Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

jueves, 26 de enero de 2012

¡Paciencia!

Tengo que buscar la forma y no sé cómo de tratar de entenderme con mi hija adolescente, es muy difícil. Es una muchacha inteligente, agradable en extremo, muy buena en general… pero ¡por Dios! Demasiado voluntariosa y caprichosa, en muchas oportunidades hace su voluntad aunque le explico mil veces las razones y los por qué de un asunto determinado. En ocasiones cede ante los argumentos que le doy aunque no esté con vencida del todo, sé que lo hace para terminar la confrontación y que la situación entre las dos baje la tensión.

En la vida es importante tener paciencia para muchas cosas, pero es muy necesaria cuando se tienen hijos adolescentes porque ellos son todo un desafío. No es fácil lidiar con ellos, para eso necesitamos en primer lugar respirar profundo y después recordar que están recorriendo el camino de la dependencia a la individualización, que puede ser doloroso pero, como todos sabemos es una travesía crucial en la vida porque individualidad e independencia son la marca distintiva de una adultez exitosa. Una fuente común de conflictos entre padres e hijos es que no pensamos del mismo modo.

Para el diario batallar con nuestros hijos adolescentes necesitamos llenarnos de sabiduría pero sobre todo de paciencia para no perder los estribos y terminar entre insultos y gritos. Saber utilizar la paciencia nos ayudará mucho a sobrellevar esas adversidades porque nos permitirá pensar las cosas con claridad. Sabemos que la mejor manera de educarlos es enseñándoles a crecer, a madurar, a tomar conciencia, a razonar porque sí y porque no, pero para todo eso hay que dialogar con ellos, haciéndolos reflexionar, no es fácil pero si posible. Con paciencia (contando hasta mil si es necesario) educaremos personas de bien que aprenderán a pensar y a razonar las cosas antes de hacerlas.

Los adolescentes en todo momento ponen a prueba nuestro aguante con sus repetidos argumentos y demandas. Necesitamos mantenernos bajo control para no perder la compostura porque siempre van a empujar más y más hasta que explotemos. Cualquier cosa que creamos que ya hemos dominado, nuestros hijos adolescentes van a ponernos constantemente a prueba.

Para no impacientarnos (aunque no siempre se logra) es primordial que los padres comprendamos que, aunque los hijos vienen a través de nosotros, ellos necesitan hacer su propio proceso; son personas con intereses, ritmos, capacidades diferentes... Muchas veces los problemas no están en ellos sino en nosotros que volcamos en ellos nuestras propias insatisfacciones, miedos o frustraciones. Necesitamos aceptar y querer a nuestros hijos de manera incondicional, cuidarlos, orientarlos y permitir que hagan su camino sin interferir, salvo que detectemos riesgos en su andar.

Muchos padres que no miden sus palabras al decirles cosas como: eres bruto, eres un vago, recoge que no soy tu criada, no sirves para nada, etc, o hacerles pasar vergüenza delante de sus amigos con términos que disminuyen su autoestima y que los padres dicen cuando han perdido la paciencia. Eso nunca lo hago, no me gusta ponerlos en situaciones difíciles, aunque a veces creo que se lo merecen, afortunadamente siempre me he logrado controlar.

Cuando los hijos llegan a la adolescencia, convivir ¡es nadar contra la corriente! Por eso necesitamos todas las herramientas disponibles: sentido del humor, flexibilidad, mucha pero mucha paciencia… Frecuentemente nos confrontamos con los mismos asuntos y continuamente nos repetimos: "¿Cómo me pueden hacer esto?”, “Yo no me merezco esto”, "Pero qué se creen" “Hasta dónde van a llegar”, “¿Es que no piensan?” o cosas por el estilo. Con ese disco de repetición constante, la respuesta natural a las situaciones frustrantes cuando se desatan es la falta de paciencia y finalmente el enojo.

No podemos olvidar que como humanos todos fallamos, y una de las maneras de remediar eso es… pedir perdón, eso es bueno para los padres y para los hijos. Para nosotros como padres porque les demostramos que si se equivocan puede rectificar y seguir luchando con el motivo del error, con eso les damos un buen ejemplo. Y para los hijos porque al ver que sus padres lo pueden hacer, ellos también pueden cambiar. Nosotros somos ejemplo e influencia en nuestros hijos.

Cuando nos enfrentamos a ellos a reclamarles una mala actitud o algo inadecuado que han hecho tenemos por todos los medios que mantenernos calmados por muy molestos que estemos. No podemos tomárnoslo como algo personal y reaccionar a insultos o desprecios personales porque realmente no tienen la intención de hacerlo, simplemente es el resultado de sus desafíos, inquietudes e inseguridades.

Los años de adolescencia son maravillosos, pero son definitivamente muy desafiantes. Trabajar en nuestro autocontrol no es una garantía de éxito porque la adolescencia es tumultuosa, sin importar cuán paciente seamos o el buen sentido del humor hayamos desarrollado. Si no nos enfocamos en crecer nosotros ante las dificultades estamos destinados a perder la guerra. Aunque existan esos "momentos" de histeria, enojo, lágrimas y silencio también existirán risas, cariño, apertura, etc... si estamos preparados. Todos necesitamos crecer como persona inclusive sin el incentivo de hijos adolescentes, pero con ellos es absolutamente esencial.

Tratar con ellos no es fácil. Los que piensen lo contrario, no se preocupen cuando sus hijos crezcan los disuadirán sutilmente una y otra vez. Habrá momentos en que no sepan qué hacer, especialmente en cuestiones de disciplina.

En resumen, debemos corregir a nuestros hijos porque lo necesitan no porque nosotros estemos molestos o hayamos perdido la paciencia. Honestamente, es fácil perder los estribos. Para algunos más que para otros, pero es la cosa más contraproducente que podemos hacer como padres porque es admitir que sus hijos están fuera de control y no podemos con ellos. También es cierto que en cualquier disputa entre la emoción y el sentido común, casi siempre gana la emoción. Tal vez nuestra mejor jugada sea intentar otra solución cuando las cosas se ponen tensas, antes de ventilar nuestra ira.

Aunque parezca difícil es preferible mantener el control de nuestro carácter para no explotar porque después es más difícil recuperar el cauce. Una vez que pasamos el punto sin retorno, es como saltar desde una azotea e intentar detenernos a mitad de camino del suelo. ¡Demasiado tarde! Por eso necesitamos paciencia, amigos, los que tienen hijos adolescentes saben muy bien de lo que hablo, los demás esperen que les llegue el turno y entenderán.

Por lo pronto, en mi caso particular seguiré sorteando los conflictos que se me presenten en el recorrido por estos años tan difíciles y a la vez importantes en la vida de mi princesa.

3 comentarios:

  1. No os preocupeis esa etapa pasa y todo vuelve a la normalidad, y si como decis es una muchacha inteligente y buena, vereis que la relación de vosotras queda fortalecida, sos una persona muy inteligente y sabreis continuar manejando las situaciones, eso si continuar con paciencia vcomo mismo decis, yo pase por eso realmente es muy dificil. saludos

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  2. No te desesperes preciosa, que por lo qe siempre has dicho esa muchacha es un amor y tu eres lo suficientemente inteligente como para no pasar el punto sinretorno en la relacion de ustedes. cuidate mucho.

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  3. Nuestros amigos tienen mucha razón yo no tengo hijos de ninguna edad pero mi sobrina dio mucho que hacer a mi hermana en esos años porque se volvió rebelde en exceso, pero como era una muchacha criada con muchos valores como mismo esta criada la tuya la etapa fue pasando sin dejar huellas que lamentar solo los malos ratos que mi hermana paso porque además ella si no tenía ninguna paciencia. Aunque puedas fallar en algunas cosas como me imagino le pase a todo el mundo con los hijos ustedes tienen una relación madre e hija muy bonita y son buenas amigas que eso es importante. cuidate mucho.

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