Hoy
me levante receptiva, a pesar de la lluvia iba tranquila y feliz. Llegué al lugar
de siempre y al verlo acercarse mi sonrisa fue creciendo. No tenía prisa así
que me invitó a desayunar, me sentó frente a él como siempre cuando tomamos
esos tórridos cafés tan nuestros y que tanto nos han unido y nos unirán. Entre
cafés y palabras pasaron los minutos que nos encantan para comunicarnos. Me
sentía bien, relajada lo observaba con interés y deseo.
Cuando
los sentimientos son tan intensos, el sentir tan compartido y la complicidad
tan fuerte, la inseguridad huye y desaparece dando paso a un solo deseo y una
sola alma. No dejo de experimentar sensaciones diferentes a cada segundo que
paso a su lado, es como si su mirada absorbiera mi alma, me quedo quieta muy
atenta escuchando lo que desea decirme.
Es
un placer mirarlo y sentir que me llena de paz y sosiego, confianza y amor.
Escucharlo y ver como mi alma se enamora más. Es un placer besarlo con un beso
infinito, acariciarlo y hacer de nuestros cuerpos uno solo. Es un verdadero
placer sentirlo y vivir cada momento como único. Tiene una habilidad mágica de
saber en cada momento cómo actuar, es una persona estricta y segura, dulce
cuando debe y duro cuando lo necesito. Pero hoy me sentía morbosa, viciosilla,
y empecé a soltarme.
¿Placer?,
sí, siempre cuando estoy con él y en él me siento plena. Se inicia todo con una
mirada y se continúa con una suave caricia. Es que, ¿quién podría negarse al
placer? Quién se detiene y no enloquece al sentir la ropa deslizarse
lentamente... al dejarla caer. Cuando estoy con él me visto de nada y vuelo, escapo
al infinito, y no sé si estoy en el cielo o a un paso del infierno...
El
amor a veces es difícil de explicar. Es él quien llena todas mis expectativas,
realidades para seguir creciendo, de saltar cada obstáculo, de cultivar mi alma…
es el aliento que entra hasta lo más profundo de mi ser, es mi alegría, mi
espiritualidad, es quien me lleva al gran mundo donde los sueños se hacen realidad,
es mi nuevo despertar, es quien abarca mi nueva era de madurez.
He
sentido cada milímetro de su piel y he tocado su alma. Podríamos besarnos
cuantas horas, minutos y segundos tuvieran los años, por días y noches enteras,
sin reposo, hasta que termináramos rendidos el uno junto al otro. Sus manos disfrazadas
de seda se deslizan lenta y suavemente por mi cuerpo, con la naturalidad de dos
hojas en el viento dejándose llevar.
Dos
cuerpos, dos almas, dos corazones... que se convierten en uno solo y se aman
con los cinco sentidos... nuestro placer será eterno... y nuestros cuerpos se
fundirán, amándose una y otra vez... Nos hacemos falta, somos dos seres que
saben amarse y disfrutar de emociones. Entendemos nuestros placeres: nuestra
complicidad nos une y hasta con el silencio nos decimos todo sin necesidad de
más.
Cuando
estoy con él mi corazón no deja de decirme que aún sigo viva y mi mente vuela. Los
sentidos se dispersan, enloquecen junto conmigo. No pienso, no oigo y lo único
que veo son siluetas desnudas agitadas por la melodía de sus corazones. Me
seduce el perfume natural de su cuerpo y mis pulmones reclaman a gritos aire. Cuando
estoy con él espontáneamente sonrío... quizás al sentir que mi piel se eriza
porque mi cerebro aún enloquecido, responde estremeciendo desde el músculo más
fuerte de mi cuerpo hasta lo más sensible de mí ser.
Es
simplemente una explosión de locura, una expansión de sensaciones vibrantes... Una
puerta al cielo u otra entrada al infierno. Pero todo es como una melodía, como
un nuevo despertar, como regresar a la vida y sin duda, una relajación total. Y
al final no queda más que reconocer que el placer es todo mío cuando estoy con
él y en él... cuando él está en mí... Cuando por unos momentos, sin compromisos
ni ataduras de ningún tipo, está total e incondicionalmente conmigo y es mío...
tan solo mío.
Ha
sido un día de emociones, como siempre ha hecho que parezca todo sencillo,
especial, ha hablado con mi alma, ha jugado con mi cuerpo y ha alimentado mi
mente. Cuando se marcha de mi lado, me encuentro tan llena de su presencia que
ni siquiera puedo extrañarlo.
Complicidad...esa palabra me encanta. Me alegra sentirte mejor, mucho. Es un placer, leerte y sentirte así. Todo belleza lo que transmites y lo que me haces sentir cuando vengo a éste tu otro hogar o mejor dicho el nuestro con tu venia, linda.
ResponderEliminaruuuuuuuf... jopeta que emocion...cuanto sentimiento desprenden esas letras...
ResponderEliminarMuy lindo y profundo todo lo que escribes,es bueno leerte con tanta pasión una vea más y lo mejor es que ya estás de buen ánimo. Bendito ese ángel inspirador que te hace flotar en las nubes y logra que escribas cosas bellas para nosotros.Un beso
ResponderEliminarSiii... que momentos, puros. Cuanto nos hacen sentir, sentir en nuestra piel, nuestro pensamiento, nuestro corazón...y todo ese sentir bien mezcladito y preparado para emborracharnos de él. Definitivamente te ha quedado espectacularrrrrrrr, me encanta.
ResponderEliminarSí, todos tienen razón al decir que te ha quedado lindo y con mucho sentimiento como siempre. También es un placer sentirte mejor, mucho mejor, ojala ese “ángel inspirador” como lo llama Cary, te siga haciendo flotar en las nubes. Ratifico lo que dice Peter, transmites y haces sentir mucho. Me encantó, siempre es un placer leerte y sentirte en cada palabra, por eso retomo tus propias palabras, "el placer es todo mío". Gracias por seguir aquí.
ResponderEliminarMuy bonito y dice mucho. Leyendolo me he acordado de algo que dijo Carlos Fuentes: "Si del amor hacemos la meta más cierta y el más cierto placer de nuestras vidas, ello se debe a que, por serlo para serlo, debe soñarse ilimitado sólo porque es, fatalmente, limitado." Lamentablemente Fuentes tiene razonpor eso el amor hay que vivirlo a plenitud.
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