Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

lunes, 4 de febrero de 2019

UNA SEMANA DESPUÉS


Todavía sueño con el infierno, esos segundos terribles que viví no se me borran de la mente. Aún no puedo creer lo que pasó, pero la prueba palpable está en la destrucción que hay a mí alrededor. Nunca olvidaré esto.
Sabíamos que iba a venir un frente frío, esperamos lluvia, algunas tormentas eléctricas y vientos, pero jamás esto. Cuando ocurrió este desastre estaba sentada escribiendo como ahora, de pronto sonó como un avión y al instante se desató la destrucción. Nosotros no sabíamos qué pasaba. En medio de una fuerte tempestad, se desató un infierno que nadie vio venir y que tomó a todos por sorpresa.
Una semana después camino por las calles y me duele tanto ver las cosas que ya no están, árboles, casas, centros de salud… tantas personas hayan perdido todas sus pertenencias en menos de 20 minutos y de una manera tan violenta.
Las escuelas que ya no están y las que están destruidas, como la famosa escuela del barrio Alfredo Miguel Aguayo, donde han estudiado, nuestros padres, nuestros hijos y los nietos de los que ya los tienen. Una escuela que recoge momentos inolvidables para todos. Se trabaja arduamente para intentar recuperar la escuela, tanto el gobierno como la gente del barrio trabajan sin descanso y evalúan daños. Los vecinos del lugar no podemos evitar la añoranza por la escuela del barrio, donde, cada mañana se escuchaba una música que anunciaba a todos el comienzo de una nueva jornada.
El sabor amargo de la destrucción no se me quita y mientras más la miro más me duele, por momentos hasta las lágrimas, yo que soy una “mujer dura” como dicen muchos.
He pasado días muy malos tratando de recuperarme del susto, del pánico que aún persiste en todos los que vivimos esos momentos. Por ejemplo, hoy en la parada de la guagua alguien hablo de la entrada de un frente frío esta semana y una señora espantada comenzó a pedirle a Dios que por favor tuviera piedad. Eso es el miedo por el terror vivido. Estoy segura que esos momentos permanecerán vivos en mi memoria mientras viva. Y en la memoria de todos los que lo vivieron. El tornado además de daños físicos y materiales, ha afectado emocionalmente a cientos de personas.
Increíble como en tan poco tiempo, tan sólo 16 minutos, la fuerza demoledora del tornado dejó una estela de destrucción que marcará por siempre a los residentes de las zonas afectadas, que esperamos no toparnos jamás con otro fenómeno de esa magnitud.
Saldremos de esta. No hay duda. Somos cubanos y siempre nos levantamos. Lamentamos las pérdidas materiales y sobre todo las humanas pero nos damos la mano unos a otros como siempre. Estamos vivos y hay que seguir.
Sigo anonadada, triste, estresada… no sé cuántos días me durara esta amarga sensación… el dolor de cabeza no se me quita. En estos días me ha sorprendido la actitud de algunas personas y me ha decepcionado la de otras. Ah, y comencé a fumar de nuevo, sé que es lamentable, pero fue inevitable.

2 comentarios:

  1. La verdad es que todavía el barrio se ve destruido aunque hay que reconocer que se ha hecho un esfuerzo gigantezco por todos y nos solidarizamos con los afectados para ayudarlos en todo lo que podamos.Creo que no hay un cubano que no haya sentido este lamentable hecho, a mi me llamaron desde varias partes del mundo y del país, preocupados por la zona en que vivo que fue de las mas afectadas. Dentro de todo este momento de gran dolor para muchos se debe destacar la unidad del pueblo en general por ayudarnos unos a otros y desde el alimento o alguna cosa material que se les da de forma voluntaria, está el apoyo emocional y por supuesto el gran abrazo con el cariño y la fuerza de que esas personas no estan solas y cuentan con la fuerza y el calor de todos nosotros: grandes cubanos.

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  2. La devastación que produce un tornado es impresionante. Sé cómo te has sentido, pero no has estado sola la gente que te quiere ha estado a tu lado, y gracias al móvil muchos pudieron comunicarse contigo para saber de ti y para apoyarte.

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