Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

lunes, 8 de agosto de 2011

De suegra

Cuando ni siquiera tenía hijos, muchas veces me pregunté cómo sería yo de suegra, sobre todo cuando tuviera una nuera, esa relación es más difícil que con un yerno (al menos eso creo). Yo con mi suegra tengo buenas relaciones, desde el principio nos llevamos bien, ella nunca se ha metido en mi vida, yo respeto y la quiero mucho.

Volviendo a la pregunta que siempre me hice de ¿cómo sería yo de suegra? Realmente es un tema controvertido, muchas mujeres (y hombres también) piensan que sus suegras son unas brujas, cosa que a veces no está lejos de la verdad por los cuentos que uno escucha de las cosas que pasan. Y yo digo, esas mujeres que ahora son suegras (me refiero a las brujas) cuando no lo eran ¿qué pensaban sobre el tema? ¿Siempre fueron así retorcidas, tenían una buena relación con sus suegras o también pensaban que las suyas eran unas brujas? En fin mientras más pienso, menos encuentro una respuesta, o tal vez algunas, pero sin lógica.

En toda esta historia creo que lo más importante para una madre es que sus hijos sean queridos, cuidados y respetados. Por eso si la nuera o yerno cumplen con esto lo que debemos hacer (sin meternos en la relación) es luchar para que todo fluya entre ellos, estar al tanto desde la distancia de que por su juventud y falta de experiencia no se dejen agobiar por los contratiempos (que muchas veces son cosas tontas) y aprendan a resolver sus problemas con calma y juicio, buscando la mejor salida para ambos y sin que se dañe el amor que se tienen.

Los que no piensan así y están leyendo esto pensarán que soy una ingenua o una tarada y que no tengo la más mínima idea de lo que digo, que hacer esto y vivir en esa armonía es imposible… pues sepan que de ingenua o tarada no tengo nada, que si sé lo que digo y que vivir en esta armonía es posible, se los aclaro porque yo, ya soy suegra.

La primera relación de mi hijo no fue totalmente descabellada pero la muchacha no tenía mucho que ver con él y todos sabemos como son las cosas del amor… A pesar de los muchos problemas que tuvieron yo nunca intervine, siempre les di su aire, en algunas ocasiones cuando alguno me pidió un consejo me senté con paciencia (algo que me cuesta trabajo porque normalmente tengo poca paciencia) y los aconsejé. Me dolía ver a mi hijo a veces debatirse entre su forma de ser y su cariño por ella, pero me aguantaba y entonces era yo quien me debatía entre mi amor por el y mis deseos de decirle a ella que era una idiota, que lo estaba dañando y además alejando.

Algo que me daba fuerzas para soportar era que yo misma me repetía una y otra vez “la vida es eso: contradicción; y él solo aprenderá a seguir su camino luchando por lo que cree y quiere, defendiendo sus convicciones y las cosas que su padre y yo le hemos enseñado” y así fue pasando el tiempo hasta que un día no pudo más y todo terminó. Quedó maltrecho, lastimado y desconfiado (hasta su relación conmigo y con su hermana se había afectado por todos los problemas), mi niño había cambiado pero me tocaba a mí lamer sus heridas para curarlas, como hacen las fieras con sus cachorros. Así lo hice, incluso le comenté a mi mejor amiga mi temor de que no volviera nunca a ser tierno, dulce y cariñoso como siempre fue y que su próxima relación pagara las consecuencias de las heridas que ésta le había dejado.

¿Pero saben algo? No lo van a creer, su próxima relación (la actual) fue justamente con la hija de mi mejor amiga, imaginarán que casi convulsioné cuando el me lo anunció, yo sabía que desde niños se gustaban pero eso era una cosa y lo otro era empezar una relación con ella y mucho más con todo lo que le había pasado y lo que yo le había comentado a la madre de ella (mi amiga). Pero no se detuvo y esa relación comenzó. Mis temores fueron en aumento, ahora no solo era la felicidad de mi niño lo que estaba en juego, era mi gran amistad (esas que no se encuentran con facilidad) con la madre de la muchacha, la amistad de mi hija con ella (desde que se conocen son lo que se dice “uña y carne”) y a su vez la relación amistosa que existe entre ella y yo, aunque parezca increíble por la diferencia de edad entre esa niña y yo siempre hubo una relación muy especial, algo que extrañó mucho a su mamá, porque la niña (muchacha ahora) es de un carácter muy parecido al mío, pensamos y actuamos de manera asombrosamente parecida en muchas cosas, y eso hizo que con el paso de los años mientras maduraba no solo lloraba en el hombro de su amiga (mi hija), también lo hacía en el mío.

Muchas veces he sido su confidente y consejera, me une a ella un cariño muy especial, cosa que nunca le he dicho (ni ella a mí), ya les dije que somos muy parecidas. ¿Comprenden ahora como me sentía? ¿El miedo de que todo eso se perdiera? Porque amistades sinceras y cariño de corazón no abundan en las personas que te vas tropezando a lo largo de la vida porque si bien es cierto que uno se tropieza con mucha gente buena y sincera no es menos cierto que esa empatía y pureza de sentimientos no se da con todo el mundo.

Ya han pasado casi dos años desde que comenzaron su relación como pareja y hoy feliz les digo ¡Que Dios los bendiga! A pesar de ella ser una chica dura el sabe sacar lo mejor de ella (en cuanto a ternura) y ella a su vez logró borrarle la amargura de la relación anterior y mi niño ha vuelto a ser el chico tierno, alegre y amoroso que siempre fue.

La madre de ella y yo vivimos en una constante complicidad para proteger esa relación que tanto bien les hace, pero sobre todo hablando mucho con ellos para que, si por desgracia, esa relación un día termina (lamentablemente nada es eterno y ellos son muy jóvenes aún) lo hagan de manera correcta sin traicionarse y por tanto dañarse, que lo hagan con sinceridad y madures, para que si se termina el amor por lo menos protejan todo lo que antes les dije, la relación que existe entre todos nosotros desde hace años (cuando eran niños) y a su vez la relación de ellos con nosotras. Esperemos que así sea.

Mi relación con Ariadna sigue siendo muy buena, ahora ya no solo soy alguien en quien ella confía, ¡Ahora soy su suegra! Desde mi punto de vista (y creo que el de ella porque no he notado que algo le disguste) soy una buena suegra, no interfiero en sus vidas, los dejo tomar sus propias decisiones y cuando creo que alguna no es todo lo acertada que debiera espero que vengan y me pidan mi opinión, siempre lo hacen y saben qué es lo curioso, muchas veces lo hacen por separado. Uno de los dos (porque no siempre es mi hijo el primero en venir) se sienta frente a mí y me dice pasa esto o aquello y pregunta ¿qué tu crees? Ahí les doy mi punto de vista y los dejo pensar, para mi placer al poco rato los veo abrazados, acurrucándose uno al otro y con una ternura que me conmueve (a mí que soy tan dura).

Cary hace lo mismo, los aconseja mucho y los protege, creo que ninguna de las dos somos suegras “brujas”. Hace años que ella dice que mis hijos son los de ella y yo digo lo mismo (en ambos casos demostrado de corazón) por eso somos una familia grande y verdadera.

Para terminar les contaré un chisme. Un día en casa de ella estaban hablando y mi hijo le dice a la novia “si, claro, pregúntale a tu suegra”. Ella ni corta ni perezosa en sus respuestas, como suele ser siempre, dijo “¿qué suegra?”. No tengo que decirles más ¿verdad? Por lógica yo soy su suegra, la madre de su novio, pero en esa respuesta y ese corazoncito hay mucho más, porque nos queremos, nos respetamos y por encima de ese vínculo que ahora nos impone la vida somos amigas, y parece que ese es el pensamiento que le prima cuando habla de mí. Su amiga por encima de su suegra.

Todos los días le pido a Dios que esa relación no termine y si lo hace que sea en buena forma, en buena ley. Al menos ahora “mis hijos” porque ambos lo son, están felices y ni qué decir de la otra suegra y los cuñaditos (mi hija y el hermano de la novia) que también están felices con esa unión.

4 comentarios:

  1. es así, te felicito a ti y a tu amiga por saber llevar esa relaicon tan bien xD eso es loque hay que hacer, lo mas importante sion nuestros hijso y que sean felices. hace unos años cuando tuve una relacion estable mi suegra era de esas brujas y se sintio feliz cuando nos separarmso creo que hasta lo celebro la muy hija de puta.

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  2. eso es verdad hay muchas q son unas brujas y se meten en todo, yo tuve una asi por suerte la relacion fue corta, el dia q tenga hijos y me convierta en suegra como tu ahora tratare de hacer lo mismo que tu, ayudarlos a ser felices pero sin intervenir en sus decisiones.

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  3. eso es lo que hacen las mujeres inteligentes, una vez mas un placer leerte.

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  4. Pues yo soy de las afortunadas, he tenido 2 suegras que no son brujas, es cierto que no las considero mis madres pero sentimos mucho respeto y diria que somo amigas Gracias a Dios!!!! Viví muchos años con la abuelita de mi primer esposo a qien realmente consideraba como mi suegra y aunque ya falleció no dejo de reconocer que junto a ella y a él viví los mejores años, pues las dos nos queríamos mucho y aprendí muchas cosas de la vida con ella, creo que llegó a contarme mas cosas a mi que a su hija (mi ex-suegra).
    Hoy mi nena tiene un novio que es un encanto, lo quiero como a otro hijo, y aunuqe son muy jóvenes confío en que no se lastimen y lo siga queriendo igual, mi niña tiene buen ojo pues al primero tambien lo adoro y con este aspiro a ser abuela, aunnque no por el momento.

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