
Tus
fantasías impactan con las mías sin remedio, de una forma casi contundente nos
reflejamos en nuestro propio espejo. No logro evitarlo... para esta locura no
hay remedios.
Como
inventar un adiós cuando te mienten mis ojos mientras la historia continua y la
sangre sigue al rojo. Te amo y te maldigo porque eres mi obsesión y mis
anhelos. A veces me alejo y luego regreso, porque entre millones de hombres sin
dudarlo... desde el alma yo te elijo.
No
hay luz en el crepúsculo que no se apague al verte y mi cuerpo se arquea
buscando acomodo en tu figura. No hay amanecer sin un sol clareando mi cama al
despertar abrazada a tu piel, oloroso perfume a amor. No hay más sueño que tu
caminar entre mis sábanas, buscando ese reguero de caricias devueltas a tus
besos.
En
la ceremonia de las caricias, recorremos el camino de la libido que va
invadiendo el aire que respiramos... de las bocas se fugan impacientes jadeos, esquirlas
de perlado sudor se deslizan en mi pecho tatuando los más prohibidos deseos. El
morbo a flor de piel bajo tu mirada va floreciendo.
Vuelan
los minutos, marchan de prisa, succionando impacientes los sentimientos, bailando
una agónica danza ritual con gritos entremezclados de alborotado silencio. Y el
dulce delirio de mis labios en celo... que reclaman cuando te demoras mientras
mis ojos desafiantes te dicen con ansias… llévame sin dudar en tu audaz y
vertiginoso vuelo.
Eres
mi perdición, tus deseos estallan en mi piel, navegan el caudal de mis venas bravías
e indóciles mientras avanzan como un veneno invadiendo cada espacio. No hay
antídoto... creo que no, derrumbas mis defensas con tan solo una mirada. Tus
candentes insinuaciones avivan mis perversiones... no temes a mis espinas las
pides a gritos. Las púas de mi lujuria fragmentarán tu carne de mil pasiones. ¿Quién
será el que pierda aquí?
No
te necesito para vivir y sé que tú tampoco, pero sin embargo haces que mi vida
sea mucho mejor cuando estamos juntos. Amémonos hasta que el viento se vuelva
hielo y el sol se apague por completo, hasta que las estrellas se vuelvan una y
nuestras almas regresen a la luna. Amémonos hasta que el fuego de la vida se
apague y el tiempo se extinga en cada rincón del espacio.
Tú
eres quien pone en mis sombras la luz por eso elegí quererte, elegí que tu olor
era el que mejor le venía a mi ropa y a mi piel, elegí que me comieras a besos…
que fueras mi locura y mi calma, llenar el silencio de la noche con nuestra
risa... Elegí el miedo a fallar y las miradas que hablan, el sabor agridulce de
las discusiones que acababan en un beso, conservar intacto cada momento y que
mi mayor hobbie es verte y besarte hasta que a los dos nos duelan los labios. Te
elijo hoy y siempre; y no me arrepiento de nada.