Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

lunes, 18 de febrero de 2019

Llueve a cántaros


Hoy, como ayer el día se ha levantado nublado, gris y lluvioso, el verde de los árboles respira con fuerza y sobresale entre tanta oscuridad. Sí, me gusta cuando llueve. Y no, no estoy loca. Me gustan los colores que tiñen la ciudad de lluvia, a pesar de los atascos, los paraguas, los pies mojados y todos los demás inconvenientes.
A veces cuando llueve y tengo tiempo me gusta acostarme a leer escuchando el sonido de la lluvia, sentir el aroma de las flores cuando las gotas rompen en sus hojas, la frescura que emana de la cortina trasparente.
El mundo es tan perfecto que todos los grandes placeres de la vida son gratis. Los humanos nos empecinamos en ponerle precio a todo y eso logramos, etiquetar las cosas; pero las grandes maravillas del universo el hombre jamás ha podido etiquetarlas y ni siquiera las valora. La lluvia es un claro ejemplo; yo diría que es un auténtico milagro para deleite del universo.
Sigue lloviendo. Como no puedo salir, cuando termine con este post debo de pulir bastante un texto que terminé hace un rato. Mientras escribo seguiré disfrutando de la lluvia. Me gusta su sonido, su olor a tormenta, a tierra mojada que vuela. Me gusta cuando la vida me entra por el olfato, arrojando los olores que llenan mis conductos nasales y llegan a mi cerebro en matices de dulzura.
Escucho como suenan las gotas cuando se precipitan contra las ventanas, veo a través de ella como rompen en la hierba y en las flores radiantes de frescura, distingo hilos que se forman recorriendo las hojas y desplazándose por los tallos hasta el mantillo de la madre naturaleza, las rosas abren sus capullos para captar la humedad y resplandecen con los rayos de sol que se cuelan entre las nubes.
La lluvia limpia el aire y el suelo. Deja de tras suyo frescura y tranquilidad, se lleva en riachuelos, tanto lo bueno como lo malo. Y luego todo amanece limpio sin importar lo anterior. No para de llover, mientras escribo esto y me encanta, tengo muchísimos buenos recuerdos asociados a la lluvia. Sin dudas es una caricia que armoniza la vida. De tal modo siento la inmensa riqueza que el universo nos regala, en este caso, a modo de lluvia.
Muchas veces me transporta hacia el lugar soñado. Es una sensación inigualable, una dicha indescriptible la cual bendigo en cada instante de mi existencia. Me gusta la lluvia porque me despierta la mente y alegra mi alma. Me agrada disfrutar de este manjar increíble que tanto gozan las plantas, el campo, la tierra, las semillas y los seres humanos que saben apreciarla. Los bellos fenómenos de la naturaleza los vemos tan normales que apenas los valoramos, la lluvia es uno de ellos.
Ahora llueve menos. Se apagan las gotas que ya son diminutas, sin energía, y los truenos se alejan hacia otro lugar. La ciudad se ha refrescado. Tengo ganas de edredón y de sentir su calor. La vida son sensaciones, poco más. Apenas llueve ya. Los truenos parecen un concierto lejano, casi un susurro. Tengo sueño quizás me acueste un rato.
Me agrada que llueva, que haya nubes, viento, niebla. Y eso no significa que no me gusten los días soleados, esos también me gustan porque me permite hacer muchas cosas entre ellas irme a la playa. Aunque bueno, yo para ir al mar realmente no necesito que haya sol, para ser sincera me he ido con días como el de hoy, pero lo que quiero decir es que es mucho mejor con sol y buen tiempo.
Volviendo a la lluvia ésta me inspira, me pone de buen humor o me lleva a pozos de nostalgia fabulosos donde me encanta chapotear. Muchas veces me he quedado horas mirando caer la lluvia, lenta, rápida y en ocasiones despiadada…
Es increíble como corre la gente desesperada por no mojarse un poco cuando llueve. Hacen un problema tremendo por unas cuantas gotas. Y no disfrutan de ese olor a naturaleza pura, de esas gotas que vuelan desde el cielo y mojan a cualquiera sin permiso ni pasaporte. Y me encanta cuando después el día se convierte en arco iris, en un día de sol increíble.
Bueno, la lluvia se perdió en alguna señalización mal puesta porque ha regresado con fuerza, aunque ya sin truenos. Me gusta este descontrol, este va y viene de aires y gotas. Miro por la ventana y saco la mano para mojarme. Me gusta mojarme hasta empaparme, sin miedo, como si fuera la última vez.
La naturaleza es hermosa y sabia, si la escuchamos nos enseña sus secretos, nos habla de cómo cuida de nosotros, regenerándose para darnos vida, alegrías, y sensaciones, solo necesita un poquito de nosotros, escucharla y comprenderla.
A muchas personas la lluvia le entristece, a mí no. Ocurre que sentir el viento que la antecede, ver la calle que se ha quedado sola y el cielo gris, a muchas personas le provoca un momento de relajación. El estado del humor ya es otra cosa... de él depende que a unos les dé por llorar, a otros por saltar en los charcos, y a otros nos entre la urgencia de escribir. A mí me inspira, me pone romántica.
Bueno, ahora sí ha dejado de llover y todo vuelve a la normalidad, los pajarillos cantan contentos del regalo de la lluvia, sus canciones nos hablan de la belleza, de la humildad, del amor, algunos cantan a sus parejas, otros a las flores que aún conservan las diminutas gotas de agua, hasta a las flores se les escucha el murmullo de su alegría.
Con la lluvia todo se alimenta y los seres vivos tenemos oportunidad de continuar viviendo. Ella nos regresa el agua en un ciclo interminable. Todo crece y se pone verde. La sed del suelo se ve saciada y los ríos subterráneos alimentan las fuentes de agua que brotan a la superficie. Sin dudas, después de la lluvia hay más vida.

jueves, 14 de febrero de 2019

Amarte es mi destino


Anoche quise confesarme con la luna, la observaba desde mi ventana, blanca y radiante como tu alma, pero no me salían las palabras porque cuando quise hablar mi corazón volaba tras de ti. La brisa me trae tu aroma y siento en mis labios ese roce acaramelado de los tuyos, como beso de pecado… y me transporta allí donde los gemidos cantan, donde las manos se aferran mientras el temblor exalta la poca razón que nos queda... Es una promesa eterna la respiración de tus labios en mi boca, la mejor promesa para encender el universo de amor, estás muy agarrado a mi cuerpo, para que no me olvides nunca, para que me tengas siempre presente, porque tú me has embrujado, porque para ti estoy escribiendo...
Te conocí por accidente y bendigo ese instante porque desde ese momento estas junto a mí. Las primeras veces hablamos con prudencia, pero las miradas quemaban, la tensión estaba a flor de piel y el deseo se sentía en el aire. En muy poco tiempo se desató la locura que nos hizo vibrar, no había fuerza humana capaz de resistir aquello por mucho tiempo. Tus palabras, las mías, dos cuerpos que se unieron de manera casi brutal. Amarte a ti es soñar despierta, es como escribir la última historia gritando pasión, en vez de victoria. Amarte a ti es ser yo misma, es ser tú metido en mí, es tan sencillo como vivir o morir. Es tan emocionante como escribir. Es la esencia de la vida misma, es mi propia existencia, es tan fácil como respirar.

A ti te escribo guardián de mis sueños, de mis pensamientos, mitad de mi ser, unión perfecta e infinita. A ti que siembras con tus manos océanos rugientes en mi pecho, mar bravío de caricias tiernas e inmorales, oleaje de fuego y pasión que me sacude con sólo rozarme, locura candente que navega mi cuerpo… tu cuerpo y mi cuerpo, sublime comunión de los mortales ésta que nos une hoy en un mismo suspiro, en una misma piel, en un mismo latido.
Amarte es querer tu felicidad y tu libertad… y que me permitas compartirla... Que realices tus deseos, ayudarte a cumplirlos y me ayudes a realizar los míos. Es querer que la vida fluya con nosotros y nuestro amor, sin ser dueños uno del otro sino compañeros y amantes. Es ansiar estar vivos uno con el otro, es luchar por nosotros, aunque a veces el cansancio nos quita fuerza. Amarte a ti es transformar mi mundo. Nada ni nadie pudo hacer conmigo lo que has hecho tú, no sé en qué momento te di más que mi cuerpo, te di la mamo y te lleve a lo más profundo de mi alma y mi corazón, enseñándote todo de mí, haciéndote parte de mi vida.
Tú recorres los caminos de la pasión junto a mí. Te amo de una manera inexplicable, de una forma inconfesable, de un modo contradictorio. Aun si en algún momento te digo que no te amo, miento porque te amo con más fuerza. Te amo sin reflexionar, inconscientemente, espontáneamente, involuntariamente, por instinto, por impulsos, irracionalmente, no tengo argumentos lógicos, ni siquiera improvisados para fundamentar este amor que siento por ti. Te amo con un cuerpo que no piensa, con un corazón que no razona, con una cabeza que no coordina. Te amo incomprensiblemente, sin preguntarme por qué te amo, sin importarme por qué te amo, sin cuestionarme por qué te amo.
Amarte es la magia de un instante, es tu risa que colorea mi tarde y mis suspiros, es un viaje estelar que ilusiona, entre tus labios... Es esperarte y darte mi tiempo, aunque tenga preocupaciones. Es querer provocarte una sonrisa cuando te sientes mal. Darte consuelo, paz, y amor cuando necesitas, aunque parezca insuficiente, el amor siempre será abundante. Darte mi compañía a pesar de todo.
Una mirada tuya me basta, para regocijarme el alma, y lo consigue todo. Cuando escucho tu voz, una marea de amor sacude mi corazón haciéndome vibrar y perder la razón sin ninguna explicación. Mi mente divaga cuando tú estás a mi lado, y se pierde el tiempo entre tu mirada y mis labios, donde las palabras terminan diciendo tu nombre y suplican que seas ese encuentro de pasión que no conozca final.
Son mágicos y eternos esos momentos en que tus manos recorren mi espalda desnuda, junto a un choque de besos que hace explotar el firmamento… Siento estremecer tu piel ante mis labios, poseída por deseos que escapan a mi control mi boca busca tu boca y pierdo la razón. Tus manos exploran mis surcos, mi cuerpo vibra con ellos... siento el volcán de tu fuego crecer, casi explotar y buscamos ansiosos el éxtasis... nuestros cuerpos se mueven al ritmo del placer, mientras el fuego sigue creciendo primero produciendo un ritmo lento y luego como caballos salvajes corriendo… Pasiones, lujuria, caricias prohibidas, tu placer, el mío, surgen con fuerza cuerpos sacudidos por la miel del deseo. Es un arriba y abajo, vibrando, gimiendo… Tus besos y mis besos en una lengua de fuego, en un éxtasis de principio a fin... EXPLOTA en caricias el firmamento con agua y fuego. Tu cuerpo vibrando, el mío temblando unidos en un instante que no tiene final. Me besas de nuevo tiernamente y susurras "te amo".
Por favor amor, guarda el secreto de lo débil que es mi piel cuando estás cerca… no le digas a nadie la lujuria que se apodera de mi al tenerte de frente, a nadie le cuentes de este defecto dulce de mi boca al besarte a escondidas, de este disparate delicioso de mi sentidos… Shhhh… no digas a nadie cómo tiemblo, cómo me derrito si me tocas, cómo se cierran mis ojos al escucharte, cómo pierdo la noción del tiempo entre tus brazos y no importa el lugar, ni el momento, ni si es error o es acierto.
No descubras a nadie cómo se abren mis brazos a los tuyos, cómo mi cuerpo se entrega sin resistencia, sin esfuerzo, sin pudor ni decencia… ni cómo te susurro un te quiero, ni la imprudencia y las locuras, ni cómo me dejo llevar por la inconsciencia y abro mis piernas al sentir tus manos... cómo dejo mi cuerpo al descubierto para tener tu calor... Deja esos secretos entre tus dedos, sepultados en tus pensamientos, y nunca olvides lo que se esconde en ellos y lo que hallarás en mis silencios.
Soy la que en tu vida fabrica tiempos mejores, la que hace que tus días estén pintados solo de azul. Sigo guardando la magia, aunque a veces parezca que se va por momentos. Sigo sonriendo después de unas cuantas hojas más que arrancamos al calendario, a pesar de que aparentemente las cosas sigan exactamente igual.
¿Cómo escapar de ti, si te hiciste la savia que alimenta mi deseo, la niebla que confunde la noche y mi sueño, el despertar y la vida? Escribiste vida en mi arena, pintaste anhelos en mi playa y ni el viento ni el mar los borró. Eres la esencia viva que eleva mi espíritu, haces que te ame perdiéndome en mis sentidos, me haces débil, sensible con tu dulce amor, dentro de mi está esa fuerza de amarte... amarte hasta los confines del universo.
Yo adoro todo en ti, tu persistencia, tu inteligencia, tu paciencia, tu forma de amarme… me gustas pícaro y atrevido, escalando mi deseo que se muestra húmedo y callado entre mis piernas… y te quiero enganchado a mi montura, prendido de mi cintura... irremisiblemente perdido en el sabor de mi sexo, irremediablemente preso de mis caricias, susurrándome palabras lascivas llenas de deseo y amor… y te deseo así salvaje, salvando obstáculos, explorando el mapa de mi sexo, te deseo hambriento arrancando mi cordura… erecto, saciando mi locura... Ámame, con la profundidad insondable del océano, con la claridad del Sol de las montañas, con la fuerza suprema de vientos huracanados.
Esta inspiración... procede del susurro dulce, de las caricias, de los sueños... desnuda me dejas el alma, cuando pienso en ti... Es maravilloso nuestro encuentro, donde la realidad y la magia se unen y se funden en un beso. Me gusta sentir tu respiración y los latidos de tu corazón, me gusta sentirte vivo y feliz. Cada día me vuelvo más consciente de lo que siento por ti. Te quiero mío y te quiero conmigo, que no te quepa duda.
Amarte es mi destino. Eres dueño de mi alma, mi cuerpo, mis deseos, mi sangre y mi amor. Todo en mí grita tu nombre. Eres mi mayor locura, mi escape a la demencia, la felicidad en la cercanía de tus labios aun al borde del abismo, entregándome al paraíso de tu amor.

El tiempo pone todo en su sitio, a mí me puso a tu lado.

miércoles, 13 de febrero de 2019

Brindo por la amistad y las amigas como tú


El que tiene un verdadero amigo puede afirmar que posee dos almas.

Arturo Graf (1843-1913)
escritor italiano, de origen griego

Se acerca el día de la amistad y el amor. Esos dos sentimientos acompañan al hombre desde los inicios de la humanidad y lo acompañarán hasta el fin de la misma. Hoy le escribiré a la amistad y mañana dedicaré mis letras al amor.
Todos necesitamos a alguien en quien confiar, a quién llamar cuando las cosas se ponen difíciles, y también con quien compartir una buena película, unas copas y unas horas de diversión. Las amistades suelen comenzar de imprevisto, y muchas veces sin buscarlas. Vamos encontrándolas en el camino de la vida. Y todo comienza porque alguien “nos cae bien”. Sentirse a gusto con una persona, conversar y compartir sentimientos es el principio de eso que llamamos amistad.
Este año lamentablemente perdí la amistad de alguien que siempre he querido mucho, desde que era una niña, por su edad y por el cariño que nos unía, la consideraba como una hija. Nos parecemos mucho, no físicamente sino en la manera de ser y hasta en la forma de pensar. Pero el destino que es caprichoso nos puso en una encrucijada donde ella cometió el error de no hacer algo acordado de antemano y yo tratando de evitar un mal mayor hice lo que entendí que debía de hacer. Y ahí se desataron las malas interpretaciones y creo que el fin de nuestra amistad.
Me entristece y me causa dolor que nos hayamos alejado, quizás definitivamente. Así es la vida. Pero en mi corazón y en mi memoria vivirán por siempre no sus errores sino los buenos momentos que pasamos juntas, que fueron muchísimos a lo largo de los años. A pesar de la diferencia de edad tuvimos una linda amistad, donde siempre prevaleció el respeto, el cariño y la comprensión. Aunque no faltaron alguna que otra pelea por terceras personas porque en realidad nunca discutimos por un problema surgido entre nosotras. Siempre nos llevamos y nos entendimos muy bien.
No sólo me reía con ella, también conversábamos mucho de infinidad de cosas, y a pesar de su juventud en determinadas circunstancias hasta la admiré. Será una gran mujer. Yo no soy de las personas que por un error borra todo lo bueno así que desde lejos y en silencio seguiré sus pasos siempre deseándole lo mejor. Festejaré en privado sus logros y lloraré sus penas. Y si algún día me necesita ahí estaré con el mismo amor de siempre.
Quizás no debí escribir sobre esto, pero es algo que me duele mucho y siempre escribo lo que siento. Como todo ser humano tengo muchos sueños rotos y tantas espinas en el corazón que ya no sé ni cuando empezó el dolor. Por eso valoro tanto la amistad porque junto a mis amigos siempre soy feliz.
Volviendo a lo que es la amistad. La amistad es fusión sin confusión. No hay mayor riqueza que la verdadera amistad, es lo que se necesita para ser mejor, lo que le da a las pequeñas cosas esa esencia tan digna de un momento memorable. Sin un verdadero amigo el mundo sería absurdo y aburrido porque con ellos puedes reír, llorar o convertir un cuarto y un litro de licor barato en una fiesta. Es algo profundo y para siempre. Si tienes un amigo sincero cuídalo como un diamante y cultívalo como un árbol para que crezca fuerte y frondoso y bajo su sombra puedas descansar porque en la actualidad la verdadera amistad es tan escasa como el mismo el oro.
Entre los amigos debe existir algo en común y, sobre todo, estabilidad en el trato. Dice el refrán “Aficiones y caminos hacen amigos”. La amistad es cariño, un apreciarse que promueve un dar, un darse y para ello es necesario encontrarse y conversar. Con el tiempo, la amistad puede desarrollarse en profundidad y en extensión mediante el trato, el conocimiento y el afecto mutuos. Conocer bien a un amigo es saber de su historia pasada, de sus quehaceres actuales y de sus planes futuros; de sus convicciones; de sus gustos y aficiones, de sus defectos y virtudes. No basta con caerse bien, hay que ayudarse desinteresadamente, sin esperar nada a cambio. No es amigo el que busca aprovecharse del otro. La amistad no es comercio de beneficios. La verdadera amistad es, en gran medida, servicio afectuoso y desinteresado.
La amistad no se conquista ni se impone, se cultiva como las flores, se alimenta de pequeños detalles, respeto y lealtad. Los amigos son joyas raras, pueden hacerte enojar y sonreír, aprenden a escuchar, abren su corazón para nosotros. La amistad es tan importante para el desarrollo humano, su estabilidad y el mejoramiento de la sociedad que es un verdadero valor, que debemos cuidar y fomentar.
Es fácil decir la palabra amigo pero difícil que alguien se la merezca. También es fácil ocupar la lista de una libreta de teléfonos, pero es muy difícil ocupar el corazón de una persona. Por ello, si encuentras a un verdadero amigo, valóralo, porque los amigos son alegría de nuestro corazón, la luz que en algún momento necesitamos para darnos cuenta que nos equivocamos, y que en este mundo nunca estamos solos. Y otra cosa muy importante la confianza mutua hace posible la autenticidad. Ser amigo de verdad no es fácil, pero vale la pena el esfuerzo.
La amistad es una necesidad vital; como hacer ejercicio o comer, es algo que tenemos que vivir y asir, es un vínculo sagrado y esencial. Por eso tenemos que saber valorarla, y encontrar espacios para fomentarla y enriquecerla. Cuando esa relación es sincera a través de ella podemos recuperar nuestra verdadera razón de ser. Compartir con amigas es terapéutico. No podemos dejar que los estudios, el trabajo, nuestra pareja o los hijos nos alejen definitivamente de una verdadera amiga.
Es ella y no otra, la que encuentra las palabras justas para hacernos desistir de nuestra intención de querer “asesinar” a alguien. La que hace funciones de árbitro cuando nuestros hijos nos hacen perder la paciencia y en un frenético descontrol queremos “matarlos”. En esa amiga del alma depositamos los más íntimos secretos, miedos y tabúes porque sabemos que se irán con ella a la tumba. Esa confianza es la que construye una relación que sobrevive a todo.
Esa amiga es nuestro par. Y en esta cofradía de hermanas-amigas nos cuidamos y somos cuidadas, nos curamos cualquier herida, nos divertimos, hay cosas que son más divertidas de hacer con las amigas… y todas estamos de acuerdo en que hay otras que solamente se pueden hacer entre amigas… ¿no es cierto?
AMIGA, tan solo cinco letras que con sinceridad encierran un universo. La amistad es el ingrediente más importante en la receta de la vida. Con una amiga puedes pensar en voz alta, ella lo sabe todo de ti. Es quien te hace reír sin cesar, te hace creer que en el mundo existen realmente cosas buenas, que te convence de que siempre hay una puerta lista para que tú la abras. Esa es una amistad eterna... Cuando estás triste levanta tu ánimo, te ayuda en los momentos difíciles y de confusión. Si te alejas te sigue, si pierdes el camino te guía, te lleva de la mano y te dice que todo va a salir bien.
Esas amigas son las que entran en tu casa y van directas al refrigerador porque se están muriendo de sed. Después te dan un beso y tranquilamente cogen la cafetera para hacer un café y mientras esperan se sientan a escuchar música porque están muy cansadas por todo lo que han caminado. Ellas sufren tus desamores igual o más que tú, aguantan tus sermones, tus días aburridos y hasta cuando le robas las papas fritas. Más de una vez serán tu mejor refugio, harán que te levantes mil veces y, les cueste lo que les cueste, te sacarán una sonrisa. Su casa será tu segunda casa y su armario el tuyo. Y son el abrazo más sincero cuando las cosas no salen como una espera.
Brindemos por las amigas que nunca dejan de reírse de los errores, de las que se ríen antes de que abras la boca y de las que se inventan cualquier historia para hacerte reír. Por las que te alegran la vida sin darse cuenta de que lo hacen. Por la loca, la razonable, la que no sabe andar en tacones, la que se las bebe de tres en tres, la obsesionada con tomar el sol y la que no se pierde ni una. Por las que hablan de las otras con orgullo y las defienden aunque no tengan razón. Por las que saben perdonarse con un abrazo, por las que siempre recuerdan las mismas anécdotas y salen por los mismos lugares. Porque a todas les une un hecho tan simple como ser amigas sin haberlo planeado. Por las que más que amigas, llegan a ser hermanas y se quieren como tales.
Yo tengo la suerte de tener una amiga así. Conoce mis sueños, mis proyectos, mis secretos más profundos. No me juzga, aunque no esté de acuerdo con mis decisiones. Una amiga, como ella, hace que el peso de los problemas o de la angustia se divida y sea más llevadero. Nuestras risas nos contagian, nuestros abrazos nos contienen, nuestra amistad nos hace únicas. Es una persona con mucho corazón, con sentimientos nobles, es divertida, sincera, alegre, siempre dispuesta a ayudar a los demás. Es una persona dulce y generosa, tiene un corazón enorme donde yo encontré un lugar. Las mejores amigas oyen hasta lo que no dices ¿verdad?
Sé que estás leyendo esto y quiero que sepas lo que nunca te digo. Tu amistad me llena de orgullo. Tú eres una persona especial y siempre estás conmigo, lo mismo cuando mi vida reboza de alegría que cuando mi corazón está herido. Eres el pañuelo que seca mis lágrimas de desventura o de alegría. No nos une un lazo de sangre, pero si un solo corazón.
Reímos, somos confidentes, cómplices, hermanas. Si crees que algo va mal conmigo sales de tu casa en busca de mi sonrisa que no sabes por qué se apagó. Eres capaz de coger mi mano para calmar mi desaliento y llorar conmigo sintiendo mi quebranto... Tú me has dado el más preciado de los tesoros: tu corazón y el más bello de los regalos: tu amistad.
Gracias por acompañarme tantas veces, por regalarme con tu presencia esas horas de alegría que tan rápido pasan estando en tu compañía, por todo lo que hemos compartido, sueños, anhelos, secretos, risas y lágrimas… por demostrar tu preocupación por mí en innumerables ocasiones y sobre todo por mostrarme tu afecto… Nunca podré expresarte todo el cariño que te tengo, además sabes que no soy buena para esas cosas. Quiero que esta amistad nunca termine y te aseguro que cada preciado segundo que hemos pasado juntas quedará atesorado eternamente en mi corazón. Nunca recibí tanto ni le di tanto a nadie.
Me conoces mejor que nadie y me has enseñado mucho más de lo que crees, por eso nunca he dejado ni dejaré de estar a tu lado. Verte es un regalo, tenerte a mi lado es una bendición, tu presencia me llena de alegría, tu brazo me llena de consuelo y me das la fuerza que produce la confianza para seguir luchando contra las adversidades de la vida. Soy feliz con tus charlas y tus risas, pero soy aún más feliz cuando me haces sentir importante para ti, cuando dices: "estoy aquí contigo ahora y siempre”. Tú eres capaz de hacerme reír cuando solo quiero llorar.
Muchas veces las palabras no son necesarias para nosotras, nos hablamos con un abrazo y nos comprendemos solo una mirada. Nuestra amistad es más firme que los contratiempos. Siempre serás mi mejor amiga en las buenas y en las malas. Significas mucho para mí, tu opinión es más importante que la de la mayoría de las personas que conozco. Nosotras somos quizás un poco locas, pero estoy segura de que amigas como nosotras son difíciles de encontrar.
No es la primera vez que le escribo a nuestra amistad, pero después de tanto tiempo sin hacerlo, después de tantas cosas que hemos pasado en los últimos tiempos, no podía dejar de escribir hoy para ti, mi querida amiga. Gracias por ser parte de mi vida y por permitirme ser parte de la tuya. Gracias por existir. Nunca cambies. Tienes varias amigas, tendrás muchas más, pero ninguna como la que firma estas letras. Ojalá la vida nunca nos separe, te quiero hermanita.

lunes, 11 de febrero de 2019

Soy simple y complicada a la vez


He tenido un día duro y hace frío, ya es tarde… para ser más exacta ya es madrugada… estoy cansada, pero me propuse en la mañana que hoy no me iría a la cama sin escribir unas letras. Y a pesar del frío y el cansancio, lo haré. Como otras muchas veces aún no tengo claro cuál será el tema, así que si divago un poco discúlpenme. Pero me he propuesto volver a ocuparme del blog y así será.
A veces no sé cómo transmitir todo lo que siento, me faltan las palabras y algunas me suenan ya dichas una y otra vez. Otras se me hace difícil que me surjan palabras más o menos bien hilvanadas porque se mezclan unos pensamientos con otros. Pero siempre trato de que me entiendan y creo que al menos muchas veces lo consigo.
Ayer hablaba con una amiga sobre el comportamiento de algunas personas. Después de una gran charla llegamos a la conclusión que no importa como sea cada cual, lo que importa es nuestra manera de actuar para con los demás, que seamos buenas personas y que tengamos valores. En cuanto al resto de nuestra manera de ser da igual cómo seas… has de ser feliz de ser quien eres. Debes sentirte cómoda contigo misma, con lo que haces y lo que quieres. Simple, complicada, alocada o dormilona, sé tú misma y siempre da lo mejor de ti.
Algunos dicen que soy una persona dura (eso es porque no conocen mi verdadero yo), otros que soy rara, es posible que me consideren así porque a pesar de lo que ha cambiado el mundo y la gente dentro de él yo sigo siendo de las personas que le gustan las cosas simples. Intento sonreírle a la vida (aunque a veces me lo pongan difícil), me emociono ante la sonrisa de un niño o el atardecer, pienso que a la humanidad le queda una esperanza mientras exista una sola persona que lo crea, sigo creyendo en el ser humano, tengo fe ciega en el amor, me embelesa el arrullo de un mar en calma o las olas chocando contra las rocas, creo que el corazón me da libertad y la razón a veces me la quita.
No obstante, no soy la típica mujer corriente, hay que dedicar mucho tiempo y esfuerzo en conocerme a mí tal como soy. Algunos de mis amigos dicen que no siempre es sencillo, pero que al final merece la pena. Pobrecitos yo imagino a veces los malos ratos que les he hecho pasar, sobre todo cuando me pongo imparcial y terca.
Me gusta caminar sin rumbo y generalmente sola, siempre que puedo lo hago a la orilla del mar, descalza y mojada, disfrutando de las olas golpeando mis pies, trazando un diseño en el horizonte, en la silueta del sol... inmersa en mis pensamientos más profundos. También camino en busca de una melodía, disfrutando de un atardecer, de una sonrisa que me haga feliz, de una mano amiga… Me gusta pasar tiempo a solas para conocerme y quererme a mí misma; así puedo querer mejor a los demás.
Me gusta estar con mis amigos, con mi familia, me encanta hacer reír a la gente, soy de las que cuido a los amigos. Me gusta dedicar tiempo a las personas de mi entorno, ser detallista y paciente con ellos (aunque a veces no lo logro), ser su confidente, saber escucharlos y apoyarlos; para mí eso es algo muy importante. Soy terca y orgullosa en algunas cosas. Sin embargo, el orgullo lo pierdo por cualquiera que merece la pena, sólo tienes que saber hacerme ver y sentir que “mereces la pena”.
Adoro reír, me gustan los abrazos, la lluvia, el mar, ¡siempre el mar! Perder el control, dejarme llevar… La soledad por decisión propia. Me gusta mirar a la gente a los ojos cuando hablamos, las luces del árbol de navidad… las sonrisas y las miradas profundas, sentir la brisa marina y respirar el olor del salitre, sentir mariposas en el estómago, saber en quién puedo confiar y que confíen en mí, soy incapaz de contar un secreto. ¡Ah! y casi nunca me callo lo que pienso o siento.
Amo los pequeños detalles y la sinceridad. Me pueden encontrar soñando despierta con la música sonando a todo lo que da y mi mente en otra parte. Me encanta disfrutar de una noche bohemia (aunque hace mucho tiempo no lo hago) y llegar a casa exhausta, feliz y con tipo de loca, SÍ, me gusta todo eso y ¿saben qué? No me importa lo que piense la gente, me encanta ser así.
Hay cosas que me desagradan y otras que ni siquiera soporto por ejemplo no me gusta esperar, no soporto la envidia, ni la mentira, ni la manipulación, ni que insulten o ataquen (aunque sea de palabra) a la gente que quiero… es algo que me pone de muy mal humor y difícilmente puedo contenerme… No me gusta la violencia, la muerte, el desprecio, la ignorancia…
En ocasiones me pierdo en preguntas sin respuesta. Mi pasión incontrolada me lleva a lugares que son invisibles para las mentes comunes, segura de mi esencia me lanzo a una vida que me atrapa con la intensidad de sus contadas horas. Soy una creadora de sueños porque imagino mundos diferentes, aunque la imperfección de este mundo convulso a veces me desanima, pero mi fe en la humanidad me llena de fuerzas para seguir adelante. Amo con entrega, con fuerza incontrolable, sin la reserva de la duda y con el alma desnuda, siento la magia de los deseos, me alimento de la esperanza y cuando estoy deprimida o triste me encierro en mi caparazón.
No soy la típica mujer que se arregla para salir a caminar, ni la que se conquista con regalos caros, me conquistas más fácil con una flor que con algo que te haya costado “un pastón”, como dicen los muchachos. Tampoco soy la que pinta su rostro con capas de maquillaje, ni que vive al tanto de la moda. Me agrada encontrarme con detalles inesperados sin necesidad de que sean en las fechas indicadas. Me gusta ser arropada cuando tengo frío… soy de las que le encantan que le besen suavemente y le susurren un “te quiero”.
Soy una mujer simple y a la vez complicada. Por lo regular soy de extremos, para mí los términos medios no sirven, el gris no existe, conmigo es blanco o es negro: o te quiero o te odio, o algo me gusta o no lo soporto, o me da igual todo o todo me influye.
Siempre he creído más importante preocuparse por la conciencia que por la reputación y saben por qué. Pues porque la conciencia es lo que somos y la reputación es lo que otros piensan de nosotros. Y lo que otros piensan de mí es su problema... no el mío. Con el tiempo he aprendido la sutil diferencia entre tomar una mano y encadenar un alma; he aprendido que los besos no son contratos ni los regalos promesas.
Soy rebelde, cínica, amante de la vida y del amor, buena madre, buena amiga, no una excelente persona, pero humana, desafiante y guerrera. He amado, llorado, perdonado y saboreado el dulce amargo paladar de las experiencias. Sonrío, aunque la vida me golpee, aunque no todos los amaneceres sean hermosos, aunque se me cierren algunas puertas. No cambiaría nada de lo que soy ni a las personas que me rodean porque soy feliz.
Me encanta la gente que ríe hasta las lágrimas porque la risa es buena amiga del alma; y me gustan quienes NO pueden evitar las lágrimas ante el dolor ajeno y la injusticia porque la solidaridad humana nos ayuda a crecer espiritualmente. Con esas personas voy hasta el final. Me gusta quienes se emocionan y lloran viendo una película o leyendo un buen libro porque eso indica que sin importar su apariencia en su interior hay sensibilidad.
Por lo visto esta noche el sueño no me venció a pesar del cansancio. Es cierto que cuando comienzo a escribir todo desaparece hasta el agotamiento se va, o mejor dicho no lo siento, aunque esté ahí. Mañana o mejor dicho hoy estaré liquidada, dentro de poco amanecerá, así que voy a despedirme con un fuerte beso, para darme un baño y preparar el desayuno, sino todos llegarán tarde por mi culpa.

miércoles, 6 de febrero de 2019

De vuelta a mi teclado


(Este era el primer post de este año, las circunstancias no permitieron que fuera así)
De corazón espero y deseo que el año que acaba de comenzar sea extraordinariamente bueno para todos nosotros, en todos los sentidos. Que se cumplan los sueños, que crezca el amor, que seamos mejores seres humanos, que se acaben las guerras… Ojalá tengamos un año hermoso, lleno de reencuentros, de amor, de cariño, de buena música, buenos libros, buen cine… Nos merecemos buenas noticias y buenas entradas también. En esto último, prometo hacer mi mayor esfuerzo.
Ya lo he dicho, escribir es mi medicina. Mi pasión. Mi amante en los buenos y malos momentos. Hay días que escribo más, otros menos, algunos textos me parecen que no quedan muy claros (depende de mi estado de ánimo o la premura) pero al parecer lo entienden, otras veces siento que tienen luz propia, no necesitan explicación. Lo que si les puedo asegurar es que siempre escribo lo que siento.
Las letras son una parte importante de mi vida. Cuando escribo dejo en cada línea parte de mí, de mis sueños, de mis fantasías, de mis dudas, de mis temores… Hace años le escuché decir a una escritora "Soy mis letras", y entonces no entendí lo que quiso decir, ahora sí lo hago y pienso como ella, porque por mis letras pasa una marejada de sentimientos, emociones buenas y malas, coherentes e incoherentes, escribir me ayuda a conocerme y reconocerme... es un viaje a mi interior.
Escribir es derramar pasión con un tintero... es una forma sencilla de dejar mi rastro en este mundo y el rastro que vamos dejando por la vida habla de nosotros por sí solo. En las cosas que he escrito aquí les he mostrado un poquito como soy para la mayoría de las personas y a la vez les he dejado ver a esa otra mujer que vive en mí y que casi nadie conoce. Algunos pueden pensar que en ocasiones hago propaganda de mi “yo” o de mi “ego” o de cualquier otra cosa que pueda parecerse. Quizás este exceso de desnudez o transparencia pueda parecer una exuberancia encubierta. Ni siquiera me paro a pensar en ello.
Una de las cosas bonitas de escribir es que no obligas a nadie a escuchar. Sólo escribes, sin pretender un trueque mínimo, sin esperar respuesta (aunque si llega es bienvenida). Es un acto generoso donde expreso reflexiones, cosas del día a día, cercanas, que sirvan o no de medida para sabernos humanos e imperfectos. Y me gusta regodearme con esa imperfección.
Quizás a veces he sido un poco intensa con esas emociones inevitables que la mayoría prefiere, muy respetuosamente, ocultar o disimular. No es que realmente me guste hablar de mí y de mis cosas. Realmente a nadie le interesa si he tenido una pelea con alguien, si voy a la playa, si he ido de juerga con mis amigas o si he salido con quien siempre llena mis días y mis horas. Eso sólo son anécdotas, una manera de anclar al lector en un espacio y un tiempo, en un escenario. Realmente, lo importante son los mensajes que están entre anécdota y anécdota, la lectura entre líneas. Por desgracia hay quienes se quedan en lo epidérmico, en las superficies, sin analizar realmente el fondo. Es una pena.
En la escritura está la libertad, la aventura, la pasión, el romance que a mi alma seduce. Sin la escritura a mi vida le faltaría color, aromas, sonrisas, sueños y el amor que despierta en mi corazón cada palabra que de mi pluma fluye. Sin ella moriría por dentro y las ganas de vivir se ahogarían dentro de mis silencios. Silencios que ya no lo son porque mis letras son mi voz. Cuando escribo mi alma cruza los límites del espacio y del tiempo, siento el mundo a mis pies porque puedo tocar lo inexplorado. Renazco en cada texto, vivo entre líneas, porque me identifico en cada escrito, si un día me olvidara de escribir caería totalmente en un abismo.
Esas letras que nacen en lo más profundo de mi corazón son para desahogarme, recrearme en un mar de sentimientos, a veces para olvidar, otras para perderme en un mundo prohibido lleno de sensaciones y emociones… Siempre le doy un espacio al amor, ese sentimiento tan maravilloso que algunos no tienen la dicha de conocer y otros le temen.
Escribo para que sepan que existo, para mantener abierta la palabra, para reinar sobre la muerte, para revivir cada día, para sentir junto con los otros, para apuntalar el sueño, para alimento espiritual, para unir lo posible con lo imposible, para salvar del diario morir, para hacer más vivo el vivir, para transformar la vida, para la fidelidad al amigo, para un no sé qué, para descubrir los secretos del mundo, para llevar el infinito a cuestas, para despertar a latigazos el silencio, para defender el milagro de la vida, para amar a los otros… También escribo un poco para entenderme a mí misma, es una forma rentable y efectiva de exorcizar neurosis y demonios.
Me han dicho que le doy mucha importancia al tema del amor, y tienen razón. Pero es que para mí el amor es básico, es el motor que mueve el mundo, la única relación que se puede establecer con el mundo para tener de donde agarrarse sin caer en el abismo del sinsentido. Cuando escribo de amor o por amor dejo el corazón, el alma... los más profundos sentimientos.... le doy rienda suelta a las emociones. Es cierto que el amor a veces puede ser fugaz y doloroso, pero no deja de ser bello y eso es lo que me impulsa a escribir sobre él.
Al escribir revivo el pasado, parafraseo el presente e imagino el futuro, combato el paso del tiempo… la escritura me ayuda a comprender y a ordenar el desorden, me equilibra, es un placer y una necesidad. Trato de explicar a los demás como veo la vida, además escribo para curar mis culpas, para de alguna manera sobrevivir a la muerte, para sentir por un pequeñísimo instante que soy Dios. Como dijo Rosa Montero: “Escribo porque mientras lo hago estoy tan llena de vida que mi muerte no existe: mientras escribo soy intocable y eterna”.
Hoy que estoy de vuelta a mi teclado, de regreso a este sitio y a sus lectores, una vez más voy tejiendo los sentimientos que llevo en lo profundo de mi alma, es un honor tenerlos aquí y compartir con ustedes mi sentir. En estas páginas están los suspiros que vivo, lo que creo, siento, veo y pienso. Soy yo escribiendo, son ustedes encontrándose en mis letras y somos todos identificándonos.
Queridos amigos, ustedes son la fuente donde me alimento, son mi apoyo, mi remanso de paz. Hoy están aquí y forman parte de mi vida, los reales y los virtuales, por eso reciban desde mis líneas un abrazo inmenso, de mi corazón a su magnífico corazón.

martes, 5 de febrero de 2019

Quién lo diría… ¡El blog cumple ocho años!


(Esto lo escribí antes del dichoso tornado, la falta de electricidad y otros problemas me impidieron publicarlo el día que correspondía)

Este pequeño y querido espacio cumple hoy 8 años de creado. Fue el 2 de febrero de 2011 cuando vio la luz por primera vez. Como pasa el tiempo, ¿verdad? Ocho años llenos de ilusión, de emociones, de miedos, de dudas, de estrés, de aprendizaje, de recuerdos, de sorpresas, de agradecimiento, de alguna que otra desilusión... de tantos y tantos sentimientos encontrados. He compartido con ustedes a lo largo de este tiempo muchas cosas, amistad, amor, pensamientos, dolor… he recibido de ustedes alegría, comprensión, amistad y hasta amor. También he recibido opiniones contrarias, pero eso forma parte del encanto, no todos tenemos que estar de acuerdo y pensar igual, siempre que nos tratemos con el debido respeto no hay problemas.
En los últimos años apenas he podido atender el blog por problemas personales. Este año quiero y espero poder hacerlo, aunque tengo heridas abiertas siempre he dicho que escribir es mi medicina y este sitio mi refugio. Eso me permite seguir junto a ustedes.
Haciendo un poquito de historia, recuerdo que estuve un poquito indecisa para crear el blog, aunque era una idea que cada día se reafirmaba más en mi mente, para poder publicar muchas cosas que tenía escritas y escribir otras nuevas. Sin embargo, cuando me ponía a pensar en que los lectores podían no entender lo que quisiera decir, o no agradarles algunas cosas que escribía, eso me frenaba un poco. El miedo a las críticas no porque las críticas son buenas y ayudan a crecer.
Al fin decidí aquel 2 de febrero empezar, sin pensar en nada más. Me apetecía escribir sin obligaciones, sin límite de extensión, escribir de lo que quisiera y cuando quisiera. Quería hablar de cosas que me interesan y me gustan, contar historias, reflexionar un poco conmigo misma, hablar de sentimientos y valores. Pero en medio de todo, de las tormentas de sentimientos y pensamientos, en medio de contradicciones, de fuertes pasiones… quería que fuera respetuoso y por supuesto que durara. Creo que lo he conseguido. Siempre he sido respetuosa y ya tiene ocho años.
Para ser sincera nunca creí que estas páginas fueran muy visitadas, entre otras cosas porque tampoco creí que pudieran aportar o interesarle mucho a nadie. Así que, sin pretensiones de ningún tipo, inicié mi paso en este mundo virtual y me convertí en internauta. ¿Quién me lo iba a decir? Yo siempre tan celosa de mi intimidad, compartida sólo por algunos pocos a los que yo llamo “mi gente”, siempre escribiendo cosas para esconderlas (sobre todo mis textos eróticos), disimuladas en carpetas y muchas borrarlas después. Si eran textos escritos en papel algunos los guardaba otros terminaba rompiéndolos con el tiempo.
Algunos me decían “tener un blog es emocionante al principio, pero después te aburres”. En mi caso al menos no ha sido así. Sigo amando este sitio como el primer día y mis ganas de escribir y comunicarme con ustedes no ha disminuido ni un poquito. He tenido rachas donde los textos son unos prácticamente a continuación del otro, y otras, donde me he pasado días, semanas y hasta meses sin poder escribir no por falta de ganas sino por falta de tiempo o energías. Pero en cuanto tengo un respiro o se renuevan mis energías, siempre vuelvo. No es un vicio, ni una obligación auto impuesta, ni un mirarse el ombligo, es algo mucho más bonito que eso, algo tan antiguo como la cultura, es escribir para que otro te lea, deseando que a esa persona le guste o le ayude en algo lo que has escrito.
Tener un blog personal es un proceso apasionante, lleno de retos, en ocasiones euforia y en algunos momentos también desesperación sobre todo cuando te falta el tiempo. La gracia está en que cuando crees que no tienes nada que decir, puedes sentarte a escribir un post diciendo que no sabes a ciencia cierta de qué quieres escribir pero que sientes la necesidad de hacerlo y muchas veces después de las primeras líneas, todo comienza a fluir, las ideas salen, los pensamientos se agolpan y los sentimientos te dominan. Es increíble.
En ocasiones mis manos se quedan quietas sobre el teclado, suspendidas en el aire, dudando de cómo comenzar o cómo seguir, hasta que vuelven a deslizarse con lentitud, pero con firmeza y continúan en su trayectoria depositando en la pantalla trocitos de sentimientos, modestas reflexiones, historias, bosquejos de sueños, penas, alegrías, dolor, llanto, amores, añoranzas… las letras dicen todo lo que mi corazón siente, grita lo que mi boca calla, desnuda mi alma, da sentido a mi vivir, calma mis penas, me transporta a un mundo donde puedo ser yo, sin máscaras, sin atavíos, ¿qué sería de mi si no pudiera escribir? vivo cuando escribo, soy yo cuando lo hago. En mis letras va el amor que llevo por dentro. Amor limpio, puro, dulce, tierno y eterno.
Las letras son mi escudo, mis flechas al aire y una que otra al corazón, necesito hacerlo porque es aliento de vida el escribir lo que pienso, lo que creo y recreo. Escribo lo que a gritos notan en mis silencios, porque quiero vivir y que vivan conmigo, que me lean, que me sueñen, que me suspiren... Quien busca la vida, quien quiere vivir se dedica a escribir. Mis letras son vida porque seduzco sus ojos con letras de pasión y acaricio su piel con palabras de deseo. Hacemos el amor con palabras traviesas que tientan sus fantasías y mojan sus sentidos. Escribo en sus silencios, en sus sueños más profundos… escribo para que esta vida sea menos lúgubre. Cada palabra es partícula de mí ser, un átomo de mí; escribir ya no es un gusto, es una necesidad. Escribo no solo para vivir sino para no morir.
Soy feliz escribiendo aquí y compartiendo con ustedes cada pensamiento. Gracias a todos y cada uno de los que están aquí, que han permanecido hasta en los momentos en que me he alejado por mucho tiempo, gracias por su constancia, por sus visitas y comentarios. Gracias por todo lo que cada día aportan a mi vida, por lo mucho que he aprendido con ustedes, por la ilusión y la magia que me genera el blog, porque me hace seguir renovando y creciendo a diario.
Gracias por estar siempre y vivir desde mis más locas emociones hasta las más dolorosas, esas que he dejado aquí con piel y todo, emociones en las que he compartido mis alegrías, mi risa y algarabía... así como mis tristezas, llanto, impotencia y frustraciones que vivo como mujer intensa que soy. Gracias a todos esos que llegaron después y a los que aún no han llegado pero que están en camino. Gracias a todos los que me comentan, aunque no me sigan y a los que me siguen sin comentarme.
Deseo que este sitio les siga gustando y que sigan aquí, y que den su opinión en cada texto, que digan lo que piensan, es una manera de compartir más. Para mí, estar aquí sigue siendo una experiencia increíble por lo que me ha enseñado.
Los quiero

lunes, 4 de febrero de 2019

UNA SEMANA DESPUÉS


Todavía sueño con el infierno, esos segundos terribles que viví no se me borran de la mente. Aún no puedo creer lo que pasó, pero la prueba palpable está en la destrucción que hay a mí alrededor. Nunca olvidaré esto.
Sabíamos que iba a venir un frente frío, esperamos lluvia, algunas tormentas eléctricas y vientos, pero jamás esto. Cuando ocurrió este desastre estaba sentada escribiendo como ahora, de pronto sonó como un avión y al instante se desató la destrucción. Nosotros no sabíamos qué pasaba. En medio de una fuerte tempestad, se desató un infierno que nadie vio venir y que tomó a todos por sorpresa.
Una semana después camino por las calles y me duele tanto ver las cosas que ya no están, árboles, casas, centros de salud… tantas personas hayan perdido todas sus pertenencias en menos de 20 minutos y de una manera tan violenta.
Las escuelas que ya no están y las que están destruidas, como la famosa escuela del barrio Alfredo Miguel Aguayo, donde han estudiado, nuestros padres, nuestros hijos y los nietos de los que ya los tienen. Una escuela que recoge momentos inolvidables para todos. Se trabaja arduamente para intentar recuperar la escuela, tanto el gobierno como la gente del barrio trabajan sin descanso y evalúan daños. Los vecinos del lugar no podemos evitar la añoranza por la escuela del barrio, donde, cada mañana se escuchaba una música que anunciaba a todos el comienzo de una nueva jornada.
El sabor amargo de la destrucción no se me quita y mientras más la miro más me duele, por momentos hasta las lágrimas, yo que soy una “mujer dura” como dicen muchos.
He pasado días muy malos tratando de recuperarme del susto, del pánico que aún persiste en todos los que vivimos esos momentos. Por ejemplo, hoy en la parada de la guagua alguien hablo de la entrada de un frente frío esta semana y una señora espantada comenzó a pedirle a Dios que por favor tuviera piedad. Eso es el miedo por el terror vivido. Estoy segura que esos momentos permanecerán vivos en mi memoria mientras viva. Y en la memoria de todos los que lo vivieron. El tornado además de daños físicos y materiales, ha afectado emocionalmente a cientos de personas.
Increíble como en tan poco tiempo, tan sólo 16 minutos, la fuerza demoledora del tornado dejó una estela de destrucción que marcará por siempre a los residentes de las zonas afectadas, que esperamos no toparnos jamás con otro fenómeno de esa magnitud.
Saldremos de esta. No hay duda. Somos cubanos y siempre nos levantamos. Lamentamos las pérdidas materiales y sobre todo las humanas pero nos damos la mano unos a otros como siempre. Estamos vivos y hay que seguir.
Sigo anonadada, triste, estresada… no sé cuántos días me durara esta amarga sensación… el dolor de cabeza no se me quita. En estos días me ha sorprendido la actitud de algunas personas y me ha decepcionado la de otras. Ah, y comencé a fumar de nuevo, sé que es lamentable, pero fue inevitable.