
Yo no me explico cómo esas personas pueden vivir sin
ella. La música permite canalizar sentimientos y hace que las personas alivien sus penas o hace crecer su alegría dependiendo del caso. La música es
universal. No hay límites para impedir que la gente la entienda y puede unir a
las personas. Es el lenguaje del universo.
Yo escucho mucha música y de diferentes géneros, lo que
me importa es que sea lógica, bien pensada, con melodía y bien interpretada,
claro. Lo que si no me gusta es la música grosera y rechazo algunos géneros
porque generalmente lo son. Esas canciones llenas de malas palabras. Detesto
esa mierda de música sin sentido, de sexo implícito y barato que hace perder la
magia del amor.

Soy una de esas personas que dice "me encanta esa
canción", y no tengo ni idea de quién es. Muchas veces escucho música de
forma absolutamente ingenua, sólo por el placer que me da, pero sin tener idea
de dónde viene, si quien lo canta tiene muchos discos, cuáles son sus raíces
musicales, a veces ni siquiera tengo claro el género. Pero no tener amplios
conocimientos de música no me invalida para escucharla y saber reconocer si el
ritmo y la letra son buenos.

Escuchar música no sólo es divertido y relajante, también
es algo que tiene un poderoso efecto sobre la gente. Crea un ambiente especial
y tiene el poder de calmarnos, agitarnos o simplemente nos entran ganas de
levantarnos y bailar. Los recuerdos, las experiencias, los ambientes y los
estados de ánimo se ven muy influidos por las melodías que los acompañan. Así
que, si la música realmente le llega, no está usted solo.
No existe nada más cercano a eso que llamamos magia, que
una progresión de notas o acordes, por la capacidad que tienen para
trasladarnos a momentos pretéritos de nuestra propia existencia o despertar en
nosotros los más encontrados sentimientos, que van desde el amor, hasta la
angustia, pasando por la nostalgia, el temor, la melancolía e incluso el odio.
La música cumple diversas funciones, nos ayuda a soñar,
nos hace compañía, alivia nuestras preocupaciones, nos alegra el espíritu, nos
permite sentirnos parte de un grupo social más amplio, nos libera. Lo
sorprendente de ella es que es diversa y única. Cualquiera que la oye puede
crear su propia realidad y darle un significado a la misma. Vivir sin música sería
casi imposible.

La música me hace sentir ¡tan bien! que escucho música en
todo momento, si estoy triste, si estoy alegre, mientras limpio, lavo, cocino…
hasta cuando escribo tengo música puesta. Otras veces me dedico a sentarme o
recostarme sólo a escucharla, con todos mis sentidos puestos en ella para
disfrutarla a plenitud. La necesito tanto cuando las cosas van muy mal como
cuando van muy bien. Como dijo Aristóteles: “La música purifica las pasiones y
provoca en los humanos una alegría inocente y pura”.
En Cuba la música se encuentra en todas partes. Y la
variedad ni se diga, encontramos todo tipo de ritmos romántica, reggaetón, rap,
rumba, mambo, salsa, merengue, danzón, bolero, cha-cha-cha, en fin, de todo,
nosotros los cubanos hacemos música hasta con una lata y un palo.

Pronto hablaremos de por qué nos gusta mucho más la
música de nuestra adolescencia que la que conocemos más viejos. Pero no olviden
que sin música la vida sería un error.