Un viejo adagio dice que la familia te viene impuesta pero los amigos los eliges tú. Es una gran verdad. Los amigos, en este caso las amigas cuando son verdaderas, siempre están a tu lado en momentos difíciles y muchas veces te apoyas en ellas más incluso que en tu familia, y si te falla en algún momento te sientes traicionada y con la sensación de que has perdido algo importante.
Muchas
veces llamamos amigas a quienes no lo son realmente, simplemente son solo
personas circunstanciales en nuestra vida. Me explico, son personas que
conocemos del trabajo, de las escuelas, del barrio, amigas de otras amigas,
etc., con quienes coincidimos con frecuencia y en muchos casos se genera por
simpatía cierto grado de amistad, de camaradería y compartimos alguna que otra
salida con ellas, pero este tipo de amistad no suele perdurar en el tiempo.
En el libro Amigos de Enrique Rojas (catedrático de Psiquiatría) el habla de tres principios básicos que se hospedan en la amistad. “En primer lugar, la afinidad. Este término se refiere a ideas, criterios y orientaciones de vida parecidos. No tienen que ser iguales, pero sí permitir entre esas personas un puente de comunicación similar. En segundo lugar, la donación, que es la capacidad para entregarse. No es sólo dar aquello que uno tiene (dinero, tiempo, comprensión, etcétera), sino, sobre todo, darse a uno mismo. En las distintas intensidades de la amistad, la capacidad para darse depende de la generosidad que uno tenga. La persona esencialmente egoísta no puede entregarse fácilmente, pues está muy pagada de sí misma o instrumentaliza la amistad, haciéndose amiga de alguien para obtener un beneficio. En tercer lugar, la confidencia, entendida como la capacidad y confianza para contar cosas íntimas, personales, auténticos secretos, con la certeza de que aquello es materia reservada y no saldrá de allí. Hacer confidencias siempre supone arriesgarse, sobre todo cuando la relación se esta iniciando o no hay todavía unas bases sólidas de esa amistad. Entre las personas poco maduras, es frecuente contarse cosas extraordinariamente íntimas casi sin conocerse. La amistad necesita tiempo compartido, cercanía, proximidad, verse a menudo, un hablar continuado.”
Leyendo este texto y más, tuve la certeza de que yo no andaba equivocada en mis criterios e ideas sobre la verdadera amistad y con sinceridad les digo que pocos, muy pocos son los que cumplen estos tres principios, por eso, quién encuentre una persona que los cumpla descubre la verdadera amistad, y se puede decir que encontró un tesoro. Yo tengo una amiga así y cuando no está a mi lado por alguna circunstancia mayor prefiero estar a solas con mis necesidades, sueños, problemas, dolores, creaciones... pero sé que si la llamo o se entera que algo no anda bien, al instante aparece, sé que cuento con ella.
Esas personas que manifiestan tener muchas amistades verdaderas en el fondo mienten o se creen una mentira. Porque esas amistades no abundan, ¿y saben una cosa? A mi me sobran los dedos de la mano para contarlas. Actualmente tengo a una junto a mí, otras dos muy lejos con las que tengo contacto bastante frecuente pero que el destino no ha querido que nos volvamos a ver, sin embargo la distancia no ha hecho que dejemos de querernos aunque ya las cosas no son igual. Y la tercera también la tengo muy cerca pero es muy joven aunque muy parecida a mí, pero por su juventud (aunque es muy madura) esa amistad está en otro plano, hay cosas que no comparto con ella, sería muy difícil porque su poca experiencia en la vida puede llevarla a mal interpretar algunos hechos, recuerden que los conceptos cambian con las generaciones, pero de todas manera y con el inconveniente de su edad la considero mi amiga.
Aristóteles decía que: “Un amigo es una única alma que vive en dos cuerpos”. Cuando el lazo se hace fuerte y profundo te preocupas por ella y te alegras con su alegría, la tienes siempre presente a pesar de la distancia, aunque pasen días sin que se vean o hablen, sabes que siempre va a estar ahí, se va convirtiendo como en tu otro yo. Una amistad de este tipo no se forma de un día para otro, tienen que existir muchas cosas que las unen y los lazos del cariño y la comprensión se solidifican tanto que a veces con solo mirar a esa persona sabes lo que piensa o siente, la amistad duplica nuestras alegrías y divide nuestras tristezas. Dicen que una verdadera amiga es como la sangre, acude a la herida sin que nadie la llame.
Una persona me mandó por correo este cuento, o bueno no sé si es parte de un libro pero el diálogo ilustra muy bien este tema y por eso quiero compartirlo con ustedes.
“A la orilla del mar, junto a la puesta de sol se miraban la una a la otra. Ambas sabían que una simple articulación facial les delataría, delataría cada uno de sus estados anímicos frente a la otra.
- Sonríe, -dijo Lis.
- No puedo, al menos no ahora.
- Lo sé, pero debes hacerlo.
En ese instante, los ojos de Ali comienzan a humedecerse, a Lis no le hace falta preguntar y directamente la abraza, sabe qué es lo que verdaderamente necesita, sin interrogatorios, sin reproches, sin nada más.
- Gracias.
- ¿Gracias por qué? -dijo Lis.
- Por esto. Por estar aquí, conmigo, ahora, por darme tú apoyo incondicional, por ser mi amiga.
- Por eso mismo lo hago, porque soy tu amiga y tú eres mi amiga, porque en esto consiste el significado de la amistad. Porque en el fondo no hace falta que vengas y me digas que estás mal, simplemente es algo que con nada más verte percibo pero, ¿sabes por qué? porque una amiga es aquella que conoce todo de ti, incluso cada una de tus imperfecciones y que a pesar de todas ellas te quiere, te quiere con locura y siempre lo va a dar todo por estar a tu lado y no solo en los buenos momentos, en los días felices sino también en los peores, porque amiga es aquella que se preocupa por ti, aquella que te tiende su mano sin esperar recibir nada a cambio, aquella que inclusive en la distancia se acuerda de ti, todos los días, aquella cuya confianza siempre permanecerá intacta.
-¿Sabes? esto es lo único que no cambiaría si me dieran la oportunidad de volver a nacer, porque si pudiera pedir en este instante un deseo a una estrella, desearía conocerte de nuevo y que volvieras a formar parte de mi vida, sobretodo que volvieras a ser esa pieza clave e imprescindible en ella. Porque a veces aunque no queramos creerlo, la amistad es el mejor apoyo que pueden ofrecernos y podemos tener. Y yo hoy me siento orgullosa por lo que tengo porque muchas personas no han podido conseguir una amistad sincera. Yo la tengo y no sabes cuanto me alegro y lo feliz que me hace saber que pase lo que pase, tú estarás ahí, -sonrió ligeramente Ali.
- ¿Te das cuenta? he conseguido sacarte una sonrisa.
- Eso es lo que significa una amistad, ¿no crees?”
Este diálogo me gustó mucho, refleja claramente la verdadera amistad. Creo que esas personas tan especiales que nos hacen más llevadera la vida, nos llenan de felicidad y nos apoyan en cualquier circunstancia, son tan pocas y difíciles de hallar que hay que cuidarlas mucho. Por eso yo, si en algún momento tengo un mal entendido con mi mejor amiga trato de inmediato de aclararlo, porque es cierto que todos pasamos por malos momentos y cometemos errores y si la amistad es buena, merece otra oportunidad.
Una verdadera amiga te conoce tal como eres, te acompaña en tus logros y tus fracasos, celebra tus alegrías, comparte tu dolor y jamás te juzga por tus errores. Pienso que la vida es como viajar en barco, subes y bajas según la fuerza de las olas, pero gracias a las amigas no pierdes el horizonte, y si por casualidad naufragas es el ancla donde te apoyas mientras defines el nuevo rumbo.
Las amigas nos escuchamos y opinamos sobre esto, aquello y lo de más allá en referencia a nosotras, nuestros hijos, nuestras parejas, nuestros trabajos, nuestras familias, el dormir, el comer, el peso, y una lista infinita de cosas relacionadas con la situación que vivimos, muchas que compartidas abruman menos. Situaciones y problemas que no necesitan de conocimiento experto sino de vivencia, comprensión y cosas que más que consejo necesitan espejo. Con ellas compartes tus experiencias como madre, tus alegrías y tus disgustos, tus dudas, expectativas, planes… en fin millones de cosas que necesitamos compartir y que es imposible con un hombre aunque sea nuestra pareja, el amor de nuestra vida, porque sencillamente muchas no las entienden o no les interesa.
Es hermoso compartir con alguien hasta el silencio y eso también se hace con una amiga. Poco a poco, con pequeñas y grandes cosas se va consolidando una amistad sincera. Solamente una buena amiga puede estar largas horas en silencio, acompañando tal vez un café o un trago o la nada... simplemente conteniendo el desborde de los sentimientos de la otra… Puede estar junto a ti, sin decir nada... quizás solamente de vez en cuando pone su mano en tu hombro o la pasa cariñosamente por tu espalda para que el contacto físico te recuerde que está ahí y que seguirá ahí mientras la necesites.
Los hombres no entienden muchas veces este vínculo entre las mujeres amigas, el problema es que ellos no tienen el mismo concepto de la amistad. Para ellos los amigos son alguien con quien se comparte y se discute un buen juego (pelota, fútbol, el deporte que sea de su preferencia), con quien se participa en un juego de ajedrez o dominó, con quien se habla de mujeres y que si tienen problemas los “arreglan” emborrachándose. Pero nada de implicarse en los problemas del otro, aunque sea solo de forma sentimental. Cierta vez le escuché decir a un compañero: “Tengo un socio que la mujer lo dejó y está hecho tierra, anoche me dio tremenda muela y nos tomamos dos botellas de ron, cogimos tremenda nota, pero yo no estoy para eso, me da mucha pena y todo pero que se vaya con su música a otra parte”.
¿Qué creen? Nosotras nunca haríamos eso con una AMIGA. Por eso las mujeres somos mejores que ellos en lo que se refiere a la amistad, por el alcance y la importancia que le damos a ese vínculo afectivo. Bueno, incluso está demostrado que las mujeres con amigas viven más y mejor. La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido. Un amigo es alguien que está contigo porque lo necesitas, aunque en ese momento le encantaría estar en otra parte. Las mejores amigas oyen hasta lo que no dices ¿verdad Cary?
Amiga mía, cuando estés leyendo esto quiero que sepas (aunque no te lo he dicho) que muchas veces le he agradecido a Dios por darme tu amistad, por ponerte en mi camino. Cada cosa que nos pasa en la vida vale la pena vivirla si tenemos a nuestro lado a una buena amiga... y esa amiga para mí, eres tú. Por eso te digo que si algún día pierdes el camino no temas que yo andaré a tu lado, y cuando te duela mirar hacia atrás y te de miedo mirar adelante, mira a tu izquierda o tu derecha y allí me verás, siempre a tu lado. Si en algún momento te sientes sola, sin decir nada yo sólo te abrazaré, para que tengas la certeza de que sigo ahí. No te fallaré como no me has fallado tú. Nosotras hemos compartido sonrisas y lágrimas, pero sobre todo risas y complicidades.
Estas jovencitas son amigas de verdad, hasta la médula, además demostrado, ojala la vida les permita ser fuertes y enfrentar lo que sea para que esa amistad no se rompa… si lo logran y el cariño que tienen la una por la otra sobrevive a la prueba de los años y las adversidades serán mucho mejores amigas de adultas que lo que somos nosotras, ¿no es cierto? ¡Y eso ya es mucho decir!
Y ustedes mis otras amigas, las que leen esta página sepan que las amistades si son buenas hay que cuidarlas y siempre tendrán a su lado alguien que las apoye y las comprenda, aún en los momentos más difíciles.
Yo también creo que una amistad verdadera es sagrada, los amigos son muy importantes en la vida de una persona, en cuanto a que las mujeres son mejores amigas que los hombres siempre opiné que no era así, hasta que la vida me demostró lo contrario, es cierto que ustedes valoran la amistad de forma diferente y cuando son AMIGAS de verdad se protegen y se ayudan de una manera increíble. aunque también hay hombres que saben ser muy buenos amigos. Por lo que sé, que he leído, tu y tu amiga Cary son inseparables, son un puntal firme, que se sostienen una a la otra ante los conflictos de la vida, se ayudan y sobre todo se comprenden, me alegro que puedas contar (al igual que ella) con alguien así, eso es un privilegio. Las niñas vienen por el mismo camino, ya lo veo.
ResponderEliminarAmiga como siempre me gustan tus reflexiones, tu amiga debe estar orgullosa de contar con alguien como tu. Yo tengo dos amigas inseparables, hacemos un trío explosivo y cuando nos vamos de juerga por Dios, la pasamos súper y confío en ellas con los ojos cerrados. Somos amigas x siempre y para todo, no solo para las cosas buenas como hace mucha gente.
ResponderEliminarYini cuidado con el trío explosivo, que ustedes las mujeres solas son peligrosas pero cuando andan juntas y sobre todo si son amigas inseparables y para todo pobre del que se cruce en su camino.
ResponderEliminarCreo que Rosabel y su amiga Cary también son explosivas y cómplices ha matarse, hay mujeres… ¡BENDITAS SEAN!