo ganas de despedirme de cualquier
forma dolorosa propia, tengo ganas de huir. Sé que se puede sacar la cabeza del
agua e inspirar a bocanadas desesperadas del aire que espera a quien lo
merezca.
No
sé qué escribir ni cómo, hay una puerta que no sé si se abre o se cierra y ni siquiera
sé si es una puerta. No sé qué es lo que habría que querer y qué lo que no
habría que desear nunca. Tampoco sé si tengo que pensar o dejar de hacerlo. Después
de la nostalgia, la confusión, las dudas, las preguntas sin contestar,
pareciera que no hay nada. Nada que decir al menos. Unas frases sueltas que
significan todo lo que quiera el que las lee, para que no se diga.
Se
me había olvidado cómo funcionaba esto de la nostalgia, esto de querer y querer
y querer y no conseguir nada, esta inquietud permanente, la piedrita en el
zapato. Las cosas, el mundo, pareciera fragmentarse, pedacitos de cosas, ir de
allá para acá, hacer muchas cosas, no hacer nada, como trozos de algo que no
alcanza a juntarse, que no logra transformarse en una sola cosa.
He
aprendido que lo que cuenta no es lo que tienes en la vida sino a quién tienes
en tu vida, que los héroes son personas que hacen lo que se debe hacer y cuando
es necesario hacerlo independientemente de las consecuencias. Cuando he visto a
mis hijos cuidar de su abuela he aprendido que la madurez tiene mucho que ver
con las experiencias que nos tocan y con lo que aprendemos de ellas, y poco con
la cantidad de cumpleaños celebrados.
También
he aprendido que no importa cuán roto esté tu corazón el mundo no se detendrá
para consolarte y que dos personas pueden estar viendo la misma cosa y ver algo
totalmente diferente. La vida es un eterno aprendizaje.
Hay
un proverbio irlandés que dice: "Las lágrimas derramadas son amargas, pero
más amargas son las que no se derraman". Creo que es verdad las lágrimas
contenidas son más amargas, más dolorosas… por eso quiero hacer un culto al
llanto, tan contenido, tan escondido, tan necesario, hacerlo aflorar. Es
difícil, pero necesito hoy llorar, por lo que está pasando y por lo que va a
pasar. Quiero y necesito llorar. Tantas veces no lloré, que ahora quiero
hacerlo con la intención o con la necesidad del alma, de reconstruirme y volver
a crear ese universo de esperanzas tan repetidas... que hoy se hacen más
auténticas y más simples.
Entiendo
que la sensibilidad y las lágrimas son parte de mi persona, que por ello no soy
más débil ni más vulnerable y mientras navego entre ellas, busco la autoestima
que se intenta escapar y la fuerza para continuar.
Las lágrimas que se quedan dentro nunca dejan de doler. Llora, no te reprimas. En tus lágrimas y en nosotros, en la gente que te quiere encontrarás la fuerza para seguir.
ResponderEliminarLo leo otra vez, y me vuelvo a decir, son las letras justas con el peso que te deja por un buen rato sin habla. Llorar no es muestra de debilidad. El llanto es la forma de expresión más sincera de nuestro cuerpo, deja ver lo que sentimos y tumba paredes que nosotros mismos ponemos para "protegernos". Llorar alivia y limpia, linda, llora todo lo que quieras y deja salir ese dolor para que no te mate. Un beso y un abrazo.
ResponderEliminarEso, llorad amiga, dejad salir las lagrimas no podeis reprimiros para mostrar fortaleza, porque hace mucho daño.
ResponderEliminarNada más sano y liberador que unas lágrimas. Y si son en compañía de alguien querido que pueda y sepa consolar, pues tanto mejor. Hay momentos y situaciones en la vida que nos hacen reprimir el dolor cuando no estamos solos porque ese llanto puede causar preocupación o dolor gratuito en los demás. Pero no es bueno para nada contenerlo porque de esa manera exprimes el dolor, con lágrimas sin agua. ¿Se te ocurre algo mejor que un abrazo de consuelo? Cuídate y ten fe, amiga.
ResponderEliminarPor fortuna soy de las pocas que pueden estar a tu lado en estos momentos de dolor, siempre te he dicho "llora, que eso alivia el alma", tú sabes aquí está mi hombro y el apoyo de todos los que te queremos incluyendo la familia del blog. Animo mi hermanita y fuerza para lo que podría deparar el futuro
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