Hace
unos días, alguien a quien tengo por una persona inteligente le escuché decir
que escribir escenas eróticas era “falta de sexo o necesidad de buen sexo”. Es
realmente decepcionante escuchar algo tan estúpido y tan lejos de la verdad de
boca de alguien inteligente. Es real que los tabúes nos aprisionan y no nos
dejan volar en libertad. Porque implícito o explícito, el sexo está siempre
presente en la literatura. Muchos escritores lo sugieren, otros lo detallan,
algunos pasan sobre él de puntillas y no faltan quienes lo consideran un
elemento crucial en sus novelas. El erotismo es la vida de
nuestro cuerpo, en lo inherente a la sexualidad, como también de nuestro
pensamiento y todo lo que es espiritual, es dejarse fluir, comunicarse, hablar,
asumiendo la responsabilidad y el placer de ser.
El
erotismo es signo de un deseo inteligente. Se trata de un concepto y una
práctica de orden creativo dados en la persona por la pasión sexual, pasión
civilizada mediante el rito de la belleza y el misterio de la atracción. En
realidad, puede decirse que no hay amor sin erotismo. Pero también puede
decirse que hay erotismo basado en la danza que entraña y proyecta ese misterio
profundo de los cuerpos. La escritora Celia Gómez Ramos, autora de Sin dios y sin diablo en una entrevista
dijo: "El erotismo me hace una ciudadana más feliz y más
equilibrada", y comentó que "escribir sobre erotismo provoca una
sensación de liberación”.
Estoy
de acuerdo con ella provoca una sensación de liberación. Escribir erótica fue todo
un desafío para mí, se que muchos disfrutan mis historias y algunos dejan sus
comentarios en el blog. Abordar el erotismo me parece una necesidad natural de
los seres humanos. Hay quienes tienden a abordarlo de una manera cursi y otros
por el contrario, grotesca.
Cuando
escribimos literatura erótica somos capaces de elevarnos a alturas insospechadas
de nuestro intelecto. Se trata de narrar con lucidez los meandros de la
intimidad, con la intención de despertar en el lector una inexorable pasión
sexual. El cuerpo humano es sensible a las palabras y, por eso, la literatura
lo afecta. Puede asustarlo, puede hacerlo llorar y puede excitarlo.
¿A
quién no le gusta el sexo? Y es porque produce un placer que no se puede
describir y porque luego del sexo llega un momento de mar calmo, de relajamiento
que permite un descanso al alma que acaba de pasar por una vorágine de excesos
del corazón, de la imaginación y los placeres. El hombre es el único animal que
ama y recrea en la palabra la emoción, la vivencia y la ternura del amor. Donde
hay amor, hay deseo, y donde hay deseo, hay erotismo.
Cada
relato erótico es como una caja donde el autor ha encerrado sus energías más potentes
con las que tiñe todo con un manto de deseo. Enciende la mecha para que el
fuego arda, pero lo hace lentamente como para que el deseo crezca, se inflame y
luego fulgure. Es una insinuación dulce y sugerente del placer sexual, visual y
estético. La palabra burda, soez y explícita está ausente, porque de existir
sería pornografía.
Lo
importante a mi entender de las escenas eróticas es lograr trasmitir sensualidad,
amor, pasión, romance porque el deseo ardiente nace de un amor ardiente. Y
plasmar eso es el mayor desafío de todos. El sexo siempre despierta curiosidad,
muchos buscan elixires o alimentos afrodisíacos, posiciones nuevas, kamasutras,
pero los entendidos del tema aseguran que aún hoy en pleno siglo XXI el más
potente afrodisíaco del mundo, afortunadamente, sigue siendo el amor y yo lo
creo firmemente.
La
llegada de las nuevas tecnologías ha supuesto un incremento de la actividad de
la literatura erótica, que está de moda. En Internet es fácil encontrar sitios
web donde se recopilan relatos, muchos de calidad y duración variable. El
anonimato facilita la escritura y difusión de textos que podrían estar
inspirados en la realidad o simplemente satisfacen la imaginación y creatividad
del narrador. Por lo general, se trata de escritos cortos y fuerte contenido
sexual, muy explícito, aunque no existe una norma o tendencia prefijada.
Somos
muchas las mujeres que escribimos erótica. La mujer de hoy, vive, siente, y no
teme contar intimidades propias y fantasías en blogs como este o en libros. Cuando
escribimos volcamos vivencias nuestras o ajenas porque el amor es algo que
siempre espera a la vuelta de cualquier esquina. La erótica, la sugerente, la
que roza la piel y provoca sensibilidad, nacen de entre el alma y el cuerpo. Hay
quienes hacen diferencias entre la erótica escrita por hombres y mujeres, pero
el erotismo, salga de la pluma de un hombre o una mujer, busca la insinuación,
el juego. Para mí, lo burdo y directo, lo soez, es pornografía, salga de la
mano que salga.
Como
mujer poder expresarnos sobre estos temas de amores apasionados o como vivimos nuestra
sexualidad, nos abre una puerta a ser personas libres... en pensamiento y
cuerpo. Algo que en otras épocas era muy mal visto. En algún lugar leí la frase
"La carne contra la carne produce un perfume…" Eso es erotismo puro.
Un texto cargado de erotismo da al lector un apoyo para promover sus propias
fantasías que afloran en la medida en que esas sugerencias y movimientos del
relato lo vayan seduciendo.
El
erotismo es parte de la vida y además es uno de los placeres que ésta nos
regala. Es una forma de expresión que muestra algo tan simple y natural como es
el mundo de las sensaciones... Cierto es que cada uno lo expresa de un modo... y
hay tantas formas distintas como personas... no hay sexos hay universos que
sienten la vida, de mil maneras diferentes.
El
ensayista, novelista y crítico francés de arte Sarane Alexandrian, en el prólogo
de su libro Historia de la literatura erótica dice “La pornografía es la descripción
pura y simple de los placeres carnales; el erotismo es la misma descripción
revalorizada, en función de una idea del amor o de la vida social. Todo aquello
que es erótico es necesariamente pornográfico por añadidura. Es mucho más
importante distinguir entre lo erótico y lo obsceno. En este caso se considera
que erotismo es todo aquello que vuelve la carne deseable, la muestra en su
esplendor o florecimiento, inspira una impresión de salud, de belleza, de juego
placentero; mientras que la obscenidad devalúa la carne, que así se asocia con
la suciedad, las imperfecciones, los chistes escatológicos, las palabras sucias.”
Es
difícil escribir ficción erótica porque el erotismo como experiencia humana
tiene una interpretación personal de acuerdo a preferencias sexuales, género y
bagaje cultural. Lo que puede resultar excitante para unos puede ser considerado
soez para otros. Por eso alguien dijo que escribir escenas eróticas es como
jugar al juego de naipes siete y medio, si te quedas corto pierdes y si te pasas
también pierdes.
Escribir
erótica para mí al igual que para muchos es todo un reto. Implicar el morbo en
el lenguaje literario no es fácil si quieres huir de vulgarismos, sobre todo al
referirnos a la expresión del cuerpo humano. He leído mucho sobre el género y toparme
con escenas excesivamente abruptas de lenguaje vulgar me desagrada, por eso me
cuido mucho de ello en mis textos. En cada historia hay vivencias, fantasías y
anécdotas me que regalan muchas personas que me enriquecen en el arte de
escribir. El sexo y el erotismo son ley de vida, está inmerso en la persona y
si estás enamorado esa sensibilidad erótica fluye.
En
el relato hay cosas difíciles además de cuidarme de lo vulgar, tengo que tener
en cuenta otras muchas cosas. Por que sí, tengo una historia más o menos
hilvanada, pero ¿cómo la cuento? Entonces me decido, poco a poco, poniendo
palabra tras palabra. Con ritmo, como en las canciones. Puede ser pausado,
lento, con situaciones y escenarios descritos con detalle. O rápido, electrizante,
sin que te deje respirar. Puedo combinarlos, ritmos lentos se consiguen con
frases largas, palabras masticadas, preñadas de sentimentalismo y profundidad;
ritmos rápidos aparecen con diálogos cortantes, acciones furiosas, un devenir
continuo mareantes subidas y bajadas, como en una montaña rusa.
Indudablemente
no se puede escribir de algo si no se conoce. Así que decididamente escribir
erotismo no es falta de sexo, ni es necesitar buen sexo… es mucho pero que
mucho más. En lo erótico, sea cual sea el tratamiento estilístico que le demos,
por explícito y anatómico que sea, hay subtexto, sutileza, travesura, inteligencia.
Es hacer el amor con palabras expresando la pasión que se siente. El erotismo,
es seducción y lo que yace en el fondo del género, es una enorme carga de
malicia, dotada de una alegoría y metáfora del placer.
Siempre
he dicho que me gusta escribirle al amor y lo seguiré haciendo, al igual que
seguiré escribiendo escenas eróticas a pesar de lo que algunas mentes puedan
pensar. Hacerlo posee algo de extraño y embriagador del orden de lo prohibido
que a todos nos seduce. Sé de algunos temores y algunos gustos, cosas que no
saco y guardo... Esta es una forma como me descubro, plasmando mis ángeles y
mis demonios. Bienvenidos a mi mundo lleno de complicaciones, pero también de alegrías
y placeres.
Hola preciosa, es así. La verdad es que la erótica tiene muchos campos, y con todo, no es lo mismo escribir escenas de sexo en periodo histórico (para los que escriben esas novelas) que en contemporánea, por ejemplo. El uso del lenguaje, los convencionalismos por muy liberales que fuesen, son distintos. De todas formas, me gusta el apunte que haces sobre la pasión y que el amor es básicamente hoy en día el mayor de los afrodisíacos. Yo creo que el erotismo puede salir de una mano masculina o femenina, la única precondición, para mí aclaro, es que sea sutil, no vulgar. Es lo más difícil de lograr y tu lo haces.
ResponderEliminarYo como hombre, no te leo por ser mujer, te leo, porque tu forma de expresar los sentimientos me calan, me cautivan, me impresionan... Y estoy seguro que prácticamente todos los que volvemos una y otra vez a leerte, es por algo muy parecido...
Fantástica entrada.
Mira amiga, esa persona que dijo que erotismo era “falta de sexo o necesidad de buen sexo” posiblemente sea quien tenga ese problema, tu dices que es una persona inteligente, yo lo dudo, poruqe muchas personas escriben hoy literatura erotica, sobre todo mujeres, eso esta de moda, acaso ¿todas tienen falta de sexo o necesidad de buen sexo? XD. hay que ser idiota para pensar eso.
ResponderEliminaren cuanto a otro aspecto, es verdad que no es lo mismo erotismo que pornografía, el erotismo es la sensualidad hecha belleza, la atracción, en cambio, la pornografía es íntegra sexualidad. A mí me encantan los temas eróticos porque son bellos, delicados, suaves, cosa distinta de la pornografía.
El erotismo es parte de la vida, las sensaciones de ese placer nos hace ser más felices, disfrutar de la capacidad que tenemos, para poder descubrir esos placeres. Dicen que el erotismo es patrimonio del intelecto, y asi lo entiendo porque hay que poner esa parte de juego, insinuación, picardía… ¿No nos hemos sentido alguna vez atraídos por algo tan inocente como una mirada, o un ligero roce entre dos manos? Eso también es erotismo. La mujer fue históricamente postergada en el aspecto del goce y el erotismo y es mucho el terreno que le queda por ganar, aunque ha habido avances significativos en los últimos años.
ResponderEliminarVengo y vuelvo a andar caminos de tu erotismo y de tu decir sobre él... y me quedo y exploro tu lugar como un niño en una dulcería.
Gracias por dejarlo para nosotros
Interesante el reto que se asume cuando se decide por este interesante género tan trillado ahora y en algunos casos trabajado con menor calidad de la que se requeriría. interesante tu reflexión. soy gran fan tuya me encanta tu estilo, ese erotismo que utilizas, es hermoso, ya dije que me encantas,
ResponderEliminarTe sigo.
En lo que puedo discrepar un poco, es en la seguridad en que parece que ya es cierto, que la mujer puede escribir sin miedo... Se puede decir, si se vive en algunos lugares, porque desgraciadamente conozco casos, que si los maridos o compañeros, se enteran de lo que hacen sus mujeres... mejor no seguir. Todavia queda mucho, mucho que hacer, y mucho que luchar.
ResponderEliminarY creeme, que quizá sin saberlo, tu estas aportando ese granito de arena que tanto hace falta.
El erotismo es fundamental. Yo quisiera ser más erótica de lo que ya soy aunque supongo que con eso no sólo se nace, sino que también se aprende. Todos/as si nos lo proponemos podemos ser eroticos/as. El erotismo enriquece el amor y la vida de la pareja, claro que sí.
ResponderEliminary dónde os dejáis la fantasía?... con la de cosas que a mí se me ocurren...jeje… imaginación al poder!!!
ResponderEliminarEl erotismo es algo que se suele asociar al amor, pero son cosas distintas. Diríase que el erotismo es la sal del amor. Un amor erótico puede llegar a ser casi divino. Y jugar con el erotismo es del todo legal. No hay por qué eliminarlo de nuestros propósitos. Y si además uno tiene el don de hacer erotismo con la pluma (la de escribir, se entiende) pues mucho mejor. Y respecto al sexo de los creadores eróticos, diré que no importa. He leído textos eróticos muy apetecible firmados por hombres o por mujeres.
ResponderEliminarLos tuyos me gustan mucho así que me alegro sobremanera que los sigas escribiendo, no hay que hacer caso delas mentes obtusas.
Tus angeles y tus demonios me encantan. Todo lo que has dicho es mera verdad.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo completamente contigo, no es lo mismo pornografía que erotismo sea escrito por cualquier sexo,pero además considero que aquellos que amamos el sexo a plenitud y sin aberraciones, cuando se le agrega erotismo es una mezcla maravillosa, es una sensación de bienestar y satisfacción inconfundible...Como dice Rolo, el erotismo es la sal del amor y con su presencia las parejas son mas afortunadas y felices extasiadas en amarse intensamente.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu entrada. Un abrazo grande. Celia Gómez Ramos.
ResponderEliminarMuy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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