Después de tanto tiempo sin
vernos, de pronto, estar así, frente a frente, cuando menos lo esperábamos…
corrimos uno a los brazos del otro sin decir nada, sin reclamar nada, sin
preguntar nada… solo una cosa importaba, estábamos juntos y con mucho
sentimiento desbordándose entre nosotros. Lo nuestro es fuego que se consume en la
hoguera de nuestras pasiones, es amor del bueno, es deseos desmedidos, piel que
ansía el rose de otra piel, es candela y sin duda alguna estamos a punto de
arder de placer...
Comenzamos a besarnos, a
acariciarnos, a amarnos de una manera casi desesperada... dando traspiés
llegamos al cuarto, nuestras manos trataban de deshacerse de la ropa a toda
prisa mientras nuestras bocas seguían unidas en intenso beso. Nos separamos por
un par de segundos, el para quitarse más rápidamente los jeans que aun llevaba
puesto y yo para deshacerme de lo que me quedaba de ropa... compartimos una
sonrisa de complicidad.
Completamente desnudos, volvimos
a unir nuestros cuerpos... Sus besos y caricias fluían apasionadamente por todo
mi cuerpo, yo le correspondía de la misma manera, gozaba de cada caricia, de
cada beso, de cada movimiento... nos amamos con ansiedad, con desesperación. Esta
vez la separación había sido muy larga. Permanecimos abrazados cuando la calma
llegó... Y entonces entre besos tiernos y miradas cariñosas comenzamos a
decirnos lo mucho que nos habíamos extrañado, lo mucho que nos habíamos deseado
en la distancia...
En un momento de silencio escuchamos un pequeño ruido entre los dos y comenzamos a reírnos, era su estómago quejándose. “¡Tengo hambre! ¿hay algo en el refrigerador? Huevos, hamburguesas, cualquier cosa estaría bien ¿no?", dijo entre risas y dándome un beso se levantó de un salto para dirigirse a la cocina.Yo sonreí viéndolo salir del cuarto alegre como un niño con un dulce y me sentí feliz, me parecía mentira tenerlo ahí nuevamente.
Me levanté de la cama,
envolviéndome en la sábana y me dirigí al baño... sabía que si iba a la cocina
con él no terminaríamos de preparar nada de comer como otras veces y yo también
me moría de hambre. Abrí la ducha para dejar correr el agua por mi cuerpo...
estaba verdaderamente feliz,por fin estábamos juntos de nuevo. Comencé a
enjabonarme y a sonreír mientras me deleitaba visualizando mentalmente cada
instante de los vividos tan solo hacía unos minutos, cuando escuché la puerta
del baño abrirse... sabía que entraría de inmediato cuando se diera cuenta que
estaba duchándome y para ser sincera yo lo estaba deseando, una ducha con el
siempre era doblemente placentera.
Creo que me leyó el pensamiento
por la sonrisa y el brillo de sus ojos. Se puso detrás de mí y sus manos con
movimientos suaves comenzaron a recorrerme mientras el agua jabonosa se
escurría por mi cuerpo, siguió su juego hasta que pegó totalmente su cuerpo al
mío y su boca empezó a jugar con mi cuello. Yo, solo me dejaba llevar por las
sensaciones…
Deslizó una de sus manos hasta mi
sexo mientras seguía perdido en mi cuello… Ya yo no podía aguantar más, me di
la vuelta para buscar su boca... nos besamos y al separarnos ligeramente pude
contemplar su miembro en todo su esplendor, me mordí el labio mirándole… sonrió
con malicia al notar mi lujuriosa mirada y sin darme tiempo a nada me besó
apasionadamente, levantando una de mis piernas, flexiona un poco las rodillas y
me penetra profundamente... Mis brazos se aferran a su cuerpo, y con un
movimiento rápido me pega a una de las paredes de la ducha... Y ahí, comienza a
embestirme frenéticamente, su movimiento brusco y continuo me lleva a otro
mundo, el clímax es violento. Su boca busca la mía... sus manos presionan
fuertemente, cuando deja de besarme para hundir su cabeza en mi cuello y lo
escucho gemir de placer, avisándome que ha llegado también al clímax...
Nos quedamos abrazados, esperando
que nuestros cuerpos volvieran a la calma, experimentando, disfrutando aún de
ese placer mutuo. Nos separamos muy despacio y nos metemos de nuevo bajo el
chorro de agua, mirándonos divertidos, como niños cómplices de una hermosa
travesura... Salimos de la ducha y mientras nos secábamos el uno al otro me
dijo: “Vamos a comer que me estoy muriendo de hambre”. Envueltos en las toallas
nos dirigimos a la mesa donde él había preparado algo sencillo con dos cervezas
de esas que nunca faltaban en el refrigerador.
Podría vivir con mi piel
enganchada a la tuya y mis manos sintiendo la caricia de tu pelo contra sus
palmas, escucharía durante cien siglos las palabras que salen de tu boca y
pediría en el último de mis suspiros, poder deleitarme con tu recuerdo
sintiéndolo muy dentro de mí hasta la eternidad.
Voy a amarte hasta que
las estrellas desaparezcan del firmamento y las hojas de los árboles dejen de
caer con la llegada del otoño… el sentimiento que has despertado en mí seguirá
perdurando mientras las olas del mar sigan llegando a las costas y el sol siga
ocultándose para acompañar al atardecer. De eso no tengo duda alguna.
Muy apasionado e intenso,el fuego del amor nos hace sentir lo maravilloso que es hacer el amor a plenitud.
ResponderEliminarMe encantó amiga, eso es amor y mientras funciona, no hay nada que pueda contra el.
ResponderEliminarQue dulce placer leerte, recorrer cada momento de tu estancia en ti misma. Me transportas a tu sentir, a tu pasión. Gracias por compartir.
ResponderEliminarCuantos momentos placenteros tiene la ducha, me has hecho volar la imaginación. ¡Un beso!
ResponderEliminarAY NENA COMO ME PONES Y ESO QUE SOY INMORTAL PERO ME MATAS....
ResponderEliminarTus letras siempre me conmueven, me tocan el alma… aunque veo que no es solo a mí. Te diré que yo amo con todo mí ser a una gran mujer, y no es cualquier mujer, sino que es la mujer con la que un día soñé. Su forma de mirarme, su forma de hablarme, y lo que me provoca su forma de besarme… Sus palabras, su forma de hacerme sentir querido…. Sus suspiros, sus besos, cada detalle de amor, son mi fuerza y mi motivación para seguir enfrentándome al mundo. Es mi amor eterno, mi pasión.
ResponderEliminarExcelente ... ¿Cómo te inspiraste para escribirlo?... Saludos
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