Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

jueves, 18 de julio de 2019

Te voy a querer hasta que me odies por ello


El amor no se mide en litros, ni en toneladas, se mide en las veces que suspiramos y en la cantidad de instantes que dejamos de ser nosotros para ser uno. Es bella la noche en el que arden corazones, se dibujan formas, la razón deja de ser... Se navega entre la luna, uno se pierde en el espacio infinito de la boca... Se desea la eternidad.
Cuando estas enamorada de verdad estas jodida de mil maneras posibles pero estás feliz y orgullosa de ello, porque al fin y al cabo se puede ir a la mierda el mundo y sus porquerías.
Te conocí un día que no traía puesta mi armadura y tal vez por eso me llegaste hasta el alma. Tu abrazo, es el refugio más seguro que he conocido. Eres mi complemento perfecto, la voz de mi corazón, la luz de mi oscuridad, la alegría de mi soledad. El que me protege y me ama. El que pasa horas y horas mirándome sin decir nada, el que sonríe cuando me enojo. El que simplemente me hace feliz sin hacer nada. El que me presentó la vida y me llevo a conocerla.
Apareces en el momento menos esperado y aunque no quiera te sonrío, no puedo evitarlo… y cuando me hablas sólo soy capaz de hacerle caso a tus ojos, a nada más. A veces me sacas de mis casillas y también eres capaz de volverme loca en cuestión de minutos. Te amo porque me haces sentir querida… llevo tus besos tatuados en mi piel. Amarte es hermoso, no sé cómo mirarte sin perderme en tus ojos… cómo puedo mentirte si eres mi verdad, cómo olvidarte si siempre estás presente… amarte a ti es tenerlo todo, si no te amara no tendría nada.
Es imposible no darte un beso cada vez que sonríes; imposible permanecer seria un solo minuto a tu lado; me considero incapaz de no dedicarte una sonrisa cuando me pones esa carita o me agarras la mano, o simplemente cuando te acercas a mi cuello para sacarme de quicio. Un toque cuando menos me lo espero, un mensaje de buenas noches que me permite dormir tranquila, o unos buenos días princesa. Un te quiero sin venir a cuento o un te echaré de menos cuando a lo mejor solo estás a unos metros. Somos solo una chispa, pero suficiente para encender el universo.
Hace tiempo que eres mi mundo, mi esperanza y vida entera. Eres mi sueño blanco, en el que cada suspiro que se va, es una eternidad que estremece. Quererte una noche, quererte toda la vida, durante una hora, durante años. Quererte bien, con un fin y un plan; todo meticulosamente armado. O quererte improvisando, nerviosa, borracha. Quererte y que me quieras; besándonos con pasión o discutiendo con fervor. Pero quererte tanto y tan variado, que sea más duradero que la propia memoria.
Un día elegí que tu olor era el que mejor le sentaba a mi ropa y a mis manos, elegí tus besos y tu voz. Elegí perdernos en cualquier lugar del mundo, elegí también tu respiración en mi oreja al dormir, y en cualquier zona de mi cuerpo. Pero lo que hoy decido es que nunca se me olvide el brillo de tus ojos, el tacto de tus manos, y el olor de tu cuello, que nunca se me olvide cuanto me importas, la falta que me haces cuando no estas, lo bien que me hacen tus abrazos, y lo mucho que me gustan tus besos. Pero, sobre todo, he decidido que nunca se me olvide decirte cuanto TE AMO.
No somos perfectos, ni tu ni yo, y creo que es esto lo que más nos atrae. Solemos cometer errores, discutir por tonterías y enojarnos mucho, pero a la vez solemos amarnos sin medidas y dar todo el uno por el otro. Y es eso lo que nos mantiene unidos, el equilibrio entre lo bueno y lo no tan bueno, junto al gran amor que sentimos, y lo felices que somos juntos.
Nosotros no somos como dos gotas de agua, sino más bien como la noche y el día, pero eso es lo que me encanta, porque cada día es una sorpresa nueva, cada día es espectacular. Siempre nuestra historia fue así, que funcione o no, que este bien o mal, vivirla con contigo, para mí, es la gloria. Amarte a ti… es lo más hermoso que me ha sucedido, es estremecerme solo de pensar en ti, es perderme en lo profundo de tu mirada y quedarme sumergida en esa caricia sin desear encontrar el camino de vuelta, es ser yo en todos mis latidos.
El camino que hemos recorrimos para llegar hasta donde estamos hoy, es increíble… risas, momentos buenos y malos, de eso se trata el amor ¿no?, pero siempre los buenos son más y tan inolvidables, que hacen que los malos queden totalmente en el olvido. En el camino hemos encontrado muchas piedras que hemos tenido que esquivar y situaciones que casi nos han hecho caer pero siempre nos volvemos a levantar por más tropiezo que haya.
Eres el motivo de una pasión que crece día a día, me gusta como soy cuando te tengo invadiéndome cada lugar de mi ser. Tanto amor me hace surcar el cielo, mis pensamientos viajan a través de mis besos. Caminos de amor se renuevan llevándome al paraíso prometido, hallando las notas secretas de mi alma que transcribe la necesidad de abrazar la eternidad bajo los deseos inevitables de amarte.
Poder reír a carcajadas contigo, y a la vez morir de amor por ti, es tan increíble y mágico que me siento completa. No hace falta decir que a tu lado es donde quiero estar, que te amo con todas mis fuerzas, y que tus locuras son mis mayores alegrías. No hace falta decir que, así como ese día te elegí, lo hago todos los días.
Me encantas, te miro, me fascinas, te sonrío, me enamoras, te quiero, me apasionas, te amo, me haces feliz: te doy mi vida. Y aun cuando las frías y crueles manos del tiempo me arrebaten la expresión, mi alma perdurará, firme y enamorada. Pues en el aire que respiras me tendrás, y en la brisa que te acaricia viajará mi esencia, acunando tu ternura y viajando suavemente... Susurrándote al oído lo que siempre es y será: te amo
Haré todo lo que esté en mis manos para que seas feliz, para que siempre sonrías. Voy a quererte cada día un poco más hasta que me quede sin montañas ni planetas. Seguiré cambiando tus momentos aburridos por otros más divertidos, torturaré tu cuello hasta que te canses y seguirás siendo mi manta por las noches. Voy a hacer que nuestra historia no tenga un final bonito y tampoco un final triste, porque voy a hacer que no tenga un final. Así que prepárate amor porque te voy a querer hasta que me odies por ello.
Gracias por ser parte de mí.

lunes, 15 de julio de 2019

CUMPLIENDO UNA PROMESA


Como les prometí hace poco, aquí les traigo el texto de Simone Seija Paseyro, escritora uruguaya. Un canto a la amistad entre mujeres. Disfrútenlo.

Cuando las cabezas de las Mujeres se juntan alrededor “del fuego”

“Alguien me dijo que no es casual… que desde siempre las elegimos.
Que las encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan. Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos esos cauces, tengo muy presentes las cualidades que las trajeron a mi tierra personal.
Valientes, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna.
Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, refunfuñan, se conduelen.
Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las idas para afuera en vacaciones, el patio de un colegio, el lugar donde jugábamos en la infancia, el salón de una casa, el corredor de una facultad, una cerveza en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de las otras.
Las de adolescentes después de un baile, o para preparar un examen, o para cerrar una noche de cine. Las de “vente el sábado” porque no hay nada mejor que hacer en el mundo que escuchar música, y hablar, hablar y hablar hasta cansarse.
Las de adultas, a veces para asilar en nuestras almas a una con desesperanza en los ojos, y entonces nos desdoblamos en abrazos, en mimos, en palabras, para recordarle que siempre hay un mañana. A veces para compartir, departir, construir, sin excusas, solo por las meras ganas.
El futuro en un tiempo no existía. Cualquiera mayor de 25 era de una vejez no imaginada… y sin embargo… detrás de cada una de nosotras, nuestros ojos.
Cambiamos. Crecimos.
Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos.
Amamos. Fuimos y somos amadas.
Dejamos y nos dejaron.
Nos enojamos para toda la vida, para descubrir que toda la vida es mucho y no valía la pena.
Cuidamos y en el mejor de los casos nos dejamos cuidar.
Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos. O no.
Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza de seguir.
Bailamos con un hombre, pero la danza más lograda la hicimos para nuestros hijos al enseñarles a caminar.
Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo, noches de luz y de sombras.
Noches de miles de estrellas y noches desangeladas.
Hicimos el amor, y cuando correspondió, también la guerra.
Nos entregamos. Nos protegimos.
Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.
Entonces… los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar.
Porque juntas construimos nuestros propios cimientos.
Somos más sabias, más hermosas, más completas, más plenas, más dulces, más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes.
Y en aquel tiempo también lo éramos, sólo que no lo sabíamos.
Porque cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor “del fuego” que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, hay aquelarre, misterio, tormenta, centellas y armonía.
Como siempre. Como nunca. Como toda la vida.
Para todas las brasas de mi vida, las que arden desde hace tanto, y las que recién se suman al fogón.”
Simone Seija Paseyro

miércoles, 10 de julio de 2019

EL SER HUMANO MATA A SUS SEMEJANTES Y SE MATA A SÍ MISMO


“Estoy absolutamente convencido que ninguna riqueza del mundo
puede ayudar a que progrese la humanidad.
El mundo necesita paz permanente y buena voluntad perdurable.”
Albert Einstein

El desenfreno de la raza humana, la avaricia, el uso indiscriminado de recursos, y un sin fin de desastres en este mundo convulso está acabando con el planeta azul. Miramos guerra y violencia por donde quiera; y una despiadada destrucción del medio ambiente. Jugando con fuego. ¿Es eso lo que está haciendo la humanidad?
Vivimos en un Planeta que se encuentra en crisis, al borde de una catástrofe global. Crisis económicas, guerras, violencia, pobreza, desempleo, falta de amor, de respeto y de valores en todos los ámbitos. Queremos y buscamos “vivir en Paz”. Pero la paz es mucho más que decirles NO a las guerras, a la pobreza, a la violencia, a las diferencias. La paz es todo eso y mucho más… ella llega cuando despierta nuestra consciencia a un nuevo estado. La paz transforma y transmite sabiduría. Y todo eso deviene de vivir y servir conscientemente a la humanidad a través de la paz.
El ser humano tiene una larga y desgraciada trayectoria inventando instrumentos de muerte. Desde hace más de un millón de años el hombre aprendió a diseñar y usar herramientas para hacerle daño a otros. Espadas, arcos, cañones y ahora drones que matan a control remoto, la evolución de las armas ha sido increíble, nos hemos hecho muy creativos en la materia, que además ha sido muy acelerada en los últimos 100 años. Porque si hay algo que sabe nuestra especie, es inventar nuevas formas de matar y lastimar mediante armas.
Pero un arma no tiene conciencia, ni cerebro, así como ningún poder decisorio y ninguna voluntad para matar, sólo el ser humano está en condiciones de pensar y decidir cuándo quiera utilizarla. El hombre mata a sus semejantes por muchos motivos, pero sea el que sea, en todo caso es y permanece siempre el ser humano responsable de ello: del uso de las armas y de las muertes que ocasionan.
En la actualidad hasta los video-juegos están llenos de violencia y muerte, en vez de ser un medio de entretenimiento, fomentan la agresividad. Con frecuencia todo lo que se aprende y se sigue desarrollando en la niñez temprana, y durante la pubertad, también lleva consigo repercusiones en la edad adulta. Por ello necesitamos educar a los niños en el conocimiento del valor de toda vida y su integridad, así como del verdadero amor, paz, equilibrio, libertad y armonía.
El mundo de hoy precisa equilibrio, entendimiento y paz. Necesitamos convertirnos en mejores personas y buscar por sobre todas las cosas hacer el bien a los demás. Es necesario promover la paz, como elemento básico porque es lo que nos permitirá a todos salir adelante en los problemas que enfrentamos. Problemas muy serios a nivel social y como especie.
Jamás habrá Paz con injerencia, con ambiciones, con sanciones, con prepotencia. Sólo la habrá si hay reconciliación, diálogos, tolerancia, entendimientos… Si se transforman procedimientos y no se ejerce la imposición.
Las guerras no solo son enfrentamientos entre seres humanos, sino un ataque directo al Medio Ambiente desde el lugar donde se desarrollan los combates hasta los sitios utilizados para probar las armas con las que matarse unos a otros. Los daños medioambientales que se infringen no suelen ser tenidos en cuenta, pero cuando las guerras acaban, la paz para los habitantes del lugar viene acompañada de aguas tóxicas, bombas sin explotar, tierras de cultivo envenenadas y destruidas y cientos de secuelas más.
Pero no sólo las armas y las guerras, destruyen el mundo en que vivimos. El ser humano usa su capacidad destructiva en detrimento de su propio bienestar y el del resto de los seres vivos. Es una triste realidad. Hay ciudades en las que es casi imposible respirar aire puro y por culpa del smog (niebla tóxica) que flota en el ambiente sus habitantes no saben lo que es apreciar un cielo nocturno estrellado. La gente sufre enfermedades por la cantidad de partículas suspendidas en el aire y los gases contaminantes emitidos por las industrias y los coches. Hay sitios donde es impensable salir a la calle sin un tapabocas o colgar una prenda en el balcón para que se seque, porque en pocos minutos se ennegrece.
La desidia del ser humano no tiene límites a la hora de deshacerse de la basura que él mismo genera al consumir. Pero este no es un mal que se limite a las ciudades, por increíble que parezca ocurre hasta en la cima del mundo, el Monte Everest, donde los escaladores dejan una muestra patente de la falta de consideración generalizada y el desinterés por el cuidado del Medio Ambiente. Actualmente las autoridades han tenido que tomar medidas extremas y obligan a los escaladores que al bajar traigan al menos 8 kilos de desechos (suyos y ajenos), con el fin de “limpiar” este increíble y casi inaccesible lugar.
El desastre también se aprecia en los cientos de ríos que para poder navegar por ellos se rema entre basura de la más diversa índole. Es imposible usar motores porque las hélices no durarían ni cinco minutos. La biodiversidad de fauna y flora se ha perdido hace mucho tiempo y la gente sobrevive seleccionando de lo que flota, lo que puede reutilizar o vender.
El nivel de contaminación que sufren las aguas del planeta, en especial las fuentes de agua dulce son tan dramáticas, que los elementos tóxicos han llegado a las capas freáticas más profundas. Los vertidos (legales e ilegales) industriales, los restos de pesticidas y hasta los desechos cloacales, penetran en la tierra y envenenan el agua de abajo hacia arriba durante décadas.
En cada puerto del mundo donde existe trasiego de petróleo entre los barcos que lo transportan y los depósitos donde se almacenan, hay pérdidas enormes de este combustible fósil, que sumados dan cifras escalofriantes. También los grandes accidentes en las plataformas son situaciones puntuales que causan un daño al Medio Ambiente de grandes dimensiones y con graves consecuencias.
Los desechos que se depositan en las aguas provocan estragos en las costas, haciendo cada vez más difícil la supervivencia de los lugareños que dependen de la pesca o de la piscicultura artesanal. Este fenómeno llamado eutrofización tiene otras consecuencias nefastas, ya que cada planta que muere se deposita en el fondo dónde al descomponerse genera metano, que contribuye a envenenar más las aguas y a romper el equilibrio de los ecosistemas.
Otro daño a gran escala es la deforestación indiscriminada y agresiva, no solo en el Amazonas que se considera el “pulmón del planeta”, sino en muchos otros puntos del mundo. Donde hay árboles, el ser humano únicamente ve la posibilidad de talarlos para vender la madera y luego usar las tierras para cultivos, en vez de preservar ese tesoro natural en bien del resto de la humanidad, que necesita de la oxigenación del aire para vivir.
Nosotros, los seres humanos somos artífices de nuestra propia destrucción. Nuestras acciones provocarán desastres ecológicos sin precedentes. El caos medioambiental al que está sometido el planeta hace resurgir la interrogante de cuándo se tomarán medidas concretas para evitar las crisis que se avecinan. El cambio climático lo está acelerando el hombre de una manera bestial. Destruimos a una velocidad vertiginosa la Tierra y se nos acaba el tiempo para tomar medidas drásticas.
Según los científicos hay consecuencias del calentamiento global que ya están a la vista. Advierten que, en los próximos 25 años, el planeta tendrá, por ejemplo, inundaciones devastadoras. El desborde sin precedentes de los ríos hará que poblaciones enteras queden amenazadas. La crisis de agua potable cada vez será mayor y hay lugares donde el problema ya no tiene retorno, que están llegando a la hora cero como Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y Lima, la capital peruana.
Las especies en peligro aumentan por el avance de la urbanización y de los intereses del hombre. Un ejemplo de esto es lo que ocurre en Cancún (México), donde la construcción de “resorts” pone en peligro a los ecosistemas marinos, además de aumentar las cantidades de basura, el desabastecimiento de agua y el tránsito vehicular, con la consiguiente contaminación del aire. Por eso, las autoridades locales han comenzado a condicionar los proyectos hoteleros para preservar algunas especies marinas. No obstante, y pese a los esfuerzos de muchos, algunos animales tanto marinos como terrestres ya han desaparecido del planeta.
Cambiar el curso de estos hechos es imperioso para evitar que la Tierra se vuelva cada vez más hostil. Y debe hacerse rápido. Necesitamos los medios proporcionados por la naturaleza para nuestra propia supervivencia. El cambio climático amenaza con revertir los últimos 50 años de progreso en términos de desarrollo, salud global y reducción de la pobreza. Los estados han ignorado cada una de las advertencias y de los umbrales especificados por los científicos quienes afirman que pronto será demasiado tarde para cambiar el rumbo de nuestra trayectoria fallida. Debemos reconocer en nuestra vida cotidiana y en nuestras instituciones de gobierno que la Tierra es nuestro único hogar.
Condiciones climáticas anómalas como sequías extremas, incendios forestales, inundaciones o escasez de alimentos para cientos de millones de personas podrían ser solo los primeros síntomas. Para evitar esa situación, de acuerdo con los especialistas, el mundo necesita cambios rápidos, de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad. Recientemente Philip Alston, relator de Naciones Unidas en temas de pobreza extrema y derechos humanos, señaló que el cambio climático puede empujar a 120 millones de personas más bajo la línea de pobreza para 2030. Afirmó que muchos deberán elegir entre morir de hambre o migrar.
Por todo esto y más es que el mundo necesita paz permanente, buena voluntad perdurable y amor inagotable. Debemos unirnos como sociedad, apoyar las buenas causas, informarnos y educarnos con valores desde casa. Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar, es momento de reflexionar realmente sobre todo lo que pasa a nuestro alrededor. Sólo un mundo de paz nos permitirá dedicar tiempo suficiente para trabajar arduamente en pos de salvar el Medio Ambiente y poder seguir existiendo como especie. ¡Lo necesitamos! Pero no será posible si no hacemos algo para lograrlo.
Los gobiernos necesitan tomar medidas urgentes a gran escala, pero nosotros podemos contribuir desde nuestro humilde sitio. No nos convirtamos en meros observadores de la realidad sin hacer nada en consecuencia. Como dijo Mahatma Gandhi: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Cambiemos nuestra conciencia, nuestros valores, nuestros malos hábitos, nuestro indiscriminado derroche, nuestro indiscriminado afán de destrucción… y nos beneficiaremos todos.
En algún lugar leí: “Podemos cambiar el mundo si todos nos lo proponemos y si todos lo deseamos realmente. Podemos eliminar las guerras, el terrorismo y la violencia. Podemos eliminarlo porque nosotros lo inventamos”. Estoy cien por ciento de acuerdo. Entonces, ¿qué puedes hacer tú para ayudar? Es ahora o nunca. Hay muchas acciones que solo implican un poco de sentido común, puedes hacer algunos cambios cotidianos para ayudar a evitar una "catástrofe" como resultado del calentamiento global.
Simples cambios como: Utilizar el transporte público en lugar de los carros en las ciudades reducirá las emisiones de carbono. Ahorrar energía, con cosas tan simples como poner la ropa húmeda al sol en lugar de utilizar secadoras y ahorrar al máximo electricidad. Apagar y desenchufar tus aparatos electrodomésticos cuando no estén en uso. Usar temperaturas más altas para enfriar las habitaciones o más bajas para calentarlas. Aislar el techo de tu casa para evitar la pérdida de calor durante los inviernos. Comprar equipos que hagan un uso eficiente de la energía. Adoptar una fuente de energía renovable para algunas de las necesidades de tu hogar, como los calentadores solares. Reducir los desechos que tiras y tratar de reutilizar materiales ya usados. Lo mismo ocurre con el agua, una alternativa es la recolección de agua de lluvia para lavar y limpiar. ¡Y tirar menos basura! Con estas acciones puedes marcar la diferencia. Todos estos cambios, practicados todos los días por miles de millones de personas, permitirán un desarrollo sostenible casi sin impacto en su bienestar. Entre todos podemos lograrlo.
Cuidemos la tierra y ella cuidará de nosotros.
Con esta reflexión me despido y les mando mucho amor para que tatúe sus corazones.