Saber
decir NO, es vital en nuestras vidas, ya que esto nos puede evitar problemas y
hasta conflictos de sentimientos. Aunque nos parezca difícil un No muchas veces
es lo mejor ya que las circunstancias nos pueden llevar a situaciones donde
hagamos algo que realmente no queremos o simplemente no podemos. Lo peor de no
saber decir “no” es que después tenemos que afrontar las consecuencias de vivir
situaciones que no deseábamos.
Es
importante reconocer cuál es nuestra necesidad o deseo, y decidir si estás
dispuesto a ceder a los deseos de otro. También en ocasiones decir “no” significa
poner atención a nuestras propias necesidades y atenderlas. De hecho, eso es
señal de buena autoestima y no de egoísmo (como a veces pensamos) porque en
realidad no lo es, si sabemos cuándo queremos ceder y cuándo no.
Es
necesario tratar a las personas como cada uno se lo merece, para evitar que se
confundan y caigan en el abuso de la buena voluntad. Siempre debemos de expresar
lo que sentimos y ser firmes en nuestras respuestas. Si establecemos límites y
expresamos lo que no nos gustas o lo que no admitimos, es muy probable que no
tengamos que hacerlo una segunda vez.
Algunas
personas sufren cada vez que se han de negar a algo, ya sea por miedo a
defraudar las expectativas de otros, por temor a no dar “la talla” o a no saber
argumentar su negativa. En definitiva, se trata del miedo a no ser valorados y
queridos. Nuestra necesidad de ser valorados, atendidos y tenidos en cuenta,
puede llevarnos a mostrar una constante disponibilidad a todo y esto al final nos
sume en una dependencia no sólo de los demás sino que dejamos de ejercer
nuestro derecho a decir “no”. Esa dependencia dificulta nuestra evolución
personal, dinamita nuestra autoestima y nuestro tiempo.
No
hace falta inventar excusas para decir “no” ya que no estaríamos expresando lo
que sentimos. No podemos hacer las cosas por compromiso porque entonces dejamos
de ser dueños de nuestro tiempo y nuestros verdaderos deseos. Tampoco podemos
intentar razonar con los demás cuando quieren que hagamos algo porque no
siempre funciona, ya que por cada argumento que uno expone siempre habrá un
argumento opuesto. Hay que saber establecer límites para evitar en determinado
momento que nos saquen de quicio y explotar de ira.
Esas
personas les es prácticamente imposible decir “no” y viven su vida resolviendo
las necesidades de otros están todo el tiempo anulándose a sí mismos y a sus
propias necesidades y deseos. Lo cierto es que aprender a decir “no” es una
necesidad a nivel emocional fundada en la autoestima puesto que en la medida en
que te atreves a decir que “no” a los demás, también te sientes más libre. Es
decir, potencias tu capacidad de elección.
La
persona que nunca dice que “no” es un sujeto con magníficos atributos personales:
puntual, disciplinado, cumplidor, confiable, obediente, permeable a la crítica
y a la presión del grupo, etc. Por supuesto, también goza del respeto y la
consideración de los compañeros de trabajo, de familiares y amigos. Entre sus
características se encuentra la incapacidad para evitar que sobre sí mismo se
multipliquen las responsabilidades y obligaciones. En otras palabras se convierte
en “el hombre/mujer orquesta”.
Aprender
a decir “no”, nos aliviará muchas situaciones difíciles que se nos han de
presentar en la vida. Esta pequeña y simple palabra, NO, conlleva consigo
positividad ya que te evitará muchas veces pasar malos ratos.
Pero,
“el hombre/mujer orquesta” diluye su vida en incontables obligaciones, que
demandan determinada cantidad de energía física y mental y la mayor parte de su
tiempo. Esto conlleva a agotamiento y en muchas ocasiones a pensar que tiene
alguna enfermedad física, causante de su decaimiento y la somnolencia durante
el día. En realidad lo que necesita es aprender a decir “no”, como mecanismo
defensivo para evitar el exceso de responsabilidades y tareas. Por decir NO
alguna que otra vez, el mundo no se detendrá. Y al día siguiente, el sol
volverá a brillar para todos.
Así
que amigos, recuerden que “no” es “no” y hay una sola manera de decirlo: NO.
Sin admiración, sin interrogantes, ni puntos suspensivos. Es corto, rápido,
monocorde, sobrio y escueto. Un “no” que necesita de explicaciones justificadoras,
no es realmente “no”. Un NO simple pero firme no deja puertas abiertas ni
entrampa con esperanzas, aunque el otro y el mundo se pongan patas arriba. Cuando
la negativa es escueta simplemente se mirará a los ojos del otro y el NO se
descolgará naturalmente de los labios. La voz del NO, no es trémula, vacilante,
ni agresiva, pero no deja lugar a dudas. Ese No, no es una negación del pasado,
es una corrección al futuro. Y sólo quien sabe decir No, puede decir Si.
Realmente
a veces cuesta o "da pena" decir que no, pero a veces uno se evita muchas
complicaciones con solo decir esa palabra. No se puede andar por la vida
tratando de agradar a todo el mundo y después vivir situaciones que te hagan
sentir mal. Por eso, tengo como norma que si lo que me piden que haga o diga es
algo que realmente quiero, o se ajusta a mis prioridades y capacidades ¡perfecto!
sino, guste o no y sea quién sea, si tengo que decir NO lo hago y ya está. ¡Sin
remordimientos!
Realmente a mi me da mucha pena decir que no, y por eso me pasa como tu dices termino haciendo cosas que no quiero sólo por pena y después me siento fatal. Me han ocurrido tantas cosas desagradables por eso que ahora hago y digo lo que realmentye quiero y no me importa a quien le guste y a quien no.
ResponderEliminarAmiga eso es verdad, pq yo no es q le diga q si a todo pero a veces x pena lo he hecho y me he metido en tremendos lios.
ResponderEliminarTienes toda la razón, así es como debe ser, sin embargo yo también conozco personas que queriendo decir SI dicen NO. ¿Qué tu crees? Cuídate mucho
ResponderEliminarJajaja... mi problema es justamente otro: de áspera que soy, digo muchas veces NO cuando debía de ser más amable.
ResponderEliminar¡Perfecto linda!, por eso me encantas, por lo que he leido de ti tengo la impresión de que eres de esas personas que no anda con paños tibios como dice la gente y eso me gusta. es muy cierto que hay que saber decir que no. Cuidate, un beso.
ResponderEliminarBueno a ti no tengo como engañarte , tu sabes que a veces no tengo tiempo para mi y sin embargo no me gusta decir no a los demas y luego quedo inconforme conmigo misma. Prometo que trataré de pensar primero en mi y luego en los demas sin dejar de ser amable.
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