Tus
ojos tiernos y coquetos se clavan en los míos, con esa dulce mirada que se
apodera de mis sentidos, esa mirada impregnada de deseo, cargada de amor. Esos
ojos tuyos que emboban mi actuar y esa boca culpable de mis deseos... la verdad
es que despiertas el morbo en mi y sensaciones muy fuertes.
Con
tu voz me recorres, tierno, y me estremeces, lascivo. Pacientemente, seguro y
determinado en tu objetivo. Hasta que mi ser entero se te entrega transportado
en mi voz descabellada, en voz desenfrenada. Y no existe el tiempo y tampoco
existe el espacio, sólo nosotros y este universo de sentimientos amalgamados y
alados corriendo, desbocados, por las venas infinitas e intemporales de mi universo.
Cada
vez que tu cuerpo se acerca al mío, con cada centímetro que te pegas con esa
mirada provocadora, me pierdo en la coquetería de tu piel y el deseo me invade.
Me pierdo y desarmo, solo con sentir tus manos, El fuego de tu piel arde en la
mía, el fuego de nuestra pasión se apodera de mis sentidos
Tus
besos recorren mi cuello y mis brazos rodean el tuyo. Así abandonada me dejo
hacer deliciosamente mientras me aprieto mucho contra ti y el movimiento de mis
caderas se define en un vaivén sobre tu sexo provocándote, más y más.
Sé
que cuando me has besado mi perfume ha hecho mella en ti, amor, y te ha
provocado una sensación del todo agradable. Las mujeres sabemos de esta magia,
y entonces solemos esconder aromas sorpresivos en muchos rincones de nuestra
geografía femenina, como tesoros que hubieras de explorar, encontrar y
conquistar. Uhmmmm, besas muy bien, Estamos de pie, acariciándonos ya y
sintiéndonos los cuerpos bajo las manos. Estamos enfrentados, deseándonos,
notando como la piel y el deseo se van calentando. Los ojos hablan por
nosotros.
Me separo sonriendo y te pido que prepares algo de tomar. A los pocos minutos notas el calor de mis labios detrás de tu oído. Al contacto de
mis labios reaccionas con un pequeño respingo, giras la cabeza buscando mi
boca. Notas mi desnudes, sonreímos… me abrazas con ternura, tus manos me
acarician suavemente y escuchas en tu oído un ligero susurro “siénteme, no
puedo fingir... ámame... sabes que no te vas a arrepentir”. Te siento estremecer y delicadamente
rozas con tus labios carnosos los míos, retirándolos enseguida. Nos volvemos a
mirar a los ojos.
De
nuevo buscas con tus labios mi boca, apretándote en un largo beso. Las manos
siguen el lenguaje de nuestros besos. Noto por tu boca como tu respiración se
empieza acelerar mientras mis dedos acarician tu espalda y sin retirar mi boca
de la tuya tus ropas comienzan a desaparecer. Nuestros corazones empiezan a
latir con más fuerza.
Nos
separamos, me tomas de la mano y comienzas a guiarme a nuestra cama. Te sonrío
con complicidad y te sigo. Me dejo caer sobre la cama y de nuevo siento el
calor del contacto con tu piel. Tu vientre se restriega por mi vientre. Tu boca
baja despacio y tus manos se aferran a mis pechos para después besarlos
lentamente. Tu boca llega al estomago y se deleita a la altura de mi ombligo.
Mis manos acarician tu pelo. Tus labios siguen bajando, mis músculos se mueven.
Mi vientre vibra mientras tus manos separan mis piernas y hundes tu boca en mi
ingle.
Aspiras
mi olor antes que mi sabor, navegas mi aroma y después me bebes toda,
saciándote de esa sencilla gota de efluvio mío que ahora está ya navegando como
barco perdido tu dulce lengua. Mientras tu boca sorbe todo mi sexo, cierro los
ojos… ya no puedo controlarme… un intenso calor se concentra en mi vientre y el
orgasmo que me llega... y que no puedo más... y me invade un destello de
placer... siento que las estrellas están más cerca...El calor se extiende por
mi cuerpo como una feroz ola y comienzo a convulsionarme de placer, mis piernas
tiemblan y exploto en un largo orgasmo... Sigo sintiendo espasmos… Te retiras y
te colocas entre mis piernas mientras me besas, siento mi sabor en tu boca.
Empiezo
a notar como tu sexo avanza despacio pero sin pausa por mi vagina, hasta el
fondo para luego retirarlo despacio casi todo, sin dejar de mirarnos a los
ojos, para después con un golpe seco entrar de nuevo… lanzo un pequeño
gemido... cuando empiezas a entrar y salir de mi sexo.
Todos
mis pensamientos cesan cuando te siento invadiendo mi tibio sendero del amor..
Nada más tengo que decir cuando tu miembro invasor inicia su rítmico ritual de
placer..Me voy abandonando lentamente al goce de mis sensaciones hasta sentirme
llevada por una ola de placer, que anuncia explotar en un estallido sensacional.
Mis gemidos involuntarios anuncian el pronto clímax que ya se aproxima
rápidamente. Buscas la postura más cómoda para que el tronco de tu sexo
acaricie mi clítoris en cada embestida.
El
fuerte viento consigue entrar por las persianas demostrándonos que hay una
fuerte tormenta afuera, pero no creo que sea mayor que la que tenemos en
nuestra habitación. Te mueves más rápido. Las respiraciones se convierten en
gemidos. Al unísono nuestros cuerpos revientan en un aluvión de sensaciones que
acaban por explotar como el agua que revienta una presa.
¿Existe
el paraíso? No hay duda, está en la cárcel de tus besos, en el nudo de tu
abrazo, que lejos de atar, libera. Eres mi ángel tierno, mi corazón recompuesto,
mi alma dulce, mi refugio permanente, mi lado bueno, mi escondite perfecto, mi
meta soñada...
Waooo!!!! me encantó, amiga.
ResponderEliminarMi encantadora amiga, te digo una vez más que sigue siendo un placer inmenso leerte, tus palabras despiertan tantas emociones y en ocasiones remueven los recuerdos. Cuidate mucho linda y no nos abandones, dile a Cary que mantenga la PC funcionando para el placer de todos. Ya ves que hasta una escritora encantadora (a mi me encanta esa mujer) como Celia Gómez ha visitado este sitio.
ResponderEliminarSoñar contigo es anhelar un mundo de dulzura solo para nosotros en el que mi corazón es tuyo y tu placer es mio, es intentar alcanzar tu amor para dejar de ser mortal. Si me dejas el roce de tus labios en una habitación oscura, si me dejas una caricia olvidada en tu cuerpo, si me dejas un susurro diciendo te amo, si me dejas… bailo contigo nuestra canción de pasión contorneando nuestros cuerpos en la dulzura que nos sugiere el deseo y las ganas de sentir placer amándonos hasta morir.
ResponderEliminarComo tú dices ese paraíso es perfecto y pensar que está al alcance de todos los que saben amar...Me gustó mucho realmente.
ResponderEliminarQuerido Peter, te prometo a ti y a todos nuestros amigos del blog que estaré al tanto de la PC de Rosabel, aunque me quede sin neuronas para cocinar jajajaja.