Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Con la necesidad del alma



Las lágrimas me invaden, el corazón me explota, las palabras se acaban, la garganta se cierra… lágrimas del alma emanan de mi ser, lágrimas de profunda pena. Hay demasiados días sin sol por delante. Hoy tengo ganas de despedirme de cualquier forma dolorosa propia, tengo ganas de huir. Sé que se puede sacar la cabeza del agua e inspirar a bocanadas desesperadas del aire que espera a quien lo merezca.
No sé qué escribir ni cómo, hay una puerta que no sé si se abre o se cierra y ni siquiera sé si es una puerta. No sé qué es lo que habría que querer y qué lo que no habría que desear nunca. Tampoco sé si tengo que pensar o dejar de hacerlo. Después de la nostalgia, la confusión, las dudas, las preguntas sin contestar, pareciera que no hay nada. Nada que decir al menos. Unas frases sueltas que significan todo lo que quiera el que las lee, para que no se diga.
Se me había olvidado cómo funcionaba esto de la nostalgia, esto de querer y querer y querer y no conseguir nada, esta inquietud permanente, la piedrita en el zapato. Las cosas, el mundo, pareciera fragmentarse, pedacitos de cosas, ir de allá para acá, hacer muchas cosas, no hacer nada, como trozos de algo que no alcanza a juntarse, que no logra transformarse en una sola cosa.
He aprendido que lo que cuenta no es lo que tienes en la vida sino a quién tienes en tu vida, que los héroes son personas que hacen lo que se debe hacer y cuando es necesario hacerlo independientemente de las consecuencias. Cuando he visto a mis hijos cuidar de su abuela he aprendido que la madurez tiene mucho que ver con las experiencias que nos tocan y con lo que aprendemos de ellas, y poco con la cantidad de cumpleaños celebrados.
También he aprendido que no importa cuán roto esté tu corazón el mundo no se detendrá para consolarte y que dos personas pueden estar viendo la misma cosa y ver algo totalmente diferente. La vida es un eterno aprendizaje.
Hay un proverbio irlandés que dice: "Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son las que no se derraman". Creo que es verdad las lágrimas contenidas son más amargas, más dolorosas… por eso quiero hacer un culto al llanto, tan contenido, tan escondido, tan necesario, hacerlo aflorar. Es difícil, pero necesito hoy llorar, por lo que está pasando y por lo que va a pasar. Quiero y necesito llorar. Tantas veces no lloré, que ahora quiero hacerlo con la intención o con la necesidad del alma, de reconstruirme y volver a crear ese universo de esperanzas tan repetidas... que hoy se hacen más auténticas y más simples.
Entiendo que la sensibilidad y las lágrimas son parte de mi persona, que por ello no soy más débil ni más vulnerable y mientras navego entre ellas, busco la autoestima que se intenta escapar y la fuerza para continuar.

5 comentarios:

  1. Las lágrimas que se quedan dentro nunca dejan de doler. Llora, no te reprimas. En tus lágrimas y en nosotros, en la gente que te quiere encontrarás la fuerza para seguir.

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  2. Lo leo otra vez, y me vuelvo a decir, son las letras justas con el peso que te deja por un buen rato sin habla. Llorar no es muestra de debilidad. El llanto es la forma de expresión más sincera de nuestro cuerpo, deja ver lo que sentimos y tumba paredes que nosotros mismos ponemos para "protegernos". Llorar alivia y limpia, linda, llora todo lo que quieras y deja salir ese dolor para que no te mate. Un beso y un abrazo.

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  3. Eso, llorad amiga, dejad salir las lagrimas no podeis reprimiros para mostrar fortaleza, porque hace mucho daño.

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  4. Nada más sano y liberador que unas lágrimas. Y si son en compañía de alguien querido que pueda y sepa consolar, pues tanto mejor. Hay momentos y situaciones en la vida que nos hacen reprimir el dolor cuando no estamos solos porque ese llanto puede causar preocupación o dolor gratuito en los demás. Pero no es bueno para nada contenerlo porque de esa manera exprimes el dolor, con lágrimas sin agua. ¿Se te ocurre algo mejor que un abrazo de consuelo? Cuídate y ten fe, amiga.

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  5. Por fortuna soy de las pocas que pueden estar a tu lado en estos momentos de dolor, siempre te he dicho "llora, que eso alivia el alma", tú sabes aquí está mi hombro y el apoyo de todos los que te queremos incluyendo la familia del blog. Animo mi hermanita y fuerza para lo que podría deparar el futuro

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