Las amigas son personas que eliges por afinidad, las seleccionas por tener muchos aspectos en común contigo, como formas de pensar y estilos de vida. Según los psicólogos las amigas pasan a ser un sistema de apoyo emocional importante, de tal forma que son las primeras personas a las que buscas cuando necesitas ayuda o un consejo, cuando quieres divertirte o para meditar acerca de la vida, y hasta para aliviar los pesares al disfrutar una taza de café.
Como reza una frase popular: “Con las amigas se dividen las penas y se multiplican las alegrías”. En este sentido, los beneficios de tener amistades certeras y duraderas van desde compartir y aprender a cooperar, hasta tener consuelo en etapas difíciles en las cuales sólo ellas saben cómo acercarse y hacer uso de la empatía existente entre ambas. Las amigas son un regalo que te haces a ti misma y valen mucho, valen en cariño lo que el oro entre los metales.
Muchos se preguntan: ¿Por qué es tan preciada la amistad? La respuesta es bien simple, porque es la relación que está situada al margen de los vínculos biológicos, es decir, que no está condicionada por lazos familiares. Se trata de una relación que no tiene una función preestablecida, que es indeterminada y por lo tanto, es un espacio social de libertad por excelencia. Es, sobre todo, un ideal que depositamos en otro, del que esperamos identidad, semejanza y reciprocidad.
Para las mujeres es esencial tener amigas, al menos una, porque para nosotras es básico poder expresar las emociones y vivencias de manera verbal y nadie como una amiga para escucharlas con paciencia. Cuando son verdaderas son incondicionales y eso es imprescindible para que te sientas amada y aceptada. El apoyo emocional que necesitamos lo recibimos de esa o esas amistades, en especial en momentos de crisis y sólo ellas entienden los cambios químicos de tu organismo que suelen afectarte. Siempre te dirán la verdad, aunque duela. Te acompañan en tu dolor, te regañan pero con la comprensión que solo alguien muy parecido a ti puede tener. Te dan equilibrio cuando te vas por los excesos y, en especial, te brindan el soporte emocional y el complemento que muchas veces no encuentras en tu propia familia.
Las amigas, las buenas amigas, esas incondicionales... no te abandonan nunca. Da igual las manías que tengas o lo que te tengan que aguantar (también te toca a ti aguantar lo suyo), ellas están en nuestras vidas siempre, para darnos un abrazo cuando hace falta, animarnos cuando no dejamos de llorar, sacarnos a la calle cuando nos queremos quedar encerradas, incluso para echarnos alguna pequeña bronca (lo sé por experiencia) cuando algo de lo que hacemos nos está haciendo daño y no lo vemos por nosotras mismas.
Hace algún tiempo, un día que para mí no había sido nada bueno, mi gran amiga me abrazó con tanta fuerza y cariño, que en aquel abrazo sentí de manera increíble lo que me quería decir de una forma tan clara como si lo hubiera murmurado muy cerca de mi oído. En ese instante me acordé de todas las cosas que había compartido con ella desde que nos conocimos. Cuántos momentos vividos, algunos desencuentros también, cuántas cosas nos hemos contado, incluso cosas que nadie más sabe, cuántas lágrimas compartidas, cuántas risas atronadoras. Confirmé en ese momento el cariño que siento por ella. Creo que nunca habría podido ser la misma persona, sin mis amigos, pero sobre todo sin mis amigas, las que se fueron, pero dejaron algo en mí en su momento, y las que permanecen y permanecerán toda mi vida.
Hace poco leí la frase: "Una mujer sin amigas es como un barco a la deriva, una mujer sin marido sigue siendo una mujer”. Al terminar de leerla pensé que es cierto porque las mujeres podemos perder el amor de un hombre y sobrevivir aunque nos cause mucho sufrimiento, pero sin amigas… no podemos hacerlo.
Y es que en la vida, aunque parezca raro, las mujeres no podemos vivir sin esa compañía femenina que a veces nos entiende y otras no, pero que igual cumplen un rol valioso en nuestra existencia, esas personas tan especiales a las que llamamos AMIGAS. Esa o esas mujeres que hacen nuestro día a día mucho más llevadero, esa persona que muchas veces sin proponérselo es, además de tu amiga, tu hermana, tu cómplice, tu consuelo, tu compinche, tu soporte, tu confidente, tu paño de lágrimas, y muchos etc’s más.
Meditaba sobre la importancia de tener amigas, y sobretodo en la necesidad que adquirimos las mujeres a lo largo de los años, en tenerla y conservarla. Esa amiga que te sigue la corriente cuando inventas algo sin tener ella la más mínima idea de lo que estás hablando pero lo disimula muy bien, te perdona aunque la hayas lastimado con algo que dijiste o hiciste, vuelve a esperarte aún cuando la has dejado plantada en más de una ocasión, te "tapa" lo necesario para sacarte de apuros, te consuela cuando te han roto el corazón y quiere matar a quien lo hizo, seca tus lágrimas cuando sientes que la vida no es justa contigo, se toma una botella de bebida contigo solo para "ahogar las penas" y desahogar las lágrimas que te inundan en ese momento, comparte contigo sus mejores aventuras amorosas y te cuenta (y escucha) hasta el más mínimo detalle, se va de juerga contigo hasta el amanecer sin tener un motivo en especial, puede vivir junto a ti una aventura inolvidable y nunca contará los pormenores, sabe de todos tus amores y aunque la maten nunca hablará, hasta en los peores momentos es capaz de contar un chiste, te dice que pares cuando debes hacerlo, no entiende que a veces quieres estar sola y te sigue a todas partes, te da consejos y no le haces caso sabiendo que lo que te dice es lo que debes hacer, te cuenta sus sentimientos que muchas veces coinciden con los tuyos, te invita a pasear o a tomarte una cerveza porque sabe que no tienes dinero, está a tu lado cuando necesitas un hombro para llorar, cuando tienes un gran problema aunque no pueda resolverlo, es tu confidente sabe todo de ti y tú todo de ella, en el peor momento de tu vida está a tu lado aunque no sepa qué hacer para consolarte, te abraza sin razón alguna solo porque lo siente. Esa (s) otra mujer tiene un valor incalculable en nuestra vida, en nuestro equilibrio emocional.
Es posible que una sola amiga tenga un poco de cada cosa nombrada, de lo bueno y también de lo malo, lo importante es que es mujer igual que tú, con virtudes y defectos que equilibrados te ayudan a soportar las vicisitudes de la vida, a hacer más llevadero lo pesado y a tirar a la espalda lo malo que pueda pasarte. Precisamente por ser mujer siempre te entenderá mejor porque tal vez ella pasa o ha pasado por lo mismo.
Resulta gratificante y un privilegio poder tener verdaderas amigas, siempre las sientes próximas afectivamente y te permiten comprender que no estas sola, son las hermanas que escogemos. Yo me siento afortunada porque la vida me ha brindado la oportunidad de tener esa hermana escogida. Desde que nos conocimos entre nosotros nació un afecto casi instantáneo y poco a poco se convirtió en mi amiga, en mi confidente, y muchas veces en mi consejera, es de esas mujeres que te ayudan a razonar cuando todo parece irse al demonio aportando una mirada crítica y objetiva. Es inteligente, con un gran sentido del humor y con valores sólidos. Conocemos cosas una de la otra que nadie más sabe ni se imaginan, hemos hechos locuras juntas y siempre nos divertimos mucho, a veces con solo intercambiar miradas sabemos lo que la otra quiere o piensa, no hay día que no hablemos, nuestra amistad es genial y dudo que vuelva a encontrar a alguien más como ella. Nunca fui una persona propensa a tener muchas amigas, de hecho casi toda mi vida he preferido tener cierto grado de amistad con hombres porque son más sencillos en muchas cosas. Ojala a Cary y a mi la vida nunca nos juegue una mala pasada, y nos veamos en una encrucijada donde sea nuestra amistad la que sufra las consecuencias. Si ocurriera algo así, tendremos que ser capaces de mantener la sangre fría para resolverlo, sin dañarnos y no permitir que nada nos separe. No somos perfectas pero la armonía y casi perfección que hay en nuestra amistad sería muy doloroso si se perdiera.
Las amigas incondicionales. Esas compañeras de la vida hay que cuidarlas mucho. ¿Tú te atreves a pensar cómo sería tu mundo sin amigas así? Mejor no lo pongas en práctica nunca y piensa en todo lo que has conseguido, descubierto, compartido y vivido, gracias a ese tipo de personas que se pueden llamar AMIGAS.
Como reza una frase popular: “Con las amigas se dividen las penas y se multiplican las alegrías”. En este sentido, los beneficios de tener amistades certeras y duraderas van desde compartir y aprender a cooperar, hasta tener consuelo en etapas difíciles en las cuales sólo ellas saben cómo acercarse y hacer uso de la empatía existente entre ambas. Las amigas son un regalo que te haces a ti misma y valen mucho, valen en cariño lo que el oro entre los metales.
Muchos se preguntan: ¿Por qué es tan preciada la amistad? La respuesta es bien simple, porque es la relación que está situada al margen de los vínculos biológicos, es decir, que no está condicionada por lazos familiares. Se trata de una relación que no tiene una función preestablecida, que es indeterminada y por lo tanto, es un espacio social de libertad por excelencia. Es, sobre todo, un ideal que depositamos en otro, del que esperamos identidad, semejanza y reciprocidad.
Para las mujeres es esencial tener amigas, al menos una, porque para nosotras es básico poder expresar las emociones y vivencias de manera verbal y nadie como una amiga para escucharlas con paciencia. Cuando son verdaderas son incondicionales y eso es imprescindible para que te sientas amada y aceptada. El apoyo emocional que necesitamos lo recibimos de esa o esas amistades, en especial en momentos de crisis y sólo ellas entienden los cambios químicos de tu organismo que suelen afectarte. Siempre te dirán la verdad, aunque duela. Te acompañan en tu dolor, te regañan pero con la comprensión que solo alguien muy parecido a ti puede tener. Te dan equilibrio cuando te vas por los excesos y, en especial, te brindan el soporte emocional y el complemento que muchas veces no encuentras en tu propia familia.
Las amigas, las buenas amigas, esas incondicionales... no te abandonan nunca. Da igual las manías que tengas o lo que te tengan que aguantar (también te toca a ti aguantar lo suyo), ellas están en nuestras vidas siempre, para darnos un abrazo cuando hace falta, animarnos cuando no dejamos de llorar, sacarnos a la calle cuando nos queremos quedar encerradas, incluso para echarnos alguna pequeña bronca (lo sé por experiencia) cuando algo de lo que hacemos nos está haciendo daño y no lo vemos por nosotras mismas.
Hace algún tiempo, un día que para mí no había sido nada bueno, mi gran amiga me abrazó con tanta fuerza y cariño, que en aquel abrazo sentí de manera increíble lo que me quería decir de una forma tan clara como si lo hubiera murmurado muy cerca de mi oído. En ese instante me acordé de todas las cosas que había compartido con ella desde que nos conocimos. Cuántos momentos vividos, algunos desencuentros también, cuántas cosas nos hemos contado, incluso cosas que nadie más sabe, cuántas lágrimas compartidas, cuántas risas atronadoras. Confirmé en ese momento el cariño que siento por ella. Creo que nunca habría podido ser la misma persona, sin mis amigos, pero sobre todo sin mis amigas, las que se fueron, pero dejaron algo en mí en su momento, y las que permanecen y permanecerán toda mi vida.
Hace poco leí la frase: "Una mujer sin amigas es como un barco a la deriva, una mujer sin marido sigue siendo una mujer”. Al terminar de leerla pensé que es cierto porque las mujeres podemos perder el amor de un hombre y sobrevivir aunque nos cause mucho sufrimiento, pero sin amigas… no podemos hacerlo.
Y es que en la vida, aunque parezca raro, las mujeres no podemos vivir sin esa compañía femenina que a veces nos entiende y otras no, pero que igual cumplen un rol valioso en nuestra existencia, esas personas tan especiales a las que llamamos AMIGAS. Esa o esas mujeres que hacen nuestro día a día mucho más llevadero, esa persona que muchas veces sin proponérselo es, además de tu amiga, tu hermana, tu cómplice, tu consuelo, tu compinche, tu soporte, tu confidente, tu paño de lágrimas, y muchos etc’s más.
Meditaba sobre la importancia de tener amigas, y sobretodo en la necesidad que adquirimos las mujeres a lo largo de los años, en tenerla y conservarla. Esa amiga que te sigue la corriente cuando inventas algo sin tener ella la más mínima idea de lo que estás hablando pero lo disimula muy bien, te perdona aunque la hayas lastimado con algo que dijiste o hiciste, vuelve a esperarte aún cuando la has dejado plantada en más de una ocasión, te "tapa" lo necesario para sacarte de apuros, te consuela cuando te han roto el corazón y quiere matar a quien lo hizo, seca tus lágrimas cuando sientes que la vida no es justa contigo, se toma una botella de bebida contigo solo para "ahogar las penas" y desahogar las lágrimas que te inundan en ese momento, comparte contigo sus mejores aventuras amorosas y te cuenta (y escucha) hasta el más mínimo detalle, se va de juerga contigo hasta el amanecer sin tener un motivo en especial, puede vivir junto a ti una aventura inolvidable y nunca contará los pormenores, sabe de todos tus amores y aunque la maten nunca hablará, hasta en los peores momentos es capaz de contar un chiste, te dice que pares cuando debes hacerlo, no entiende que a veces quieres estar sola y te sigue a todas partes, te da consejos y no le haces caso sabiendo que lo que te dice es lo que debes hacer, te cuenta sus sentimientos que muchas veces coinciden con los tuyos, te invita a pasear o a tomarte una cerveza porque sabe que no tienes dinero, está a tu lado cuando necesitas un hombro para llorar, cuando tienes un gran problema aunque no pueda resolverlo, es tu confidente sabe todo de ti y tú todo de ella, en el peor momento de tu vida está a tu lado aunque no sepa qué hacer para consolarte, te abraza sin razón alguna solo porque lo siente. Esa (s) otra mujer tiene un valor incalculable en nuestra vida, en nuestro equilibrio emocional.
Es posible que una sola amiga tenga un poco de cada cosa nombrada, de lo bueno y también de lo malo, lo importante es que es mujer igual que tú, con virtudes y defectos que equilibrados te ayudan a soportar las vicisitudes de la vida, a hacer más llevadero lo pesado y a tirar a la espalda lo malo que pueda pasarte. Precisamente por ser mujer siempre te entenderá mejor porque tal vez ella pasa o ha pasado por lo mismo.
Resulta gratificante y un privilegio poder tener verdaderas amigas, siempre las sientes próximas afectivamente y te permiten comprender que no estas sola, son las hermanas que escogemos. Yo me siento afortunada porque la vida me ha brindado la oportunidad de tener esa hermana escogida. Desde que nos conocimos entre nosotros nació un afecto casi instantáneo y poco a poco se convirtió en mi amiga, en mi confidente, y muchas veces en mi consejera, es de esas mujeres que te ayudan a razonar cuando todo parece irse al demonio aportando una mirada crítica y objetiva. Es inteligente, con un gran sentido del humor y con valores sólidos. Conocemos cosas una de la otra que nadie más sabe ni se imaginan, hemos hechos locuras juntas y siempre nos divertimos mucho, a veces con solo intercambiar miradas sabemos lo que la otra quiere o piensa, no hay día que no hablemos, nuestra amistad es genial y dudo que vuelva a encontrar a alguien más como ella. Nunca fui una persona propensa a tener muchas amigas, de hecho casi toda mi vida he preferido tener cierto grado de amistad con hombres porque son más sencillos en muchas cosas. Ojala a Cary y a mi la vida nunca nos juegue una mala pasada, y nos veamos en una encrucijada donde sea nuestra amistad la que sufra las consecuencias. Si ocurriera algo así, tendremos que ser capaces de mantener la sangre fría para resolverlo, sin dañarnos y no permitir que nada nos separe. No somos perfectas pero la armonía y casi perfección que hay en nuestra amistad sería muy doloroso si se perdiera.
Las amigas incondicionales. Esas compañeras de la vida hay que cuidarlas mucho. ¿Tú te atreves a pensar cómo sería tu mundo sin amigas así? Mejor no lo pongas en práctica nunca y piensa en todo lo que has conseguido, descubierto, compartido y vivido, gracias a ese tipo de personas que se pueden llamar AMIGAS.
La verdad es que esto que escribes si lo lee Cary se pondrá muy contenta si ya no te lo ha dicho y es porque en verdad una amiga es alguien que se escoje por empatia y valores semejantes a los nuestros, es como tú dices, la hermana que escogimos sin contar con nuestros padres. Yo opino igual que tu, Rosabel, somos afortunadas aquellas que podemos contar con amigas incondicionales, por fortuna yo soy una de las afortunadas y mi gran amiga es una excelente mujer que se llama Rosa y a la que quiero mucho y que por coincidencias de la vida creo que nuestras hijas van por el mismo camino, asi que supondras que somos doblemente felices aunque lo mas importante es el respeto, la complicidad y la leatad que ambas sentimos.
ResponderEliminarTienes toda la razón,las verdaderas amigas son únicas y comparten los malos momentos pero se divierten un mundo cuando son buenos, verdad?
es increiblecomo se unen las mujeres cuando son amigas de verdad, y llevan esa amistad a un plano en el que muy pocos hombres somos capaccesd e hacer connuestros amisgos.y es verad que si lehaces una cabronada a una mujer la amiga te destripa si caes en sus manos.
ResponderEliminarlass mujerees cuandoo encuentran asu mjor amigaa! la cuidaan cmo asi misma pss ella es mui impoortantte♥ nnca se separaan y se cuentaan todoo :p una amiga qe te mira alos ojoos cuando ablaas ella si ess importantte ♥
ResponderEliminarbyee! ♥ ps yoo qiero muchoo ami BFFA priisila castroo ella lo s todoo paraa mi♥