Mi madre esta muy
enferma, se que ninguno de ustedes me puede ayudar, por eso no sé ni porque hoy
les escribo esto, quizás es... no se... que me siento muy mal, quizás necesito
una palabra de aliento… no me gusta incomodarlos con mis problemas pero estoy
pasando momentos difíciles y sufro mucho al ver a mi madre en esas condiciones...
Mi vida ha estado llena
de cosas buenas y malas, penas y alegrías, euforias y decepciones, momentos de
gran esperanza y de desesperanza. Creo que he sabido disfrutar de unos y
sobrellevar los otros, intentar dejarlos atrás. Desamores, traumas, crisis,
traiciones... He podido con todo. Y quizás aún lidio con alguna de esas
historias.
Pero lo único que me
desarma, que me deja completamente impotente, es la enfermedad de mi madre. De
ella ya he hablado en otras ocasiones. Mi madre sufre una enfermedad degenerativa,
fue diagnosticada con demencia senil (un tipo de Alzheimer) hace dos años, pero
cuando ocurrió ya nos habíamos percatado de que no era la misma.
Ahora está nuevamente
ingresada en el hospital. Me sé el camino de memoria. Y según me voy acercando,
algo se revuelve en mi estómago, en mi cabeza. Los recuerdos de otras ocasiones
en que ha estado ingresada, tan difíciles de espantar, regresan de golpe.
Estoy hundida. No se
como salir del pozo en el que voy cayendo poco a poco. Pero de lo que si estoy
segura es que nunca podré soltar la cuerda, pues al fondo no puedo llegar. Tengo
que superar esta debilidad que siento, al ver al ser humano que adoro, caer
cuesta abajo, poco a poco. Lo he aceptado ya. Pero hay tantos momentos en que no
puedo con esta pena, que sufro, lloro y me gustaría desaparecer para no verla
sufrir. ¿Qué puedo hacer para ser fuerte? No lo sé, pero tengo que continuar.
La vida no nos prepara
para manejar situaciones que se salen de nuestro control, estamos preparados
para el desgaste físico de nuestros padres pero una condición neurológica como
la es el Alzheimer, es muy difícil de asimilar. Muchas veces el cuerpo no responde,
los medicamentos parecen agua, la voz se le vuelve más triste y apagada como si
le costara salir de su interior. La normalidad no regresará jamás... Lo sabemos.
La segunda víctima de
esta enfermedad es el cuidador principal, en mi casa es mi papá. En la mayoría
de los casos de enfermos de Alzheimer son las familias quienes asumen en el
domicilio los cuidados de estos enfermos. Y los familiares que cuidan
directamente al enfermo sufren cambios sustanciales en sus vidas y, sobre todo,
una merma de su salud física y/o psíquica. Durante años van arrastrando, como
pueden, sentimientos encontrados de amor y lealtad con otros de desesperación y
cansancio.
No es fácil suponer
que, algunas veces, puedan desear que el calvario termine cuanto antes, pero
como negación de ese deseo comprensible, su reacción es volcarse aún más en el
cuidado del enfermo, hasta límites de enorme sacrificio. En algunas ocasiones
rechaza todo tipo de ayuda convencido de que como él nadie va a soportar tan
dura carga y puesto que ya ha renunciado a su propio bienestar, no desea que
nadie más cargue con este sacrificio. Además piensa que nadie lo hará mejor que
él.
Ya que les estoy
contando tanto, cosa rara, déjenme decirles que hoy recibí la llamada de un
niño que yo adoro, como si fuera mi hijo, como sus palabras todavía las escuchó
en mi mente se las voy a escribir: “Rosy, cómo andas, cómo sigue tu mamá. (aquí
respondo) Te llamé un poquito tarde porque no quería despertarte si estabas
descansando, no dejes de llamarme y decirme si necesitas algo, si quieres que
te haga algún mandado, lo que sea que necesites. Tu sabes dónde localizarme si
no estoy en la casa me llamas a casa de Deliana (su novia), no te olvides que
estoy aquí para lo que te haga falta. Cuídate mucho”. Apenas pude contestarle
porque comencé a llorar como lo estoy haciendo ahora mientras escribo. Es la
segunda vez que me hace una llamada así desde que mi mamá está ingresada y me
dice más o menos lo mismo, con su voz dulce, llena de cariño y sinceridad. En
sus cortos 15 años es capaz de tener tales sentimientos de apoyo, de cariño… y
con ellos tocarme el alma.
Otras personas me han
brindado apoyo pero que lo haga él de esa manera en su corta edad de veras es
conmovedor.
Todos deseamos ser
felices y no sufrir, ésta es la motivación básica del ser humano de todos los
tiempos. En eso pienso cuando veo en las caras de los familiares de otros
enfermos, la incertidumbre, la angustia y el sufrimiento. Y pienso que para
ayudar a quien está sufriendo generalmente basta con escuchar o hacer una
simple llamada como hace mi niño Arian. No es necesario nada más. Sólo abrir
nuestro ser de modo que quien sufre pueda compartir su dolor. Al cultivar el
escuchar estamos desarrollando el verdadero sentido de la compasión.
Negar el sufrimiento es
un error, ya que ese rechazo provoca traumas, originando ansiedad, angustia e
incluso depresión. Huir, “enterrarlo” no es la solución, ésta está en tomar
conciencia de ello. El dolor, nos guste o no, es intrínseco a la existencia.
Muchos infortunios nos acechan a lo largo de la vida y muchos son inevitables,
no está en nuestras manos el evitarlos pero es fundamental la forma en que lo
enfocamos, la forma en que lo vivenciamos.
Cuando se experimenta
dolor emocional es muy complejo poder enfocarse en otras cosas, sobre todo
cuando este suele ser agudo y profundo. El dolor emocional roba la atención y
la concentración de las actividades cotidianas. Se podrá decir que son pocas
las opciones que caben ante el sufrimiento, cuando además hay tantas
situaciones en las que no se pueden evitar las causas, porque están por encima
de lo que son las posibilidades humanas reales, pero, en cambio, siempre la
persona tiene opciones para elegir y con las que posicionarse ante la situación
en la que se encuentre, en este caso ante el sufrimiento y ayuda mucho el
cariño de quienes te rodean. Porque lo cierto es que afuera la vida flota libre
y a su aire. Y que nosotros formamos parte de ella, inevitablemente.
La demencia es un
proceso degenerativo progresivo e irreversible que va minando de forma
progresiva las capacidades intelectuales del enfermo; es una enfermedad que
golpea el cerebro del enfermo y el corazón de la familia.
Preciosa, es muy duro reconocer que estamos destruidos por dentro. Me dolió tu dolor ya que entiendo muy bien por lo que estas pasando, y no voy a entrar en detalles, que de ultima no hacen mas que remover la situación que estas viviendo. Se que no es nada fácil para ti, ten Fe y Esperanza que Dios nunca nos abandona. También a mi me conmovió la llamada del jovenzuelo y algo te diré, además de esos lindos sentimientos que tiene en su corta edad, no hay dudas de que te quiere mucho que de alguna manera tu eres importante para él.
ResponderEliminarTe envío un gran saludo con toda la energía que puedo poner en mis oraciones. Una oración para el sufrimiento de tu madre y muchas fuerzas para que tú no decaigas, amiga sé muy fuerte, Rezaré por las dos y todos desde aquí estoy seguro que con muchas dosis de cariño harán los mismo, ojalá te lleguen estas buenas energías llenas de afecto que te brindo y sobretodo amiga, tú no decaigas, recuérdalo. Un abrazo y muchos ánimos. Que Dios te bendiga a tu madre y a ti.
ten paciencia se que decirte esto,no te ayudara pero verte asi no me gusta sabes una madre es una madre,y te entiendo muy bien,cuidala mucho,que no le falte tu cariño, se que estos momentos no son buenos,pero tienes que seguir y tu eres fuerte, rezare por ella y por ti,trankila,ya veras como dios te ayudara,a tener fuerzas
ResponderEliminar¡Joder! Ciertamente es cómo decis, ante una realidad tan irrefutable cómo la perdida de la salud poco podemos hacer. Recibe nuestras oraciones y aliento para que podaís enfrentar este dificil momento .Mi oración para ella mi fortaleza para ti amiga .
ResponderEliminarHoy tú me dejas desarmada porque leyéndote, he revivido de alguna manera la enfermedad de la mía (EPOC), y me he vuelto a ver en aquella sala de espera, con un libro entre las manos y atenta a escuchar por megafonía el nombre de mi madre. Bien por el chico que te llamó, evidentemente tiene mucha valía, esas cosas en medio del dolor reconfortan. Siempre me conmueves, hoy especialmente.
ResponderEliminarAmiga, tienes que tener fuerza para seguir adelante y piensa que Dios esta dentro de cada uno de nosotros para darnos luz y seguir con mas fuerza el camino. que Dios te bendiga.
ResponderEliminarOye hermana, en medio de tu dolor me ha dado mucho orgullo que sea mi hijo el que te haya dado ánimos y te refieras a él con tanto cariño,tú sabes el amor que te tienen mis hijos...y eso es incondicional.Mi hombro está contigo desde siempre y sabes bien que cuando caigas ahí estaremos para levantarte. Nuestros amigos no son capaces de imaginar los planes que teníamos para la semana próxima... pero debemos estar donde el deber nos exige y como para mí tú eres de los seres mas excepcionales que conozco, sé que eres una excelente hija (desde la adolescencia, recuerda tu viaje frustrado...)Cuídate para tí, para tus hijos que son 4 o 5, para la familia y para nosotros tu amigos de siempre. Ánimo pelusa!!!! tú sabes que te queremos mucho.
ResponderEliminarSigue a su lado lo más que puedas pues el día que se vaya la llorarás como yo lo hago ahora leyéndote, pues perdí a la mía hace pocos meses. Ahora, poco a poco, olvido los malos momentos en que la vi sufrir y me quedan los ratos dulces y las risas por sus disparates simpáticos (tenía demencia).
ResponderEliminarte he descubierto en un momento de mi vida en que asisto impotente al estado en que se encuentra mi madre.A la larga lista de dolencias y sus secuelas, se añadió súbitamente una neumonía grave. Ha estado ingresada en un hospital donde los tres hermanos y mi cuñado hemos hecho largos turnos para vigilar su descanso. Su cuerpo pequeño ha adelgazado tanto que estremece. Le han dado el alta y con ella un tratamiento para combatir los grandes dolores que sufre por escaras en su piel. No podemos hacer más que besarla, acariciarla y decirle que la queremos, pero, ¿hasta dónde es suficiente?
ResponderEliminarpuedo entenderte, hace unos dos años que mi madre paso por lo mismo, se que el miedo y la impotencia son normales, yo me sentia asi, pero hay que seguir adelante.
ResponderEliminarGap444am@gmail.com contáctanos por favor damos ayuda y Consejeria gratuita! Estamos orando por ti y tu madre
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ResponderEliminartermine aqui por casualidad.
ResponderEliminary te entiendo perfectamente tu cituacion. describe perfectamente de como me ciento.. como te ayudaste? por que duele mucho.
Si, duel mucho, tanto que te deja devastada. Mi madre murió en julio de 2017, ese último año fue terrible, no puedo ni siquiera explicarte como logré sobrevivir a tanto dolor y tanta impotencia. Cuando murió no te puedo decir como me sentía, era como si yo hubiera muerto con ella. Si dura fue la enfermedad y el perderla, mucho mas duro fue recuperarme porque no podía, sencillamente no podía. Logré ir volviendo a la normalidad muchos meses después con la yuda de mis hijos, mis amigos, me enfraasqué en mi trabajo y comencé a escribir de nuevo muy poco, pero comencé ha hacerlo. En ocasiones escribía cosas tan tristes que jamás las publique. Ahora estoy mejor aunque para serte sincera nunca he vuelto a ser la misma. Pero la vida sigue y hay que seguir luchando. Agreadezco que hayas dedicado tu tiempo a escribirme y leerme. Si quieres podemos seguir en contacto. Mandame tu correo y te ayudaré como pueda, aunque no nos conozcamos y estemos muy lejos, yo extiendo mi mano amiga hacia ti con mucho cariño. Saludos
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