Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

Mostrando entradas con la etiqueta erotismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta erotismo. Mostrar todas las entradas

jueves, 29 de septiembre de 2016

Al vernos de nuevo

Después de tanto tiempo cuando te vi frente a mí con esa sonrisa y tus ojos brillando al verme… de momento me sentí tan perdida que no supe cómo reaccionar, pero al instante corrí a tus brazos a refugiarme en ellos. Cada vez que te encuentro ¿ves lo que pasa? Me quedo sin palabras y con esa sensación de mariposas revoloteando en mi estómago. Cada vez que miro tus ojos ya no soy dueña de mí misma. Veo tanta ternura y dulzura que me quedo paralizada en el espejo de tu mirada. Un embrujo tuyo me tiene perdida. Cuando te veo es inevitable escuchar en mi interior “te amo, mi amor” y del pecho me sale una sensación de energía, de felicidad, verte me hace estremecer.
Es peligroso cuando te acercas porque solo tú sabes sacar el lado más prohibido que hay dentro de mí, porque cuando te aproximas dejo de ser yo, no me puedo controlar porque entre tú y yo nace esa magia especial que cuando nos atrapa ya nada nos puede parar... Dulce melodía es tu boca en la mía, exquisita sinfonía tu cuerpo sobre el mío, caricias que recorren toda la escala del amor. Cuento deseos en tus labios, el placer es mi arma para soñar, recorro tu alma y secuestro tu amor. Sabes que no hay rescate: sólo pasión, ardientes suspiros que suben de intensidad acentuando el amor, rozando el cielo hasta alcanzar el clímax.
Y luego, mientras tomo un café contigo, saboreo a sorbos tu sonrisa, la disfruto sin prisa, llevando en mi piel tu sabor y el almíbar de tu esencia en mi corazón. Tenerte cerca hace que me lata muy fuerte el corazón, que me tiemble el alma… y vuelvo a suspirar cayendo en tus brazos para escribir pasión y amor del mismo trazo... una vez más como en esas tantas noches donde nos hemos vuelto cómplices perfectos y un solo cuerpo... Tu mirada ilumina mi alma y a pesar del tiempo sigo enamorada de ti. Y como siempre, una vez más te amé profundamente, te juré amor eterno, nos fundimos en un beso interminable y pintamos de colores nuestro cielo.
Dicen que con el tiempo las cosas cambian... sé que es verdad, pero hasta ahora yo sigo aquí con el mismo amor e incluso más intenso que al principio... Recuerdo las dudas que surgían en mí en los primeros días pero tú siempre estabas seguro de que junto a ti yo sería feliz. Y ha sido así, día a día haces hasta lo imposible para sacarme una sonrisa, por mimarme al máximo y entregarme todo tu amor. Y yo sigo aquí amándote sin remedio. Hemos tenido dificultades y días grises, pero han sido más los días de sol y a estas alturas hemos aprendido que las nubes también forman parte del paisaje.
Me podría pasar toda la tarde y toda la noche intentando encontrar palabras que me sirvieran para describir lo que siento por ti, pero prefiero mirarte a los ojos porque es realmente en ellos donde puedes lo que me importas. Tú significas para mí más de lo que mis palabras te pudieran expresar. Siempre te he dicho que no esperes que sea una mujer perfecta porque te enamoraste de mí a pesar de mis imperfecciones y a pesar de eso sabes que puedo hacer que tu vida sea perfecta.
Tú agitas mi alma… me encantan tus ojos, tu sonrisa… Desde la primera vez que te vi me causaste un problema. Empecé a pensar en ti a cada instante y escribirte se volvió mi necesidad. Me enamoré de ti, de tú forma de ser y de tus locuras… me enamoré de cosas que nunca imaginé… ¿Por qué no te conocí antes? maldito el tiempo y sus segundos, sin embargo la ocasión fue casi perfecta, ahora entiendo porque tenía que ser justo en ese momento. Recuerdo que me quedé sin respiración al escuchar tu voz por primera vez y después al mirarte a los ojos. ¡Dios! Fue algo inexplicable, nunca me había ocurrido algo así. Y sin conocer tu historia, me dejé envolver por tu suave manto con los ojos cerrados simplemente quería sentirte, notar como te introducías dentro de mi mente, mi cuerpo, mi alma… sumergirme en el mar de tu cielo, mientras tu calor y olor me mecían entre tus sábanas…
Tú, el príncipe del cuento en carne y hueso, el súper héroe de mis historietas y el encanto divino que me hace falta. Es tan dulce la locura que siento al tenerte cerca… por eso no es nada raro que te extrañe desde que sueltas mi mano. Tú, mi fabuloso complemento, gracias por ser como eres. Por completar mi mundo, por ser la mitad que me faltaba, por llenarme con tanto amor, por cuidar de este ser alocado y por hacer que cada día sea mejor persona. Gracias por enseñarme a soñar y a ser feliz, gracias por las noches de amor intenso, por los despertares en tus brazos, por la comprensión de mi sentir, por la preocupación y por la seguridad que me entregas en cada palabra, beso y abrazo.
Tienes todo un universo navegando en tus pupilas, tienes todo lo que necesitas tras unos labios que se abren camino al hablar. Una sonrisa es todo lo que necesitas para vencerme. Me besas, me hueles, me lames, me saboreas y me comes. Luego, me abres para arrancarme el alma y juegas con mis piezas.
Me gustan tanto los hoy como miedo me dan los mañana. Por eso haz que siga moviéndome al compás de la yema de tus dedos y que mis jadeos entonen melodías no conocidas… Elévame al éxtasis y estallemos en danzas de jadeos y sudores…
Amarte a ti es lo más hermoso que me pudo suceder. Ojala tuviera más de una vida, para revivir y repetir en cada una de ellas, lo que no me cansaré jamás de hacer... AMARTE

lunes, 18 de enero de 2016

Encuentro húmedo

Después de tanto tiempo sin vernos, de pronto, estar así, frente a frente, cuando menos lo esperábamos… corrimos uno a los brazos del otro sin decir nada, sin reclamar nada, sin preguntar nada… solo una cosa importaba, estábamos juntos y con mucho sentimiento desbordándose entre nosotros. Lo nuestro es fuego que se consume en la hoguera de nuestras pasiones, es amor del bueno, es deseos desmedidos, piel que ansía el rose de otra piel, es candela y sin duda alguna estamos a punto de arder de placer...
Comenzamos a besarnos, a acariciarnos, a amarnos de una manera casi desesperada... dando traspiés llegamos al cuarto, nuestras manos trataban de deshacerse de la ropa a toda prisa mientras nuestras bocas seguían unidas en intenso beso. Nos separamos por un par de segundos, el para quitarse más rápidamente los jeans que aun llevaba puesto y yo para deshacerme de lo que me quedaba de ropa... compartimos una sonrisa de complicidad.
Completamente desnudos, volvimos a unir nuestros cuerpos... Sus besos y caricias fluían apasionadamente por todo mi cuerpo, yo le correspondía de la misma manera, gozaba de cada caricia, de cada beso, de cada movimiento... nos amamos con ansiedad, con desesperación. Esta vez la separación había sido muy larga. Permanecimos abrazados cuando la calma llegó... Y entonces entre besos tiernos y miradas cariñosas comenzamos a decirnos lo mucho que nos habíamos extrañado, lo mucho que nos habíamos deseado en la distancia...

En un momento de silencio escuchamos un pequeño ruido entre los dos y comenzamos a reírnos, era su estómago quejándose. “¡Tengo hambre! ¿hay algo en el refrigerador? Huevos, hamburguesas, cualquier cosa estaría bien ¿no?", dijo entre risas y dándome un beso se levantó de un salto para dirigirse a la cocina.Yo sonreí viéndolo salir del cuarto alegre como un niño con un dulce y me sentí feliz, me parecía mentira tenerlo ahí nuevamente.
Me levanté de la cama, envolviéndome en la sábana y me dirigí al baño... sabía que si iba a la cocina con él no terminaríamos de preparar nada de comer como otras veces y yo también me moría de hambre. Abrí la ducha para dejar correr el agua por mi cuerpo... estaba verdaderamente feliz,por fin estábamos juntos de nuevo. Comencé a enjabonarme y a sonreír mientras me deleitaba visualizando mentalmente cada instante de los vividos tan solo hacía unos minutos, cuando escuché la puerta del baño abrirse... sabía que entraría de inmediato cuando se diera cuenta que estaba duchándome y para ser sincera yo lo estaba deseando, una ducha con el siempre era doblemente placentera.
Creo que me leyó el pensamiento por la sonrisa y el brillo de sus ojos. Se puso detrás de mí y sus manos con movimientos suaves comenzaron a recorrerme mientras el agua jabonosa se escurría por mi cuerpo, siguió su juego hasta que pegó totalmente su cuerpo al mío y su boca empezó a jugar con mi cuello. Yo, solo me dejaba llevar por las sensaciones…
Deslizó una de sus manos hasta mi sexo mientras seguía perdido en mi cuello… Ya yo no podía aguantar más, me di la vuelta para buscar su boca... nos besamos y al separarnos ligeramente pude contemplar su miembro en todo su esplendor, me mordí el labio mirándole… sonrió con malicia al notar mi lujuriosa mirada y sin darme tiempo a nada me besó apasionadamente, levantando una de mis piernas, flexiona un poco las rodillas y me penetra profundamente... Mis brazos se aferran a su cuerpo, y con un movimiento rápido me pega a una de las paredes de la ducha... Y ahí, comienza a embestirme frenéticamente, su movimiento brusco y continuo me lleva a otro mundo, el clímax es violento. Su boca busca la mía... sus manos presionan fuertemente, cuando deja de besarme para hundir su cabeza en mi cuello y lo escucho gemir de placer, avisándome que ha llegado también al clímax...
Nos quedamos abrazados, esperando que nuestros cuerpos volvieran a la calma, experimentando, disfrutando aún de ese placer mutuo. Nos separamos muy despacio y nos metemos de nuevo bajo el chorro de agua, mirándonos divertidos, como niños cómplices de una hermosa travesura... Salimos de la ducha y mientras nos secábamos el uno al otro me dijo: “Vamos a comer que me estoy muriendo de hambre”. Envueltos en las toallas nos dirigimos a la mesa donde él había preparado algo sencillo con dos cervezas de esas que nunca faltaban en el refrigerador.
Al terminar regresamos a la cama, pero esta vez para descansar uno en los brazos del otro.
Podría vivir con mi piel enganchada a la tuya y mis manos sintiendo la caricia de tu pelo contra sus palmas, escucharía durante cien siglos las palabras que salen de tu boca y pediría en el último de mis suspiros, poder deleitarme con tu recuerdo sintiéndolo muy dentro de mí hasta la eternidad.

Voy a amarte hasta que las estrellas desaparezcan del firmamento y las hojas de los árboles dejen de caer con la llegada del otoño… el sentimiento que has despertado en mí seguirá perdurando mientras las olas del mar sigan llegando a las costas y el sol siga ocultándose para acompañar al atardecer. De eso no tengo duda alguna.

jueves, 25 de junio de 2015

Amándote



A veces me pongo a pensar que no existe en el mundo una persona como tú, una persona que en el primer momento en que la conocí, despertó en mi corazón, ese sentimiento tan hermoso, tan especial, tan maravilloso que es “el amor”. Es un sentimiento tan profundo que cada vez que te veo siento esa alegría, esa felicidad que me hace vibrar y me hace sentir lo hermosa que es la vida a tu lado… eres lo que siempre soñé.
Me gusta abrazarme a tu cálido cuerpo, donde nuestros besos suaves nos conducen al éxtasis de querer dar más, tienes la absoluta capacidad de despertar mi pasión por ti. Hacer el amor contigo es vivir y morir, es tocar el cielo, es mágico, dos alma que se hacen una… hacer el amor contigo sin tabúes ni complejos dejando todo mi ser dentro de ti y haciéndote sentir que mi amor te quema, así hacemos el amor…
Cuando estamos juntos somos increíbles, es algo tan fuerte y perfecto que a veces asusta. Junto a ti siempre estoy sedienta de pecado, ansiosa de beber tu aroma, de tatuar tu piel con mis dedos, de llenarme de tus ojos, beber de tu sonrisa, implicarte en mis juegos mientras corren ríos de lenguas enredadas. Abrasar como el sol, llover mis labios en tu tierra, sembrar lascivia para engendrar deseo...
Estoy sentada en una esquina escribiendo… levanto la vista y me quedo mirándote y siento la punzada del deseo por esa piel que empieza a estar curtida por los años y sin pensarlo aparto lo que estoy haciendo y voy ansiosa en busca de tu fuego. Anhelo tu esencia, tu dulzura, el deseo intimista y prohibido que percibo cada vez que tus manos me rozan, tu fragancia derramada en mi cuerpo, tu sonrisa hecha de sol que me calienta aun en el más frío día de invierno.
Intento escribir en tu piel mi voluntad, a veces con redacción apresurada, despojándonos de las ropas y las palabras, otras, mi caligrafía esta llena de calma y me complace besarte en silencio, rozar apenas tu nuca con mis manos, susurrarte mimosa que colmaré tu deseo, deshacerme en el viaje placido de tu sexo…
Me sientes moverme y dejas el trabajo que estás haciendo para observarme. Me voy sacando la ropa, botón a botón, prenda a prenda, empiezas a sonreír con malicia y te acercas solo un poquito porque no te permito hacerlo más y no dejo que me toques, sólo que me observes obligándote a que te consumas en deseo, haciendo que me contemples placentera y maliciosa, quiero ser seducción, tentación, la vida misma incluso.
Te sientas y me llamas mala y yo me rió… acorto la distancia, y me siento sobre tus piernas, te enlazo con las mías y me muero mientras mis manos descubren los efectos causados y te invito a que descubras tú los que provoca el deslizar presuroso de tus manos. Palpitan en mí las ganas de ser surcada despacio, de ser bebida con placidez exquisita y no obstante sigo siendo mala, te recorro despacio negándote mi mirada, atravesando la distancia entre tu boca y tu sexo para apenas sin resistencia moverme juguetona ante el, untándote con la humedad de mi saliva y llenarte de deseo creciente. “Mala”… me dices, me gusta y me rió…
En espera de saciar mi gula como una loba lujuriosa, me afianzo a tus costados y aferrada a tu desnudez te ofrezco mi cáliz entreabierto… cabalgo sobre tu cuerpo, me estremezco, me agito, noto el cimbrear erótico de tu pelvis en el delicioso compás del penetrar en mí de tu sexo y al fin soy loba herida que cae rendida sobre tu pecho.
Me quedo allí pegada a tu cuerpo sintiendo nuestra agitación y esta transpiración que huele a nuestras pieles, y nos acariciamos, mientras nos miramos susurrándonos dulces palabras de amor. Así transcurre un breve tiempo y cuando intento volver a mis letras me lo impiden tus caricias suaves, dulces, tus susurros nuevamente en mi oído y tus manos comienzan a recorrer mi cuerpo y tu aliento siento que me quema… e inevitablemente enciendes mi pasión. “Malo”, te susurro… y me rió… Sin decir casi siempre decimos todo. Sé donde ampliar tu golosa avidez de mi sexo. Se interrumpe el silencio por los jadeos, consigo excitarte tanto que ahora eres tu quien pide guerra. Me entrego a tu lascivia palpitante, deseosa, ansiosa…
Es una entrega sin pensar, sin pausa. Cada vez, cada entrada y salida nos envuelve más en un placer indescriptible, Siento escalofríos y la sensación evidente de la proximidad del clímax. Y alzo mi vientre para sentir que te derramas en mi interior, que te deshaces entre mis muslos, que mis pechos te parecen el manjar más exquisito. Luego noto esa humedad vastísima y exhalo el último gemido. Suprema es la intensidad de nuestras geografías al pecar.
Tu eres y serás mi deseo, serás la mitad de mi cuerpo… muere de placer en mi confesionario... Y déjame a mí... morir entre tus brazos. No olvides nunca que me gusta hacerte el amor así, amándote.

jueves, 21 de mayo de 2015

Somos...



Somos dos para darnos todo y somos uno cuando nos amamos, con un fuego de amor que paraliza nuestros sentidos, que nos impide más que amarnos, un fuego de sentirnos, que nos hace pertenecernos.
A veces te añoro, otras te adoro, las demás te necesito, pero siempre te amo, porque siempre estás en mí. Sentirme arropada por ti, me hace sentir tan grande y a la vez tan pequeña..... Tus ojos me siguen pareciendo la misma puerta hacia el infinito, tus labios son algo más que labios es el aliento que necesito y tus manos las herramientas que encienden mi alma y mi espíritu, con solo rozar mi cuerpo.
Lo nuestro no se basa solo en el sexo, nuestra relación esta llena de cariño, amor, respeto, comprensión, complicidad, bromas, libertad, seguridad, entrega, pasión, lujuria, sueños, ilusiones, esperanza, felicidad, lucha, magia, sensibilidad, ternura, dulzura, amistad, confianza, compartir, mimar, fantasías, inteligencia, cultura, adoración, admiración… Nuestro camino no ha sido un camino sencillo, está lleno de piedras, de senderos y veredas, ha sido trazado por el tiempo, por nuestro destino, es el camino que me lleva hacia ti...
Somos uno en dos, dos en un sólo amor. Sentimos cada instante de sentimientos, compartiendo hasta el último de nuestros deseos. Entendemos nuestros placeres: nuestra complicidad nos une y hasta con el silencio nos decimos todo sin necesidad de más. Me amas como la mañana al rocío que se esperan para abrazarse, gozando tu cuerpo junto al mío, dejándome profanar tu cuerpo junto a mí, pasando por mi alma… Me amas con el desespero de quien espera ser condenado, con tu boca ardiente que agoniza por sentir tus labios en mí… me seduces con tus manos, tocas cada poro de mi piel deteniendo el tiempo como sólo tú sabes.
Ay amor, no puedo negar que hago de ti el infierno donde ardo porque tocas el horizonte de fuego de mi cuerpo… y me electrizas… hasta el gemido… bailas conmigo el ritmo porque solo tu boca sabe exorcizar mi hambre… instintivamente abro mis muslos con tan solo una certeza… quiero continuar… con la furia de los besos… las huellas invisibles del apetito animal y del placer desmesurado que tiñes en mi piel. Me haces sentir fiebre entre mis muslos y hambrienta te como el cuerpo y el alma. Siguiendo la travesía de tus jadeos mis dedos y mi lengua tejen hilos de seda con tus escalofríos, y entonces dejo que tus pecados se adueñen de mi cuerpo… y me robas el límite cuando me repites que soy tu vicio…
Cuando ya estamos vencidos... el silencio impera. La entrega mutua es realidad y en ella perduró el deseo. Uno en brazos del otro… aún los cuerpos tiemblan con loca pasión. Cuerpos agitados pecado cumplido.
Somos amor en cada roce, pasión en cada beso… estamos fundidos tú y yo en un eclipse de deseos. Nuestros cuerpos son paraíso e infierno a la vez. Porque disfrutamos de los sabores divinos de nuestros frutos del edén pero también ardemos entre llamas llenas de pasión y pecado.
Tú eres mi sueño cumplido, el amor perfecto, sin ataduras, eres la respuesta a mis preguntas… Eres el veneno que me mata, la cura que me salva. Eres mi mitad, mi otra parte. Eres amor, placer, esencia, pasión, bondad, deseo puro, calor, calma, nobleza, alegría, amor sincero, lagrima oculta, cobijo, dulzura, ternura… siempre estas en mis pensamientos, en mi corazón, en mis sentimientos, en el sol, la lluvia, en cada lágrima, tú eres mi felicidad, mi todo.
Y yo… yo vivo en tus deseos... soy tu calma y tu locura. Soy tu paz, tu desesperación y tu delirio… soy lo débil y lo fuerte de ti. Soy lujuria... reina de la noche... y de tu ser.

jueves, 9 de abril de 2015

Quererte es una realidad



Tu piel es el manto que cobija mi cuerpo, mi abrazo es tu descanso y tu pecho mi paz, nuestras bocas danzan un Vals de besos que no tiene fin, mis besos en tu cuerpo han escrito mis mejores líneas.
Tú eres mi obsesión, mi tormento, mi cielo, mi infierno. Mi pecado es amarte. Mi corazón lleva tu nombre, mi cuerpo esta impregnado de ti. Tus besos me enloquecen, tu mirada me hipnotiza, tus caricias me estremecen, tu pasión me obsesiona, tú me robas los pensamientos, esclavizas mis sentidos… Tú eres el hombre que amo y en esta fascinación que avasalla mi razón solo sé que mi ser está enteramente abrasado por tu pasión.
Todo lo tuyo es una continua seducción, me seduces con tus palabras, con tu sonrisa, con un tímido abrazo. Ah... seductor, me seduces con tus pasos y con tus silencios, te llevas mi alma en un suspiro… seduces cuando hablas, seduces con el lenguaje de tu cuerpo.
Me gusta sentir tu aliento suave, cálido, sentir como poco a poco me va quemando, me va consumiendo.... y entonces cubrir tu cuerpo de sonrisas, besos, juegos, promesas y fantasías… y sentir que flotas, y sentir que creces al roce de mis manos, de mis labios... sentir como te conviertes en oleaje al soplo de mi brisa
Ahora estás frente a mí, con esa sonrisa tuya que me desarma completamente… me abrazas, es tan delicioso tenerte aquí conmigo. ¡Dios bendito, te he extrañado tanto! Me quedo callada viviendo el abrazo. Y te oigo susurrar ¡Te he extrañado tanto! ¡Te he necesitado demasiado! Mientras escucho tus palabras sigo embelesada de ti… acercas tu boca a mi cuello y lo besas suave, despacio… No mientes, ¡Me necesitas también!, lo siento en tus caricias.
Tu boca busca la mía, ávida de mis besos, mi pasión… Nuestras caricias van en aumento, palpando nuestra piel, recorriendo cada espacio, cada lunar, cada cicatriz… Eres tan tierno y suave con tus manos, con tu boca que, nuestro éxtasis va en aumento. Volvemos a mirarnos de frente, nuestras miradas se funden, me pierdo en esos ojos picarones de deseo, y esa sonrisilla de saber ya lo que va a pasar… nuestras bocas se buscan, mis manos entrelazan tu cuello y las tuyas se aferran a mis caderas… Con solo vernos ya sabemos lo que pensamos…
Me atraes hacia ti y nuestros labios se unen en un beso indescriptible; nos hace estremecer el sentir nuestras lenguas juguetear; mi lengua delinea tus labios húmedos, ansiosos por poseerme. Tus manos son un rítmico vaivén desde mi espalda hasta mis caderas… Estoy húmeda, te siento excitado… El deseo y placer es mutuo. ¡Estamos conectados completamente!
Mientras me hablas y yo te miro, se detiene el tiempo en medio instante: el amor me llama y yo le obedezco. Se alzan los sentimientos, manda tu voz, el cielo se hace visible en tus ojos, y yo pronuncio el querer en tus labios.
Me besas y me siento ya perdida, me rozas con tu lengua y me estremezco… desfilas tu lengua con pausa… cual fruta deliciosa, en cada rincón como si fuera un anhelo… y poco a poco cedo, me siento enardecida y te bailo despacio, me muevo divina, oscila mi cuerpo, mis caderas giran, me muevo obscena, la mirada pícara, un dedo en la boca, y una sonrisa… Las pieles se juntan los suspiros llegan. El sudor nos cubre... la pasión invade. Los perfumes desaparecen y aparecen pronto los olores sexuados. La entrega mutua es ya realidad. Y los cuerpos tiemblan con loca pasión.
Y así, lujurioso comienzas la embestida, tu cuerpo fundido al mío, enfebrecido, apasionado hasta que explotamos… deliciosa sensación de llegar al vacío en donde sólo hay placer y eternos gemidos. Termina la gran batalla en que nos unimos más allá del tiempo... Ya estamos vencidos... el silencio impera, cuerpos agitados, pecado cumplido. En la entrega mutua perduró el deseo. Mmmm… pasiones misteriosas que embriagan mis sentidos hasta desear que me tomes otra vez.
Eres mi inspiración, has devuelto luz a mi existir, reavivaste la chispa en mis pensamientos, y hoy, que estamos aquí, unidos, no hay satisfacción más grande que ver esa sonrisa en tu rostro y tus manos acariciando mi cara… Te deseo tanto como tú a mí. Sigamos dejando huellas el uno en el otro, de esos momentos tan íntimos, tan nuestros. Estoy convencida de que mientras me hagas el amor así no perderé la locura de tenerte, jamás extraviaré el amor por poseerte, entre años y calendarios, días y meses horarios de entrega prolongados.
Cada beso y cada caricia tuya dejan en mí tatuajes que nunca podré borrar. En tu boca germina mi delirio y mi muerte… Quizás el paraíso es ese que veo en cada orgasmo que me provocas, orgasmos que solo terminan para comenzar de nuevo en tu piel y en la mía. Porque hay un antes y un después de nuestra magia, de ese instante en el que supe que no buscaba a alguien como tú... te esperaba A TI.
Hay libros que se escriben sobre la carne misma y quererte es una realidad. Podré dejar de fumar, podré dejar de tomar pero lo que nunca lograré, es dejarte de amar.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

La lluvia como música de fondo



Hace días que no para de llover. Mmmm… me encanta cuando llueve, aunque realmente, ya va siendo demasiado. Ha bajado la temperatura, se siente frío y hay mucha humedad. El tiempo está rico para estar acostada, por lo que me meto en la cama sin pensarlo mucho. Pero de inmediato abrazada a mi almohada pienso en ti, es inevitable. Y te quiero aquí conmigo, ahora. Y no precisamente para dormir. Mientras llueve, puedo hacer muchas cosas, pero quiero hacerlas contigo. Un día así es simplemente una puerta al cielo u otra entrada al infierno.
En un día de tormenta fui tuya, en un día de tormenta sacudiste mi vida. Como un rayo implacable traspasaste mis defensas. Como un relámpago en la noche Iluminaste mi cuerpo con tus caricias. En un día de tormenta experimenté la magia de perderme en tu cuerpo y la excitación de una fusión total, llegando entre besos y caricias al clímax enervante del deseo.
Me gusta hacer el amor mientras llueve, es súper romántico. El ambiente se carga de energías positivas porque el agua es pureza y frescura... Sigue lloviendo, y yo pienso en ti con más fuerza con más deseos de tenerte aquí, en este instante, en este cuarto y seguir sintiendo la lluvia como música de fondo mientras hacemos el amor…
Sigo con mis pensamientos, y como si la fuerza de ellos y mis deseos te hubieran llamado, te veo allí a unos metros de mí, sonriéndome, recostado a la puerta. Estaba tan inmersa en mis pensamientos que ni siquiera te sentí entrar. Yo también sonrío, el brillo de tu mirada lo dice todo. Esa mirada que organiza trastornos psíquicos a cada una de mis células, entregadas por completo a ti.
Te deshaces de la ropa y te metes en la cama calladito, en un mismo gesto mueves la sábana, corres la cortina y me abrazas. La lluviosa mañana nos invita a descubrir nuevos diálogos sensuales. Y nos amamos dándolo todo hasta vaciarnos y a la vez, quedando plenos. Miramos el paisaje, sonreímos, seguiremos disfrutando, gozando nuestros cuerpos. Nuestros cuerpos, agradecidos, nuevamente sucumben al encuentro. Todo es complicidad, gozo, entendimiento... En un abrazo triunfal nos confundimos, queremos retozar, afuera llueve. Nos recorremos palmo a palmo, beso a beso, mirada a mirada, soplo a soplo. Ardiendo de pasión, entrelazados, sacudidos de amor, apasionados... el volcán erupciona la lava nos quema, el sudor nos baña, perdemos la razón por un instante... solo piel y placer... se apoderan de todo… Te siento dentro de mi fuerte, haciéndome sudar, haciéndome gemir, perdiendo la razón…
Estamos aislados del mundo por el viento y la lluvia entre la cuenca tibia de esta alcoba. Nos susurramos cosas sin sentido, nos acariciamos, nos amamos… Te digo que te quiero, tú me lo dices a mí. Nuestro ritual termina donde empezó, con una sensación rica de quietud, con la lluvia afuera y dentro cariño y tibieza. Estamos abrazados, mi cuerpo se regocija con el calor de tus brazos… miro hacia la ventana, la lluvia es más fuerte ahora y el deseo al igual que el agua, se derrama en todo nuestro mundo… sábanas blancas, miradas tiernas, besos apasionados, cuerpos ardientes, piernas entrelazadas fusionando morbo y corazón.
La mañana casi ha terminado, estamos solos en casa. Nos duchamos y en ropa interior nos sentamos en el sofá para ver una película, tomando un café. Olvido las cosas que tengo que hacer, me hago la idea de que me encuentro en un paraíso. Nos acurrucamos uno en el otro. Pasado unos minutos inconcientemente comenzamos a acariciarnos. Es inevitable no hacerlo cuando estamos así tan juntos, tan uno en el otro, en nuestro mundo… Sobran las palabras y faltan significados para hacer entender el poder de tus manos sobre mi piel.
Necesito inventar verbos que describan tus acciones en mi corazón, pero no puedo ser coherente cuando mis labios son succionados por tu boca y comienzo a sentir el escalofrío que me recorre al segundo siguiente... y los sentidos quedan expuestos, el amor queda al descubierto y la locura se vuelve automática… Afuera llueve y aquí dentro vuelvo a regalarte mi cintura y mis labios para besar, te vendo mi locura y las pocas neuronas que me quedan ya. El placer inunda mi cuerpo, nubla mi mente y me lleva hasta el cielo. Aunque luego de esta gloria… Dios furioso nos expulse y nos condene al destierro.
Sólo tu sabes doblar mi razón, haciéndome naufragar en oleadas de placer y gemidos de pasión, muriendo poco a poco, piel a piel, en el eterno abrazo del amor... todo, mientras llueve.

martes, 21 de octubre de 2014

Adicta a ti



Sí, tu tienes ese algo que me atrae y no se cómo definir. ¿Qué tienes que me vuelves loca? ¿Qué haces que me pierdo? Tus ojos que hablan, me llaman y atrapan. La cercanía de tus labios que imploran los míos. Tus brazos alrededor de mi cuerpo sin intención de soltarme.
Cuando nos encontramos tu solo sonríes, quien sabe cuantas cosas locas pasan por tu cabeza en ese instante. Digo locas porque por la mía pasan tantas cosas. Mi imaginación empieza a volar. Mi tensión sexual se eleva y ya empiezo a fantasearte. Y cuando nos acercamos mucho y puedo sentir el aroma de tu perfume, mmmm… Ese que me invade cada vez que te saludo y te abrazo. Ese que me acelera el corazón y la respiración. Ese que me provoca a recorrer cada centímetro de tu cuerpo.
Me provocas a pecar sobre tu piel, devorar tu cuerpo con caricias de mis labios, desprender mis ansias y enloquecer tu calma. Volvernos uno, unir nuestras almas como lava ardiente, candente por el calor que creamos cuando estamos juntos. Me gusta ir reviviendo los deseos de tenernos cuando la yema de mis dedos te recorren. No me canso de tenerte dentro de mí, toda la noche, en todas partes del cuarto y de la casa. Quiero siempre tu cuerpo en mis brazos y tu corazón en mi alma. Quiero estar bajo tu piel y quedarme ahí, como la tinta de mis palabras se impregna en un papel.
Me encanta cuando me arrinconas entre la pared y tu cuerpo, me dejas sin salida para que sienta el calor que llevas por dentro. Y empiezas a besarme con esos labios tentadores, dulces, suaves y muy tiernos, aunque también pueden llegar a ser posesivos con una gran pasión, y pronuncian palabras que activan mi mente y me vuelven loca. Y mirándome fijamente a los ojos, con una sonrisa pícara y lasciva me dices: “Me muero por sentir tus pechos con mis labios… por hacerte mía una vez más.
En esos momentos mi mirada me delata, mi rostro debe ser un poema. Tus manos empiezan a recorrerme, una mano acaricia mi cara sutilmente y la otra desabrocha mi blusa. Y nuestras bocas se unen en un juego incontrolable de jugosos besos, hasta que mis labios abandonan tu boca y empiezan a deslizarse desde tu cuello hacia abajo. Excitándome mucho más al sentir como cada vez respiras más profundo. Veo como muerdes tus labios y tus ojos entre abiertos, mirándome con tanto deseo certifican lo que tu boca acaba de decir hace unos instantes, las ganas que tienes de tenerme nuevamente.
Eres el hombre que me hace perder la noción del tiempo y el espacio, hasta cuando bailamos juntos que mi cuerpo se mueve al ritmo del tuyo al son de la música. Y ahora recuerdo esa frase que dice “El baile es la expresión vertical del deseo horizontal”. Como te conozco bien acabas de subir tus cejas al leer esto y ahora te estás riendo.
Pero todo es cierto. Me provoca tu cuerpo dispuesto para mí. Me pierdo en tu tacto, tu sabor y el lúcido sonido de la insensatez. Me enloquece provocarte y que te pierdas conmigo. Me pierde tu loca provocación. Me enloquece tu forma de mirar, tu forma de reír, la forma como me acaricias, la forma como me demuestras tu humilde y sincero amor.
Te encanta recorrer cada centímetro de mi cuerpo, acariciarme, llevarme al punto de que te pida a gritos que me hagas tuya. Tu boca me recorre empezando desde los labios y vas bajando suavemente, probando mi cuello, besando mis pechos, tu lengua baja hasta mi ombligo… hasta que finalmente se apodera de mi sexo. Cierro los ojos y me dejo llevar...
Sí, ya no hay remedio, soy adicta a ti… adicción a tus dedos, a que me toques, a tu voz, a perderme entre tus sábanas, a sumergirnos entre lo desconocido hasta ahogarnos con los suspiros, a beber de ti, al sabor de tus labios… a la oscuridad tan lúcida que me rodea. Adicta a lo que quiero ser, a quién fui ayer, a quien soy ahora, a odiar el reloj cuando pasan las horas porque vuelan cuando estas tumbado frente a mi… adicta a jugar con el destino, a mis momentos de soledad y a mis momentos de vivir.
Soy una tonta adicta a ser pesimista, a que nada me agrade, a mis sueños donde te tengo, a mis pesadillas cuando te pierdo... Adicta a esas ilusiones en aumento, a este querer, a tu complicidad, al gesto que acompaña tu sonrisa... simplemente tu y yo marcando el compás... Adicta... definitivamente lo estoy. Ahora pierdo hasta la mente, he perdido el control, me enganche incondicionalmente. Me he vuelto adicta y te necesito cada día. Surgió poco a poco, sin darme cuenta, día a día...

miércoles, 24 de septiembre de 2014

El deseo crece



No tienes ni la más remota idea de todo lo que pasa por mi mente cuando el deseo por ti, crece dentro de mí... Y me fascina morir de deseo entre tus brazos... fundirme con tu calor, con tu cuerpo, con tu movimiento, amarte hasta nunca cansarme… cuando miro tus ojos dueños de esa mirada penetrante y llena de deseo animal… Me enloqueces…
Tus dedos impacientes juegan con los botones de mi pecho provocando un estallido de humedad en ese lugar calido y ardiente de mi intimidad. Y cuando desciendes al jardín del deseo buscando con tu boca beber la miel de ese pequeño océano… naufrago en oleadas de placer y gemidos de pasión, muriendo poco a poco, piel a piel, en el eterno abrazo del amor...
Alargo el brazo para abrir mi mano... y te toco. Mis dedos notan como palpitan tus venas y se deslizan despacio por tu piel ansiosa. Tu carne se me presenta ardiente, fogosa; como el calor que abrasa mi cuerpo, y tu regazo acoge a mis labios que te acarician... estás caliente, ansioso y loco por poseerme.
Y el deseo sigue creciendo, ahora tu piel como un abrigo cubre la mía y otra vez tu lengua es el cincel de mi tibio cuerpo y de nuevo llegas al jardín del deseo... Te vas acomodando entre mis muslos hasta que somos uno, siento tu verga llegar al fondo de mi matriz como una estaca. Nuestros cuerpos comienzan a moverse con una violencia pasional que me estremece con cada clavada… y mi cuerpo absorbe tu caliente, desenfrenada y desmedida pasión, siento tu miembro danzar dentro de mis cadenciosas entrañas.
Mis caderas bailan en su fiesta privada con las tuyas y un solo gemido brota de tu garganta y de la mía... el vértigo en mi vagina se expande por mi cuerpo llevando mi mente a las nubes. Y esta vez nuestros gemidos estremecen a la tierra y despiertan el instinto más primitivo de los vecinos...
Los cristales se empañan de vaho, el goce se hace eterno, y las lentas horas no se atreven a entrar para no molestarnos. Cuerpos y sombras combinadas, sábanas arrugadas, y gemidos de dos personas en una oleada, tormenta apasionada. Dos cuerpos empapados, bocas húmedas, labios mordisqueados, gotas de sudor como estrellas, cuerpos y pasiones enredados, y como testigos pared, ventana y sábana.
Tu eres mi vida por lo tanto mi verdugo, la verdadera muerte elegida porque me matas día a día y yo muero obedientemente, mansamente, irresistiblemente en ti pero con gusto... con un placer indefinido porque contradictoriamente matándome me das vida. Eres todo lo que quiero, el mundo desaparece cuando tu me abrazas.
Floto al ritmo de tus vampíricos ojos en llamas... delicioso y loco tormento. La adrenalina disparada... palabras flagelando mis oídos... la humedad de los sexos en batalla martirizados de deseos, de perversión malsana, no hay vencedores, ni vencidos... no hay coherencia, ni un mañana… tampoco cordura... solo un deseo desesperado… es tu piel y mi piel que lentamente se saborean... se devoran... se desangran al ritmo sensual de un blues... en esas horas de sexo amordazando al tiempo.
Amarte una y otra vez es como tocar el cielo sin ningún esfuerzo porque tú eres mío y tu cuerpo mi refugio de amor, de alcance total a lo "delicioso". ¿Delicia Terrenal? Sí, todo tú eres delicioso... Desde tu mirada, hasta el más candente roce. Celestial-Terrenal... Mezcla exacta para definirte; eres mi inspiración; disfrutamos el momento no esperando un mañana que, tal vez, no llegará.
Estas ganas de ti me azotan implacablemente, jamás me abandonan… pero no le pondré mortaja a mis fantasías tampoco impediré que tus ocultas perversiones manchen mi piel, no dejaré de provocarte peligrosamente coqueteando con una reacción desmedida. Tal vez algún día llegues a entenderme o quizás sería mejor que no.
Así es mi deseo por ti. Siempre respiran depravados sobre tu piel los poros de mis dedos que te tocan y desean… Imposible es ahora detenerme. Trata tú si puedes.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Contigo todo lugar es un paraíso



Que maravilloso es caer en los brazos de una pasión que hace vibrar hasta el último poro de nuestra piel, electriza nuestro cuerpo, nos relaja, nos hace felices. Esa pasión que en su momento álgido nos hace sentir de cerca el ruido atronador de la tormenta, el volcán en erupción y el suelo temblar. Nos hace volar, escapar los sentidos y nos lleva a otros lugares irreales a través de nuestros sentidos a flor de piel. Nos hace suspirar, y nos deja nuevos. La vida no sería igual sin el amor... sin pasión…
Abrázame fuerte, que me gusta sentir lo que es la pasión en tus brazos y la felicidad de tus labios, mírame profundo, con esa mirada que me enamora y como siempre con una caricia te entrego mi vida.
Me fascina amarte, tal vez porque siento que el tiempo en tu piel se detiene y esa magia de sentirte lo transforma todo, o quizás, porque el sueño de tenerte no tiene final sino un principio apasionadamente reiterativo, que me conduce siempre a volver a comenzar… Tu aliento confundido con el mío, gemidos enredados en el silencio… y al sentirte... me pierdo.
Me llenas con tu cuerpo, con tus dulces besos de miel que dejas sobre mi piel llenándome de huellas… Amor dulce que me hipnotiza, que me enamora, quiero seguir llenándome de ti, quiero amarte y perder el sentido del tiempo dejándome llevar. Mi cuerpo y alma se funden contigo conformando este mágico destino. Quemándonos en tierno y prolongado abrazo… ardiendo recorremos nuestros cuerpos.
Corazón pagano de espíritu seductor, me induces el amor profano llenando mis sentidos con tu boca sorbiendo fuerte, alimentando mi libido. Tú tienes la delicia que encierra mi corazón, la dulzura de amar con pasión, la dicha de ser deseado de la misma forma... Te amo porque cuando pienso en ti la magia del deseo roza cada poro de mi cuerpo reclamando tú presencia. Te amo porque estás, porque no estas, porque tu nombre es magia, porque estando contigo todo lugar es un paraíso.
Amor mío sigue escribiendo sobre mí, tu pluma incansable me llena de versos. La tinta, tu humedad, de esa lengua ardiente que deseo en mis profundidades sentir… sigue internando tu ser muy adentro de mí y seguiré sintiendo lluvia ardiente en mis océanos de placer. Soy ese fuego que sientes, que no cesa, que te abraza y te hace estremecer... Rompiendo tus esquemas, erizando tu piel... Soy lo débil y lo fuerte de ti. Y yo… estoy deshecha por tu pasión.
Amor, guárdame el secreto, que nadie sepa lo débil que es mi piel cuando estás cerca. Shhhh… no digas a nadie cómo tiemblo, cómo me derrito al escucharte… no digas, cómo se cierran mis ojos si me tocas, cómo pierdo la noción del tiempo entre tus brazos y no importa el lugar, ni el momento, ni si es error o es acierto. No reveles a nadie cómo se abren mis brazos a los tuyos, cómo mi cuerpo se entrega sin resistencia, sin esfuerzo, sin pudor ni decencia…
Eres el huracán deseado y sin condiciones me has amado. Mar bravío de caricias raudas e inmorales que lucha por encontrar mi desnudez, oleaje de fuego y pasión que me sacude con sólo rozarme… tu cuerpo y mi cuerpo… sublime comunión de los mortales ésta que nos une hoy en un mismo suspiro, en una misma piel, en un mismo latido.
Hay amores que te abrigan el alma, que te dejan una huella imborrable. Amores que marcan una historia, que se graban a fuego como el amor que nos une. Somos dos, con un mismo cuerpo, un mismo deseo, un mismo sentimiento. Te conocí... y llenaste mi vida de luz. Desde el primer día sabía que me perdería en tu mundo, viendo tus ojos sabía que eras mi mitad… lo que buscaba en la vida. Llegaste a mi vida y encontré el paraíso, aquel donde nunca se oculta el sol y la brisa siempre tiene tu olor. Sabía desde aquel día que tu magia lo iluminaria todo.
Me detienes la respiración... eres mi vida… no hay nada mejor que ser tuya. Por ahora y por siempre, sin excusas, sin dudas, sin sospechas ni reclamos... te regalaré caricias, besos y tal vez nos perdamos en el tiempo, en ese tiempo que nos envuelve y que nos lleva más allá de la imaginación, para seguir perdida en tus manos...
Te amo. Como no amarte si me das todo este amor increíble, a veces absurdo, a veces loco pero inmensamente fuerte que es capaz de quitarme la vida, llevarme al cielo y regresarme la vida al mismo tiempo. No hay destino más perfecto que el que fue escrito para encontrarnos y amarnos de esta forma que será leyenda.
Tú y yo la pareja perfecta. Una mañana sin ti es como un barco a la deriva. Me entregaste tu corazón y yo te entrego mi alma. Siempre me dejaré llevar por tus locuras, por nuestra pasión, por nuestros más puros deseos de amor.

jueves, 12 de junio de 2014

Amarte…



Amarte es un sentimiento que yo no esperaba. Entraste en mí despacio, robando cada día un instante más de mi vida, y llenando cada vez más un pedazo de mi corazón. Amarte es un sentimiento que me llena y que me duele. Es una lucha constante entre el corazón y la razón…
Late mi corazón por tu amor apasionado, vibra mi alma entera con el amor que me das. Me inunda tu paciencia infinita, la caricia de tus manos y tus besos que me alborotan. Una pasión que me ilusiona, un amor deseado, amo a un ser que me ama. Locura de amor que me llena, arrancas mi corazón y lo llevas a tu rincón para romper sus cadenas. Siente mis manos que te acarician y te dicen lo que te amo, siente mi voz que viaja en el aire, siente mi cuerpo a tu lado y mi piel ardiente como tu piel, y nuestras almas que se excitan de tanto amor guardado.
Amarte es vivir constantemente en la montaña rusa sintiendo el vértigo que provoca este sentimiento, ansiando tus caricias que son como aire para mis pulmones. Oigo tu voz que susurra al silencio, oigo tus palabras cuando piensas, oigo el latido de tu corazón cuando excitas, cuando amas, cuando respiras… me tocas, me amas, me besas infinitamente y oigo tu voz diciendo que me quieres, que me amas… susurras al silencio del alma tus sentimientos, esos que te atan a mi alma, los sentimientos que llevas dentro y que guardas con infinita calma a la espera de un encuentro.
Y cada día oigo de tus labios "Te Amo, te deseo, te necesito..." Y cada día amaneces a mi lado con una sonrisa en los labios diciendo: "Buenos días amor". Llenas cada uno de mis espacios con pequeños detalles que para mi, hacen que cada vez seas más indispensable.
Cierro los ojos... no hago trampas… tus labios van a recorrer mi cuello, suavemente, ligeramente, dejando una pequeña humedad apenas perceptible pero que sin embargo me hará estremecer… llegaras a mi lóbulo izquierdo y me pronunciaras voces quedas y calidas que me augurarán deseos y promesas… seguirás hasta mis párpados, les dejaras la humedad que les haga tener en su mirada algo de ti… mi lóbulo derecho te apasiona y lo mordisquearas con dulzura… volverás bajando por mi cuello, ese sendero donde es fácil caer, y desde el brote fecundo de mis senos has de subir hasta volver a mi rostro y llegar a mis labios… entonces recorrerás su contorno y los humedecerás con la punta de tu lengua… me vas a dar un beso, vas nuevamente a hacerme el amor.
Quisiera ser para ti como el aroma de esa rosa que hoy me regalaste; llenar cada una de tus estancias para que al entrar, jamás me pudieras olvidar... Sin embargo amor, hasta las rosas mas bellas tienen espinas y yo también tengo las mías; tu lo sabes, me conoces bien, pero no parece importarte. Tienes una paciencia infinita y no te molesta pincharte para disfrutar de la flor.
Me invitas en mis madrugadas a beber el vino de tu espada… te amo a ti, hombre mío, que me haces soñar cuan lluvia ferviente que cae sobre mi rostro. Te amo con locura, a ti que me atas a tu pecho aunque no estés en mi lecho, si, a ti que desnudas mi mundo, me excitas, me haces tuya. Solo ámame, yo no te pido más, te amo sin condición alguna, sin motivos y sin derechos, eres mi tormenta, mi pasión, me enloqueces con tu mirada lujuriosa, sí, tú me amas, y yo, te amo con locura.
Desearía ser diferente. Ofrecerte cada día la mejor de mis sonrisas al decirte: "te amo, te deseo, te necesito". Al robarte un beso furtivo y al mirarte cuando estas conmigo. Desearía poder ofrecerte también generosidad unida a mi corazón y darte la libertad que quitan los lazos del amor, porque para mi... eres algo más que un "te quiero".
Soy arena calcinada entre tus dedos… respiras mi anhelo segundo a segundo, soy yo el aire como sagrado templo, el calor de mi boca, la humedad de mi lengua… eres hechizado por mis labios… Penétrame, invádeme; conoce mi mundo de pasión por medio de tu miembro viril, entra y sal de mí robándome los suspiros y el poco aire que me sobra. Róbame del mundo natural y llévame al trance, a lo desconocido, a lo perplejo, al sentimiento máximo del placer nombrado clímax, a donde mueres por un segundo y regresas a la vida sin darte cuenta.
Abrázame, consuela mis ansias y calma mi respiración, dame tranquilidad y hazme dormir con un beso. Después despiértame y dúchame, asea todos los lugares íntimos en donde dejaste huella, posteriormente aliméntame y repite todo paso a paso nuevamente sin parar, hasta que envejezca y muera en tus brazos.
Porque yo TE AMO... Subliminalmente, ardientemente, apasionadamente, locamente, desesperadamente. Te amo de noche y día. Con sólo nombrarte te amo, todo lo que está aquí en mi mundo es amor porque existes tú. Te amo hasta quedar sin aliento porque a ti me entrego sin medidas. Amo todo lo que eres, con tus locos días, con tus locos desvaríos y tus amores desmedidos... Te amo sin preguntas, peligrosamente, ansiosamente... te amo porque aun en tu imperfección a mis ojos eres la perfección, estás hecho a mi a medida. Te amo hasta el infinito, hasta tocar las estrellas... en forma clara y sin dobleces. Así te amo, testigo es el cielo de este amor, loco y apasionado.
Tus gestos, tu sonrisa, tu mirada, tus manos, tus besos, tus palabras, tu voz, tu olor, tu piel, tus caricias... todo tú... Tú, que has sabido enamorarme, que has entrado en mi vida, que has hecho de mi mundo otro mundo, que me ilusionas cada día. Tú, pasión de pasiones... mi pensamiento constante, ladrón incansable... me has hecho enloquecer, has llenado mi vida…
Este amor, este sentimiento abriga mi alma, inunda mis sentidos, me nubla la razón y se está arraigando en lo más profundo de mi corazón. Dentro de mí lo siento y no lo puedo callar, embriaga mi alma… Eres eterna fantasía, eres el pensamiento en mis días y el sueño en mis noches. Eres vida de mi vida.
Amarte es todo para mi... eres mi perdición, eres mi locura de amor… tú me enseñaste la pasión sin pausa. Amarte... es lo que me hace despertar cada mañana…

lunes, 2 de junio de 2014

Pecado de amor



Sentirte a mi lado es tener el cielo en mi cama, pero haces que el infierno también me invada y cometa los pecados más celestiales en tus labios y cuerpo. Contigo el infierno y el paraíso son lo mismo, y aunque nos toque quemarnos de tanto placer no desistiremos.
Te ame sin palabras, con secretos y miradas, te ame sin conocerte, sin el roce de tu cuerpo… hoy al tenerte más te quiero, te amo sin malicia, sin misterios, con ternura y con locura… Son pecados nuestras noches, nuestros besos, nuestros sueños, un pecado que consume mis llantos y tristezas, un pecado que llena de alegrías mi existencia. Eres mi inmenso pecado, eres mi verdad, eres mi te amo, eres mi te quiero.
Me miras y mis ojos se hacen dueños de tu brillo, mi alma se calienta, tu imagen embelesa mis sentidos; me sonríes y el tiempo se detiene en un instante; me hablas y mi espacio se aligera por tu aliento, un beso mi boca lo deleita. En la Biblia de mi vida se eterniza tu argumento, eres tú mi redención, eres tú mi salmo abierto.
No me llames para contarme que estas comiendo en un restaurante caro pero que ninguno de los platos te apetece tanto como mi cuello… por no hablar del resto de mi cuerpo, no me digas que la comida no es tan divertida como nuestros juegos ni me cuentes que vuelves a tener ganas de recorrer todo mi cuerpo, de arriba a bajo, con los dedos, con la lengua… Paga y ven…
Te esperare desnuda, anhelando envenenarme con la tentación de sentirte muy adentro. Ven que mi cuerpo necesita arder con tus besos. Susúrrame que me vas a gozar sin piedad para que así la llama que me abrasa prenda la hoguera de mis apetencias. Desnúdame a besos y abrígame con tu cuerpo. El paso del tiempo no podrá borrar esta pasión. Tú eres mi pecado de amor.
Transpórtame al paraíso, mi dulce amor, y allí te amaré sin pudor, calmaré tus ansias de amar, y ya nada habrá de detenernos, nos envolveremos en un torbellino de pasión. Que tus manos me toquen con premura ansiando reconciliarse con mi carne, que tu piel sea el volcán hambriento de mi lascivia, que mi sexo se abra ante tu placer y ante el sucumba mi deseo, que tu lengua recorra mis rincones… Huele mis ganas de sentirte, invádeme si eso es lo que quieres pues si es lo que a mi me gustaría, cíñeme a tu cintura, dejemos de ser dos y seamos uno… Ummm!!! Gocémonos con los cinco sentidos.
Ni las aves que pueblan el firmamento, ni el reptil ponzoñoso que se enrosca, ni las aguas saladas de los mares, ni el deshielo de mil nevadas, ni la explosión de cien volcanes, ni las más fuertes tempestades… nada, nada nos podrá detener, nada impedirá que sigamos pecando. Y lo haremos hasta quedarnos sin piel, arderemos en holocausto desfogando todo el amor que llevamos dentro.
Que se detenga el tiempo solo un instante, solo un instante me bastara para saber que ya no quiero ropas caras, ni copas de buena bebida, ni lujos… Te quiero a ti, surcando mi piel, te quiero a ti amansando las aguas de mi deseo, corriéndote en mi interior, balbuceándome cuanto te gusta entrar y salir del interior de mi cuerpo… Te quiero a ti colmándome de placer, hiriéndome de muerte con tu espada.
Creo mi amor, que con seguridad seremos expulsados del paraíso, pero no nos importa. En el infierno nos seguiremos amando hasta desintegrarnos completamente y que sólo queden las cenizas de nuestro amor. Quiero más de tus besos porque desearte es un vicio del cual nunca me curaré, soy adicta a tu boca, a cómo me provocas, a tus ojos, a tu risa y tu pelo, a tu forma de ser, adicta a tu forma de amarme…

jueves, 8 de mayo de 2014

El tiempo se detiene



Me gusta despertar oliendo a café recién hecho. Me gusta, adormecida aún, sentir que las sábanas retienen el calor de tu cuerpo. Vivo sumida en un caos permanente y deseándote a cada instante. Torturándome por el placer que tu sabes darme y a la vez intentando huir de ese placer… Corriéndome cada vez que tus labios se sumergen en mi sexo, cada vez que tu lengua recorre mi espalda… Así soy yo, esta soy yo... sin etiquetas, sin falsos pudores. Amante, cómplice, amiga y tal vez, solo tal vez...
Si tuvieses idea de cómo te disfruto… Ay, no sé… ¿Como puedo explicarte que me colmas y a la vez me vacías? Demasiado difícil es transcribir como me siento entre tus brazos. Imposible buscar palabras que expresen la dulzura que me provoca compartir esos momentos tan nuestros. Me invaden mil sensaciones al vagar por tu piel, al sentir que tus músculos se relajan…
Quiero prolongar este estado de infinita paz y seguir eternamente acariciándote, quiero ver esa expresión en tu rostro, esa calma infinita, esa sonrisa dulce, al percibir que paseo por tus facciones mis dedos. Quiero que mis manos te trasmitan todo cuanto callo, que mi torso desnudo se torne hoguera de deseo al notar tu contacto. Me gusta tornarme liquida cuando te siento así, sumiso, obediente, receptivo a mi tacto… en espera de que mis caricias se abran paso hasta lo mas dulce de ti pienso que tu cuerpo fue hecho para yacer de esta manera, despojado de ropas y a merced de mi anhelo.
En esta habitación no existe el tiempo, solo existen dos almas aturdidas que torpemente se han sorprendido al hallarse frente a frente en frenética búsqueda de sus carnes. Resurge en mí la necesidad de que me tomes, temblor que no controlo y me precipita a tus brazos. Goce distinto a otros en el que siempre se repiten las mismas pautas. No puedo tener tus piernas cerca sin querer tu sexo, no puedo tener tus labios próximos y negarme al beso.
La cordura es un mal del cual no participo y me siento feliz cuando mi voluntad cede ante tu cuerpo y su lascivia. Adoro estar entre tus brazos porque en ese instante se me antoja eterno el tiempo. No digas que me amas, no lo digas, exprésalo con tu mirada, con cada beso que imprimas en mi piel, con esa manera tuya de desnudarme, despacio, haciendo que cada vez nuestros cuerpos estén más cercanos, pero dilatando el momento en que nos contemplemos sin ropa…
No quiero que hables de futuro, a veces las palabras me asustan, ya lo sabes, así que prefiero tus manos sujetas a mis cumbres, tu tacto, tu miembro erecto abriéndose paso en la cueva de mi satisfacción. Nuestros cuerpos moviéndose a través de una danza en motín alborotado de deseo. Me gusta verte así, con cara de niño grande, desconcertado, ansioso… Bebida infernal es tu cuerpo y lo sabes, pócima extraña que me convierte en mujer lasciva. Y mientras más lo bebo más deseo beber, más me lleno de ti y más deseo llenarme.
Ya veremos… el tiempo al fin y al cabo vuelve efímero todo así que para que decir más, yo me siento especial sin que lo digas y quizás llegue junto a ti más lejos de lo que nunca hubiese imaginado así que deleitémonos sin pedir, sin planear, no añadamos nada más al momento presente pues este momento es único.
Por más que no acierte a comprenderlo mi única empresa es ser trofeo de tus labios mientras tus manos inician el recorrido del deseo. Me estremezco por entero, sucumbo a cada una de tus exigencias y asalto tu cuerpo como guerrera indómita. Deja que te transmita alguna de esas sensaciones que experimento cuando te tengo a mi merced. Deja que te encadene a mi cuerpo unos instantes. Rocemos el edén y esperemos el alba entre susurros. Adoro esos momentos tan nuestros en los cuales el tiempo se detiene, sólo tu piel y la mía...