Hace unos días se cumplieron tres meses del nacimiento de este blog, lo inicié un poco temerosa y sin saber muy bien sobre qué temas encaminarlo, no soy una escritora aunque sí una sentimental y una romántica, bueno eso sólo lo saben ustedes que me leen y muy pocas personas de las que me conocen. Normalmente no me comporto así, me da mucho trabajo dejarme ver como soy en realidad, alguien me dijo una vez que es porque tengo miedo a que me lastimen y quizás sea verdad.
Lo cierto es que al decidirme a escribir aquí, donde no tengo límite de espacio ni un tema impuesto por nadie, comencé a mostrarles un poquito (creo que ya les he mostrado demasiado) como soy realmente, les he dicho como soy para la mayoría de las personas y a la vez les he contado y dejado ver a esa otra mujer que vive en mi y que casi nadie conoce. Poco a poco este espacio se ha convertido en una válvula de escape para mis pensamientos y sentimientos más profundos. He terminado descubriendo que soy capaz de escribir cosas que tocan el corazón de las personas y he ido desnudando mi alma para contarles cosas que estaban guardadas en lo más profundo de ella.
Con frecuencia pienso en las cosas de la vida y cómo se puede medir la vida de alguien. Estoy convencida que no se mide por el número de personas con que has salido, ni por el dinero que tienes, ni por el lugar donde estudias o trabajas, ni por lo linda o fea que eres, por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos. La vida no son esas cosas materiales ni superfluas y por tanto no se puede medir por ellas, la vida es otra cosa.
Pienso que la vida se mide por las personas que amas y a las que dañas, por la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros, por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas, por lo que dices y haces (sea dañino o benéfico). Se mide por los juicios que formulas, por los celos, el miedo y la venganza. También se mide por el amor, el respeto o el odio que llevas dentro de ti, cómo lo cultivas y cómo lo riegas, si usas la vida para alimentar el corazón de los demás, en resumen por las decisiones que tomas y el beneficio o daño que puedan causar, de eso se trata la vida… por eso se mide.
En realidad todo ocurre por una razón, las personas llegan a nuestra vida con un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quienes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar. Hay personas que sin conocerlas cuando fijas tus ojos en ellas sabes y comprendes que afectarán tu vida de una manera profunda. A veces nos pasan cosas malas, dolorosas e injustas (como me pasó a mí el domingo), pero cuando eres capaz de superarlas te das cuenta que sirven para medir tú potencial, tu fuerza o el poder de tu corazón. Las personas que conoces, las caídas y los triunfos que experimentamos terminan por convertirnos en la persona que somos. Nada sucede por casualidad o por la suerte, enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de puras tonterías, todo ocurre para probar los limites de tu alma. Aunque a veces duelen y son difíciles de superar.
El rastro que vamos dejando por la vida habla de nosotros por sí solo. A veces he sentido la tentación de no luchar más por lo que realmente me importa, de renunciar al amor por el daño causado por una persona, pero después que pasa la tormenta pienso que tengo que seguir adelante porque me gusta vivir y amo la vida aunque a veces duela, es como las rosas que no dejan de gustarme aunque sus espinas me hieran. Me gusta soñar porque soñar es gratis, me gusta luchar por lo que merece la pena, me gustan mis amigos (los reales y los virtuales), soy una enamorada del amor, me gusta ser feliz o al menos intentarlo... en resumen con sus pro y sus contra me gusta esto que llaman vida...
Si yo pudiera fabricar el tiempo y variar a mi antojo sus inclemencias... Mmmm… me sentiría un poco como Dios, con el poder de influir en los sentimientos de las personas. Por ejemplo me gustaría crear un tremendo huracán que derribara las más altas murallas y abriera rendijas en las más duras corazas y en verano después de un día de intenso calor crearía la más limpia de las noches con una gran luna llena para que los enamorados pudieran mirarse a los ojos y, sin hablar, confesarse sus sentimientos. También haría que los arco iris fueran más largos para alegrar con sus lindos colores, las tormentas más brillantes, las estrellas más conocidas y relucientes, crearía una noche en el año con más horas de las habituales, para esa noche sentarme a mirar cómo las estrellas se seducen unas a otras en su juego de guiños y entonces aprovecharía para pedirle mil deseos, sería maravilloso ¿verdad?
Aunque hay noches en que desciendo a los infiernos, donde todo es oscuridad y no encuentro la salida, lo curioso es que tampoco la busco, simplemente espero el golpe mortal que me integre en la eternidad. Esas noches si tuviera el don de ser una gran escritora, escribiría las cartas más tristes parafraseando a algún poeta… aunque quizás no podría escribirlas porque se me destrozaría el alma al leer mis propias palabras.
Hace mucho tiempo leí algo que se llamaba “Filosofía para vivir” y decía que vivir es llegar de donde todo comienza y amar es ir adonde nada termina. Recomendaba vivir como si fuera temprano y reflexionar como si fuera tarde. Sentir lo que se dice con cariño y hacer lo que se debe con amor. Porque la vida revela la verdad, la verdad nos ilumina el camino, el camino nos conduce a amar y el amor nos hace vivir. La razón de amar la encontramos viviendo y el sentido de vivir lo encontramos amando.
Precioso pensamiento, por eso tenemos que repetirnos a nosotros mismos que somos personas magnificas y creerlo en lo más profundo de nuestro corazón, porque algo muy cierto es que si no crees en ti mismo nadie más lo hará. Tenemos que valorarnos, crear nuestra propia vida, encontrarla y vivirla con intensidad, como si cada día fuera el último.
Yo he dedicado los mejores años de mi vida a mi familia y al trabajo, casi sin pensar en mi, siempre dejando mis deseos a un lado para complacer a los demás por eso he decidido a partir de ahora vivir a mi manera sin que nadie me diga qué tengo que hacer, dejarme guiar solo por mis sentimientos y mis deseos, vivir intensamente, vivir enamorada, vivir ese momento de locura y placer que a todos nos toca. Deleitarme en contemplar el atardecer y las estrellas, caminar sobre la hierba, dejar que las olas del mar bañen mi cuerpo como si fuera la primera vez, enamorarme y amar a quien me ama, recordar viejas historias y ayudar a algún buen amigo a olvidar (en este espacio tengo alguien que me escribe comentarios que creo que necesita mi ayuda), leer, pensar, escribir, soñar, cantar, jugar, dormir... tal vez bailar ebria en una noche de locura. Así quiero vivir a partir de hoy, espero que el mundo me acepte y si no... que digan lo que quieran, en mi vida mando yo, y de ahora en adelante viviré a mi manera, duélale a quien le duela...
Volviendo a la creación del blog, al comenzar a escribir en este espacio mi intención no era, ni es, tener un gran número de seguidores, ni batir récord de visitas diarias. Lo que realmente me interesa es que, la poca gente que me lea, lo haga porque le gusta lo que escribo y porque sabe comprender mis momentos de alegría y tristeza. No duden que lo que escribo aquí es un fiel reflejo de mí misma, porque soy una marea de emociones, a veces de sensaciones encontradas, unas veces más feliz que otras, pero al final siempre yo. Para mí ha sido y seguirá siendo un placer este espacio. Gracias por seguir aquí, por no aburrirse.
Lo cierto es que al decidirme a escribir aquí, donde no tengo límite de espacio ni un tema impuesto por nadie, comencé a mostrarles un poquito (creo que ya les he mostrado demasiado) como soy realmente, les he dicho como soy para la mayoría de las personas y a la vez les he contado y dejado ver a esa otra mujer que vive en mi y que casi nadie conoce. Poco a poco este espacio se ha convertido en una válvula de escape para mis pensamientos y sentimientos más profundos. He terminado descubriendo que soy capaz de escribir cosas que tocan el corazón de las personas y he ido desnudando mi alma para contarles cosas que estaban guardadas en lo más profundo de ella.
Con frecuencia pienso en las cosas de la vida y cómo se puede medir la vida de alguien. Estoy convencida que no se mide por el número de personas con que has salido, ni por el dinero que tienes, ni por el lugar donde estudias o trabajas, ni por lo linda o fea que eres, por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos. La vida no son esas cosas materiales ni superfluas y por tanto no se puede medir por ellas, la vida es otra cosa.
Pienso que la vida se mide por las personas que amas y a las que dañas, por la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros, por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas, por lo que dices y haces (sea dañino o benéfico). Se mide por los juicios que formulas, por los celos, el miedo y la venganza. También se mide por el amor, el respeto o el odio que llevas dentro de ti, cómo lo cultivas y cómo lo riegas, si usas la vida para alimentar el corazón de los demás, en resumen por las decisiones que tomas y el beneficio o daño que puedan causar, de eso se trata la vida… por eso se mide.
En realidad todo ocurre por una razón, las personas llegan a nuestra vida con un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quienes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar. Hay personas que sin conocerlas cuando fijas tus ojos en ellas sabes y comprendes que afectarán tu vida de una manera profunda. A veces nos pasan cosas malas, dolorosas e injustas (como me pasó a mí el domingo), pero cuando eres capaz de superarlas te das cuenta que sirven para medir tú potencial, tu fuerza o el poder de tu corazón. Las personas que conoces, las caídas y los triunfos que experimentamos terminan por convertirnos en la persona que somos. Nada sucede por casualidad o por la suerte, enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de puras tonterías, todo ocurre para probar los limites de tu alma. Aunque a veces duelen y son difíciles de superar.
El rastro que vamos dejando por la vida habla de nosotros por sí solo. A veces he sentido la tentación de no luchar más por lo que realmente me importa, de renunciar al amor por el daño causado por una persona, pero después que pasa la tormenta pienso que tengo que seguir adelante porque me gusta vivir y amo la vida aunque a veces duela, es como las rosas que no dejan de gustarme aunque sus espinas me hieran. Me gusta soñar porque soñar es gratis, me gusta luchar por lo que merece la pena, me gustan mis amigos (los reales y los virtuales), soy una enamorada del amor, me gusta ser feliz o al menos intentarlo... en resumen con sus pro y sus contra me gusta esto que llaman vida...
Si yo pudiera fabricar el tiempo y variar a mi antojo sus inclemencias... Mmmm… me sentiría un poco como Dios, con el poder de influir en los sentimientos de las personas. Por ejemplo me gustaría crear un tremendo huracán que derribara las más altas murallas y abriera rendijas en las más duras corazas y en verano después de un día de intenso calor crearía la más limpia de las noches con una gran luna llena para que los enamorados pudieran mirarse a los ojos y, sin hablar, confesarse sus sentimientos. También haría que los arco iris fueran más largos para alegrar con sus lindos colores, las tormentas más brillantes, las estrellas más conocidas y relucientes, crearía una noche en el año con más horas de las habituales, para esa noche sentarme a mirar cómo las estrellas se seducen unas a otras en su juego de guiños y entonces aprovecharía para pedirle mil deseos, sería maravilloso ¿verdad?
Aunque hay noches en que desciendo a los infiernos, donde todo es oscuridad y no encuentro la salida, lo curioso es que tampoco la busco, simplemente espero el golpe mortal que me integre en la eternidad. Esas noches si tuviera el don de ser una gran escritora, escribiría las cartas más tristes parafraseando a algún poeta… aunque quizás no podría escribirlas porque se me destrozaría el alma al leer mis propias palabras.
Hace mucho tiempo leí algo que se llamaba “Filosofía para vivir” y decía que vivir es llegar de donde todo comienza y amar es ir adonde nada termina. Recomendaba vivir como si fuera temprano y reflexionar como si fuera tarde. Sentir lo que se dice con cariño y hacer lo que se debe con amor. Porque la vida revela la verdad, la verdad nos ilumina el camino, el camino nos conduce a amar y el amor nos hace vivir. La razón de amar la encontramos viviendo y el sentido de vivir lo encontramos amando.
Precioso pensamiento, por eso tenemos que repetirnos a nosotros mismos que somos personas magnificas y creerlo en lo más profundo de nuestro corazón, porque algo muy cierto es que si no crees en ti mismo nadie más lo hará. Tenemos que valorarnos, crear nuestra propia vida, encontrarla y vivirla con intensidad, como si cada día fuera el último.
Yo he dedicado los mejores años de mi vida a mi familia y al trabajo, casi sin pensar en mi, siempre dejando mis deseos a un lado para complacer a los demás por eso he decidido a partir de ahora vivir a mi manera sin que nadie me diga qué tengo que hacer, dejarme guiar solo por mis sentimientos y mis deseos, vivir intensamente, vivir enamorada, vivir ese momento de locura y placer que a todos nos toca. Deleitarme en contemplar el atardecer y las estrellas, caminar sobre la hierba, dejar que las olas del mar bañen mi cuerpo como si fuera la primera vez, enamorarme y amar a quien me ama, recordar viejas historias y ayudar a algún buen amigo a olvidar (en este espacio tengo alguien que me escribe comentarios que creo que necesita mi ayuda), leer, pensar, escribir, soñar, cantar, jugar, dormir... tal vez bailar ebria en una noche de locura. Así quiero vivir a partir de hoy, espero que el mundo me acepte y si no... que digan lo que quieran, en mi vida mando yo, y de ahora en adelante viviré a mi manera, duélale a quien le duela...
Volviendo a la creación del blog, al comenzar a escribir en este espacio mi intención no era, ni es, tener un gran número de seguidores, ni batir récord de visitas diarias. Lo que realmente me interesa es que, la poca gente que me lea, lo haga porque le gusta lo que escribo y porque sabe comprender mis momentos de alegría y tristeza. No duden que lo que escribo aquí es un fiel reflejo de mí misma, porque soy una marea de emociones, a veces de sensaciones encontradas, unas veces más feliz que otras, pero al final siempre yo. Para mí ha sido y seguirá siendo un placer este espacio. Gracias por seguir aquí, por no aburrirse.
Para noostros los q te leemos también ha sido un inmenso placer, me encanta todo lo q escribes xq son grandes verdades dichas de manera clara y con mucho respeto. hasta los textos eróticos son bellos y muy agradables, sin groserías con mucho amor, pasion y respeto. ojala sigas aqui x mucho tiempo para tener el inmenso placer de seguir leyendote.
ResponderEliminarHa sido una verdadera suerte que te hayas decidido a crear este espacio, que es muy tuyo y nuestro, estoy seguro que todos los que te leen se dan cuenta de la mujer maravillosa que eres, la limpieza de pensamiento y de alma que tienes, yo en lo particular cuando llego ante mi computadora lo primero que hago es abrir tu página y deleitarme con ella.
ResponderEliminarSigue aquí con nosotros, no dejes de darnos lo mejor de ti, sigue abriendo tu corazón.
Nuevamente gracias a ustedes, mis nuevos y desconocidos amigos, me alegro de que les guste leer estas línas, a veces un poco locas, pero hechas con el corazón. Hay días en que cuando me siento no tengo muy claro sobre lo que voy a escribir, pero cuando empiezo las palabras me van saliendo solas y lo que más deseo es que cuando las lean se sientan identificados con el tema y que les llegue lo que pienso o siento en ese instante. Gracias por seguir aquí.
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