Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

miércoles, 7 de febrero de 2024

CON AMOR

Llevo mucho tiempo alejada de estas páginas que tanto quiero y me reconfortan. No he dejado de escribir pero en realidad no lo he hecho con mucha frecuencia y no lo he publicado, problemas de salud y personales me han mantenido lejos de ustedes mis siempre queridos y bien ponderados amigos lectores.

Escribir para mi es algo que a veces no tengo palabras para expresar. Escribo porque me gusta, porque me hace sentir libre, porque mantiene mi mente activa, porque fomenta mi creatividad. Todos deberíamos escribir porque la escritura aporta claridad y pasión por la vida, porque es bueno para el alma. Por eso cree este blog hace algunos años. Aquí he contado muchas cosas, pensamientos, sentimientos, cosas del día a día, historias personales y de algunas amistades, principalmente le escribo a la vida, al amor, a la amistad y a mis hijos.

El blog personal, es el blog más tradicional y común. Los blogs suelen convertirse en algo más que en una forma para comunicarse, también se convierten en una forma de reflexionar sobre la vida. Pocos blogs llegan a ser famosos, pero eso a mi en lo particular no me importa, lo que sí me importa es que me aporta un espacio para expresarme que es imposible conseguir de otra manera. Los comentarios, la interacción con ustedes además de hacerme feliz porque sé que otras personas llegan aquí y dedican un tiempo, aunque sea cortito, a leer y a veces a comentar, me hacen saber que se identifican con muchos textos y sus palabras me inspiran y me incitan a seguir, esa es la verdad.

Escribir es una de mis grandes pasiones y siempre lo hago sinceridad y amor... esta pasión, es algo que necesito para vivir, para entenderme a mí misma, para tratar de entender este mundo convulso que nos rodea Para mí escribir también es una suerte de expiación, de exorcizar mis demonios.

Muchas veces me he preguntado: ¿Qué pasaría si yo intento hacer algo más grande? Es decir, intentar ser reconocida como una escritora aunque no me creo mucho la verdad, pero... me gustaría intentarlo. Es un pequeño sueño. Aunque mis amigos dicen que lo hago bastante bien... no sé. Quizás si se me diera la oportunidad podría intentarlo. Total, es lo que más me gusta, ¿no? Escribir me aporta muchas sensaciones, especialmente me desconecta de cualquier otra cosa, realmente requiere tanta concentración, que el cerebro aunque no lo parezca se relaja y esa es la primera gran ventaja de la escritura. Como dijo Rosa Montero “La narrativa es al mismo tiempo una mascarada y un camino de liberación”.

Sé que a veces escribo cosas con las que quizás muchas personas no estén de acuerdo o no les guste la forma en que lo digo pero prefiero ser antipáticamente sincera que ser simpáticamente falsa. Esa es una realidad.

Este blog, lo inicié un poco temerosa y sin saber muy bien sobre qué temas encaminarlo, no soy una escritora aunque sí una sentimental y una romántica. Lo cierto es que al decidirme a escribir aquí, donde no tengo límite de espacio ni un tema impuesto por nadie, comencé a mostrarles un poquito (creo que ya les he mostrado demasiado) como soy realmente, les he contado y dejado ver a esa otra mujer que vive en mi y que casi nadie conoce.

Me alegra que otras personas puedan leer lo que escribo, y si les toca el corazón o les sirve para reflexionar sobre su vida, me alienta y me satisface poder ayudar a otros a encaminar sus pensamientos. A veces pienso que este sitio es un nido de palabras que sirve para acortar distancias entre personas que conozco y entre muchas que tal vez no conoceré nunca, pero que a través de las palabras nos ayudamos y nos entendemos. Para algunos tal vez no tengan sentido, incluso puede hasta molestarles mi forma de pensar y de expresar pero a otros sé que los hacen reflexionar, los ayudan a esclarecer sentimientos y eso es lo que importa.

Por eso me gusta escribir situaciones que lleven al lector a involucrarse en un juego sensual y mágico para los sentidos. Incluso, muchas veces cuando escribo sobre otros sentimientos, o sobre mi pasión por el mar, acabo mezclándolo con el amor, con la pasión y el deseo, con el romance... soy extremadamente loca con ese género y aunque me digan romántica excesiva, no puedo evitarlo.

Cuando cuento historias de amor escribir textos eróticos no me es difícil, se me facilita mucho el describir ese tipo de situaciones, pero no me gusta la vulgaridad pienso que eso mata en parte el disfrute de quien lo lee (al menos a mi me pasa), una historia aunque tenga contenido sexual explícito sin dejar nada a la imaginación puede ser bella si está escrita con respeto. No sé si todos los que leen este espacio les gusta pero por lo menos me consta que a un gran número de ellos sí, algunos me escriben que les encanta y me instan a que no deje de hacerlo… no lo dejaré, aunque para ser sincera últimamente no lo he hecho mucho.

Llevar el blog es difícil, requiere tiempo, dedicación y mucho trabajo. A veces el tiempo no nos alcanza y se dificulta hacerlo, porque tenemos que llevarlo junto a otras cosas del día a día y a nuestro trabajo habitual el remunerado que es el que en definitiva nos permite vivir mejor o peor. A diferencia de los columnistas, los bloggers no hacen parte de la nomina de un medio. A un columnista le pagan, a un blogger no. Un columnista puede vivir de lo que escribe, un blogger difícilmente puede hacer algo así.

Pero vale la pena el esfuerzo porque es un proceso apasionante, lleno de retos, en ocasiones euforia y en algunos momentos también desesperación. La gracia de tener un blog personal, a diferencia de otro tipo de blog, es que cuando crees que no tienes nada que decir, puedes sentarte a escribir un post diciendo que no sabes a ciencia cierta de qué quieres escribir pero que sientes la necesidad de hacerlo. Y muchas veces queridos amigos, después de las primeras líneas todo comienza a fluir, las ideas salen, los pensamientos y sentimientos se agolpan. Es increíble. Yo escribo para mí y para ustedes.

A ustedes que me has leído, gracias por estar y vivir junto a mis más locas emociones, esas que he dejado aquí, esas que el amor y
desamor me han arrebatado. Les he compartido mis alegrías, mi risa y algarabía... así como mis tristezas, llanto, impotencia y frustraciones. Soy una mujer común que vive intensamente en ti gracias a estas páginas, pero muchas gracias porque ustedes también de cierta forma viven en mi. Gracias por leerme, escribirme, y por compartir conmigo esta aventura tan grata. En serio, lo agradezco tanto!!

Gracias, gracias a todos. Por todo, por estar, por escribir, por leerme, por existir… Espero que sigan aquí conmigo y que por alguna extraña razón les siga pareciendo interesante y gustándoles lo que escribo. Besos a todos. Los quiero.

martes, 14 de diciembre de 2021

Escribir me libera

Siempre me gustó escribir. Todo tipo de textos… a mi familia, a mis amigos… me resultó siempre más fácil decir lo que pensaba a través de la palabra escrita. Era demasiado tímida para pronunciar palabras que implicaran sentimientos. Y sin embargo muy explícita si se trataba de describir con tino cualquier emoción.

No soy la única con esta afición por la literatura de andar por casa. Todos dedicamos un tiempo enorme a transcribir sentimientos, mandar mensajes, escribir declaraciones de intención, a través de un teclado. Sobre todo en estos tiempos donde muchísimas personas tienen amigos a los que apenas miran a los ojos, incluso en algunos casos apenas se saludan en la calle, sin embargo mantienen con ellos conversaciones digitales de sustancia.

Para reír muchos usan onomatopeyas, ja ja ja. Para llorar largas parrafadas literarias. Declaran su amor con lindas frases románticas adornadas con fotos en su mayoría prestadas. Hacen confidencias “privadas” en pequeños tratados y del mismo lo discuten… porque es más fácil tirarse letras a la cara… duelen igual pero son más limpias. Para emociones básicas usan emoticonos y piensan en puntos suspensivos. Quizá es el secreto, todo es aséptico, algo frío, distante y silencioso.

Cuánta razón tenía Einstein cuando dijo: “el día que la tecnología sobrepase a la humanidad, tendremos una generación de idiotas”. Amigos, bienvenidos a la maravillosa generación de los idiotas, y seguirá evolucionando y nos volveremos tan tontos que ni podremos replantearnos qué estamos haciendo mal.

A lo que he hecho referencia anteriormente es a la gente que sustituye las relaciones personales por la tecnología. No tiene nada que ver con escribir en un blog, donde lo hacemos para muchas personas que se acercan buscando un contacto, o un aprendizaje, o simplemente expresar ideas. Eso es bueno. Pero no hay nada comparado al calor humano a la interrelación. La tecnología nos está apartando de eso y nosotros lo permitimos. Por Dios, me van decir que es lo mismo poner un sticker tirando beso que darlo o recibirlo. Recuerden que nada, absolutamente nada sustituye un abrazo, un beso, un apretón de manos, una caricia…

Volviendo a la escritura. Yo adoro escribir y soy capaz de decir muchas cosas a través de las letras. Pero a pesar de mi amor por la escritura pienso que no hay nada mejor que el contacto humano. Me gusta hablar con mi familia, con mis amigos, tengo amigas que me conocen mejor que yo misma y con las que soy capaz de pasar horas hablando.

Nunca cuantifiqué a mis amigos… no me lo plantee nunca de esa forma. Nunca me preocupó tanto mi intimidad como ahora que seguramente la estoy regalando, y sin embargo me reconforta escribir sobre lo que siento. Me ayuda a seguir. Marco un territorio virtual que me seduce y le doy personalidad a un montón de letras que alguien recibe con más o menos ilusión. Seguiré escribiendo… porque me gusta y porque en muchas ocasiones encuentro más expresividad en las letras que en lo que soy capaz de decir.

A veces son suficientes unas líneas inesperadas para emocionar un alma, no hace falta buscar palabras bonitas, muchas veces dos líneas resuenan durante horas como el eco más precioso jamás oído porque unas líneas bastan para expresar mucho, y pueden no ser literarias pero dicen más que un libro entero.

No sé hasta cuando escriba, ni cuántos lleguen a leerlo, ni a cuántos les guste. Pero lo disfruto mucho, y ese es el camino que encuentro para expresar en silencio todo lo que llevo dentro… amor, esperanzas, nostalgias y alegrías, también sueños y el inevitable dolor que siempre nos asedia a lo largo de la vida. Cuando escribo vuelo entre sueños, cabalgo entre árboles, respiro entre flores… siento con profundidad, sonrío, le doy color a mis ilusiones, fantaseo, y también juego, amo, soy feliz, me siento viva, llena de energía… Ahora escribo cosas que antes ni por asomo me atrevía y aunque no las muestro todas he dejado entrever algunas.

Escribir libera mi interior hasta tal punto que puedo estar en los brazos de mi gran amor o irme a otros que me están esperando o que ni siquiera saben que existo… puedo atravesar océanos, llegar a las estrellas y hablar con la luna. Puedo adentrarme en un mundo mágico, solo mío, donde juego y coqueteo con las historias, con mis fantasías… puedo hacer florecer mis sueños o librar una batalla contra mis pesadillas.

Me habitan infinidad de sentimientos ¿a quién no?, y también me habita el agradecimiento por esta forma maravillosa de estar comunicada con gentes diversas en las grandezas, miserias, amores y desamores que todos compartimos. Soy una persona bastante reflexiva y con las enseñanzas que me ha dado la vida, como todo ser humano me he dedicado a pensar sobre lo que hago, lo que soy, hacia dónde voy y adónde quiero llegar… en el mundo que me rodea.

Escribo de cosas que me pasan o me han pasado, historias de otras personas, en fin sobre varios temas (no muchos ni especiales) lo hago con sinceridad y sentimiento, pero alguien me dijo que yo le doy demasiada importancia al tema del amor, y tiene razón. Para mí el amor es básico, es el motor que mueve el mundo, la única relación que se puede establecer con el mundo para tener de dónde agarrarse sin caer en el abismo del sinsentido.

No soy una escritora, ni tengo un método para hacerlo, simplemente plasmo en la pantalla a través de mi teclado lo que se va gestando dentro de mí. Lo que escribo siento que tiene vida propia, es autóctono y es más poderoso que yo porque son sentimientos, pensamientos, creencias que se producen en mi cabeza y en mi corazón sin mi permiso y cuando los suelto es porque ya me han vencido.

Cuando se escribe de amor o por amor se deja el corazón, el alma... los más profundos sentimientos.... le damos rienda suelta a las emociones. Es cierto que el amor a veces puede ser fugaz y doloroso, pero no deja de ser bello y eso es lo que me impulsa a escribir sobre él. Además soy una romántica sin remedio, y también amo las situaciones de lascivia que puedo crear en algunos de mis textos. Situaciones que lleven al lector a involucrarse en un juego sensual y mágico para los sentidos. Incluso, muchas veces cuando escribo sobre otros sentimientos, o sobre mi pasión por el mar, acabo mezclándolo con el amor, con la pasión y el deseo, con el romance... soy extremadamente loca con ese género y aunque me digan romántica excesiva, no puedo evitarlo.

En ocasiones sé que me delato cuando escribo porque me desnudo y combato ese pudor mal entendido de mucha gente. Cuando escribo lo hago a rienda suelta y pierdo los estribos, amo, voy de copas y estoy de fiesta. Y si me dejo arrastrar por el dolor o la pena me desangro.

Cuando subo un nuevo post he de confesarles que sigo sintiendo el mismo nerviosismo, la misma gratitud y me sigo conmoviendo de la respuesta de ustedes como el primer día, y eso creo que es muy bueno. Seguiré escribiendo para el placer de unos y quizás el tormento de otros. Muchas gracias por estar aquí.

En resumen escribir me ayuda a comprender y a ordenar el desorden, me equilibra, es un placer y una necesidad. Trato de explicar a los demás como veo la vida, escribo para de alguna manera sobrevivir a la muerte, para sentir por un pequeñísimo instante que soy Dios. Como dice Rosa Montero: “Escribo porque mientras lo hago estoy tan llena de vida que mi muerte no existe: mientras escribo soy intocable y eterna”.

viernes, 19 de noviembre de 2021

¡Cielos! Y no sabía qué iba a escribir

Hay ocasiones en que las palabras son luminosas como un millón de soles y otras son como la más oscura noche, se encarcelan y en su celda se consumen mientras sueñan con la libertad. Cuando eso me ocurre me hundo en el silencio por no saber qué decir o cómo decirlo.

Sin embargo, el silencio a veces lo dice todo (cuando no estoy escribiendo, por supuesto), en ocasiones es una dulce sensación de quedarme sin palabras cuando una frase me sorprende y busco decir algo, pero nada se me ocurre, y resuena esa frase en mis oídos y me silencia sin remedio. Numerosas veces el silencio tiene magia, por ejemplo dos que se miran y se callan, se lo dicen todo sin decir nada y en el silencio hasta acercan sus labios… los mejores besos muchas veces han sido precedidos del silencio, creo que muchos de ustedes lo saben.

Hoy es viernes, para mí el viernes siempre ha sido un día especial y por eso las tardes de viernes invariablemente fueron tardes de no querer hacer lo de siempre, son tardes de escaparse, salir a pasear, contemplar el mar, conversar sobre cosas diferentes, encontrarse con amigos... Las tardes de viernes eternamente deberían ser de sonrisas, de caminar sin prisas, de ser uno mismo, de olvidarse de todo menos de alguien, de observar las nubes, de sentir, sobre todo son tardes de sentir y de vivir. ¡Diablos! No sé por qué siempre he pensado eso.

Sin embargo, en esta tarde de viernes no sé qué voy a hacer y me siento frágil como el cristal. Curioso porque siempre me creí de piedra y creía que nada podía desestabilizarme… y hoy siento que cualquier golpe me podría quebrar. Hoy soy fragilidad, igual que una hoja seca a punto de caer del árbol o una carta escrita que se ha caído al agua y alguien la recoge ya mojada… algo que con solo tocarlo se rompe. Y luego dicen que soy dura, aunque para ser franca si lo soy, aunque en este instante me sienta diferente. Y no sé por qué. No me ha ocurrido nada malo. Físicamente me siento bien. En fin, ya se me pasará.

Mejor hablemos un poquito de la vida y de mí. Bueno, eso de hablar de mi no me gusta mucho, realmente lo hago poco, pero lo haré ahora.

Amo la vida. Me gusta vivir, sentir como aumenta la adrenalina en mi sangre cuando hago locuras, desafiar el peligro, gozar del amor, amar sin límites y con pasión, hacer lo que me da la gana, me gusta la cerveza o un buen ron, odio cuando a las 6 de la mañana suena el maldito despertador, soy muy desconfiada y no soporto las personas hipócritas y falsas. Puedo repetir en un día mil veces la palabra odio porque odio las mentiras, las sopas, las malas películas, la gente sin personalidad, la mediocridad… ¡Ah! Pero también adoro muchas cosas: los dulces, las pizzas, los helados, las películas de amor y las buenas comedias cuando no quiero pensar, los amigos… nunca me olvido de alguien que he querido de verdad.

En múltiples ocasiones intento deshacerme de mis impulsos, pero en un sinnúmero de ellas hablo y luego pienso (eso resulta fatal muchas veces). Por cabeza dura he perdido algunas batallas pero he ganado muchísimas. En realidad no sé si está bien o mal mi forma de actuar, pero la verdad es que me va muy bien con ella. Prefiero amar y sufrir, que sufrir por no haber amado nunca. Y me encanta compartir porque al compartir crezco, mis penas compartidas disminuyen y mis alegrías se duplican. No me gusta que me halaguen demasiado y no me importa que me critiquen.

Soy una romántica empedernida, soñadora, me gusta perderme en mi mundo de sueños, soy una eterna adolescente no importa la edad que tenga, me gusta la gente sencilla. Adoro la música y la sinceridad. Vivo por amor porque vivir por amor es tocar el cielo, es sentir como el corazón late apresuradamente anunciando que estoy viva.

Mis mayores alegrías ocurrieron cuando a mi vida llegó un lucero y una estrella, mis dos hijos, mi razón de vivir, de soñar, la razón de todo… Cuando los vi por primera vez lloré de felicidad y sentí que mi vida tenía un nuevo sentido… Ahí empezó realmente mi vida, vinieron trasnoches (y no de juergas precisamente), miedos, dedicación, pero sobre todo la alegría, la chispa de la vida más fuerte que nunca y el calor del hogar.

En la vida también nos toca pasar por momentos muy difíciles y malos, a todos nos pasa, nadie escapa de eso. Sin embargo, la vida es bella y es un regalo. Por eso tenemos que dar gracias todos los días por despertar. Vivir, es saber perdonar una ofensa, es besar con pasión a quien nos ama, es contemplar y disfrutar la alegría de un niño, escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar, es comprender al amigo ante la adversidad, es vibrar y sentir, es amar y gozar, es observar y superar, es dar y aceptar, es comprender que nuestro tiempo es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.

Por eso tenemos que disfrutar cada momento, proponernos vivirlo intensamente sin el bagaje angustiante de lo que haya pasado y poner toda nuestra energía en el hoy. No más angustias, ni críticas, ni acumular penas, simplemente vivamos hoy. El ayer está muerto y el mañana es un misterio... oír una palabra de cariño hace tanto bien a la salud, soñar es preciso, el juzgar ajeno no es importante lo que realmente importa es la Paz Interior.

Sonrío aunque la vida me golpee, aunque no todos los amaneceres sean hermosos, aunque se me cierren algunas puertas. La vida es un regalo pero no todo es perfecto. Asimilé que el tiempo pasa, que las arrugas salen, que los pechos se caen y que la belleza no es lo más importante.

Me gustan las tardes tranquilas, saltarme las reglas y no seguir una misma rutina todo el tiempo. A veces puedo ser muy tímida, otras en cambio puedo ser la más lanzada. Odio los lunes y me encantan los viernes como ya dije. En cualquier momento puedo ser la persona más odiosa que conozcas y a las pocas horas la más encantadora. Mis sonrisas te pueden encantar, pero algunas personas que conozco dicen que tengo miradas que casi matan. Cuando decido hacer las cosas voy hasta el final.

Me gusta la gente que cuando habla mira a los ojos, la gente sencilla, sin artificios, que no se cree superior a los demás, con la cabeza en su lugar, con idealismo en los ojos y los pies en la tierra, en la realidad. Gente que ríe, llora, se emociona con una simple carta, un poema, una llamada, una canción, una película, un libro, un gesto de cariño, un abrazo. Que sonríe de forma natural al hablar y la que se detiene a escuchar, que ama y tiene nostalgias, que le gustan los amigos, cultiva flores, ama a los animales y admira los paisajes, la naturaleza.

Gente de gestos sinceros y alma serena. Que tiene el valor de reconocer sus limitaciones y sus propios errores, a la que no le tiembla la voz cuando pide perdón humildemente, la que da amor, ternura y entendimiento aunque las circunstancias la hayan dejado sin corazón.

Y con la gente que me gusta me dan las claras del alba compartiendo madrugadas, palabras, risas, música y penas. Con la gente que me gusta, alrededor de una mesa, cualquier trago es un poema y cualquier charla una locura.

Cielos!!!! Y eso que mis palabras estaban encarceladas. Cuando me senté aquí no tenía ni idea de lo que iba a escribir. Si las palabras llegan a haber estado sueltas, libres… no quiero ni imaginar lo que hubiera hecho.

Buen fin de semana a todos. Los quiero.