Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

miércoles, 29 de febrero de 2012

El mar y tú

El fin de semana pasado estuve en la playa, tan sólo llegar y respirar el aire del mar me sentí feliz, siempre es igual aún estando triste o atormentada. Llevaba semanas deseando ir y por diferentes razones no había podido, pero ya estaba allí. Cuando más tarde me senté a contemplarlo me sentí invadida de paz, con una enorme sensación de tranquilidad la misma que ese día tenían sus aguas. Estuve mucho rato así, sólo observándolo, respirándolo… me sentí flotar porque me transporta lejos de la ciudad que no soporto, de gente que no me gusta... y quizás de un yo del que ya me he cansado.
Adoro el mar por el sonido relajante de las olas, por ese horizonte en el que mis ojos se pierden, por el olor de la sal y las caricias de la brisa que ahí son como en ningún otro sitio. Lo adoro porque me regala esa perfecta combinación de sentidos al que solo le falta el sabor de tus labios si tú no estás, porque me deja jugar a las metáforas mientras caen pequeños puñados de arena de mis manos.
Había mucha paz en el ambiente, solo escuché el murmullo de las olas y en el silencio del paisaje, un deseo, un sueño, una ilusión, un ruego. Y muy dentro de mi encontré tu voz que es mi voz, abriendo las puertas del corazón para juntos pasearnos por el misterioso mundo del alma. Y allí encuentro la serenidad de mi paisaje interior. Es inexplicable… es atardecer… es silencio… eres tú.
Las aguas de mi mar llegan a la playa reventando en olas blancas que quedan como delicadas huellas grabadas para siempre en mi alma. Aguas verde transparentes que me seducen, me hechizan… como tu amor. Además del influjo que el mar ejerce en mi, ¿cómo no voy a morir de amor por esas aguas si cada vez que estoy en ellas te recuerdo? Cada vez que estoy cerca del mar la cadencia de sus olas me embelesa y mi piel ardiente se estremece como si en tus brazos estuviera. Cuando me empapa su brisa salada, cierro los ojos y la calma me adormece mientras atrapo en mis sueños de arena, la humedad de tu boca que me besa.
El mar me encanta, no importa si esta calmado o embravecido, necesito contemplarlo muy a menudo, para disfrutar de su brisa, pasear por la arena y zambullirme en sus aguas. Sentirme rodeada de naturaleza, de vida, y darme cuenta una vez más que en realidad, vivir, está muy por encima del hombre, que hay un universo infinito y esos momentos intensos pueden durar toda una vida, sólo es cuestión de conectar con el universo y con nosotros mismos.
Cuando uno tiene pasión por el mar, cualquier momento es un regalo para caminar por la arena y sentir la serenidad o el coraje de las olas cuando rompen en las rocas o en la orilla de la playa. Me encanta sentir el agua correr por mi piel mientras la brisa me despeina, escuchar el cantar del mar y compartir un cielo azul que en la tarde que agoniza en rojo. Me gusta estar junto a esas aguas tranquilas o revueltas, compañeras en días de soledad para recordar momentos únicos, especiales. Adoro el mar con sus furias y calmas, me hace reflexionar, me atrae irremediablemente.
Puedo pasar horas sentada en la arena mojada, siguiendo el vaivén de las olas, contemplando la marejada, mirando como las olas junto a mí bañan la orilla de la playa y sentir en el rocío de su espuma blanca tus húmedos besos que mi piel refrescan, y recuerdo las veces que nos han unido las olas y como con tus labios quitas la brisa salada que está pegada a mi piel quedando sediento de amor y miradas, y sólo mis vertientes son capaces de apagar tu sed.
Y la tarde transcurrió contigo de fondo, siempre ahí, como el ruido del mar, incesante, a veces calmado, a veces tempestuoso, pero siempre sonando. Entre mis manos la tarde palpita trayendo el olor de tu piel que sin tiempo reverdece y abraza los silencios de mi desnudez… El amor despeinó la tarde en el horizonte, mientras tu boca se hizo verbo en mi lengua... Los besos se quedaron con mi feminidad entre tu hombría. Tengo el secreto de los días, de las palabras que seducen, en tarde el mar me regaló la voz de las sirenas y la noche me vistió de sus misterios... y mi mente pervertida se deslizó por el abismo de la bestia.
Tomarse unos buenos rones con coca cola es delicioso y si es en compañía masculina mejor, pero no estabas. Te recordé y reafirmé que estoy enamorada, el amor es eterno mientras dura y como no quería tener esos pensamientos me envolví entre copas y sueños, tú como un fantasma en mi cerebro mientras la noche invitaba a la lujuria… el sueño me trajo el vívido recuerdo de aquel día en que el mar se hizo cama, la arena invitaba al desvarío y la brisa acariciaba los deseos. La fragancia del placer nos inundó los labios, las manos y la piel. Y sin remedio una danza de pasión se desató, susurros, gemidos y jadeos, sinfonía de sexos eran melodía... Se estrellaron nuestras miradas suplicando perversiones, un brindis de lascivia se escuchó y los labios sedientos bebieron cántaros de amor...
Al otro día, temprano caminé por la playa desierta y sobre la arena quedaban mis pasos marcados como tengo marcados en mi piel cada beso tuyo. Esas tiernas marcas de amor indelebles, que guardan la forma de tus labios, me recuerdan el calor de tus brazos, los dulces momentos en que se funden nuestros cuerpos. Y mientras seguí caminando por la orilla observando las olas, las veía llegar a la arena, deseosas, sedientas… y me parecía escuchar tu risa en las aguas que alegres reventaban y la espuma blanca que baña mis pies hace que me sienta envuelta por tu recuerdo, por tu amor.
Arena, olas, olor a sal y viento, cada uno representa en mí un sentimiento, una linda presencia que llena mi alma, una ternura que me da calma… ese amor que inunda mi vida y esa pasión que tú me inspiras, que me hace sentir plena y viva.
Lo único que lamenté estos días además de tu ausencia, es que me fue imposible ver otra maravillosa puesta de sol junto al mar, no pude hacerlo porque estaba un poco nublado a esa hora no porque yo no la esperara con ansias. Lo lamenté tanto porque a demás de la belleza natural que tiene ese momento, es como si en ese instante la tristeza y la alegría se unieran al contemplarla. Cuando observo una puesta de sol siento como si fuera una puerta abierta al corazón, es tan colosalmente hermoso ver como se esconde por el horizonte, ver como si el agua hirviera por donde se pierde, como si durante unos pocos minutos la puerta del cielo se abriera al acabar el día… es algo inexplicable.
Pero lo cierto es que me quedé con los deseos de nuevamente gravar en mi mente la esencia de otro atardecer visto desde la orilla de un mar tranquilo, en calma, de un mar que durante todo el día reflejó la luz del sol y que brilló sin miedo a perder su identidad. Es una imagen que muestra la belleza del amor, de la libertad, de su presencia, expresada en colores rojizos reflejándose en el rostro del sol cuando va ocultándose en el horizonte.
Los recuerdos volvieron a golpearme fuerte y mis deseos de amarte fueron más grandes que el mismo mar. Besos, caricias, miradas, abrazos sueños despiertos entre el mar y el horizonte, entre el cielo y la tierra, entre mi vida y tu cuerpo. Sabes que adoro recorrer tu piel con mis labios afiebrados y beber todo tu sabor salado con la punta de mi lengua, adoro tu pelo con olor a sal flotando al viento en total libertad y tu cuerpo mojado de mar, tus huellas, tus manos que en la arena ardiente quedan marcadas igual que en mi piel.
Y tu recuerdo me provoca, veo grabado en tu boca a rojo vivo el deseo. Y casi puedo tocarte, siento como nos amamos más allá de la locura. Nos comemos el corazón a besos, recorremos sin límites nuestros cuerpos y nuestra ropa queda va quedando en el suelo, mientras suave, gota a gota nos emborrachamos de de pasión. Cuando cae la última prenda no existe nada prohibido entre la tierra y el cielo.
Ardiendo ante una fuente de calor inagotable, el deseo, desafiando cualquier obstáculo para entregarnos, sentirnos, gozarnos, amarnos, devorarnos junto al mar, es un llamado a la pasión... Ante la frialdad del anochecer arde nuestra piel y aquel día en ese momento la luna y el mar fueron testigos de una entrega total.
Rebosante de ti me siento, y cuanto más me llenas más ganas de ti tengo, como un torbellino que va creciendo en mitad del océano y acaba engullendo el mar entero. Y ahora te pregunto, ¿cómo eres posible?, dime ¿qué fuerzas llevas dentro?, ¿acaso llevas el mar?, a veces tranquilo y sereno, deseoso de caricias lentas, a veces tempestuoso y frenético, voraz depredador de mis labios, de mis besos, de mi cuerpo entero.

martes, 28 de febrero de 2012

Tiempo de amar y soñar

Todo el mundo dice “el amor duele”, yo también lo he dicho. Pero no es así, el amor no duele, en realidad el amor es lo único que hace que la vida tenga sentido, que todo merezca la pena. Lo que duele es que no te quieran, que te rechacen o que te fallen una y otra vez, duelen los recuerdos de tiempos en que fuimos felices y sobre todo duele perder al ser amado. A veces nos arriesgamos por el amor y no sale como se espera, pero llega tarde o temprano. Y nos gusta porque a quién no le gusta levantarse cada mañana con una caricia, un beso, una sonrisa en la cara, a quién no le gusta sentirse querido y ser feliz. A todos nos gusta eso.

En la intimidad del amor escribo sobre la piel, sobre la pasión y el placer, desvisto las palabras que formo en cada escrito a través de los susurros, cuando el erotismo abre paso al éxtasis, donde otros no se atreven y aún se sonrojan y censuran.

Es tiempo de amar y soñar, y este tiempo debería permanecer en el corazón. Sé que la felicidad son momentos, y soy feliz. El espacio se llena de aromas celestiales, vuelo entre alegrías, la ternura se desliza y abarca el universo. Entre ayer y hoy está mi futuro... Ayer amé, hoy amo, mañana amaré, el verbo amar se despierta entre mi boca con ganas, la carne es hoguera, la noche duerme entre susurros y yo bailo entre las sábanas...

Mejor que despertarse a la hora de comer, mejor que pasarse una tarde entera de un domingo lluvioso tendida en el sofá viendo una película detrás de otra, mejor que gastarse el salario comprando ropa, mejor que ir un sábado en la noche de fiesta con tus amigos, mucho más especial que un atardecer… Así es él.

Me gusta porque acelera el pulso y sube la adrenalina, porque no tiene sentido ni hace falta buscarle explicación. Me provoca fanatismo, me hace sentir libre pero nunca me libera. La palabra clave es: improvisación. Y sabe ponerme a prueba, diablos, sí sabe. Siempre tiene la cabeza donde no toca y me hace perderla a mí. Me gusta porque es irremediable e incurable, se podría decir que es un reto. Produce locura. Me encanta.

Lo quiero porque no se parece a nadie, no imita a nadie, no pretende nada, porque es intenso, cuando ríe, cuando discute, cuando habla, cuando calla, cuando me ama… no hay nada en el que sea normal, que carezca de emoción, que no tenga altos y bajos. Estar a su lado es como subirse a una apasionante montaña rusa. Cuando baja, duele y da vértigo. Cuando sube, es absolutamente imparable.

Desde que te conozco el amor me hace guiños, me levanta, me habla en el sexo, en la piel cuando te escucho. Me desnuda el alma y siempre te espero para ser mujer exacta en tu latido. Eres el típico rompecorazones, con una faceta bipolar, niño bueno y niño malo, que sacas cuando quieres. Con esa risa, esa mirada y tu manera de hablar. Y eso te hace un algo especial que a pesar de todo, acabé amando.

Hoy me apetece conducir caricias por los kilómetros de tu piel, dormir contigo y que me despiertes mañana, que me rescates desde el otro lado de la cama, besarte y que me comas a besos. Me volveré muda, hablándote con las manos que son las que mejor se entienden. Para el reloj. Me importa una mierda la hora que sea. Súbete conmigo a esa montaña rusa donde el ritmo lo marca los latidos de mi pecho. Donde tú y yo lo único que tenemos que hacer es dejarnos llevar, donde voy a quererte hasta la última letra de tu nombre. Porque eso es lo que me apetece hacer hoy.

Agárrame por detrás y di que esto nunca se acaba. Dame un beso para despertarme. Ódiame por una pequeña pelea tonta. Consuélame cuando lo necesite y bésame cuando tenga deseos de matarte. Aléjame de cualquier lugar, llévame a una playa lejos en la que podamos estar solos. Susúrrame que soy perfecta gracias a mis imperfecciones. Disfrutemos creyendo que llegará el día en que todo sea perfectamente perfecto. Demos las gracias, sin saber a quien, por el primer día que nos vimos. Mirarnos, sonreír y gritar lo primero que se nos venga a la cabeza. Demos fe de que hay mucha gente que presume de amar, pero nadie ama. Pensemos en grande porque nos comeremos el mundo, poco a poco. Que será perfecto porque los protagonistas somos solo dos, tú y yo.

Paso horas dibujando corazones en tu espalda, investigando tu piel. Me enseñaste que los límites están donde tu escojas, que el cielo se puede tocar de muchas maneras, que los besos saben mucho mejor cuando hay sentimientos detrás. Aprendí que no importan el cómo, el dónde o el cuándo, sino el contigo. Mis sábanas, mi ropa, mi habitación huelen a ti, mis ojos no pueden ver más allá de tu sonrisa. Me enseñaste cosas que ni siquiera sabía que existían, me llevaste al paraíso sin salir de tu habitación.

Soy entre risas la hembra de una historia que es amor y felicidad mientras dura y más allá del azul del horizonte me espera el viento rojo de tu cuerpo, más allá del viento tu boca se cuelga de mis labios hasta hacernos hoguera y animales... Que se joda el viento si me escondo contigo, el mar si prefiero bañarme en tus ojos, el sol si prefiero la noche contigo, el tiempo si lo gasto en ti… Que se joda también mi alma si mi cuerpo prefiere la tuya, y que se joda mi vida si yo formo parte de la tuya.

No estás sola


Hoy quiero dedicar este post a una amiga, alguien a quien quiero, admiro, respeto y adoro con toda mi alma. Todo lo defino en dos palabras: te quiero.

La amistad es el casamiento del alma, va más allá de un momento grato, la amistad, es el sentir de lo que padece la otra persona, una verdadera amistad no tiene tiempo, edad, color, sexo, ni cualquier barrera, la esencia de la amistad, es el apoyo incondicional, pase lo que pase, aceptando los defectos y realzando las virtudes de cada ser humano. En este momento de reflexión, quiero que se convierta, cada espina en un jardín de rosas multicolores, cada lágrima en miles de sonrisas y abrazos fraternales, las tinieblas en luminosas estrellas, que floten en el universo y que de cada sufrimiento, nazca un sentimiento de felicidad.

La felicidad que buscamos con tanto afán, no se encuentra en las cosas materiales ni en otras personas; se encuentra dentro de uno mismo. Lo importante no es tener mucho, sino apreciar, valorar, agradecer, aprovechar y disfrutar lo que se tiene. Reflexionar y trazar cada sentimiento es como liberarse de pensamientos que hacen daño, aquellos que nos amargan.

Siempre me pregunto: ¿Por qué algunas personas nos lastiman tanto? Es increíble como en un momento estás feliz, amigada con la vida y de pronto alguien rompe la felicidad. Por qué será que cuando más feliz estas... llegan y te joden. Cuesta entenderlo. Cuando nos hieren, además del dolor sentimos una profunda injusticia, sobre todo cuando no nos merecemos ni la mitad de lo que nos están clavando en el corazón.

Cómo es posible que alguien que nos ama pueda dejar salir de su boca palabras injustas e hirientes sin preocuparse siquiera del daño que están provocando desde el mismo instante en que son pronunciadas. Cada palabra injuriosa entra directo al corazón causando una herida que da trabajo que deje de sangrar. Esas personas en el momento de sentenciar están tan ciegas que no ven el dolor en los ojos de la otra, ni perciben su angustia. ¿Por qué muchas veces la persona que más te quiere es quien peor y más duro te juzga? Es capaz de matar o dejarse matar por ti, pero al mismo tiempo te censura con demasiada dureza y de manera injusta.

Pero, ay amiga, por encima de todo y a pesar de todo ellos son nuestra vida, les podemos cerrar con llave el cuarto de las herramientas de trabajo pero... no podemos cerrarle las puertas de nuestro corazón... ni podemos apartarlos nunca de nuestra mente… podemos decirles estoy molesta, estoy herida… pero nunca dejaremos de amarlos ¡ni ellos a nosotras! Nuestros hijos son las criaturas más mágicas que hay sobre la faz de la tierra, son capaces de hacernos cambiar de sentir en cuestión de segundos... no hay poder humano que no se rinda ante ellos. Sabes que es verdad. Cuando llegamos a casa con las esperanzas hechas trizas, miramos sus ojos cual si fuesen el sol que ilumina nuestros días, las estrellas que adornan la noche y la brisa que cubre nuestras mejillas, e inmediatamente cambia nuestra tristeza por alegría, y esos ojos nos dan nuevamente la fuerza que necesitamos para seguir luchando por ellos... por nosotros... y por los demás.

Las madres queremos que si ellos van a ser algo en la vida sean estupendos, pero tienen que aprender y a nosotras nos toca enseñarlos, que antes de criticar nuestros pasos prueben a llevar nuestros zapatos. Por eso no vivas dando tantas explicaciones, quien te quiere no las necesita y los demás no las creen. Pueden criticarnos injustamente, pero no saben que eso lo único que hace es fortalecernos, aunque en un inicio nos cause mucho dolor.

No pretendo que mis palabras abran ninguna puerta, lo que quiero es muy sencillo hacer todo como es justo, y si mi verdad es martillo perdonen por el disgusto. Pero tú no bajes la mirada y habrá siempre un sueño que seguir, una esperanza. Y si alguna vez tu sueño se derrumba busca un poco de luz en tu ventana, prométete tú misma un arco iris y vuelve a comenzar. Tú no mereces un amor, tú mereces el mejor amor del mundo. No pierdas el romanticismo aún sabiendo que las rosas no hablan. Jamás pierdas tu virtud de amar aún sabiendo que algunas personas que amas no saben valorar tu amor y tu entrega. No pierdas nunca la virtud de regalar ese enorme amor que existe en tu corazón aún sabiendo que muchas veces será sometido y juzgado.

Hay situaciones que no te mereces, porque siempre tienes tiempo para todos y para todo, a costa de tu propio tiempo para ti. No mereces que solo piensen en ellos en lo que quieren, en lo que les gusta, en satisfacer sus necesidades personales. Ni mereces la fluctuación que hay en su comportamiento hacia ti, ni mereces la manipulación que ejercen para direccionarte a hacer lo que ellos quieren que hagas. Tú no eres tapete de nadie, si alguien quiere limpiarse los pies, que lo haga con sus propias equivocaciones no con tus sentimientos. Por ser la mujer, la madre, el ser humano que eres, tú debes estar siempre en primer lugar y quien no te valora y te protege, quien no está dispuesto a amarte en tu unicidad, quien no te regala una buena dosis de amor, merece pasar un poquito de trabajo para que valore lo que tiene. Porque quién no comprende una mirada, no comprenderá una larga explicación.

Amaste, sufriste la depresión, las separaciones, las angustias, las pérdidas, los sinsabores, las decepciones. Ya entenderán, ya aprenderán lo que vales y todo lo que haces por ellos y para ellos. Te critican porque no saben nada, porque se creen adolescentes eternos… Pero a pesar de los golpes de la vida tú sigues siendo la misma y recoges los pedacitos que te dejaron sanos y te aprestas a armarlos nuevamente, cada día… mujer fuerte. Mientras tanto, recuerda que las penas compartidas duelen menos.

Tienes que seguir adelante, volverás a tropezar siempre con la misma piedra pero siempre te levantarás. Tú eres especial. No eres perfecta pero ¿y qué? nadie es perfecto. Mira, yo a veces soy la niña más antipática del mundo y otras la más cariñosa, depende del día. En resumen lo que te quiero decir es que somos tal y como somos y a quien no le guste pues que se joda.

Yo puede que un día tenga mil sonrisas para repartir, y otro en cambio no tenga ganas de nada. Quiero a muchas personas, y odio a otras tantas. Para unos seré demasiado perfecta y para otros tendré demasiados defectos. Para unos seré la mejor amiga del mundo, y otros no me querrán ni ver. Tengo muchas cosas buenas, pero también muchas malas. Tengo miradas que matan y sonrisas que emboban. Para mi es blanco o negro, el gris no existe. O te quiero o te odio. O me da igual o todo me afecta. O algo me gusta o no puedo ni verlo. Hago lo que quiero y cuando quiero. Me encanta hacer locuras. Soy única e inimitable y es lo que más me gusta de mí.

Pero amiga mía, puedes estar segura que estaré aquí aún cuando menos lo merezcas, cuando más lo necesites y cuando los demás hayan desaparecido. Siempre sin condiciones, llámame cuando necesites reír sin parar o que te den un abrazo. Avísame cuando tengas dudas, cuando estés perdida o no te reconozcas ni tú. Búscame cuando necesites hablar, cuando eches de menos nuestras conversaciones sin rumbo o simplemente cuando te apetezca.

Estaré contigo hasta cuando no quieras hablar con nadie y esperaré paciente en silencio, aunque ni siquiera notes mi presencia yo seguiré ahí a tu lado, con un silencio paciente en una larga espera pero no me importa, porque lo importante es que me tengas a tu lado aunque no me veas y sea en silencio. Ten la certeza que cuando pase el dolor y levantes la vista ahí me verás, porque aunque el tiempo transcurrido sea largo seguiré a tu lado. También estaré ahí cuando la vida te sonría compartiendo los buenos momentos si tú me dejas. No esperes a que deje de llover, aprende a caminar bajo la lluvia.

Hermanita, no tienes que sufrir por nadie porque tu, vuelvo y repito, eres especial… ellos algún día lo entenderán. Por ser así no mereces llorar y sufrir por nadie, sólo la cuota que a todos nos toca en la vida por la perdida de alguien, por el desamor pero no por el egoísmo y la incomprensión de quienes te quieren. Vales mucho para estar así, yo siempre estaré ahí, nada ni nadie podrá hacer que eso cambie.

Eres la persona a la que más le muestro mis emociones; a la que sé que puedo contarle todo, la que de una manera u otra sabe sacarme una sonrisa en mis peores momentos, quién convierte una lágrima mía en varias risas. La vida es desierto y oasis, nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Por todos los aciertos y errores de la vida, brindemos por ti, por mí y por el placer de estar vivas. Gracias, no me aburro de darte las gracias por ser mi amiga y ser como eres, te las mereces.

Mira, piensa que reír a carcajadas despeina, hacer el amor despeina, correr, meterte en el mar, quitarte la ropa, besar y cantar hasta que te quedes sin voz también despeina. Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche te deja irreconocible. Así que, deja que la vida te despeine, lo peor que te puede pasar es que sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.

La vida es corta, rompe las reglas, perdona rápidamente, besa suavemente, ama de verdad, ríete sin control, y nunca te arrepientas de algo que te hizo sonreír. No te rindas, no desesperes, no tengas miedo y no olvides que no estás sola.

jueves, 23 de febrero de 2012

Tú, mi verdad

Es la luz de tu mirada la que ilumina mi alma, porque es el cariño que me entregas el que llena de caricias mis letras, el que me invita a amarte sin tiempo ni medida, con la pasión inmensa de una hoguera encendida, para después de tenerte que duerman mis ansias rendidas dejando sin prisa correr el reloj hasta que vuelva a entregarte de nuevo mi vida.

Te amo con la intensidad, furia, fuerza, inmensidad, el descontrol del mar. Así es este amor que tengo por ti. Eres la verdad en mi corazón, mi existir. Sólo deseo que sigas en mi vida porque cuando estoy a tu lado no existe soledad en mi ser. Tú ser alumbra mi vida y me da la luz que necesito para avanzar. Lo que no te digo con palabras, te lo hago saber con mis caricias, la mejor canción es la que escuchamos cuando nuestros corazones están juntos.

Me gusta robarte un beso, ser la causa de tus risas, la razón de tus suspiros, el motivo de tu insomnio, el camino a tu felicidad, quien detiene el tiempo cuando estas en mis brazos… Tú eres lo más maravilloso que me ha pasado, no hay nada en mi ser que no este marcado con tu amor, tu aroma, tus risas, miradas, caricias, palabras de amor…

Me gusta amarte cada día y tenerte sólo para mí como cada mañana tiene su tarde, recorrerte y cubrirte con mis besos dejándote mis huellas, marcando mi terreno. Me gusta amarte desnuda de nostalgias, sentir tu piel quemando mi piel, junto al calor de tu cuerpo ardo como en el fuego un papel desahogando en ti de ti mis ansias.

Esa escena de amor que solo tú y yo hacemos, el adiós no existe porque este amor traspasa la eternidad. Eres el aire que respiro, el agua que sacia mi desesperado amor, el mejor vestido que cubre esta piel que tiembla al sentirte cerca. Eres mi alegría, la paz de mi alma, para mí tu amor es el regalo perfecto que la vida me ha dado. Tenerte entre mis brazos es lo más sublime de este mundo y respondo con todo el amor que sale de mí. Si pudieras entrar en mí ser te darías cuenta que desde que te conocí no he dejado de amarte, y te amaré más allá de todo.

Después de amarnos junto al mar, cuando te observo dormido tendido a mi lado, quiero abrazarte y entrar en ese mundo de silencios profundos donde urdes tus sueños para quedarme ahí contigo hasta que caiga la tarde y nuevamente despierto me ames, quitando con tus besos la sal de mi cuerpo que se deshará en tu boca, mientras el sol en el crepúsculo le pinta al mar sus aguas rojas.

El camino del deseo y las pasiones del alma… insaciables los momentos de pasión haciéndonos uno de dos. Insaciable de tus caricias, de tus besos, del aroma de tu cuerpo, no me sacian tus gemidos y suspiros regalados en mi oído, no me sacio del calor de tus brazos y la tibieza de tu piel, necesito la calidez de tus sentidos, la fragancia de tu cuerpo y el sabor de tu deseo y el calor de tu amor.

Así quiero sentir, despacio, te siento… dentro… cada uno de tus gemido acaricia mi piel, tus manos me levantan, tus brazos me sujetan y la humedad de mi centro te aprieta… dentro… te mueves, me envistes, me tienes, me sientes, me gozas, te corres…dentro…de mi.

Mi amor, yo te regalo lo único que puedo, lo que es más mío, un amor puro y sincero que rompa las distancias, que trascienda en el tiempo.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Tenía que llover


En algún lugar, estaba escrito que tenia que llover. Que iba a terminar mojada hasta los huesos y con los pies fríos por tener los zapatos encharcados en agua. Pero me apetecía empaparme el alma andando bajo la lluvia. Esta tenía que ser una tarde húmeda, en la que el camino se me hacía largo cuando de pronto vislumbro tu silueta en aquella esquina sujetando el paraguas, con la vista fija en mí y me pareces un ángel que acude a salvarme de la humedad y del aire frío.
Muchas veces quiero estar contigo aunque sea solo para que me abraces y sentirme tranquila, o abrazarte y sentirte feliz. Cuando sueño contigo se hace corto el tiempo y te extraño, te toco, siento tu aroma, cuando despierto te extraño más, pero también tengo sensación de alegría por haber estado a tu lado. Del mismo modo sé cuando piensas en mí y cuando sueñas conmigo.
Pero ahora no era un sueño, estabas ahí bajo la lluvia sujetando un paraguas, justo por el lugar que yo tenía que pasar… Caminé lentamente recordando que teníamos que conversar, de cosas relevantes o no relevantes, de muchos te quieros, de idas y regresos, de ahora estoy contigo pero ¿y si mañana sin ti?, de miedos...
Hoy el día se auguraba triste como el tiempo y ya ves… se me pasó el frío con el mínimo roce de tus manos. Hablamos de lo mucho que nos hacemos falta y del sentimiento de dependencia que se aferra poco a poco a nuestra cama… Escuché tu voz, interesante y maleable que agravas a tu antojo, cerca de mi oído, y te besé nuevamente con esos besos escondidos que guardo para ti. Este cuerpo es tan solo la pieza que le falta a tu puzzle, hecho para unirse a ti. Un complemento perfecto para el traje de gala de tus caderas entre mis piernas. Un edén sin Adán y Eva, un paraíso regentado por Lucifer.
La vida es una cajita de sorpresas, hoy que parecía que me iba a quedar sin el único dulce que me convierte en golosa, tus labios, e inesperadamente estaba ahí contigo, bajo tu paraguas, pegada a tu boca… Recorro el mapa de tu cuerpo marcando aquellos puntos en los que más se regocijan mis labios. Sonríes como siempre y nos quedamos atados con los suaves hilos que salen de tus miradas y de las mías, esas miradas que organizan trastornos psíquicos a cada una de mis células entregadas por completo a ti.
Sobran las palabras y faltan significados para hacer entender el poder de tus manos sobre mi piel. Necesito inventar verbos que describan tus acciones en mi corazón, pero no puedo ser coherente cuando mis labios son succionados por tu boca y comienzo a sentir el escalofrío que me recorre al segundo siguiente... Me ves solo para ti, lista y en su punto.
Vuelves a enamorarme, me haces sentir una vez más que no hay otro mundo que el nuestro y compruebo una vez más que es tan cierto como que deja de existir en mi conciencia todo aquello que nos rodea. Hoy he vuelto a besarte dándole el gusto a mi boca, insaciable, que sentía tus labios y se estaba volviendo loca. O aún más loca sería más correcto decir, porque hasta los poros de mi piel desvarían al acercarse a ti, porque has conseguido que cualquier síntoma de cordura desaparezca de mi diagnóstico. Que la única enfermedad determinada sea la de amante dichosa y loca que se desvela en la noche por el susurro del latido de un corazón enamorado, y que la única receta sea el elixir de tu boca pronunciando ese “te quiero”.
Escribo al amor, al arte de besarte y tocarte sin descanso, de quererte y amarte siempre hasta mi ocaso. Recrearé en mi sueño el movimiento de nuestros cuerpos, el abrazo de mis venas a tu corazón, la fusión de dos almas en el ardor de la llama de tu mirada, disfrutaré del sonido de cada gemido, adivinaré el sentido de cada suspiro, soñaré todo lo vivido al ritmo de un latido.
Hoy quiero que sepas hasta qué punto tu influencia llega a controlar mis impulsos y acciones, hasta qué punto adoro el riesgo por tu culpa, aunque no quieras oírlo, yo quiero que lo sepas. Incluso en este preciso instante ganas me sobran de escapar contigo y echar a volar mientras escribo estas palabras, inundando cada trazo, cada letra, de amor. Acabar de escribirte cuánto te amo, aunque es algo que parece no tener final porque un “te quiero” no abarca todo este sentimiento y los dos lo sabemos. Mañana te encontraré a mi lado en la cama, me desvelaré para velar tu sueño y te seguiré deseando como aquella primera vez, mañana con toda certeza todavía estaré locamente enamorada de ti.
Estamos abrazados, mi cuerpo se regocija con el calor de tus brazos… miro hacia la ventana, continúa lloviendo y el deseo al igual que el agua, se derrama en todo nuestro mundo… sábanas blancas, miradas tiernas, besos apasionados, cuerpos ardientes, piernas entrelazadas fusionando morbo y corazón. Toda la vida hoy cobra un nuevo sentido para mí, el tiempo es tan relativo… quisiera cuidarte y cuidarme en ti, liberarte y liberarme en ti. No hay fórmula, hay sólo instantes presentes, miedos ausentes, deseos permanentes… Lo que hace una tarde de lluvia y de mí…
El tiempo entre tú y yo no pasa, no existe, sencillamente es así, siento que en otra vida estaremos juntos con más oportunidades para volver a compartir lo que fuimos en vidas pasadas. Yo soy tu otra parte, el siguiente latido de tu corazón, el amor de todas las vidas pasadas y futuras, tu alma gemela.

martes, 21 de febrero de 2012

La fiesta del libro


Aquí, en mi querida Habana, cerró este domingo su primera jornada la XXI Feria Internacional del Libro de Cuba, una verdadera fiesta de la literatura y el arte que tiene su sede principal en la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, ahora seguirá su periplo por ocho provincias hasta concluir el 4 de marzo en Santiago de Cuba. Este acontecimiento cultural es el más importante de su índole que se celebra en la Isla. El entorno de callejuelas, plazas y bóvedas de la edificación militar más grande de las hechas en América durante la época de la colonia refuerza el atractivo de una fiesta cultural animada por decenas de miles de personas.

Como todos los años la colonial fortaleza se vistió con todas sus galas para inundarse de sabiduría. Esas piedras centenarias que se elevan como fieles guardianes sobre aguas que exhalan olores de petróleo y puerto en movimiento, acariciadas por siglos de oleaje y salitre, se llenaron una vez más de colorido y risas infantiles. Esos muros erigidos para defender a la ciudad en los primeros tiempos del saqueo y la codicia, que hoy forman parte de un paisaje acogedor albergan todos los años a los asistentes nacionales y extranjeros del mayor y más popular evento cultural que se celebra en Cuba, donde miles de personas llenas de entusiasmo recorren los pabellones, hacen filas para comprar libros y disfrutan a la orilla del mar de un paisaje sin igual.

Este evento siempre es igual, la alegría de los niños se apodera de los adultos, que a su vez, también parecen niños cuando pasan sus ojos ávidos de lectura por ese río de buena literatura. En esos estantes llenos de libros está siempre lo más representativo de la narrativa contemporánea y las más importantes obras de la literatura universal de todas las épocas. Miles de personas entran y salen cargadas de bolsas de nailon repletas de libros en los diferentes stands habilitados, la afluencia de gente es vertiginosa. Hay para todos los gustos.

Los pequeños invariablemente tienen gran variedad de libros dedicados a ellos, con algunos títulos imprescindibles que como un regalo maravilloso tanto para los niños como para cuantos nos dejamos seducir por la literatura infantil nos trae la feria. Este año entre otros muchos hay una nueva edición de La Edad de Oro de José Martí, Piratas y corsarios del Caribe de Luis Rafael Hernández, El mensaje de Guarionex y otros cuentos de Puerto Rico de Damarys Reyes, El principito sempiterno de Antoine de Saint-Exupéry y el melodramático pero grandioso Corazón de Edmundo de Amicis.

Los jóvenes quedan extasiados ante las historias, ya conocidas pero, eternamente fabulosas y mágicas de Julio Verne y Emilio Salgari, entre otros muchos. En esta ocasión también contaron con La magia más poderosa y otras aventuras de Ulrico, un libro del escritor italo-español Carlo Frabetti quien se ha convertido en autor de culto entre los adolescentes cubanos, La isla de los sombreros mágicos de Enmanuel Tornés Reyes y María Luisa García, una compilación de varios cuentos cubanos, La detective Polvorilla de Tamara Batista, quien narra las aventuras de una niña que resuelve misterios de manera picaresca y divertida y la reedición de ¿Qué nos pasa en la pubertad? de Mariela Castro Espín, una propuesta instructiva y atractiva sobre la sexualidad en esa etapa.

Otra propuesta que encanta es la monografía de pequeños libros denominada El Caribe que nos une, esta colección, está compuesta por diez libros que analizan y describen las raíces de las tierras caribeñas y su influencia en nuestra esfera cultural, de manera original y didáctica motiva a personas de todas las edades a conocer la historia y geografía del Caribe, al cual pertenecemos y debemos gran parte de nuestra identidad, su valor se traduce en conocimiento y deleite.

Nosotros, los adultos, hemos sentido temblar nuestros bolsillos ante tantos ejemplares maravillosos, llenos de historia y grandes pasiones. Con obras Cuentos eróticos de la antigua Arabia del iraquí Abdul Sadoun, clásicos universales como El rojo y el negro de Stendhal, la selección Una pasión en el desierto y otras historias de amor del cubano Alberto Garrandés, El asesinato de Julio César. Historia del pueblo de la antigua Roma del historiador e intelectual estadounidense Michael Parenti, El cine, décima musa de Alejo Carpentier y un conjunto de relatos titulado Juguete nuevo de Daniel Chavarría. Entre muchísimos otros que resultan tentadoras ofertas para los amantes de la literatura.

Las colas en las librerías han sido interminables, todos esperan impacientes poder entrar y cuando al fin lo logran se les hace difícil, ante tanto portento decidir qué comprar. Muchos como yo, sin dolor alguno y sí con gran placer, dejamos allí nuestras carteras vacías. Alguien a mi lado estuvo en la disyuntiva de dejar lo que le quedaba de dinero para comer un sándwich o comprar La dama en el espejo de Virginia Woolf; pero ganó, por supuesto, el afán de leer algo inmejorable. El sándwich puede esperar.

Y así transcurre el tiempo, que vuela a nuestro alrededor sin darnos cuenta. Me detengo un instante a observar aquella vista hermosa, junto a esos cañones que desde los muros aún parecen estar listos para defender la ciudad fascinante que queda ante nuestros ojos. Al volverme, me lleno de emoción. Tirados sobre la hierba, en un banco, en un rincón cualquiera desde los más pequeños hasta los más grandes repasan con ojos impacientes las páginas de los libros acabados de comprar. Está cayendo la tarde y me dispongo a salir con pesar de aquel momento mágico. Mis hijos a duras penas quieren emprender el camino de regreso a casa.

Ya vamos de salida cuando me detengo nuevamente ante unos libros. Allí estaban las novelas Viudas de sangre y Una pica en Flandes de Daniel Chavarría y mi ansia es más fuerte que yo. Saco de la cartera mi último dinero y los compro, es demasiada la tentación.

Por fin salgo dejando tras de mí, agigantada, con aquella fiesta del saber a esas murallas de espesor desigual y pisos desgastados por el paso de los siglos con sus puentes, pasadizos, techos abovedados; explanadas, blasones… vigilantes insomnes de un ayer colonial que nos remiten a lecciones y leyendas. Allí queda la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, el emblemático sitio de la capital cubana que ya muchos conocen como la Fortaleza del Libro.

Al caer la noche el sol amaina y corre una brisa fresca. La gente, aún desperdigada por el césped y de cara al mar, hojea los libros recién comprados y charla amenamente. La Cabaña se ha convertido en un buen sitio para leer en familia o romancear en pareja. De fondo, las luces de la ciudad comienzan a iluminar el panorama, es una vista única de La Habana desde el otro lado de la bahía capitalina que nos hace sentir en un remanso de paz. Respiro hondo ese olor a salitre y echo una última mirada al entorno que tanto adoro, para marcharme definitivamente a casa, exhausta pero inmensamente feliz.