Escribiré
esta noche mis letras llenas de ti, llenas de mí, entonces valdrá el desvelo.

Me
encantas de pies a cabeza, me encanta tu ser tan seductor, amo los momentos a
tu lado... amo tu ser buscando mi calor, tu susurro en mi oído... y la mirada
tierna cuando me besas... amo el hombre que me entregas, amo al niño que hay en
ti...
Muchas
veces pienso cómo fue que me enamoré de ti de esta manera tan misteriosa.
Quizás es que contigo entendí que no se trata de quién te baja el cielo, sino
quien sube el infierno para que tus demonios sean libres.

Además
de todo eso, tu poder radica en que desees tanto o más que yo pasear tus labios
por mi cuerpo, sin esperar que yo te corresponda con promesas de telenovela. Sabes
que la pasión me envuelve, que mi interior se agita por tu aroma. Y ahí, entre
las sábanas, se acaban los títulos, los salarios y las palabras rebuscadas que
sólo sirven para ganar en el scrabble.

El
nuestro es un amor con entrega y vocación, es abundante en sinceridad y se
desborda el sentimiento cuando nos vemos, nos embriagamos de deseos y con la
ilusión siempre de compartirlo todo, siempre uniendo nuestros corazones y
convirtiéndolos en uno solo. Nuestro amor es auténtico, real, verdadero porque
nace de la comprensión y el apoyo, de la entrega y la devoción, de experiencias
y momentos especiales como los que tú y yo compartimos siempre.

Bloqueas
mis sentidos, desorbitas mis ansias, todo mi ser tiembla ante tu presencia, con
solo oírte el corazón se disloca, pasa de un ritmo a otro de manera increíble. Eres
ese ser capaz de armarme un torbellino de pasión en mi interior. Te siento a mi
lado y mi piel se enciende… nos sabemos llevar a los cielos infinitos del
placer con sólo recorrernos, con la simpleza de tu modo de hacerlo... con mi
entrega... con la infinita devoción que tengo por lo que me provocas.
Me
pierdo en tu amor, en la paz de tu deseo. Eres un vicio que me consume
lentamente desde adentro como una flama de fuego que no quema pero deja huella
por donde pasa, tu amor me consume lento pero seguro.
A veces
me sonrío pensando en el día que te conocí. Quién me iba a decir que todo
sucedería de esta manera. Penetraste en mí y todo se detuvo aquel día cuando me
sedujiste para siempre, al tocarme… sentí que el mundo se borraba al contacto
de tu piel… ¡Se me fue la vida!

Y cuando
te vas… siempre dejas sobre la almohada un recuerdo tuyo y en la taza de café,
un beso; y tras el beso, un suspiro que me alcanza hasta que regresas.
Estoy
enamorada de ti, sí, tú el que llegó en el momento que menos lo buscaba, el que
tiene poco tiempo pero que me dedica todos sus segundos libres, el que ama su
trabajo, pero me ama un poco más a mí, el que me seduce con su mirada, que me
roba los suspiros con su sonrisa tentadora, yo por ti soy capaz de poner el
alma, el corazón, la vida, para siempre, entre tus manos.
El
tiempo pasa lento pero con pasos pesados y firmes, como un gigante que siempre
tiene que caminar y nunca se detendrá. Pero yo sigo viendo en tus ojos el
reflejo de tu alma y lo maravilloso que es mi vida contigo. Por eso es que no
importa el frío si tú me besas, no importa el viento, no importa el clima… porque
la magia tiene sentido en ti, el calor en tu presencia es único, el frío contigo
es estupendo, no hay nada en el mundo que se parezca al gusto de tenerte en mi
vida. ¡Que se descongelen los glaciales cuando nos besamos! En nuestra
dimensión lo demás está de sobra.