He
estado complicadísima durante toda la semana y no he podido sentarme a
escribir. No me han faltado ganas ni cosas que decir y aunque bastante seguido
llego y hago lo que quiero porque soy impulsiva, realmente no he podido. Por
eso hoy, que la semana llega a su fin, con el cansancio acumulado pero feliz
aunque tengo muchas cosas que decir simplemente he querido dedicar algunas
palabras a ustedes, a mí misma, a la amistad, al amor. Y unir a estas palabras
un brindis.

Le
doy a cada cual lo que merece porque hace tiempo daba más de lo que toca y muchas
veces perdí, entonces que coño… Alcemos nuestras copas y hagamos un brindis,
¿qué se celebra hoy? Nada en concreto y todo en general. Si estamos vivos,
disfrutamos con los amigos y sonreímos ¿no vale eso una celebración? Tengo 48 y
me siento igual que un niño con bambas nuevas porque las flores marchitas en mi
jardín no quitan que pueda disfrutar de las que van floreciendo.
Hoy
alzo mi copa y brindo por los niños que seguimos siendo. La vida es para
celebrarla y esta utopía será una bengala explotando la llama del deseo. Brindo
por dejarnos guiar por el instinto, por encontrar en nosotros mismos un equilibrio
pese al pronóstico difícil y porque los límites del ser humano son franqueables.
Brindo por la llave de cada candado y por el dorado que todos llevamos dentro,
ese fuego intenso que nos anima el ánima y hace que volemos.

Brindo
por todos aquellos finales de película que me han hecho llorar alguna vez y por
esas canciones que suenan justo en el momento indicado y hacen que me de un
vuelco el corazón. Brindo porque el destino me sorprende y me seduce, choquemos
copas por la paz, porque las guerras terminen, por el sexo y la libertad. Sueño
de noche y brindo cuando me despierto, por el miedo de sentir que estoy
haciendo algo incorrecto. Brindo porque aprendo de mis errores pero igual sigo
equivocándome. Brindo por los malos momentos ahogados en buenos tragos, por las
noches frías, por el sol caliente de cada día. Levanto mi copa y grito: “Quiero
brindar por los míos y aunque el tiempo me golpee voy a estarle agradecida”.
Brindo
por mí, por mis diversiones, por los excesos, por las horas enteras de
carcajadas que he reído a lo largo de mi vida. Brindo por el sexo y todo lo maravilloso
que este conlleva. Brindo por ti, que me debes estar leyendo y sonriéndote.
Brindo por esas personas que aún siguen queriendo amoldarme a ellas, pobrecitas.
Brindo por el ruido que hace la buena música, por esos besos largos de esos
días marcados en el calendario. Alzo mi copa al cielo, prometo no decepcionarme
y grito: “Soy lo que yo quiero ser y nadie va a frenarme”. Brindo por cada
persona que me lee, por cada corazón que se estremece junto al mío, por cada oído
que me escucha y por todos los que me entienden. Por esa amiga solidaria que a
pesar de los años sigue siendo igual. Por el que nos llama para saber cómo
estamos, si somos felices, si necesitamos algo de él.

Hoy
estoy feliz porque es viernes y por algunas cosas más, las cosas que me ponen
de mal humor hoy están de más. Levantaré mi copa por el tiempo acabado y beberé
a sorbos el momento reciente. Brinda conmigo, piensa menos y vive más, no vale
la pena vivir angustiado si al fin y al cabo todo es prestado. Ríete de esta
vida de porcelana, ¡todo es tan frágil!, todo es tan ágil que viene y va.
Brindo por el verano, por esas tardes a la orilla de la playa, por esas letras
de canciones que sean en el idioma que sean sabemos que hablan de algo bonito.
Brindo por esas tardes en las que lo único que hacemos es reír y beber hasta
reventar.


Pero
voy a seguir brindando y también brindo por esas personas que no supieron
valorarme, por esa persona que me llamaba 70 veces al día y hoy ni me saluda, por
esas que quieren joderme la vida y que lo que logran es hacerme reír. Brindo porque
un día cada quien reciba lo que se merece, por esos amores que dejaron
huella... por los que me han hecho amar, sufrir y gozar. Por quienes alguna vez
en mi vida me han hecho sentir mejor. Por los que fueron mi pasado, por los que
son mi presente, por los que serán mi futuro. Por lo que me dieron y por lo que
les di, con unos perdí y con otros gané. En cada copa los he traído a mi
recuerdo y les digo que no seré la única, pero juro, que sí, la mejor.
Y
así sigo brindando, por esto, por aquello, por lo de más allá, por lo que vendrá.
Alzo mi copa y brindo por todo lo que me ha dado la vida, en especial por mis
hijos, por ti amiga del alma y por ustedes queridos amigos que me leen, estén
de acuerdo o no conmigo siempre respeto su opinión y les doy gracias por seguir
aquí.

Brindemos
por ti, por mí y por el placer de estar vivos.
¡SALUD!