En tus manos cuelga mi fantasía, tu sonrisa es invitación a un viaje libidinoso donde deposito la ilusión de tu cuerpo entrelazado a mi alma en la cama de la perdición. ¡Que se detenga el tiempo! que no hay segundos para pensar... La ropa desaparece y quedas vulnerable ante mi, ante mi deseo extasiado por dominar tu cuerpo enardecido y guiarte al infinito de mi ser; recorre con tu boca mi piel que quiero vencer al tiempo, a la disputa del amor y lo correcto, que sólo hay una vida y la mía se pierde en tu cuerpo.
Cuando hacemos el amor la luna es testigo de la desnudes completa de cuerpo y alma... el corazón se nos quema por la pasión y palpita a mil, nuestros cuerpos se funden en uno solo, y la sombra de ellos baila al ritmo de nuestra respiración, que sale de nuestras bocas como gas de un volcán... cuando hacemos el amor me siento mas viva que nunca... Tu mirada que me cautiva desnudándome los sentimientos, tu boca arde por la transpiración que saborea de mi cuerpo, tus manos tiemblan cuando rozan mi piel que resplandece por la locura... viajo al paraíso cuando te tengo dentro mí...
Cada caricia recibida lo hace más excitante… Un beso con malicia, una mirada. Lentamente tus caricias me van envolviendo, las palabras que susurras me incitan y me enloquece el vaivén de tu lengua que entre mis piernas transita… Hace que llegue al cielo con auténtica efusión la piel erizada, las pupilas dilatadas, los gemidos, los latidos y el corazón a mil, todo es parte de la pasión… hasta que todo se vuelve electrizante, como fuego ensordecedor llega lentamente hasta convertirse en ¡explosión!, ¡Caliente!, ¡embriagante!, el orgasmo es intenso.
Sexo divino, complemento del amor, comunión espiritual entre tú y yo que termina en orgasmo de la plenitud del amor... En un último gemido escucho que ME AMAS... Después de tan maravillosa experiencia me acaricias con ternura mientras yo reposo en tu regazo esperando emprender de nuevo la aventura.
No hay nada como hacer el amor, con amor, no hay experiencia igual. Me has dicho que te gustan los escritos que te mando, los que le hago a mi amor, a esa mujer que me tiene prendido a ella, perdido por ella, enloquecido de amor por ella, así que aquí te mando otro.
ResponderEliminar"Dueña de mis sueños ardientes... Fúndete conmigo en caricias y gemidos, solo déjame arrastrarte a este sendero de pasión. Señora de los milagros: envenenas el alma cuando tu lengua me inyecta locuras que resbalan en mis labios. Te atreves a todo, marcas tu sitio y la luz sucumbe a tu empuje que es mi empuje. Con su entrada termina tu guerra, todo tiene su momento, y sí, te prefiero a ti, impura, pecadora y desquiciante en tu andar por los rincones de ganas de mi cuerpo."
que tierno, me gusto muchisimo.
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